Año 15 Número 89 | Fecha 2017-12-21 |
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SOBRE LO QUE PUEDE PASAR EN PERÚ | por Bárbara Ester | Antecedentes de injerencia del Congreso por sobre el Ejecutivo mediante denuncias de corrupción: · El 10 de abril de 2016, en las elecciones generales del Perú, el fujimorismo obtuvo la mayoría absoluta con 71 de 130 bancas del Congreso. · Desde entonces, el congreso ha hecho uso de procedimientos para descomponer el Gabinete de Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Por ejemplo, ha logrado la renuncia de varios de sus ministros (Defensa, Educación, Transportes y Comunicaciones, y Economía). Odebrecht. Antecedentes: · PPK informó en una declaración de intereses de enero de 2017 que Westfield Capital Limited –de su propiedad– fue una empresa unipersonal de asesoría en banca de inversión, que registró la última transacción en 2007. · Kuczynski se negó en octubre y noviembre a acudir a la comisión investigadora, dado que no estaba obligado legalmente, pero los fujimoristas anunciaron que citarían a la primera dama Nancy Lange, vinculada a First Capital. · PPK reconoció el pasado 9 de diciembre que sí asesoró a Odebrecht en la búsqueda de financiamiento para el megaproyecto de irrigación Olmos, un negocio que se concretó durante el segundo Gobierno de Alan García (2006-2011). · También dijo que a través de First Capital realizó “consultorías para algunos grandes proyectos”. · PPK trató con poco éxito de justificar los 4,8 millones de dólares recibidos por parte de Odebrecht entre 2004 y 2014, por dos empresas a las que está vinculado. 782 mil dólares por Westfield Capital, de la cual él es propietario único, y poco más de 4 millones de dólares por First Capital, propiedad de su socio Gerardo Sepúlveda. · El 15 de diciembre, el Congreso aprobó lo siguiente: “Declárase la permanente incapacidad moral del presidente de la República, ciudadano Pedro Pablo Kuczynski Godard, según lo establecido por el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución Política del Perú”. · PPK se niega a presentar su renuncia y comparecerá ante el Congreso, donde se decidirá su suerte. También fue citado a declarar su socio chileno Gerardo Sepúlveda. · La continuidad o el cese de funciones del primer mandatario se debatirá el jueves 21 de diciembre en el Congreso y el 28 de diciembre ante la Fiscalía, para aprobarse, la moción de vacancia por incapacidad moral se necesita 2/3 del número legal de congresistas. Escenarios posibles: · Destitución: se necesitan 87 votos, es decir, mayoría calificada en el Pleno del Congreso. · Continuidad: poco probable dada la composición de fuerzas, aunque podría obtenerse a cambio del indulto a Fujimori. En caso de destitución ¿quién asume?: · Según la Constitución peruana el orden de sucesión es el siguiente: 1. Primer vicepresidente: Martín Vizcarra 2. Segunda vicepresidenta: Mercedes Aráoz · En caso de que ambos renunciaren, se llamaría nuevamente a elecciones. Rol del fujimorismo: · Fuerza Popular, el partido liderado por Keiko Fujimori, ha sido acusado por el propio Marcelo Odebrecht de haber recibido financiación para su campaña en 2011 . · Por otra parte, luego de discutirse públicamente el indulto humanitario, representantes del partido -refiriéndose a Alberto (Fujimori)- han afirmado que “no va a permitir que se negocie su indulto para impedir vacancia”. · Kenji (hermano de Keiko) y suspendido por mantener relaciones contrarias a su propia bancada y criticar públicamente a sus compañeros mantiene la presunción de inocencia sobre PPK . Este hecho supone que cierto sector del fujimorismo sí estaría dispuesto a garantizar la continuidad del actual mandatario a cambio del indulto. Imagen pública: · Según la reciente encuesta Ipsos Perú : PPK tiene 18% de imagen positiva, la popularidad del mandatario cayó en 9 puntos respecto a noviembre y su desaprobación ascendió a 75%. · Vacancia: un 57% de consultados cree que PPK debe dejar el Gobierno, mientras un 41% cree que debe continuar. · Legislativo: un 61% de consultados sostuvo que PPK debe disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones parlamentarias, un 36% cree que el Legislativo actual debe continuar. Bárbara Ester es investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). | Fuente: CELAG | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | |
