Llegada
de buques iraníes a Venezuela:
El
principio del fin del imperio militar estadounidense
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Photo / Vahid Salemi
Conforme se escribe este artículo, la
tensión aumenta en el Caribe. Cinco buques iraníes con gasolina zarparon de
costas de ese país para abastecer al país suramericano.
Desde la Casa Blanca se han proferido amenazas
contra la iniciativa, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní
advirtió a Estados Unidos que cualquier ataque a sus buques cisternas y
petroleros son "ilegales, peligrosos y provocativos" y que se
reserva tomar las medidas adecuadas para responder a cualquier agresión.
Mientras
tanto, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado el despliegue de los ejercicios
militares Escudo Bolivariano Caribe I,
en la Isla de la Orchila y el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López,
informó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) protegería las embarcaciones, luego que
tocaran aguas venezolanas.
Los análisis y prospectivas se despliegan con la
velocidad con que lo permiten las nuevas redes de tecnología. Sin embargo,
visto el escenario actual, con un Estados Unidos que ha quedado desnudo en sus
debilidades por culpa del coronavirus, la dificultad que implica una agresión
contra Irán, que podría significar un nuevo desequilibrio en el ya golpeado
mercado energético mundial, tal parece que dos hechos van a sucederse: los
barcos llegarán sin contratiempos y Estados Unidos dará un paso más en su
declive como potencia hegemónica.
Palabras proféticas
Hace poco más de un año, el internacionalista Martín
Pulgar, hacía una reflexión que en la coyuntura actual, ahora, cobra plena
vigencia.
"Hay que recordar que Estados
Unidos se hizo imperio a través del control del Caribe. Ellos se consideran
imperio a través de lo que llaman el ‘Mediterráneo Americano’. Si tú no
controlas tu extranjero cercano y lo dominas, no eres potencia, pierdes peso en
la geopolítica mundial", afirmó.
Pulgar
tenía claro que una situación tan extraordinaria como la que Irán y Venezuela
generen un reto semejante, sólo podía tener un significado: "El fin del
imperio, así como ellos lo ven".
El germen de cercar a Venezuela en el Caribe fue
expuesto en una reunión secreta del think tank estadounidense
Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el 10 de abril de
2019.
Uno de los invitados a la reunión fue Fernando Cutz,
a quien el periodista Max Blumenthal ha llamado "el arquitecto del golpe
de Estado en Venezuela".
Cutz, quien perteneció al
Consejo de Seguridad Nacional del Grupo Cohen, asesoró estrechamente al
embajador estadounidense William Brownfield, en torno a una estrategia para "dividir
el círculo íntimo de Nicolás Maduro", reportó Blumenthal, en su
momento.
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Cutz siempre tuvo clara la
estrategia. En una declaración publicada por el diario La Vanguardia,
sostiene que en el caso venezolano "No es posible una invasión, pero
algo de baja intensidad, como un bloqueo naval, tal vez serviría para salir de
esta situación de tablas", afirmó.
Para Carlos Machado,
politólogo y jefe de sala situacional en el Observatorio Internacional de la
Juventud y los Estudiantes de Venezuela, la idea del bloqueo no es sólo un
ejercicio de presión a Venezuela sino, precisamente, manera de hacer explícito
el poder de Estados Unidos en el Hemisferio.
"Si lo
llevamos al contexto del Océano Atlántico, podría verse cómo la influencia que
ejerce Estados Unidos desde su costa sur hacia el Mar Caribe ya que, desde la
perspectiva del teórico Alfred Mahan, el país norteamericano debía conservar al
Golfo de México y al Mar Caribe como zonas exclusivamente estadounidenses y,
también debía evitar por cualquier medio el dominio de cualquier otra potencia
extranjera", afirma.
El inminente arribo de los
buques iraníes hacia Venezuela, ha provocado, en palabras de Machado, que "el
gobierno de los Estados Unidos comience pronunciarse de forma desaforada, ya
que para ellos se está violentando su espacio vital y, a su vez, caen en el
dilema de ¿si entran en un conflicto directo con Irán? O no, porque hay que
señalar que la guerra a nivel naval involucra mucho desgaste y ambos ejércitos
están muy bien equipados".
