Buenos Aires, Ciudad Larreta, Marzo de 2016. 8 hs. a.m. Nos levantamos, no es un día común, me voy a San Carlos de Bariloche, el micro parte a las 12.30 hs.
Calculo salir a las 11 y llegar con tiempo. A las 10 salgo, beso a Irene que dijo anoche “tomá el 132 que te deja en la puerta de la Terminal y no tenés que andar caminando por escaleras y corredores larguísimos del subterráneo. Sé que en el subte se llega más rápido, pero le hago caso subo y me pongo a leer, y hora y media más tarde viajando veo que el tránsito está absolutamente trabado, ya son 11 y media) estamos recién en el Shopping Abasto, pregunto al chofer si en media hora llegábamos a Retiro. “Ni lo sueñe, dijo el tipo” asi que me tiro desesperado y voy cuadra y media a la carrera a la boca del subte, bajé las escaleras cargando mi valijón gigante repleto de libros, volantes, panfletos y regalos. Subo al tren sin aire acondicionado y recién a la 3ª estación me doy cuenta que VOY AL REVÉS. Bajo del tren, subo las larguísimas escaleras con el valijón, traspirando atravieso Avda. Corrientes y vuelvo a bajar al Infierno del Dante por la vereda de enfrente . El subte demora y tiemblo. Llega, subo y tiene un aire acondicionado que me congela el sudor, debo bajar en Carlos Pellegrini y hacer combinación, recorro como en un sueño de tortura corredores, pasadizos, escaleras que bajan o suben con mi valijón de plomo. Mi reloj dice 12.10 hs. me quiero morir, no voy a llegar, perderé el micro y seré el hazmerreir (otra vez más) de la familia entera. La formación va lenta, parece a propósito, luego disminuye aún más la velocidad, (son cambios de vía) puteo, tiemblo, ¡ llegamos ! y comienzo a correr desesperado escaleras arriba, con el valijón salgo a la superficie y estoy en la estación de tren, a la terminal de micros tengo 400 metros, intento correr y comienzo a jadear, voy por la calle de contramano al tránsito de autos, (para no demorar por la vereda repleta de gente) tocan bocinas y me putean. Recuerdo (no se para qué) cuando mis viejos me llevaron allí exactamente a ver la primera locomotora argentina “La Porteña” exhibida sobre un gran escenario. Tendría 7 años. Me estoy ahogando en serio, late mi pecho con todo y jadeo. Pienso… “debo regular la respiración, pero tengo que correr con el valijón”. Es imposible. Se que me caeré redondo si exagero. Solo camino a la mayor velocidad posible porque no doy más. ¡ Llegué a la Estación Terminal de Micros ! ahora trepo la larga y empinada rampa, soy un fuelle humano, no se si me aguantará el corazón. Pienso que si me da un ataque y muero le cago el cumpleaños a mi nieta Brenda Mariel. Termina la rampa (¡ al fin !) y allí parada una joven parecida a una empleada de “Micros del estado ó del Tren privado” (ya deliro como en un trance), le digo casi sin voz y entrecortado…. “avise a los de Andesmar que no se vayan que estoy llegando”. Se ríe y dice “yo vendo planes” (de no se para qué carajo) la esquivo sin putearla y sigo corriendo y jadeando, ahora entre cientos de personas que van o vuelven. Salgo al andén de micros buscando las plataformas 10 a 25 y ¡están VACÍAS !... mucho más lejos un micro carga pasajeros. Llego y ahogándome pregunto al chofer “¿Se fue el Andesmar de 12.30 hs.? Contesta mirando por sobre mi hombro, “son 12.27 y ahí está entrando”. Giro y lo veo… es mi micro ¡ Llegué carajo !.. voy a ver a Brenda. El joven azafato (tal vez ñoqui tardío de la Cámpora) me dice “a Bariloche no llego”…. Casi lo ahorco, pero duda y le pregunta a su chofer, que confirma que sí. Despacho el valijón de 50 kgs, subo primero que nadie y solo al primer piso, asiento 27 pasillo. A los 2 minutos de acomodar mis cosas aparece una piba y dice que tiene ventanilla conmigo. El micro arranca y solo somos 6 allí arriba. Le digo “no se ofenda” me cambio de asiento y me las tomé. Después la ví tejer con agujas crochet. (Puede que las órdenes de la CIA fueran que las clavara en mi garganta mientras dormía). Sobre la ventanilla de mi nuevo asiento pego con cinta scotch mis 2 banderitas, la cubana y la argentina y mi gorra con colores y la