lunes, 25 de junio de 2018

Cónsul argentino en Nueva York pateó tablero de Macri y Donald Trump(s) que José Martí conoció” Lil María Pichs museo Çhe Guevara Buenos Aires

sábado, 23 de junio de 2018

 

"Los Donald Trump(s) que José Martí conoció"

 

Por: Lil María Pichs Hernández  (Estudiante del ISRI,  4to año y miembro del  Movimiento Juvenil Martiano)

 

Una vez, no hace tanto, cerca de un 19 de mayo, le oí a  LuisToledo Sande, gran cubano y gran estudioso de  José  Martí,

algo que me sacó del limbo en el que a veces se cae cuando se escucha una conferencia sobre algún tema importante…

"A veces maldigo la vigencia de  Martí; a veces la detesto".  Más de uno en el público se despertó con aquella sentencia,

se removieron, incomodos, otros cuantos.   Entonces siguió Toledo:   " Que esté vigente significa que los problemas que

vio, que denunció, contra los que alertó, siguen ahí, incluso más graves".   Hoy quisiéramos compartir con los lectores una

joya de las tantas que permanecen guardadas en las páginas de las  Obras Completas de  José  Martí.    Encontramos esta

carta en la edición impresa por la Editorial de Ciencias Sociales en La Habana, en 1991.  El volumen: 13, las páginas: de

la 287 a la 290.  Sin título, sin introducción.  Una carta de apenas dos cuartillas que merece ser leída y releída, citada y

reseñada.   Acá ponemos, de cara al sol, el texto completo; y ofrecemos algunos comentarios al final.   Y aunque dejamos la

fecha original, siéntase libre el lector de tacharla, y poner en su lugar el día en que este texto llegue a sus manos:

 

Nueva York, agosto de 1885

 

Señor Director de La Nación:  (de la República Argentina)

 

Era un John Roach amigo grande de los republicanos.  Tiene  arsenal, y  no  menos  de  10.000,000  le  han  sido  pagados, 

no  más  que  por  remiendos  de  buques  mohínos,  que nunca  salen  de  un  mal  paso.   Pero  más se  han  pagado  en 

realidad,  porque  año  sobre año,  en  certámenes simulados, le ha estado  adjudicando  la  Secretaria de  Marina a precios 

nominales,  y  como  hierro  viejo,  maquinarias  enteras  de  buques  en  buen estado  y material  de  toda  clase.

Y  ¿ cómo  no,  si  el  Secretario  de  Marina  era  el  propio  abogado  de  John Roach ?    Así  fue  que  cuando  el  gobierno 

sacó  a  licitación  sus  nuevos buques  de  guerra,  aunque  John  Roach ofreció  hacerlos  a  precios  que, por  lo  bajo  eran 

sospechosos,  a  él  se  le adjudicaron,  y  en  pocos  meses, aun  sin  haber  acabado  el  primer  buque,  que  le  salido  tal 

que  no  puede aceptarlo  el  gobierno,  ya  el  Secretario  de  Marina  y  abogado  de  Roach había  pagado a  éste, so  capa 

de  adelanto  una  considerable  parte,  en total  a  veces,  del  valor  de  los  barcos.  No en  balde,  cuando  la  elección de 

Garfield,  dio  Roach  para  gastos  del  partido  cien  mil  pesos.    Y para  la  de  Blaine,  con  cuya  ruina  le  ha  venido  la 

suya,  no  parece  que dio  menos:  así  quedan  inmoralmente  obligados  a  los  especuladores los candidatos  que  no 

triunfarían  sin  su  ayuda:  así  afrontan  los  partidos los  desembolsos  extraordinarios  que  requiere  una  campaña  de 

elecciones.  Los  especuladores dan,  a  cambio  de  legislación  y  favor  que  adelanten sus  intereses: los  empleados dan

a  cambio  de  la  promesa  de  ser  conservados  en  sus puestos  en  atención  a  sus  contribuciones.  De ese  doble punto,

escasamente  adicionado con  el  de algunos  partidarios entusiastas se pagan los oradores,  los periódicos,  las calumnias,

los  viajes,  las paradas  de  uniforme  y  antorcha,  las  vagonadas  de  documentos  impresos, las  ricas  enseñas  con 

inscripciones  y  retratos  que  izan  en  las  calles,  y los  demás  quehaceres  oscuros  del  día  de  elecciones. Vencidos  los  republicanos,  sacada  la  Secretaría  de  manos  de  su  abogado,  llegado  el  momento  de  entregar  a  un 