Argumentos presentes
Nicolás Goschenko Spokoiski,
comodoro mayor, presidente de la Organización de Salvamento y Seguridad
Marítima de los Espacios Acuáticos de la República Bolivariana de Venezuela
afirma, sin filtros, que más allá de los deseos, "Estados Unidos no
tiene el poder para evitar el ingreso de los buques iraníes".
Su lógica parece abrazar la
belleza de la sencillez. A su juicio, Estados Unidos siempre ha evitado
emprender guerras abiertas cerca de sus fronteras: si los barcos ya
han pasado por el Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar, no serán atacados en
el Caribe.
Sin embargo, el que una
agresión directa sea descartada es imposible prever que el despliegue hecho por
Estados Unidos y sus socios militares de la OTAN, no pueda ser usado para
provocar un falso positivo, considera el analista.
"La
fuerza de tarea naval multinacional Europea se mantiene operando con
precauciones, debido a las medidas preventivas ante la COVID-19. No da muestras
de cumplir en exclusiva una misión combinada, pero no se puede descartar que no
lo hagan. En especial con Holanda y Francia", apunta.
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Según datos aportados por
Nicolás Goschenko, para el jueves de 14 de mayo, las ubicaciones de las
distintas fuerzas militares en el Caribe eran las siguientes:
"Los
buques de guerra de los EEUU, USS KANSAS CITY LCS22, estaban atracados en el
Puerto de Colón, Canal de Panamá; dos al sur de Cuba y otros dos al sur de
Jamaica. El Comando Sur reportó que había cuatro buques en patrullaje, el buque
de vigilancia litoral USS DETROIT LCS7, los destructores USS PREBLE DDG88, USS
LASSEN DDG82 y USS FARRAGUT DDG99. Dos de ellos eran escoltas del portaviones USS
HARRY TRUMAN CVN75, en el despliegue que hizo a Medio Oriente. En relación a
los buques de Holanda: el destructor HMNLS ZEELAND operaba con los Guardacostas
de Curazao, DCCG P810 JAGUAR y P811 PANTHER. Además, las fuentes abiertas
revelaron que se hicieron varios vuelos de aviones con tareas de inteligencia
en el Caribe: a las 22 horas avión P3 OMAHA 45 y OMAHA 49, en misión al sur de
República Dominicana y Bahamas. Avión DC10 30 SPUR52 83-0079 en la costa de
Nicaragua".
Sin embargo, más allá de
mostrar músculo a través de ese despliegue, el analista Carlos Machado
considera que a Estados Unidos no le queda más opción que decantarse por
aplicar medidas de sanción administrativa y comercial a los buques. Es decir,
continuar ejerciendo presión no a través de la agresión
militar directa, sino de las medidas coercitivas unilaterales que le
dificulten, aún más, a ambos países establecer relaciones comerciales con
libertad.
© REUTERS / Manaure Quintero
Bloquear marítimamente a
Venezuela no es posible si la determinación de dos pueblos es lo
suficientemente fuerte y sincera. Por tanto, así como lo afirmamos hace ya un
año: "Si hacemos una sumatoria, las condiciones para que se cumplan los
planes de los asesores de seguridad nacional de Trump y el Pentágono en torno a
un bloqueo naval, existen. Sin embargo, para que los planes se pongan en
práctica y más aún, tengan éxito deben suceder muchas otras circunstancias. Una
de ellas, y es a la que más deben estarle dando vueltas los militares y
políticos en Washington, es: ¿vamos a impedir que un avión o barco ruso, chino,
iraní o turco entre a Venezuela con alimentos y medicinas? Y de ser positiva la
respuesta, surgiría una última y muy importante cuestión ¿cómo lo harían? No es
del todo fácil, verle la cara a la tercera guerra mundial ¿verdad?".
Así
fue la llegada a Venezuela del primer buque iraní con combustible | Vídeos
© AP
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Unas imágenes de la llegada a
Venezuela de la primera de las cinco embarcaciones iraníes cargadas con
combustible se compartieron en las redes.
La embajada de Irán en Caracas comunicó la llegada a Venezuela
del primer buque enviado por el país persa y agradeció el respaldo de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB).