palabra CUBA en grandes letras. No paro de enviar mensajes de texto a la sobrina de Irene (porque son sin cargo) y luego a Irene que pregunta como es el micro. Más tarde no encuentro la dirección a donde voy en Bariloche. Ni Brenda ni su madre ni nadie saben que estoy llegando, es una sorpresa pero ¡perdí la dirección! Pido por mensajes de texto a mi hijo Javier (papá de Brenda) que me la mande. Comenzó a llover, vino tormenta eléctrica y no me contestan. En mi valijón traigo folletos Casa de la Amistad argentino cubana, folletos de la CIA – MOSSAD, de radios en Bariloche, silbato por si me pierdo en la montaña, chaleco reflectante para manifestar por la ruta de noche, pendrive, máquina de fotos, audífono para sordos (mío), linternita, libro de Raquel Soifer sobre la mierda que era la TV argentina y “Las armas secretas de Julio Cortazar”, revistas de Madres de la Plaza de Mayo para regalar, diarios “Los Memoriosos de Caballito” que comencé a repartir entre jóvenes de ambos sexos que compartían mi viaje. Vemos el video del “Clan Puccio”, muy buena. A la noche vemos otra de “Max“ un perro de guerra norteamericano operando en Afganistán. Conté 39 banderas norteamericanas que aparecen en diferentes momentos del video. Hace frío, mi campera la dejé en el valijón, me forro el pecho con bolsas de nylon y soluciono el tema. Al salir de Bahía Blanca se llena el micro con gente que sube en diferentes pueblos. Paso al 1er. asiento ante el gran parabrisas y pienso en los ladrillazos que matan al primer pasajero. Recuerdo mi 1er. viaje a Bariloche 39 años atrás. Recién separado de mi primer error y mis primeros 3 hijos. Fui con un camión de mudanzas (trabajaba de eso) llevando muebles de un ejecutivo de TV que se radicaba allá. Tras descargar mi cliente me llevó por todos los circuitos con su auto mostrándome las bellezas del paisaje. Era un dulce el tipo. Me incitó por la noche a ir a “Cerebro” una boite de Palito Ortega (el de las COIMAS en el Senado que tenía un estudio en Miami) y recuerdo que hasta ese día, tras 16 años había bailado como un robot, terriblemente rígido y fue esa noche que me convertí en un bailarín desinhibido e incansable hasta hoy. Misterios de la psiquis. Pienso en mi nieta que va a cumplir 25 años en la misma ciudad de Bariloche , tiene varios perros, 4 gatos, jabalíes NO por ahora.
Una rubia sube en Cipolletti y viene a sentarse conmigo. Le escapo y me voy a otro asiento solo. Los de la CIA creen que soy una empanada, como decía San Martín (que se comían fáciles). Neuquén, las alturas , bardas se ven en la oscuridad, amaneció y asombrado recuerdo que por aquí pasaron hace muchos años una hermosa piba de 27 años y un flaco de 30, en una Luna de Miel “en negro, sin papeles”. Era yo y manejaba mi camión de mudanzas a poca velocidad. Irene iba como una Condesa, sobre un carro a caballo por la banquina, conducido por un campesino. ¡ Que recuerdos y fotos hermosas tengo de aquella maravillosa época !. Me dormí y me despiertan, hay que cambiar de micro, es la misma compañía y está junto al nuestro. Bajo mis cosas asciendo al otro y el azafato es más finoli, fogueado y dá un discurso de bienvenida tipo yupie (parece ñoqui de Cambiemos). Esta por arrancar y empiezo a gritar, bajo corriendo y vuelvo al micro anterior, arranco las Banderas Argentina y cubana y la gorra cubana que había pegado con scotch en la ventanilla. Sobre la izquierda un espejo gigantesco de agua, debe ser una represa. No hay señal en el celular. A la derecha pico nevado en el horizonte, debe ser la precordillera. Día hermoso, no logré hasta ahora que me envíen la dirección de mi nieta. ¿Llegaré a encontrarla? Soy un boludo total. En cada pueblo que atravesamos hay un gigantesco Bingo Casino. Ahora comprendo a los argentinos de hoy, hechos a timbear y jugar por azar esta vez les salió el CERO con Mauricio Macri y les están pasando el rastrillo. Mensaje de Irene, (¡ genia !) se movió y consiguió la dirección de Brendi. Aparece el Nahuel Huapí y nuestra hermosa cordillera, de la terminal camino 2 kms por la ruta hasta el Centro Cívico, que es