Secretario  austero  y  desconocido  el  primer  buque de  la  serie,  conforme  a  requisitos  estipulados  en  el  contrato, 

hubo  de serle  devuelto  el  buque  a  Roach,  porque,  a  pesar  de  que  todo  el  Consejo de  Marina  había  aprobado  los 

planos  y  proyectos  de  la  embarcación, ésta  demostraba  no  reunir,  en  pruebas  generosas  e  imparciales,  las 

condiciones  estipuladas  en  el  contrato.   Rechaza el  gobierno  el  barco:  pone Roach  a  salvo  su  fortuna,  y  quiebra. 

Se publica  la  lista  de  los  injustificables anticipos  del  Secretario  anterior  a  su  cliente, en  pago de  buques que acaso 

no  pueda  comenzar  a  hacer  jamás.  El  Consejo  de  Marina  dio  por  buenos,  y  con  ciertas  especificaciones, planos 

que  no  lo  eran,  ni  las  tenían.   Antes de  enseñar  el  contratista  el primer  buque,  el  Secretario  de  Marina  le  había 

adelantado  poco  menos que  el  valor  de  todos.   Ni inclemencia, ni  encono,  ni  inmerecida  gracia ha  mostrado  el 

Secretario.  Al Consejo de Marina lo ha reprendido ante la nación.   A  su  antecesor  en  la  Secretaría, harto  lo reprende 

el  voto público.   A  Roach,  se  propone  tratarlo  como  si  fuese  el  gobierno,  como es,  un  mero  aunque  importante 

acreedor  de  la  quiebra.  La sencillez  y justicia  de  este  escarmiento  ha  ganado  honrosa  popularidad  al  Secretario

Whitney.   La política tiene sus púgiles.  Las costumbres físicas de un pueblo se  entran  en  su  espíritu  y  lo  forman a su 

semejanza.  Estos hombres desconsiderados  y  acometedores,  pies  en  mesa, bolsa  rica, habla  insolente, puño presto; 

estos  afortunados  pujantes,  ayer  mineros,  luego  nababs [1],  luego  senadores;  esta  gente  búfaga [2],  de  rostro 

colorado,  cuello  toral [3],  mano de  maza,  pie  chato  y  ciclópeo;  estos  aventureros,  criaturas  de  lo  imposible,  hijo 

ventrudos  de  una  época  gigante,  vaqueros  rufianes:  vaqueros perpetuos;  estos  mercenarios,  nacidos,  acá  como 

allá,  de  padres  perdidos al  viento,  de  generaciones  de  deseadores  enconados,  que al  hallarse,  en una  tierra  que 

satisface  sus  deseos,  los  expelen  más  que  los  cumplen,  y se  vengan  con  ira,  se repletan, se  sacian en  la  fortuna

que  viene,  de  aquella que  esperaron  generación  tras  generación,  como  siervos,  como  soldados, como  lacayos, 

y  nunca  vino;  estos  tártaros nuevos,  que  merodean  y  devastan  a  la usanza moderna,  montados  en  locomotoras; 

estos  colosales rufianes, elemento  temible  y numeroso  de esta  tierra sanguínea,  emprenden su  política de pugilato, 

y,  recién  venidos de la  selva, como  en la selva  viven  en la política, y donde ven  un  débil  comen  de  él,  y veneran 

en  sí  la  fuerza,  única  ley  que  acatan,  y  se miran  como  sacerdotes de  ella, y  como con  cierta superior  investidura 

e  innato  derecho a  tomar  cuanto  su  fuerza  alcance.    En  Cartago,  estos hombres se asentaban  en  el  palacio  de 