© AP
Photo / Vahid Salemi
"Hoy más que nunca, los vínculos
de amistad y hermandad entre Irán y Venezuela son fuertes y profundos. Llegó el
primer tanquero. Gracias a FANB para escoltarlos. ¡Viva la amistad
Irán-Venezuela!",
escribió la misión diplomática en su cuenta de Twitter.
La embajada iraní compartió, además, un vídeo
registrado desde la cubierta de la primera embarcación al acercarse a las
costas venezolanas.
La salida de los tanqueros de Irán con destino a
Venezuela provocó una nueva tensión entre Teherán y Washington. El
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó incluso con atacarlos. El
gobierno iraní, por su parte, advirtió que no toleraría 'problemas'
causados por EEUU a los petroleros enviados a Venezuela.
Estados Unidos:
Los Piratas del Caribe
El presidente de Estados Unidos,
Donald Trump.
El
gobierno del presidente Donald Trump supera los alcances de la industria del
cine de EE.UU., en materia de liderazgo en conductas de piratería
internacional.
La industria del cine
estadounidense queda pequeña en la muestra de sus producciones
cinematográficas, frente a la actuación del presidente estadounidense, Donald
Trump, en materia de liderazgo en conductas de piratería internacional.
Efectivamente, Donald Trump
y el régimen cívico-militar que dirige superan los alcances e intereses que
representaba el pirata Jack Sarro, interpretado por el actor Johnny Deep en la
saga de los Estudios Disney de Los
Piratas del Caribe. Un Trump que ha comenzado a utilizar técnicas
propias de aquellos personajes, que asolaban los mares entre la primera mitad
del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, fundamentalmente. Ya sea
actuando con patente de corso**,
bucaneros, filibusteros o por vía directa, a través de sus fuerzas navales.
Como acontecía con el Imperio Británico, que asolaba las ciudades de las costas
de las colonias del otrora Imperio Español, a la vez que atrapaba sus barcos
cargados de tesoros provenientes, principalmente de tierras americanas, camino
a esa “vaca tragona y derrochadora que era la monarquía hispana”.
Un Trump que, en este siglo
XXI, ha dado una nueva dimensión al concepto de pirata internacional, pues no
contento con chantajear al mundo, someter a bloqueo a las naciones a las cuales
desprecia, robar sus fondos invertidos en bancos extranjeros, entregar empresas
para el usufructo de camarillas políticas implicadas en procesos de
desestabilización, también incursiona en el robo de verdaderos tesoros en época
de COVID-19: ventiladores mecánicos, kits de detección del virus
COVID-19, guantes quirúrgicos, mascarillas y todo aquello que pueda ser
usurpado, ya sea en aeropuertos extranjeros o haciendo uso de las leyes
filibusteras, que suele aplicar en virtud de su poderío económico y militar.
Ha sido así incluso con
naciones amigas, a quienes ha esquilmado despachos ya pagados y que en el
aeropuerto ha significado subir la oferta hasta en tres veces a lo que ya se
había pagado, para cambiar la dirección de destino. Así fue manifestado por el
gobierno alemán, que denunció al gobierno estadounidense como un “pirata
moderno”, usando métodos propios no sólo de aquellos personajes que
actuaban en el mar, sino de pistoleros del salvaje oeste. El senador de la
ciudad de Berlín, Andreas Geiser, inculpó al gobierno estadounidense, que
desvió 200 mil máscaras de protección contra la COVID-19, que iban destinadas a
la Policía de Berlín, acción efectuada en la ciudad de Bangkok “Tal y como
están las cosas, asumimos que esto está relacionado con la prohibición del gobierno
de Estados Unidos de exportar máscaras. Consideramos que esto es un acto
de piratería moderna”, declaró Geiser.