como una Plaza de Mayo chiquita, con una ominosa sombra, pues al revés de la Pirámide de la Libertad porteña tienen al genocida Gral. Julio “Extranjero” Roca. Alli está la feria de artesanos, en un puesto encaro a una rubia con gorro y anteojos pensando que es la madre de mi nieta y espero se sorprenda de verme con mi poncho rojo salteño. No entiende nada y yo menos, hasta que noto mi error y pregunto por la dama que vende esencias florales. Me señala en el acto al padrastro de mi nieta (marido de la Jefa), que en su puesto muy bien provisto de variedad de esencias y cremas varias, despliega un discurso seductor a turistas chilenos o argentinos. Llego filmándolo a él y a sus clientes ocasionales, cuando me descubre se sorprende y viene a abrazarme. Propone ponerme en un taxi y enviarme a la casa, pero no acepto y me quedo 4 horas con él. En la feria serán unos 130 puestos. Lo ayudo a desarmar el suyo y lo cargamos en su auto (viejo). Llegamos montaña arriba y bajo una cuadra antes para dar la sorpresa. El hijo menor es el abreportón y llego para abrazarlo. No lo puede creer. Entramos y la jefay alquimista de la familia que mezcla líquidos en frasquitos sobre una gran mesa se queda muda. Compinches llaman a Brenda Mariel, inmóvil en un rincón del taller, tapado con el poncho rojo al estilo de un fantasma, oigo que entra mi nieta (llevaba una semana aguardando una encomienda que yo le había prometido mandar como regalo de cumpleaños) e inmediatamente escucho su lapidaria apreciación: “ es el abuelo Toto”. Con un poco de bronca porque se dió cuenta le pregunto porqué me descubrió y dijo: “nadie usa poncho y ví tus zapatos franciscanos”. Frustración similar experimenté años atrás cuando me disfracé de Papa Noel y finjo ante 3 de mis nietos serlo, porque es Navidad. Bautista el mas chiquito (5 años) dijo luego a sus padres, ”era el abuelo Toto, por los zapatos franciscanos”. Cada uno de los jóvenes hermanastros y Brenda tienen sus lindas habitaciones, mientras que la pareja disfruta de una amplia en el 1er piso de la casa acogedora. Desde todos los ambientes se tiene vista simultánea del lago Nahuel Huapí y las montañas que nos unen a Chile. Las áreas al aire libre arboladas las transformó la jefa en hermosos jardines, repletos de amapolas, rosas, tulipanes y 30 variedades de flores de todo tipo y color. Media docena de cerezos, guindo y otros árboles completan el sueño. El riego de todo es un trabajo matador, lo hace a diario asi como la atención a los perros (grandes) Mora y Moro, la primera enferma de cáncer se mueve con lentitud pobrecita. Ambos tienen una pequeña habitación fuera de la casa. Especie de megacucha. Los 4 gatos están omnipresentes sea bajo ó sobre los muebles, sea cama ó mesa y estén o no ocupados. La gata chiquita se te sube a la cabeza reconfianzuda. Tenía la cara roja del sol, el padrastro de mi nieta me había advertido y dado un ungüento que fabrica la Jefa, pero no me lo puse y me jodí. Durante las cenas hablamos y hablamos sin parar y chocando la Jefa y yo (no dejo expresarse a los demás dice y coincide con lo que dice Irene siempre). Brenda está contenta de verme allí por ella. Las calzas que usó en la primera caminata fueron regalo de Irene. En la 2ª salida mi nieta (que está lindísima) propuso ir al Teleférico del Cerro Otto y subimos gratis (por nuestras respectivas discapacidades). En la cabinita que cuelga del cable, compartimos con una pareja tipo 50 años, no paramos de hablar, porque al verme la remera con la bandera cubana preguntó “Dígame, ¿porqué todos los países de América somos tan colonizados?. Sostuvo que trabajaba en una chacra del campo desde hacía 30 años y que con todos los gobiernos le había ido bien, porque trabajaba y que su hijita iba a una escuela donde le daban desayuno y almuerzo gratis, cosa que celebré. Yo le había contado el milagro de las escuelas cubanas. Ya en la cima ví un aviso de la sala “Miguel Angel” y pensé que serían unos cuadritos con réplicas para ver y le dije “vení Brendí entremos”,
Foto Toto – David “el huevón” en esto coinciden chilenos y argentinos.