Amílcar [4];  se  comían  sus  bueyes  y  bebían  su vino;  se revolcaban  ebrios,  repletos  de  germen  desocupado,  al  pie

de sus rosales olorosos;  se echaban vientre  a  tierra,  cubiertos  de  oro  y de  perfumes,  y  luego  se  alzaban  como  la 

esfinge,  las  palmas  de  las manos  apoyadas en  el  césped,  en  los  ojos  una  mirada  redonda como  la de  trilobites, 

asido entre  los  dientes el  rosal  roto:  y  luego  cargados de botín,  rugiendo por  su  soldada,  se  iban  como una plaga,

por  los  campos, a  juntarse  anca a  anca para  caer,  con  las  lanzas  tendidas  y  secando a su aliento  la  tierra,  contra 

la  República.  La inmigración tumultuosa;  la fantástica  fortuna  que la  recibió  en el Oeste;  la  fuerza y riqueza mágicas

que  surgieron  y  rebosaron con la  guerra, produjeron  en  los Estados Unidos esas nuevas cohortes de  gente de presa,

plaga  de  la  República, que  arremete y  devasta como  aquélla.  El país bueno la  ve  con  encono, pero  alguna vez: 

envuelto en sus  redes,  o  deslumbrado  con sus  planes, va detrás  de  ella.  Algunos  Presidentes, como  Grant mismo,

hecho a  tropa y  conquista,  la  aceptan y  mantienen,  y  comercian  con  ella  su apoyo  y la  accesión de  una  tierra 

extranjera.  Forman sindicatos,  ofrecen  dividendos, compran  elocuencia e  influencia,  cercan  con  lazos  invisibles al

Congreso,  sujetan  de  la  rienda  la  legislación,  como  un  caballo  vencido, y,  ladrones  colosales,  acumulan  y  se

reparten  ganancias en  la  sombra.   Son los mismos  siempre;  siempre con  la  pechera llena  de  diamantes; sórdidos,

finchados[5],  recios:  los  senadores  los  visitan  por  puertas excusadas;  los  Secretarios los  visitan  en las  horas

silenciosas;  abren y  cierran la  puerta a  los  millones: son banqueros privados.  Si los tiempos sólo se prestan a  cábalas

interiores,  urden  una  camarilla,  influyen  en  los  decretos del  gobierno  de  manera que  ayuden  a sus  fines,  levantan 

por  el  aire  una  empresa,  la  venden  mientras  excita la  confianza  pública  mantenida  por  medios  artificiales  e 

inmundos y luego  la  dejan  caer  a  tierra.  Si el  gobierno  no  tiene  más que contratos domésticos  en  que  repacear, 

caen sobre  los  contratos,  y  pagan  suntuosamente  a los  que les  auxiliaren  en acapararlos.  Caen sobre los gobiernos,

como los buitres, cuando los creen muertos; huyen  por donde no se les ve, como los  buitres por las nubes arremolinadas, 

cuando  hallan  vivo el  cuerpo  que creyeron  muerto.  Tienen soluciones  dispuestas  para  todo: periódicos,  telégrafos, 

damas  sociales,  personajes  floridos  y  rotundos, polemistas  ardientes  que  defienden  sus  intereses  en  el  Congreso 

con  palabra  de  plata  y  magnifico  acento.  Todo lo tienen:  se  les  vende  todo: cuando  hallan  algo  que  no  se  les 

vende,  se  coligan  con  todo  los  vendidos,  y  lo  arrollan.   Es  un  presidio  ambulante,  con  el  que  bailan  las  damas 

en  los  saraos, y  coquetean  los  prohombres  respetuosos,  que  esperan  en  su  antesala  y comen  a  su  mesa.  Esta

camarilla, que cuando es descubierta en una empresa,  reaparece  en  otra, ha  estudiado  todas  las posibilidades de  la política  exterior,  todas  las combinaciones  que  pueden  resultar  de  la  política  interna,  hasta las más problemáticas 

y  extrañas.  Como con  piezas de  ajedrez,  estudian  de  antemano,  en  sus  diversas  posiciones,  los  acontecimientos 

y  sus  resultados,  y  para  toda  combinación  posible  de  ellos, tienen  la  jugada  lista.  Un deseo absorbente  les  anima

siempre,  rueda continua  de  esta  tremenda  máquina:  adquirir:  tierra,  dinero,  subvenciones,  el  guano  del  Perú,  los 