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DICIEMBRES TRAUMÁTICOS | por Atilio A. Borón | Diciembre es un mes que, políticamente hablando, pocas veces trajo buenas noticias para los argentinos. Desde la recuperación de las formas democráticas –que no de la consolidación de una verdadera democracia, tarea aún pendiente- casi invariablemente cada fin de año vino signado por la intensificación de los conflictos sociales y la respuesta represiva de las “fuerzas del orden”. La crisis de la deuda que agobiaba al gobierno de Raúl Alfonsín nutría sin respiro la protesta social. De las ruinas del experimento alfonsinista brotó un programa ortodoxo de ajuste estructural y estabilización dictado letra a letra por el FMI y el BM que, bajo la batuta del peronista neoliberalizado Carlos S. Menem, profundizó la explotación económica, la desigualdad y la exclusión sociales generando innumerables motivos de protesta que alcanzaban su cota más elevada a medida que se acercaba el fin de año. La Alianza, ese matrimonio de conveniencia entre un sector del peronismo (el Frepaso) y el radicalismo, lejos de abandonar esta ruta suicida, persistió de la mano de Domingo Cavallo en llegar hasta el final del camino iniciado por Menem, pese a las reiteradas alertas de que el rumbo llevaba al abismo, al que se llegó precisamente en Diciembre del 2001 con su corralito y el saldo luctuoso de las jornadas de lucha del 19 y 20 de ese mes. En Diciembre del 2015 el peso argentino era devaluado por el nuevo gobierno de Mauricio Macri en un 30 % en cuestión de horas. Y ahora esto, cual si este país fuese víctima de una maldición bíblica, un gobierno escandalosamente clasista, que tiene como meta excluyente el enriquecimiento de los muy ricos, extorsiona a diputados y gobernadores, blinda al edificio del Congreso, apalea multitudes de gentes que pacíficamente se oponían a la iniciativa (debidamente infiltrada por “agentes provocadores” para justificar la represión) y saca entre gallos y medianoche una ley reaccionaria e inconsulta, mera expresión del capricho oficial. Una ley ilegítima hasta la médula, mal concebida, incoherente, chapucera e inconstitucional hasta para los juristas de cabecera del gobierno pero que persigue un objetivo imprescindible e impostergable: reducir progresivamente los ingresos de los jubilados y, por esa vía, tratar de ordenar las cuentas fiscales y aliviar la presión tributaria que según el macrismo agobia a los grandes empresarios y al capital concentrado e impide la llegada de la venturosa –e ilusoria- lluvia de inversiones. O sea, hacer que el ajuste fiscal lo paguen los pobres y, sobre todos, los más vulnerables: los jubilados y pensionados, que no tienen sindicatos que los defiendan. La combinación de la reducción de los haberes jubilatorios junto con la debacle del PAMI, el programa de atención médica a los adultos mayores que ofrece cada vez menos medicamentos gratuitos, lo que hará es acelerar una silenciosa eutanasia de los viejos y así mejorar, en una verdadera apoteosis de la maldad, las cuentas de la seguridad social porque cada vez sobrevivirán menos ancianos y los afortunados lo harán por menos tiempo. Y esto es apenas el preludio de nuevas leyes fundamentales (reforma laboral, impositiva, ganancias, consenso fiscal, presupuesto 2018, etc.) que el gobierno tratará de conseguir con la misma metodología, amparada por la complicidad de los grandes medios de comunicación que hicieron de la mentira su religión; el desmoronamiento de los pilares del Estado de Derecho y la indiferencia de sus custodios; y la inescrupulosidad de amplios sectores de la dirigencia política peronista y radical cuya identidad ideológica muta con más rapidez que los colores de un camaleón en función de la melodía que proviene de la Casa Rosada. Todo ello en el marco una de una democracia crecientemente vaciada de contenido, en realidad un híbrido apropiadamente caracterizado como una “democradura”; y de una sociedad hábilmente ganada por el odio racista y el resentimiento hacia los perdedores del sistema sobre todo cuando tienen la osadía de organizarse y luchar: los piqueteros, los “planeros” y las que “se embarazan para cobrar la Asignación Universal por Hijo” (¡monto en Septiembre 2017: 1.412 pesos!) envalentonados por “la yegua” que los empoderó y les hizo creer que había un lugar para ellos en esta sociedad. Horrorizados e indignados ante la insolencia plebeya amplios sectores clasemedieros creyeron encontrar en un demagogo millonario de ojos azules al redentor