cuando lo hicimos fue una hermosísima sorpresa pues en réplica exacta estaba la escultura del “huevón” David de Michelangelo gigantesco y como si fuera poco a ambos lados de él se podía disfrutar de las esculturas (réplica exacta) de “La Piedad” y del “Moisés”. Recordé cuando estuve en Venecia y fotografié una Piedad singular. La virgen sobre su falda y rodillas cubiertas por la bandera de Norteamérica soporta el cadáver de su querido hijo Jesús desclavado recién de la cruz. (metáfora del Crimen de Guerra).
Moisés finge mirar para otro lado pero está conciente de que junto a el posa Brenda mi nieta
Con cada una de las 3 esculturas fotografié a Brenda (que es otra obra de arte) y luego le fui mostrando y comentando detalles de cada uno de los cuadros con imágenes de la Capìlla Sixtina y las maravillosas pinturas y esculturas de Miguel Angel Buonarotti en Roma. Le interesaron mucho los dibujos y pinturas de él y le expliqué lo que pude.
Foto – La Piedad de Miguel Angel posa junto a la Brenda del abuelo Toto.
Foto Toto – la tomé en Venecia hace años. La escultura estaba dentro de una
vitrina junto al gran canal, por donde pasaban las góndolas.
Con todo eso yo ya estaba hecho, pero salimos al aire libre en la cumbre y el mágico paisaje, admirado a vuelo de pájaro desde el cerro Otto nos encantó. Otto Meiling era un alpinista y con su nombre se bautizó el cerro y un Club que está cerca del centro de Bariloche. En la ciudad una escultura de Miguel de Güemes (el Montonero del General San Martín) me llamó la atención por tener muy dañada parte de la cara y un hombro. ¿¿?? Las cenas riquísimas y abundantes pues todos cocinan desde el padre de familia al hijo varón menor. Platos enormes y sabrosos hicieron que mi plan de caminar mucho y comer poco, se hiciera realidad en lo de mover las piernas. Por las noches la gata negra se acuesta encima de mis piernas, no me atrevo a echarla como haría con mi gata colorada, es que juego de “visitante”. Llega el cumple de Brenda y la íntima fiesta me emociona, estoy allí y mis regalos los entrego en mano. Por la mañana 19 de Marzo nos fuimos ella y yo a pasear e hicimos 4 kms. hasta una solitaria y hermosa playa junto al lago, nos hice una especie de selfie película luego desandamos los 4 km muy cansados, tanto que me tiré en la cama y quedé dormido. Brenda rechaza volver a caminar y me voy solo al centro. Entro en el hotel más importante El Panamericano porque en su marquesina hay banderas : Norteamericana al centro y a los costados, Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Ecuador y brilla por su ausencia la CUBANA. En recepción hago mi reclamo y explico que ya pueden dejar sus miedos, porque vino el Presidente Obama a decirnos que YA PODEMOS hablar sobre Cuba, sobre Fidel, sobre el Che Guevara.
¡ Gracias Obama por dejarnos usar los pantalones largos !
Me recibe la queja por escrito y me voy. El lobby estaba lleno de negros grandotes, custodios seguramente de Obama. Decido viajar a San Martín de los Andes, para conocer el museo “La Pastera -Ernesto Che Guevara “. Son unas horas y cuando llego me entero que cambiaron el horario. Junto al museo un largo muro está bellísimamente pintado con las diferentes etapas de la vida de Ernesto.
Desde las 3 de la tarde hasta las 6 me siento en la vereda delante del museo cerrado, atiendo a gente que viene a visitarlo y les doy una charla de información sobre el héroe y folletos de nuestro museo capitalino.
