19/03/2020
Cambio de doctrina, depuración y
castigo
Por Milton Toncel R
Los crímenes de Estado son el
principal oxigeno para sostener a todos aquellos regímenes de turno, donde la
clase política dominante es consciente, que dado el nivel alcanzado
por las contradicciones de clase, la democracia burguesa se vuelve
inviable y asfixiante para la propia burguesía, hasta tal punto, que a ella
misma le toca unas veces desconocerla; otras ignorarla y la gran mayoría de las
veces violarla, como única forma para defender y preservar intacto privilegios
de clase
En una sociedad dividida en
clases, el Estado es la organización política de la clase económicamente
dominante, cuya función de carácter clasista consiste en mantener inalterable
el orden de cosas, y utilizar todos los medios habidos y por haber, para
ahogar en sangre si ello fuere necesario, cualquier justa protesta
reivindicativa de las grandes mayorías explotadas, que atente siquiera
con rasguñar, así sea de manera microscópica, los vergonzosos y escandalosos
privilegios de la clase política dominante.
Esta es la razón, de que La
Doctrina de la Seguridad Nacional a pesar de haber surgido, y estructurada como
tal en los años 60, se haya vuelto consubstancial a la existencia
misma, de un Estado como el colombiano.
¿Qué es la Doctrina de la
Seguridad Nacional (DSN)?
Es un conjunto articulado de
directrices imperiales no solamente para preservar y defender los intereses del
Imperio en la región, sino también para que la relación de producción y de
poder de la burguesía local permanezca inalterable. Esta Doctrina es de esencia
contrainsurgente y contempla medidas preventivas de tipo coercitivo; la
vinculación de personal civil a la guerra, bajo la selección, organización,
dirección y absoluta subordinación a las Fuerzas Armadas. También define, según
ella, quién es el enemigo interno, dónde se encuentra y cómo hay que
combatirlo.
¿ Cómo surgió y cuál es el
objetivo de la adopción y aplicación La DSN en América Latina?
La Doctrina de la Seguridad
Nacional surgió como resultado de las distintas experiencias de ejércitos
de países imperiales, en distintas latitudes del mundo, cuya base fundamental
la aportó el Ejército francés en su lucha colonialista en Argelia e Indochina;
enriquecida por la de los ingleses en Tanzania y los gringos en Vietnam; más la
de Claus Barbie en su lucha contra la resistencia de los pueblos europeos al
fascismo.
La cascada interminable de
torturados, desaparecidos, asesinados, masacrados, bombardeados , desplazados y
exiliados en América Latina, donde Colombia ocupa un lugar preponderante,
“debido a la adopción y aplicación de La DSN, no ha sido otro que preservar la
hegemonía norteamericana y mantener la coherencia de un sistema de relaciones
económicas que refuerzan y reproducen las relaciones de dependencia”. En otras
palabras, que no es solamente militar, sino que también busca instalar “modelos
estables” que restituyan la hegemonía burguesa en la sociedad y la
hegemonía de los Estados Unidos de América en la región.
La premisa fundamental de La DSN
es la definición del “enemigo interno”. Lo describen como un sujeto en
permanente acción subversiva contra el Sistema y sus valores, que en
dependencia de la imagen que por conveniencia política se le quiera dar, se le
puede denominar “bandolero”; “subversivo”; “guerrillero” o “terrorista”. Se
dice que es “astuto y solapado, y que puede disfrazar sus ideas e infiltrarse
en todas las instancias del cuerpo social. Enemigos no son solo aquellos que
explícitamente se identifican con el cambio social, así como las
organizaciones que lo preconizan, sino cualquiera que no se adhiera a las
políticas que La DSN exige”.
Lo anterior explica, el por qué
Las Fuerzas Armadas y demás instituciones de Seguridad del Estado, no hacen, ni
nunca han hecho diferencia entre un guerrillero levantado en armas, y el integrante
de una organización social. Tanto los unos como los otros deberán por igual ser
borrados de la vida: ya sea este un profesor, un Defensor de Derechos Humanos,
un reclamante de la tierra que le fue arrebatada, un cantante de
música social, un crítico objetivo de las políticas gubernamentales, un
humorista como lo fue Jaime Garzón, en fin…
Conociendo ya la premisa
fundamental de La DSN, se entiende con claridad meridiana las palabras del
presidente Kennedy en la Academia Militar de West Point, cuando dijo: “ Estamos
obligados a utilizar una nueva estrategia para contrarrestar la guerra
subversiva en América Latina”. Quería decir, que los Estados y sus
respectivos ejércitos en el Continente deberían de acondicionarse a La
Seguridad Nacional, más que defenderse de ejércitos extra continentales. Se
refería entonces a La Doctrina de la Seguridad Nacional.
La máxima y primera expresión de
coordinación de los militares del Continente para combatir a las fuerzas
opositoras la constituyó la llamada “Operación Cóndor”, que abarcó a los países
del Cono Sur.
El Secretario de Defensa
norteamericano de ese entonces Robert McNamara, dejó en claro la importancia y
urgencia para los intereses de los Estados Unidos la aplicación en el
Continente de la nueva orientación, durante una sesión del Congreso de los
Estados Unidos en 1967, cuando dijo: “ El primer objetivo en América Latina es
ayudar, donde sea necesario, a Las Fuerzas Militares y Paramilitares
nativas, capaces de asegurar, en coordinación con la Policía y las otras
fuerzas de Seguridad, la necesaria seguridad interna .”