En la misma fecha
–principios del mes de abril del 2020– la compañía estadounidense 3M dio a
conocer que el presidente Trump solicitó a esta multinacional que dejara de
exportar, tanto a Canadá como a Latinoamérica, mascarillas o respiradores N95,
altamente demandados en medio de la pandemia de la COVID-19. Francia, por
su parte, censuró la conducta de intermediarios estadounidenses, que pagaron
hasta tres veces el valor de una carga, a punto de ser embarcada en un avión
destinado al país europeo. Renaud Muselier, el gobernador de la región
sudeste de Provenza-Alpes-Costa Azul en Francia sostuvo que, en un momento en
que el país europeo enfrenta una crisis por la escasez de equipo médico,
Estados Unidos compró un avión cargado de mascarillas producidas en China, que
estaba a punto de partir hacia Francia.
El comportamiento
estadounidense respecto a las relaciones con los países, la forma de encauzar
su comercio e, incluso, combatir males que afectan al conjunto del planeta,
sitúan a Washington al margen de las leyes internacionales. Se comporta como un
pirata, definido por el escritor Manuel Lucena
“como aquel que robaba por cuenta propia… un enemigo del comercio que se
mueve exclusivamente por su afán de lucro, sin discriminar ningún pabellón
nacional”. Alguien situado, por ende, al margen del sistema imperante en la
época y que, en su gran mayoría, puede ser considerado como miserable,
delincuente y desertor. Descripción exacta para aquel desdichado, roba los
artículos que otros requieren, delincuente pues lo concreta, utilizando medios
ilícitos para ello como un vulgar delincuente y, además, al efectuarlo fuera de
las leyes internacionales se comporta como un desertor.
En los últimos días, la conducta del matón de
barrio, que caracteriza a Estados Unidos, su actuar fuera de los cánones de
respeto a las leyes internacionales han desbordado todo lo posible de soportar
por un planeta bajo los efectos de una pandemia global. Además, con efectos
sanitarios, económicos y pocas posibilidades de cambios positivos en el breve
plazo, que hacen más condenable esta conducta propia de personas al margen de
la ley. Un gobierno estadounidense que amenaza a diestra y siniestra, que
sanciona a quien osa enfrentarlo, que bloquea los activos de aquellos países a
los cuales quiere usurpar sus riquezas naturales. Una administración que, lo
mismo, se enfrenta a China que a la Federación Rusa, Venezuela, Cuba, a la
República Islámica de Irán e, incluso, países aliados que han tenido que ceder
frente a la prepotencia de Washington.
La situación más candente se
vive con relación a las amenazas vertidas por Trump y su equipo cívico-militar
contra Irán, quien en su legítimo derecho de comerciar con quien desee y vender
sus productos, en este caso petróleo por Venezuela, a quien esté dispuesto a
comprarlo, lo enfrenta a la amenaza militar de Washington. En específico, un
freno naval a los barcos petroleros que desde puertos persas –desde Bandar
Abás– navegan a puertos de la nación sudamericana. Estados Unidos, aprovechando
sus determinaciones contra la República Bolivariana de Venezuela, que significó
activar el envío de buques de guerra a la zona marítima cercana al país
sudamericano, ha determinado que dichos navíos: el USS Detroit, USS Lassen, USS
Preble y el USS Farragut, podrían ser utilizados, para detener el arribo de los
buques petroleros iraníes; una amenaza inaceptable.
El ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino,
anunció que las Fuerzas Armadas
Nacional Bolivarianas (FANB) escoltarán, en su zona marítima y aérea, a
los barcos iraníes que transportan combustible a Venezuela. “Nosotros hemos
establecido contacto con el ministro de Defensa de Irán: todos estos buques,
cuando entren a nuestra zona económica exclusiva, serán escoltados por naves,
buques y aviones de la FANB, para darles la bienvenida y decirle al pueblo
iraní ‘gracias por tanta solidaridad y cooperación’, en medio de estas
dificultades que está enfrentando el mundo, que es nuestra casa, por el
coronavirus”.
Irán advirtió, por su parte,
tanto al gobierno estadounidense como a la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) que se reserva su legítimo derecho a contrarrestar cualquier acción
beligerante por parte de Estados Unidos. Teherán afirmó, a través de una carta
enviada por el canciller Mohamad Yavad Zarif,
que la política de agresión que está llevando a cabo la administración Trump
viola el Derecho Internacional y que esas acciones injerencistas en el Mar
Caribe “Son amenazas ilegales, peligrosas y provocativas. Un tipo de piratería,
que supone un gran riesgo para la paz y seguridad internacionales”.