En una plaza cercana camina un joven luce una roja remera con el rostro del Che. Le pido que espere y le obsequio un Caballito Regalado y otras publicaciones. El pibe se emociona de saber que hay un museo del Che en la Capital, saca una bandera de su bolso con el rostro del Che y me pide si podemos fografiarnos juntos. Accedo feliz y le pide a un joven que está por ahí que fotografíe, cosa que hace y le pido me las envíe por mail. Hasta hoy no lo hizo. ¿Será del Partido Obrero?. Descubro una escuela, la nº 179 en la ochava opuesta al museo y me meto. Doy a la amable directora montón de materiales impresos de nuestro museo, que llevé con ese fin. El gran patio mostraba en sus paredes excelentes trabajos de los niños sobre el aniversario del golpe genocida de 1976. Salí feliz y tropiezo en una calle lateral con una ¡ FM ! sí, una radio. Entré dí mi tarjeta y expliqué que estaría en la vereda si veían posible reportearme. A los 15 minutos sale una rubia y me hace señas. Corro, subimos y ya estoy ante un micrófono con la periodista rubia que se destaca en su profesión, me despacho con mucha información y alabanzas a” la Pastera” Museo del Che local.
Foto Toto – muro vecino al Museo La Pastera en San Martín de los Andes.
Hablé del doctor Alberto Granado Jiménez el gran amigo de Che que fundó la Primera Escuela de Medicina de Santiago de Cuba. Termina el programa y vuelvo al museo que todavía no abrió. Cuando lo hace puedo disfrutar solo tres cuartos de hora del mismo porque mi micro tiene horario de regreso a Bariloche.
Podría escribir varias hojas sobre lo que ví allí en el museo, pero lo crucial fue cuando ascendí unos peldaños de madera desde la planta baja hasta un entrepiso de madera, apoyé mi mano para tener más equilibrio y allí me di cuenta que mi mano tocaba el piso que los 2 amigos argentinos utilizaron como cama cuando llegaron con su moto “Poderosa” hasta San Martín de los Andes y pasaron la noche allí.
Foto toto – muro lindero a La Pastera Museo del Che en San Martín de los Andes
Imaginar a Ernesto Guevara de la Serna (rosarino) y al doctor Alberto Granado Jiménez (cordobés) acomodándose allí tras el cansador viaje para pernoctar me emocionó profundamente y las lágrimas alteraron mi foco de visión. La joven mujer que conduce el museo generosamente me atiende y hasta me lleva en auto hasta la terminal, evitándome las 14 cuadras de distancia y el tiempo que se agotaba. Tres jóvenes asiáticos suben a mi micro, uno se me sienta al lado. A los 5 minutos ya le estoy hablando en inglés y resultan ser coreanos, se produce entonces en hora y media larga de viaje como una clase magistral sobre vida y obra de Ernesto Che Guevara y la Revolución de la salud, la educación y el amor Cubana. Llegamos de noche me despedí y fui a tomar el colectivo, a los 10 minutos aparecen los coreanos (¿no serán de la CIA y me estarán siguiendo? pienso). Toman el mismo colectivo y uso mi inglés para que una pasajera les preste la tarjeta de viaje y ellos le paguen el importe. 15 minutos de viaje y me estoy quedando dormido, alguien me toca el hombro, es un pasajero cerca mío y dice… “en la vereda lo llaman”. Miro y como si fueran los 3 Reyes Magos asiáticos están los jóvenes sonrientes agitando brazos y manos despidiéndome, porque se bajaron. Me enternecí, ¡ Viva Mao Tse Dong ! (aunque en realidad era chino).
24 de marzo de 2016 • Ya en Bariloche armo mi pendón con la bandera cubana y el rostro enorme del Che Guevara sobre ella y me sumé (como el último) en la cola de la marcha para conmemorar 40 años de la última Dictadura Militar. Partió desde las calles Onelli y Brown donde se movilizaron unas 2.500 personas de distintas organizaciones sociales, derechos humanos, agrupaciones kirchneristas y de izquierda que repudiaron a los gritos la presencia del presidente de EE.UU y la labor de Macri. Finalizó en el Centro Cívico de Bariloche cerca de las 14 horas. Algunos pintan nombres en el piso, otros cuelgan fotos y nombres de columna a columna, yo me dedico a caminar sin pausa exhibiendo el rostro del rosarino heroico y soy muy fotografiado .
Centro Cívico de Bariloche colgadas fotos de desaparecidos y en el piso sus nombres
y los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo.