que pondría las cosas en su lugar; que prometía derramar sobre ellos bienestar y felicidad en medio de un mar de globos amarillos que ocultaban las intenciones de la pandilla oligárquica que había exitosamente completado el tránsito desde el poder que ejercía desde siempre al gobierno, al que se encaramaban por primera vez sin las molestas mediaciones de partidos políticos o caudillos militares. Dos años más tarde la ilusión ya se había comenzado a esfumar, pero en los últimos días al compás del operativo mafioso puesto en marcha para reformar el régimen jubilatorio aquellos sectores medios se estremecieron al comprobar, como en las películas de terror, que una infausta metamorfosis se había producido y que el mesías que encumbraron a la Casa Rosada se había convertido en su verdugo. | Fuente: AtilioBoron Blog | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | |
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ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA: REALINEAMIENTO ESTRATÉGICO Y DESEQUILIBRIO SOCIAL | por Jesús Aller | Las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, integradas en la URSS a comienzos de 1991, alcanzan la independencia ese mismo año y tras no pocas vicisitudes, en 2004 pasan a convertirse en miembros de pleno derecho de la Unión Europea y la OTAN. Esta pasmosa transformación no pudo dejar de producirse sin una conmoción social que tiene un interés extraordinario, aunque sus detalles apenas se han divulgado. El libro La Europa báltica de Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo A. Pérez Sánchez, publicado por Síntesis en 2010, es una buena base para acercarse a estos procesos, que puede fácilmente perfilarse y completarse con la abundante información disponible en Internet sobre ellos. Los territorios que ahora comprenden las tres naciones se gobernaron a sí mismos en algunas épocas, pero estuvieron sometidos más frecuentemente a sus poderosos vecinos: Polonia, Prusia, Suecia y Rusia. A lo largo del siglo XVIII toda la región es incorporada al imperio ruso, y hay que esperar a la paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918, para que la Rusia revolucionaria acuerde conceder la independencia a las repúblicas de Estonia, Letonia y Lituania. Esta se mantiene hasta 1940, cuando tras el pacto germano-soviético son integradas en la URSS, y en ella permanecerán hasta 1991, con el breve interregno de la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. Tal parece que la independencia de estas naciones va íntimamente asociada a la debilidad de su gran vecino del este, y así logran alcanzarla en dos momentos clave de la historia de este, que coinciden con los estertores del nacimiento y la disolución de la URSS. Los movimientos que culminarán en la secesión de 1991 empiezan a gestarse con la llegada de Gorbachov a la secretaría general del PCUS en 1985 y son liderados por los propios dirigentes locales del partido que se declaran partidarios acérrimos de la Perestroika. Es interesante constatar que en el caso de Estonia en ese momento, solamente un 61,5% de población era de origen estonio, pero copaba el 82,2 de los puestos de responsabilidad en la administración. La misma tendencia encontramos en Letonia: 52 contra 63,15, y en Lituania: 79,6 frente a 91,5. Sin embargo, estas elites locales apenas tenían influencia sobre las grandes directrices económicas y esto generaba malestar en ellas, asociado a la instalación de industrias contaminantes y la inmigración masiva de rusos para trabajar en ellas, así como al predominio del ruso en la enseñanza y la administración. En 1988 se constituyen, aglutinando corrientes ecologistas, nacionalistas y comunistas pro-perestroika, los frentes populares que liderarán los cambios en el futuro, y ese mismo año notorios reformistas son elegidos secretarios generales del partido en las tres repúblicas. A partir de 1989, los frentes y los propios soviets derivan hacia un abierto separatismo, basado en la denuncia del pacto germano-soviético, que es respaldada desde la URSS. En 1990 los soviets proclaman la soberanía de los tres estados, y esta es refrendada en elecciones semilibres. Los partidarios de la perestroika quieren ahora abandonar la URSS, mostrando a Gorbachov lo mal que había calculado la fuerza del nacionalismo en la región. Las minorías rusas, atacadas en ocasiones con alegatos etnicistas, comienzan a organizarse, pero conscientes de cómo van las cosas en Rusia