Las declaraciones de McNamara, y
de otros altos funcionarios estadounidenses, le sirvieron aún más, a Las
Fuerzas Armadas Colombianas para impulsar lo que ya, por iniciativa propia, habían
comenzado. Recordemos, que fue precisamente en Colombia, en la Escuela de
Tolemaída, donde se programó el Primer Curso Internacional de Lanceros, donde
el entrenamiento militar, básicamente rural, se mezcló con el intercambio
de experiencias represivas y de información.
El 9 de abril, día del magnicidio
de Jorge Eliécer Gaitán Ayala, el Comando General de Las Fuerzas
Militares, expidió: “El Reglamento de combate de contraguerrilla”.
“EJC. 3-10 Reservado”. Entre sus orientaciones indicaba que el objetivo
era encuadrar militarmente a la ciudadanía en dos niveles : Las Juntas de
Autodefensa; y La Defensa Civil. Las primeras conformarían “una organización de
tipo militar formada con el personal seleccionado de la zona de combate y bajo
el mando y supervisión de unidades militares”. No es necesario tener una gran
capacidad analítica, para darse cuenta que en la directriz: EJC. 3-10
Reservado, se está autorizando al Ejército para la creación de grupos
paramilitares, los que deberán actuar “bajo el mando y supervisión de
unidades militares”.
El párrafo anterior nos
deja claro, que el matrimonio Ejército – Paramilitares lejos de ser una simple
orientación, es una orden de obligatorio cumplimiento para todos los ejércitos
que estén sometidos a la DSN, y lógico, deberá ser contemplada en las
directrices impartidas por las cúpulas militares a sus subordinados. Es
necesario aclarar, que los paramilitares como fuerza auxiliar del Ejército
oficial, tienen una misión específica: realizar el trabajo sucio que el
ejército no deberá hacer, para que éste no pierda la legitimidad que le
otorga la Constitución.
Todo lo anterior explica:
- Que la DSN es una doctrina foránea y extraña a los intereses de
nuestros pueblos.
- Que la DSN es una imposición de los Estados Unidos de Norte América a
sus países satélites, entre ellos, Colombia.
- Queda claro, que la orden del indisoluble matrimonio:
Ejército-paramilitares, viene directamente del Ministerio de Defensa
gringo, más conocido como El Pentágono.
- Es evidente, el por qué a todo aquél que se atreva a disentir de la
política estatal; y que no se adhiera de manera incondicional a La DSN
debe ser exterminado físicamente. También se da el caso, que primero lo
destruyen moralmente con mortíferas granadas calumniosas acompañadas de montajes;
seguidamente viene el asesinato.
- La profundización y acelere de la aplicación de DSN en Colombia
tiene una explicación más, en los momentos actuales: la geopolítica. Ante
la crisis sistémica del Capitalismo, Estados Unidos ha optado por aplicar todo
su rigor La Doctrina Monroe: “América para los americanos”. La esencia de
esta Doctrina la definió de forma magistral el cubano José Antonio Mella,
cuando dijo: “América para los americanos, consiste en que el pan lo
hacemos nosotros los latinos, y se lo comen ellos, los americanos”.
- La aplicación de nuevo de la Doctrina Monroe, para llevarse a
manos llenas y ojos cerrados nuestras riquezas, necesita un país
gobernado por apátridas, donde los líderes con sentido de patria hayan
sido previamente exterminados físicamente, para ir dejando a los
movimientos sociales y populares descabezados y no haya nadie capaz, con
liderazgo y autoridad, para defender los intereses nacionales e
interpretar con lealtad los intereses de sus comunidades. Tratan de que, quien
ocupe el lugar del caído o caída sea una persona de comportamiento venal y
de frágil resistencia a la cooptación, para dilatar en el tiempo la
explotación y la inequidad social y que el statu quo continúe sin
modificación alguna que pueda beneficiar a las grandes mayorías.
- Para detener la cascada progresiva de asesinatos de líderes, lideresas
y reincorporados de Las FARC, es urgente conquistar en la calle conjugada
con la acción parlamentaria promovida por progresistas y gente de
izquierda, el cambio de La DSN, por una doctrina humanista que responda no
a los intereses de las pudientes élites locales, nacionales,
trasnacionales e imperiales, sino a los intereses del pueblo colombiano.
- También es necesario que en la calle, junto con la actividad parlamentaria
y el apoyo internacional y de organizaciones Defensoras de los Derechos
Humanos, se exija la depuración de Las Fuerzas Armadas, y castigo ejemplar
para los implicados en este delito de lesa humanidad, que no tiene nada
que ver con la prestación del servicio
- La DSN hizo propicio que en Colombia se presentaran los aberrantes y
dolorosos hechos de los Falsos-positivos, auto deslegitimación que
no ha hecho ningún ejército en ninguna otra parte del mundo.
- Es necesario reconocer que afortunadamente en la Institución
Militar
también se encuentran vistiendo el uniforme, militares profesionales,
dignos hijos de Colombia, patriotas y amantes de su pueblo, para quienes
va nuestra felicitación, y la certeza que en un mañana no muy lejano, el
pueblo colombiano los elevará al pedestal de la gloria, y serán ejemplos
de patriotismo para las generaciones presentes y futuras.