Caigo en cuenta que los nombres que mis pies evitan pisar son de DESAPARECIDOS y tras pedir pintura y pincel me arrodillo para pintar … “MARIO GERARDO YACUB CHERBIN”, mientras lo hago 2 nenas de unos 9 años se paran a mi costado y observan, las miro con pincel en la mano y me invitan…¿va a venir a bailar con nosotros? , es que son de la Murga que acompañó la Marcha y sus bombos están sonando, les digo que pregunten al líder de la murga si el quiere que vaya a bailar con mi pendón del Che Guevara y contestan que él las envió. Preguntan quien es Mario Gerardo y amplío mi personal historia de haber vivido en casa de un abogado judío peronista desaparecido, por ayudar a los militantes detenidos por el Proceso genocida. Un joven sentado ante nosotros nos filmó todo, era de TV antena negra. Luego bailé con la murga con mucho gusto. Pinté en el piso del Centro Cívico el nombre “Héctor Rivera” perteneciente a otro desaparecido, cuñado en su momento de un amigo mío de la adolescencia. Se acerca el momento en que pasará por la ruta (está a 50 mts. bajando hacia el lago) Barack Obama, así que desciendo la loma con el gran pendón del Che inflado por el viento cordillerano y recorro la fila de policías de casco y escudo (el garrote no lo nombro porque duele) serán 30 de este lado de la calle, luego me meto en sentido contrario por entré las 2 filas de policías 30 en cada banquina de la ruta, me miran impávidos, busco al Jefe, está de espaldas a 15 mts. Sigo avanzando hasta que otro oficial me paraliza con un gesto de stop. Gesticulo señalando al Jefe, como que le quiero hablar. Terminantemente gesticula que nó y debo resignarme y dar media vuelta. Me sacaron del ring en el primer round. Camino 20 cuadras alejándome de la multitud, paso junto a un camión de bomberos a quienes hago reir pidiéndoles, que si ocurre un atentado solo salven a la SUEGRA del negro, paso frente a un grupo de 15 personas en la escalera de un establecimiento de venta de chocolate, escucho una voz airada, es un hombre joven que está entre ellos. Hago señas de que soy sordo, me desvío del medio de la ruta y llego hasta el grupo pidiendo me repita. Se excita mucho y enojadísimo reprocha que pinten el piso de la plaza. Le reconozco que yo pinté 2 baldosones, “pero es porque se llevaron las vidas de dos conocidos míos”. Grita que a él no le importa, que había que cuidar la ciudad. Dije que ciudad sin ciudadanos no sirve para nada. A esta altura lo agarraban entre 2 mujeres, para que no se me tirara encima, yo con el pendón del Che Guevara en alto. Le desee que perdiera esta intolerancia de juventud con los años y que la paz lo ganara al madurar. Parezco un sacerdote pacifista. Sigo por la ruta, más adelante me detengo en un grupo de 30 personas, empleados o huéspedes de un hotel sobre la ruta, que aguardan la llegada de la caravana. Serán 700 metros rectos que facilitarán el que custodios, chofer, mujer, hija, suegra y hasta Obama visualicen el rostro del guerrillero heroico. La caravana recorrió 40 km por tierra desde el Aeropuerto Internacional hasta el hotel Llao Llao. Las calles por las que iban fueron cortadas al tránsito y se reabrieron una vez que pasó rauda la caravana de vehículos oficiales de EEUU y la Policía Federal. Agité mi pendón con toda energía y lo odié intensamente mientras pasaba, algunos saludaban el paso de Obama y desesperados tomaban fotos. Obama se instaló en el hotel Llao Llao y 13:30 salió para recorrer el Circuito Chico en camioneta. A las 16:45 llegó a Puerto Pañuelo y embarcó la Modesta Victoria, el barco insignia de esta ciudad para realizar una navegación por el Lago Nahuel Huapi. Voy a una pizzería, como 3 empanadas y una cerveza, paso hora y media leyendo y ordenando papeles. Me levanto saludo uno por uno al dueño y a los 2 dependientes y salgo a la calle lo más pancho y me alejo caminando, a los 10 mts tengo al mozo a mi lado rogándome que les pague. Se nota que estoy muy bien de la cabeza. Volví y los buitres me cobraron sin chistar. Menos mal que no fui preso. A la tarde nuevamente me sumé a otra marcha de repudio al Golpe Militar, encabezada por agrupaciones de Izquierda