no se oponen abiertamente a la independencia. Tengamos en cuenta que en ese momento los rusos representaban en Estonia un 28% de la población, en Letonia el 32% y en Lituania sólo el 9%. En 1991 se pone en marcha el sistema multipartidista y la secesión es aprobada en referendos con amplias mayorías. Las nuevas constituciones son ratificadas en 1992 y poco después se eligen los parlamentos nacionales. Los años siguientes están marcados por la liberalización de la economía, notorios casos de corrupción y el hecho vergonzoso de que la población de origen ruso no accede a la ciudadanía plena y no puede votar en las elecciones. En Estonia, por ejemplo, las 1.144.309 personas con derecho a voto en 1991 pasan a ser sólo 689.319 en 1992. En 1995 arrancan las conversaciones para la adhesión a la UE, lastradas por el espinoso asunto de las minorías, que poco a poco se va solventando. En 2001 se decide que se cumplen ya los compromisos requeridos, aunque en 2005 en el caso de Estonia aún un 15% de la población (180.000 personas) seguían sin pertenecer a ningún estado, y en 2003 en Letonia había más de medio millón de “no ciudadanos”. De hecho Estonia y Letonia son consideradas aún por muchos analistas “democracias étnicas”. La integración de las tres repúblicas en la Unión Europea y la OTAN, aprobada en referendos en 2003, fue un duro golpe para los intereses estratégicos de Rusia, que sin embargo sigue conservando el enclave de Kaliningrado, entre Lituania y Polonia, con una gran base naval. La respuesta de Moscú ha sido sobre todo a través de la presión económica y la adquisición de empresas que operan con el suministro de petróleo y gas y refinerías del área báltica. Además, no ha dejado de insistir en el carácter étnico de los regímenes establecidos tras la independencia y la marginación de las minorías en ellos, lo que a su vez ha sido un acicate para la presión europea que pretendía corregir estas situaciones. Es importante señalar que Rusia no hizo reivindicación territorial alguna sobre las zonas con amplia mayoría rusa que existen en Estonia, ni auspició movimientos secesionistas en ellas, y que la retirada de su ejército de las tres repúblicas se realizó de forma ordenada sin dar lugar a incidentes reseñables. La historia que se acaba de sintetizar aporta un ejemplo emblemático de realineamiento estratégico y corrimiento de fronteras entre áreas de influencia de grandes potencias. En este caso, tal vez lo más notable sea el esfuerzo propagandístico por publicitar el reclutamiento por parte de la OTAN y el vasallaje económico a las elites burocráticas de Bruselas como una genuina emancipación. Hay que indicar además que esta “liberación” se asocia con la implantación de un nacionalismo étnico excluyente capaz de negar derechos elementales a un amplio porcentaje de la población, considerados “no ciudadanos”. Tengamos en cuenta que, según datos de 2016, por lo que respecta a Letonia, país en el que esta situación es más grave, todavía existe más de un cuarto de millón de personas (11,75% de la población), con este estatus legal, sin derecho al voto ni a ocupar puestos en la administración, entre otras discriminaciones. Jesús Aller (Gijón, 1956) es catedrático de Geología en la Universidad de Oviedo y escritor. | Fuente: Rebelión | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | |
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POLONIA: UN ESTADO CANALLA EN EL CORAZÓN DE EUROPA | por Raúl Zibechi | En el fondo de esta crisis laten tres problemas estratégicos para el imperialismo La revista de negocios Bloomberg Businessweek, dirigida por Bloomberg LP, una de las principales empresas vinculadas a servicios financieros, es la responsable de haber acuñado la idea de que la Polonia ultra-nacionalista de Jaroslaw Kaczynski, puede convertirse en un “Estado canalla” y crearle más problemas a la UE que el mismísimo Brexit. El nuevo primer ministro polaco, el banquero y ex ministro de Finanzas formado en universidades de EEUU, Mateusz Morawiecki, "ha respaldado el impulso cada vez más autoritario del partido Ley y Justicia para obtener más control de los tribunales, un plan condenado por el Parlamento Europeo y la Comisión Europea", en palabras de Bloomberg. Los analistas destacan la tensión existente entre Bruselas y el Gobierno polaco, mientras estiman que "un conflicto prolongado es cada vez más probable". La tensión es tan elevada que el pasado 15 de noviembre, durante