Como muestra de la manera
distinta de comportarse y entender el respeto al Derecho Internacional, Irán, a
través de su vicecanciller para Asuntos Políticos, convocó al embajador suizo
en Teherán (país que representa los intereses de Estados Unidos en Irán, tras
el rompimiento de relaciones internacionales, el año 1979), Marcos Lechner,
para expresar la protesta de la nación persa frente a las acciones y
declaraciones amenazantes de Washington, respecto al buque tanque, de bandera
iraní que navega rumbo a Venezuela “El uso de medidas coercitivas u otro
tipo de intimidación por parte de EE.UU. es una amenaza para […] el
libre flujo de energía, y es una clara manifestación de piratería, una grave
violación del Derecho Internacional y contraviene los objetivos y principios
establecidos en la Carta de las Naciones Unidas,. Cualquier amenaza contra los
buques del país persa se enfrentará a ‘la respuesta inmediata y decisiva de
Irán’”.
Estados Unidos quiere seguir
con la saga de Piratas del Caribe,
incluso ampliándola a todos los mares del mundo, creyendo que su actuación le
valdrá alguna consideración como artista político del año. La dificultada
radica, en que no ha considerado a otros actores internacionales, que se toman
las situaciones con la seriedad y responsabilidad que merece la humanidad.
Washington juega con fuego y así lo advierte Irán que, a través del portavoz
del gobierno persa, Ali Rabiei, señaló que están
abiertas todas las opciones para responder a Washington y su administración de
gobierno, si algo llegar a concretar contra los petroleros iraníes que van a
Venezuela. “Si bien Estados Unidos tiene un historial en la piratería,
todavía es muy pronto para pronunciarse sobre la reacción de Irán. Pero, si
comete tal error nos reservamos todas las opciones y tomaremos las respuestas
proporcionales para preservar la libertad de navegación e imponer un costo sin
precedente por las ilegalidades”. Irán lo ha dejado claro: van a recaer en
Washington las consecuencias de cualquier acción
irracional contra los barcos iraníes.
**
La expresión patente de corso se refiere a la carta patente o documento oficial
que alguien podía presentar (“hacer patente”) para demostrar que estaba
autorizado a emprender una campaña naval para perseguir a los piratas o a
embarcaciones enemigas; es decir, para hacer un corso (del latín cursus, carrera)
persecución y saqueo de naves llevados a cabo no como acción de guerra, pero sí
por barcos autorizados por su gobierno.
* Periodista y escritor chileno Analista
internacional. Magister en Relaciones Internacionales de la Universidad
Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica,
Asia Occidental y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias
internacionales. Creador del portal web de análisis internacional Análisis glocal (www.analisisglocal.cl). Conductor programa Sin Fronteras en Radio Universidad de Chile. Autor del libro
Palestina:
Crónica de la ocupación sionista.
El energúmeno que todavía ostenta el título de Presidente de EE.UU.,
se divierte en el Trump National Golf Club (Sterling,
Virginia), junto a un
grupo de empresarios, todos sin mascarillas, inmunes que se auto-consideran a
la pandemia, cuya tan caótica como indolente gestión ya ha provocado casi
100.000 muertes en ese decadente país, que en nada lo afectan, pues es propio
de las mentalidades fascistas –el imbécil Jair Bolsonaro lo reconfirma–
despreciar a las víctimas de sus irresponsabilidades, especialmente cuando son
afrodescendientes, latinos, pobres… El patético magnate juega indiferente a los
dramas de los pueblos norteamericanos y de las gravísimas consecuencias de
inmorales amenazas y castigos, quizás para olvidar que la invasión mercenaria
–comandada por dos norteamericanos, con contrato para asesinar líderes y
dirigentes populares– fue inmediatamente aplastada por la Revolución
Bolivariana y que, a estas horas, llegan a las costas de la nación venezolana
buques-tanques solidarios de Irán, que la flota –incluyendo portaaviones y
acorazados– EE.UU./OTAN ni siquiera intentó detener, rompiéndose el bloqueo
criminal con esa enorme y hasta ridícula derrota de las prepotentes fuerzas
militares al vil servicio del Imperio.