y cerrada por quien esto escribe con el hermoso Pendón del Che Guevara a 4,50 mts de altura, terminamos en el Centro Cívico donde una orquesta juvenil interpretaba hermosos temas y sobre un escenario se aludía a la memoria y a los desaparecidos. Sin ninguna esperanza, pensé en intentar leer desde el escenario un emotivo escrito de la viuda de Mario Gerardo Yacub el abogado peronista desaparecido. Ella lo había leído en el acto de un 24 de Marzo (hará 3 años) en la Escuela de Basavilbaso, Entre Rios, donde su esposo cursó la primaria. Quise explicarle al joven que bajaba del escenario mostrándole el escrito y me frenó diciéndome…. ¡ dale subí y leé ! No demoré un segundo, mi pendón lo dejé en custodia a una maestra joven y desde el escenario declamé emocionado con el micrófono hacia la multitud, ese mi personal homenaje al judío peronista desaparecido. Al otro día me comentaron que en la TV de Bariloche aparecí haciendo eso. Toda la plaza aplaudió y al bajar se me acercó en señor de mi edad (73 años) que preguntó si yo era Toto. Era del Grupo de Solidaridad con Cuba de Bariloche y lo llené de material impreso de nuestro museo. El tiempo vuela y comencé a alejarme nuevamente por la ruta para esperar el regreso de Obama. El tránsito cortado, por el medio de la ruta caminé 25 cuadras, calculé un tramo recto que no impidiera la visualización de mi pendón y persona. En ese tramo la ruta tenía en el medio un refugio de unos 30 mts y me paré sobre él, esperando bajo un farol que iluminaba muy bien. Antes que Obama llegó caminando un policía y dijo que no podía estar ahí . Opté por la banquina del lado del lago. El joven uniformado también cruzó y tras usar un walkie talkie vino y preguntó ¿tiene documentos?. Bajé el pendón al piso, izé mi poncho y comencé a sacar de mi bolsón la billetera, luego de ella la primera tarjeta que resultó ser de OSDE , aproveché y le dije que si me caía redondo allí, no me llevara a un Hospital Público donde siempre faltan alcohol, gasas e insumos sino al Sanatorio San Carlos. Agregué “por eso pagamos OSDE una barbaridad”. Luego mi D.N.I (con fotos pegadas con scotch de mis queridos 3 primeros hijos. Claudia Marcela Alejandra; Javier Alejo Rodrígo y María Fernanda Ximena). El hombre anotaba todo. Mi tarjeta de jubilado, el certificado de discapacidad auditiva y mi pasaporte español (1/2 nacionalidad europea) . Al verlo dije que pudiéramos ir al Consulado Español, si quería averiguar más. Con todo eso y algunas preguntas llenó un papel, se apartó 20 mts en la oscuridad y pasó todo por móvil. A los 4 minutos una camioneta negra de Policía de Río Negro con 4 efectivos paró delante nuestro. Chofer que no bajó, policía femenina que no bajó, otra mujer policía alta corpulenta que bajó y se puso a mi lado, el Oficial a cargo bajó, me encaró y comenzó a interrogarme confirmando lo registrado previamente. Pensé… si nos peleamos y hay forcejeo ojalá que sea con la mujer (era atractiva) el oficial “no me gustaba”. Les dí una tarjeta del Museo Ernesto Che Guevara a cada uno de los 4 (la tomaron todos) y expliqué que era el fundador en Buenos Aires. Les dije que la llegada de Obama y el permiso que nos daba ahora de poder hablar de Cuba, Fidel y el Che era un alivio para ellos y para mí. El oficial por lo menos ya estaba harto y no se que hubiera pasado, si no hubiera en la banquina de enfrente unas 20 personas con celulares tomando fotos y esperando el paso de la caravana. Subieron y querían irse, pero dije que me tocaba preguntar a mí y planteé porqué habían cometido el enorme error de dejar 25 autos estacionados (sin ocupantes) al costado de la ruta por donde pasaría el dueño del mundo. Yo los había contado en el trayecto que hice desde el Centro Cívico hasta donde me demoraban ellos. “Si alguno explota oficial, Obama sufrirá alguna pequeña contusión porque su limusina es blindada, pero los que morirán son sus compañeros motociclistas que van delante”. Agregué que el día anterior en Bruselas el atentado había segado muchas vidas. No contestó nada y vuelta a querer irse. Dije “Les hice perder mucho tiempo y les pido perdón pero no se vayan sin