una reunión ministerial en Bruselas de la Unión Europea, Francia, Alemania y los países nórdicos llegaron a proponer limitar el acceso a los fondos comunitarios de países como Polonia que "no respetan el Estado de derecho democrático". Kaczynski es el líder del partido católico y nacionalista Ley y Justicia que ostenta la mayoría absoluta en el Sejm (Cámara de Diputados) y en el Senado, luego de las elecciones de 2015 que le dieron casi el 38% de los votos, 235 diputados y 60 senadores. El partido de Gobierno se niega a recibir refugiados musulmanes, apoya la política de Donald Trump y ataca sin piedad a la Unión Europea de la que, sin embargo, recibe 10.000 millones de euros anuales en ayudas. El conflicto entre Bruselas y Varsovia se arrastra desde que comenzó una reforma que supone, según Naciones Unidas, "un ataque a la Justicia", ya que "socava el papel y la independencia del poder judicial". En julio pasado el Parlamento aprobó una ley que permite al Gobierno designar y destituir a los presidentes del Tribunal Supremo sin alegar motivos y faculta al ministro de Justicia a destituir jueces y nombrar a los presidentes de los juzgados ordinarios, así como a destituir a miembros del consejo nacional del Poder Judicial. El pasado 10 de noviembre, en su discurso del Día de la Independencia, Kaczynski dijo que los polacos deben mostrar a "la enferma Europa de hoy el camino de vuelta a la salud, a los valores fundamentales, a la verdadera libertad y al fortalecimiento de nuestra civilización basada en el cristianismo". El contragolpe europeo llegó el 20 de diciembre. Cansados de los desafíos de Varsovia y de la interrupción del diálogo, la Comisión Europea decidió apretar el llamado “botón nuclear”, activando el artículo 7 del Tratado de la UE contra Polonia, contemplado para castigar a los Estados miembros cuando se constata una "violación grave y persistente" de los valores europeos como el Estado de derecho. La decisión puede concluir con la retirada de los derechos de voto del país en el Consejo, "el mayor castigo que un país de la UE puede sufrir a manos de sus socios". Sin embargo no será sencillo aplicar estos castigos, ya que la UE requiere unanimidad de sus miembros para ese tipo de decisiones y en este punto puede chocar con los intereses de EEUU frente a Rusia. En septiembre se realizaron las maniobras Dragón 2017 de la OTAN en Polonia, muy cerca de la frontera con Rusia, en las que participan 17.000 efectivos de 12 países, 53 tanques, 192 vehículos blindados, 90 unidades de artillería y más de 30 helicópteros. Polonia ya había acogido este mismo año maniobras navales de la OTAN. En octubre el Gobierno decidió crear una unidad de defensa cibernética para protegerse de la “amenaza rusa”. Periodistas independientes polacos sostienen que desde las alturas se "asusta constantemente a la sociedad polaca con la supuesta agresión rusa", con el objetivo de "convertir Polonia en un imperio militarista". En el fondo de esta crisis laten tres problemas estratégicos. El primero es la decisión de la Cumbre de Varsovia de la OTAN, en julio de 2016, de reforzar su flanco oriental con el despliegue de 4.500 efectivos y material bélico. La alianza desplegó un grupo táctico en Polonia liderado por EEUU, con efectivos de ese país, rumanos, británicos y croatas. Además, se desplegaron tropas en Estonia, Letonia y Lituania. Polonia es una plataforma importante para poner a la OTAN de cara a Rusia y, lo más grave, puede convertirse en un territorio apto para aislar, llegado el caso, el “óblast” de Kaliningrado (aislado de Rusia) con el que Varsovia tiene una amplia frontera marítima y terrestre. La segunda cuestión la dicta la historia. Las grandes empresas occidentales y países como EEUU y Gran Bretaña han empujado a terceros países, como la Alemania nazi, hacia la guerra de agresión a Rusia. Algo similar sucedió en la Primera Guerra Mundial. En ambos casos dejaron que la Rusia imperial y luego la Unión Soviética se desangraran sin mover un dedo. Sólo cuando el poderío nazi resultó una amenaza para sus intereses, los grandes países occidentales decidieron intervenir. Hoy utilizan la misma lógica también ante China, utilizando a Japón y otros aliados en Asia-Pacífico para contener la “amenaza china”. La tercera cuestión atañe directamente a los europeos, en particular a Alemania y Francia, los países que pueden liderar al conjunto de la Unión. Ellos tienen en sus manos la posibilidad de neutralizar la estrategia de los neoconservadores, poderosos entre los mandos de la OTAN, de aislar y cercar a Rusia. Sería una enorme contribución a la paz europea y mundial. | Fuente: La Haine | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | |
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LAS TENDENCIAS EN TWITTER Y CÓMO SE MANIPULAN | Las tendencias en Twitter se revisan para conocer los temas más comentados del día. Pese a que Twitter las filtra con un algoritmo, no están exentas de manipulación. En esta sociedad moderna, el uso de la red social Twitter se ha convertido en una necesidad para mantenerse informado en tiempo real de lo que acontece en el mundo, así como también en un medio masivo de interacción entre amigos, familiares y hasta desconocidos. Para saber de qué se habla en tu ciudad, país o a escala global, la plataforma de microblogging pone a disposición su lista de tendencias (Trending Topics, en inglés) que en el mundo de las redes suele identificarse con la abreviatura TT. Aunque muchos creen que esta lista se genera por “arte de magia”, no es así. En realidad, Twitter utiliza un algoritmo que rastrea en tiempo real los TT más nuevos, para evitar que una misma etiqueta esté posicionada indefinidamente, y para darle dinamismo a la red. Asimismo, establece que si un tema -puede ser una palabra, frase o etiqueta- fue tendencia en un periodo determinado, sólo volverá a serlo si obtiene un mayor número de menciones de usuarios que aquella vez. Pensar que este sistema, aparentemente democrático, no puede ser manipulado es inexacto. ¿Por qué? Simplemente porque sí puede manipularse, y para ello (especialmente en la política, un evento conocido como spam político) se emplean diferentes estrategias: Uso de bots: Un bot es un programa informático que imita el comportamiento de un humano. En el mundo 2.0 se consideran una amenaza, pues logran automatizar respuestas y/o menciones -incluso hasta miles- para posicionar un “tema” en cuestión de minutos. En Twitter, cientos de bots al servicio de una misma causa pueden lograr que ésta se convierta en TT. Perfiles falsos: Estos usuarios pueden tener, al menos, dos objetivos: 1) Robar la identidad de un personaje famoso que no se haya manifestado en la red y así posicionar un tema. 2) Incrementar el número de seguidores de un perfil y hacerlo ver más importante de lo que realmente es, para mencionar o retuitear sus mensajes. En el mundo digital, la importancia de una cuenta se atribuye a su condición de influenciador o no, y se considera influenciador si tiene más seguidores de los que sigue. Perfiles falsos y automatizados: Es una combinación de las dos primeras, ya que son perfiles de personas que no existen en la vida real (a veces usan fotos de mujeres y hombres “atractivos” para buscar seguidores) pero son controlados por bots, es decir, son cuentas automatizadas. Trolles: Son cuentas que sólo buscan provocar intencionalmente a otros usuarios, generando controversias y atacándolos directamente, con especial énfasis en personas o cuentas reconocidas, para posicionar ese tema. Su lema es “sígueme y te sigo” y así ganan buen número de seguidores que los mencionan y retuitean. Hay denuncias de “centros de trolleadores” que reciben un salario por ello. Redes de tuiteros: Generalmente prestan servicio a marcas o individuos. Se hacen populares y luego impulsan a otras cuentas o temas específicos. Publican tuits que, vistos superficialmente, parecen una simple opinión, pero entre líneas intentar introducir en el imaginario popular una idea determinada con palabras claves. Las empresas especializadas en mercadeo digital utilizan esta técnica. Tendencias patrocinadas: Twitter también ofrece por convenio, en algunos países, la posibilidad de pagar para posicionar tuits o tendencias. Cuando esto sucede, se le identifica a lado de la etiqueta con una flecha naranja que indica su naturaleza. Incremento artificial de menciones: Twitter usa las menciones como métrica para calcular los índices de influencia en la red. A veces, para hacer popular un perfil y usarlo posteriormente para posicionar tendencias, se aprovechan las redes de tuiteros para emitir menciones masivas hacia las personas que se quieren promocionar. | Fuente: Conatel | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | |
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Cubarte, 2008.
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