Estados  del  Norte de México.      Esto  quiere  ahora  la  camarilla,  que  cree  ver  en  la  suspensión  del pago de las  subvenciones  a  los   ferrocarriles  americanos,  decretada  últimamente  como  medida  angustiosa  por  México,   buena 

ocasión  para  estimular  el  descontento  y  arriar  los  apetitos  alejandrinos  que,  como  que los  llevan  en  si  suponen 

en  el  pueblo  norteamericano  hacia  sus  vecinos de  lengua  española.    Esto propone  ahora  la  camarilla:  comprar 

en  100.000,000   de  pesos  la  frontera  del  norte  de  México.    No han hallado todavía,  como  hubieran  hallado  en 

tiempo  de  Blaine, el  camino  del  gobierno: la Casa  Blanca es  ahora  honrada.  Pero insisten;  pero pujan;  pero  arman

sin  escrúpulos  el  reconocimiento  y  desdén  con  que  acá  en lo  general  se  mira  a  la  gente  latina,  y  más,  por  lo 

más  cercana, a  la de México;  pero  acusan  falsamente  a  México de  traición, y  de  liga  con los  ingleses pero no pasa   día  sin  que  pongan  un  leño  encendido,  con  paciencia  satánica,  en  la  hoguera  de  los  resentimientos.

¡ En  cuerda  pública,  descalzos  y  con  la  cabeza  mondada,  debían  ser paseados  por  las  calles  esos  malvados que 

amasan  su  fortuna  con  las preocupaciones  y  los  odios  de  los  pueblos !

-¡ Banqueros no :  bandidos !

                                               José  Martí

 

La  Nación,  Buenos  Aires,  4  de  octubre de  1885

 

Ufff!...   No sé los lectores, pero en nuestra opinión, pocas veces viene la vigencia martiana a golpearnos en el rostro de

esta manera, con esta contundencia, con esta precisión quirúrgica. 

Martí le llamó  "camarilla",  hoy le llamamos  "lobby";  Martí les llamaba " buitres ", hoy les llamamos " Fondos buitres y

otros demonios ".    Martí vio nacer esa clase de nuevos ricos, nuevos políticos, nuevos banqueros:  bastos, hostiles, con

astucia porcina,  viejos bandidos con poder nuevo;  nosotros los vemos crecer,  mutar y revolcarse en el lodo de lo que

queda de constitucionalidad en  " América ".     Los vemos aún montados en sus locomotoras, en sus portaviones, en sus

satélites;   cada vez más dependientes del complejo militar industrial,   cada vez más belicosos hacia México,  hacia todo

el Sur…

Solo alcanzamos a ver una clara diferencia entre aquellos que describe Martí,  y los  Donald Trumps  de  hoy:   aquellos

urdían,  pujaban,  acorralaban al gobierno de los  Estados Unidos…   los de hoy no solo hacen eso,   sino que son,

literalmente, el gobierno de los Estados Unidos.

 

 

Gobiernos y periodismo del mundo cómplices de Trump    por Eladio González  toto

90 por ciento de los gobiernos del mundo, HAN SIDO por 55 años y SON cómplices

del holocausto espiritual que ha sufrido el pueblo cubano.  Estados Unidos decidió en 1961

aislar a todos los habitantes de la isla.  Con su pecaminosa, inhumana y genocida actitud

separó a once millones de seres humanos del resto de la humanidad.   Repitió multiplicado trescientas veces al ghetto de Varsovia hitleriano, desgajando de la PATRIA HUMANIDAD a esta pequeña hija que es Cuba.    Pequeña pero no por ello menos necesaria, para el saludable equilibrio de la raza humana. Anualmente estos gobiernos cómplices emiten en la ONU un hipócrita voto contra el bloqueo "lavándose como Poncio Pilatos las manos" para luego hacer el juego que dicta el despótico pero "democrático" dueño del mundo.  La UNIÓN EUROPEA obedece la voz del amo también y bloquea a los  hermosos  locos  que  ostentan  la  MENOR