una sonrisa”. pregunté ¿saben como llegará formada la caravana? Y proseguí…. “ Primero las motos, luego las camionetas del servicio secreto, inmediatamente una limusina negra sin techo, en ella parada saludando la suegra de Obama, quinientos metros atrás dentro del auto blindado el Presidente de los EEUU y Nóbel de la Paz frotándose las manos y rezando en inglés, para que HAYA FRANCOTIRADORES”. (No se olviden de John Kennedy) Se rieron un cachito y se fueron. Quedé a solas con el pibe policía, de más o menos la edad del policía cubano para el que di sangre en La Habana en 1992, cosa que provocó como respuesta cinco mil cartas que me escribieron desde Cuba y provocaron primero el nacimiento de Chaubloqueo, y luego la fundación del museo del Che Guevara (primero en suramérica). Con lujo de detalles se lo conté todo y mucho más, hablé de la relación del pueblo con su policía allá. Estaba distraído y de espaldas y el joven policía tuvo el gesto de avisarme ….. “ahí viene Obama”. Giré y comencé a blandir el pendón. La gente tomando fotos y gritando y la caravana muy larga pasó muy rápido. No había mas nada que hacer allí, lo saludé y me iba a alejar cuando me pidió que le diera una tarjeta como la que le había dado a los otros. Comencé a buscar en mis bolsillos, con una mano sostenía el pendón que el fuerte viento movía como una vela. Quiso ayudarme y me dijo extendiendo el brazo “deme que se lo tengo”. No lo podía creer, imaginé las fotos que tomarían con los celulares la gente del otro lado de la ruta al ver a un policía sosteniendo el pendón del Che Guevara. Le dije…”nó boludo, no te lo doy, si lo agarrás y te sacan una foto, mañana perdés el trabajo”. Y allí quedó en la mano del joven policía la tarjeta de nuestro museo, con el rostro del argentino admirado en el mundo y semi olvidado en su propia patria Ernesto Che Guevara de la Serna. El viaje de regreso a partir de Bahía Blanca donde suben 10 jóvenes cantando con un trofeo en la mano es muy productivo. Pertenecen a la Primera de Futsal (futbol de salón) del Club Racing de Avellaneda y jugaron en Bahía Blanca. Con darles ejemplares de Caballito Regalado, bastó para que pregunten por el sello que dice Che Guevara, confieso ser fundador del museo y les muestro el pendón desplegándolo dentro del micro. En el acto se fotografían con él. Ellos y su entrenador (más los otros pasajeros) reciben así 2 horas de una exhaustiva charla debate sobre Ernesto Che Guevara. Y el viaje de vuelta, se hizo corto de esta linda forma. Eladio González toto
El autor de esta crónica señala asombrado el cartel que algún inadaptado colocó sobre las rejas de la Plaza Caballito 130. El texto dice: ¡ Se vuelve a votar !. Le dió “positivo” el doping a Mauricio Macri. Extrañamente los rasgos de la escritura son parecidísimos a los de Eladio González – Toto
La Jefa espiritual del museo – local comercial y su compañero Eladio González – Toto.
Ciudadanos y medios INTACHABLES : no caben en un tacho de basura. ¿ QUÉ TIENEN EN COMUN ?
Ambito Financiero, diario Clarín, Marcos Aguinis, La Nación, Cornelia Schmidt Liermann, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar, Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad, Feinman, Lage, Micaela Hierro Dori , Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Petinato, Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Gerardo Sofovich, Pepe Eliaschev, Julio Bárbaro, Leuco (padre) Chiche Duhalde, Jorge Giacobbe, Felipe Solá, Beatriz Sarlo, Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli, Salvia, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul, Pablo Docimo, Santiago del Moro, Pablo Irossi, Antonio Laje, Fernando Carnota y algunos otros. Aunque “siniestro” es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios y personajes políticos siniestros todos son de derecha (diestra). Todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a las Revoluciónes cubana, venezolana, boliviana, ecuatoriana y frotarse con los Fondos Buitres para retrotraer a la nueva Argentina a los tiempos del genocidio. Son soldados del colonialismo.
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