MORTALIDAD INFANTIL  de toda América  (del Norte,  del Centro  y  del Sur).   El gobierno de Israel  no  tolera  que los revolucionarios cubanos tengan  CERO  en Desnutrición Infantil y a pesar de que millones de judíos murieron en el Holocausto ( ¿cómplicidad mundial por no intervenir? ) los israelitas son hoy quienes votan año tras año para que se perpetúe el BLOQUEO – GHETTO a la patria de José Martí.  Y la humanidad se pierde la hermosa y fructífera experiencia de interactuar con el criterio amoroso, la ciencia, la cultura, el arte y la experiencia de vida cubanas.  En Argentina mi patria de cada mil niñitos nacidos vivos  mueren doce antes del año de vida.  La prohibición de vincularnos a ellos y a su experiencia médica hace que no podamos aprender como es que de mil cubanitos nacidos mueran solo CUATRO en el primer año de vida.   Ellos "ahorran" ocho niños, nosotros  vemos morir a nuestros ocho finaditos ("Ay, ay, ayaya, yita pobre, pobre mi guagüita".  Al rincón más apartado del planeta que haya sido tocado por la tragedia llega primero y donado el plasma cubano. No tienen dinero, no tienen transportes ultrasofisticados pero tienen lo que muchos no tienen…. El PLASMA.   Que no es un modelo de televisor chato, es la concreción de un hecho amoroso que los seres humanos deben practicar… la donación de sangre.  Y en Cuba rebosan los bancos de sangre porque jóvenes y adolescentes acuden dos veces por año voluntariamente a aportar amor o "combustible" para los cuerpos de sus semejantes en el mundo.   En Georgia,  Estados Unidos,  de la Escuela Militar han egresado miles de militares extranjeros convertidos en TORTURADORES deshumanizados (hoy siguen egresando).  En La Habana miles de  jóvenes extranjeros del tercer mundo han egresado tras seis años de estudios gratuitos, prácticas  y el Juramento de Hipócrates como MEDICOS y ejercen el amor con los pacientes pobres de sus pueblos.    Hoy siguen egresando de la  Escuela Latinoamericana  de Medicina de La Habana y de la Primera Escuela de Medicina de Santiago de Cuba, fundada por un petizo pícaro, argentino, cordobés que a instancias de su íntimo amigo Ernesto Che Guevara dejó fama y dinero en Venezuela para compartir su suerte con los pobres de la tierra de la Revolución Cubana y fundó dicha Universidad.  ¡ Honor a Alberto Granado Jiménez el dueño de la moto "Poderosa" y fabricante de médicos para el mundo !.   Cuba cuenta solo en el paupérrimo nordeste brasileño con CINCO MIL médicos solidarios.   Estados Unidos envía marines y soldados a matar a cualquier lugar del mundo. El periodismo argentino al servicio de los medios hegemónicos cumple su triste, traidora y miserable misión.   Ocultaron medio siglo y ocultan hoy estas realidades y acompañan el coro de mentiras que fabrican los gobiernos norteamericanos.   Malhaya triste destino periodistas argentinos, traidores a la patria, anexionistas culturales destructores de la memoria histórica nacional para injertar en alma y cerebro de nuestros niñitos y preadolescentes un cóctel de Harry Potter, He Man, Pokemon y el Hombre Araña.  Reiteraría nuestra poetisa María Elena Walsh su…"Argentina es un país Jardín de Infantes".   Ciudadanos y medios  INTACHABLES:  (no entran en un tacho de basura).  ¿ QUÉ TIENEN EN COMUN ?   Ambito Financiero, diario Clarín, La Nación, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar,  Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad,  Feinman, Lage, Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Petinato,  Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Marcos Aguinis, Gerardo Sofovich y Pepe Eliaschev ya fallecidos pero no me olvido, Julio Bárbaro, Leuco (padre) Chiche Duhalde, Jorge Giacobbe, Felipe Solá,  Beatriz Sarlo,  Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli,  Salvia, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul, Pablo Docimo, Santiago del Moro y algunos otros.   Aunque "siniestro" es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios  y personajes políticos hay muchos de derecha (diestra).  Eso sí, todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a las Revoluciónes cubana, venezolana, boliviana, ecuatoriana y es que son soldados del colonialismo.  Trabajan para que "democráticamente" la administración Macri nos esclavize al máximo. 



[5]engreídos, vanos, fatuos, presuntuosos, pedantes, vanidosos, soberbios


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