Museo Por Correspondencia; Una Visita
Al Museo Del Che
“Un latigazo duro, un
golpe helado”... Tal cual las palabras del poeta, así sentí la pasada
semana al conocer la muerte de “Toto” Zimerman, y por esas cosas de la
memoria, confundir su nombre con el del amigo y camarada Eladio “Toto”
González. No era menos valioso el hermano perdido, pero algo así como
un gran alivio nos estremeció.
Y en memoria de ese instante de
alegría que nos llenara de culpa, traemos a ustedes dos artículos de la web
que nos acercan a este hombre que conoció Cuba y la amo y a su magnifica
obra:
el PrimerMuseo Latinoamericano Ernesto Che Guevara.
<< fotografía de la escultura hiperrealista, tamaño natural que
engalanó durante seis años el enorme museo del Che Guevara y hoy lidera
nuestro pequeño espacio (Nota y foto enviadas por Toto.
Texto que publica el Gobierno de Buenos Aires en su página web
sobre el Museo:
Desde 1996 el 1º Museo Sudamericano en homenaje y memoria a Ernesto
"Che" Guevara atrae a propios y turistas al barrio de
Caballito.
Unico museo en el mundo que registra a donantes voluntarios de
células madre (INCUCAI). Vení y participá en esta lucha entre memoria y
olvido, rigor histórico y calumnias, fetichismo light y vacío y firme
construcción de su humanismo épico.
En un marco irreal en el que
alternan antigüedades y juguetes, fotografías, numismática, filatelia
guevarista y su escultura hiperrealista tamaño natural, posters, libro
visitas y atención personalizada por sus directores. Llegás buscando al
rosarino - ícono mundial de la ética - y descubrís que sos quien "nos
lo trae". " La casa es chica, el corazón es grande." Te
espero.
Dirección: calle Rojas 129 - esq. Yerbal - (Caballito)
Tel. 5 3720744 E-mail: museocheguevara@fibertel.com.ar
blog: http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
Horario: lunes a viernes 9 a 18 horas.
Entrada: gratis
|
El Che recibe su merecido homenaje en el Museo Histórico Ernesto Che
Guevara, el primero de Sudamérica, dirigido por Eladio “Toto” González y
su esposa Irene Perpiñal. Esta institución participa activamente en los emprendimientos
barriales y trabaja en red con diferentes organizaciones de Derechos
Humanos y opositoras al bloqueo cubano.
En el negocio de antigüedades Bagatela, ubicado en Rojas 129, funciona
también el Museo Histórico Ernesto Che Guevara, el primero en América del
Sur dedicado a este luchador revolucionario.
En ese largo ambiente,
plagado de objetos llenos de historia, protagonistas de distintas épocas,
fluyen también la resistencia y la solidaridad, y abundan las alegorías
al Che y las críticas a las injusticias cometidas no sólo contra el
pueblo cubano sino también contra todas las víctimas del sistema
capitalista.
Es un espacio militante sin ser de ningún partido político,
cargado de un compañerismo netamente progresista y combativo.
Es que así son también sus impulsores, Eladio “Toto” González, y su
esposa Irene Perpiñal: idealistas, defensores de los Derechos Humanos,
opositores a las injusticias y a la desigualdad social. Por eso el Museo
es un espacio poco común en la cotidianeidad individua-lista y fugaz que
intenta constantemente hacer naufragar los proyectos dedicados a las
causas justas.
Según Toto, "el Che era un tipo raro, porque son raros los
solidarios" y, teniendo en cuenta su teoría, él también lo es. De
hecho, su acercamiento ideológico a Cuba y al Che se dio gracias a un
acto noble y altruista: "Yo no tenía noción de quien era Guevara
-confiesa Toto-. Nunca había militado en nada. Todo empezó por una
donación de sangre".
En 1992 un viaje de Toto e Irene a Cuba coincidió con el atentado terrorista
contra tres soldados cubanos, de los cuales sólo logró sobrevivir uno que
debía ser intervenido quirúrgicamente. Este lamentable hecho, sumado a
todas las vivencias en la isla, motivaron a Toto para que el último día
de sus vacaciones hiciera algo para materializar aquel sentimiento de
compañerismo y pertenencia propio del pueblo cubano, que experimentaba
desde su llegada al país.
En Cuba, Toto se encontró "con una realidad hermosa, con una
sociedad diferente" y asegura haber sentido "sana envidia"
al ver a un grupo social con sus integrantes funcionando juntos.
"Cuando ocurrió esa desgracia salí a caminar y lo que se vivía era
un duelo total -recuerda-. Ojo, no había banderas negras ni
manifestaciones, era simplemente una cuestión de percepción.
Es que el
duelo del pueblo se sentía y era abrumador".
Toto estaba conmovido y sentía la necesidad de hacer algo. No lo pensó
dos veces y, aunque no lo pedían, fue a donar sangre para el soldado
herido sin imaginar, tal vez, que con esa acción estaba cambiando el
rumbo de su vida. "Yo quería acercarme y sentir el calorcito de esa
gente -explica emocionado-, necesitaba saber cómo era aquello,
experimentar esa sensación que se percibía, que para mí era como un
milagro".
Intentó donar sangre pero no lo dejaron porque no hacía falta. De todos
modos, tuvo la oportunidad de hablar con el padre del muchacho y le dejó
una nota que al día siguiente ocupó la primera plana de varios diarios
cubanos.
Ya en Argentina, a los pocos días el cartero le entregó cuarenta
cartas. Toto pensó que había un error, que le estaba dejando
correspondencia que seguramente era para sus vecinos. Pero no, en todos
los sobres estaban su nombre y su dirección.
Esas esquelas representaban
sólo el comienzo de un intercambio epistolar ya que Toto llegó a recibir
más de cinco mil notas escritas por cubanos de todas las edades, de
distintas profesiones, de diferentes lugares, pero todos con un
sentimiento de hermandad común.
Luego confeccionó listas con los nombres
y direcciones de las personas que le habían escrito y las distribuyó
entre argentinos: "Así logramos quebrar un bloqueo de más de
cuarenta años -rememora-, ya que a Cuba hasta le intentaron cortar los
vínculos culturales, lo que es muy cruel y terrible porque, al separar al
mundo, se está deteniendo la cultura mundial, que es la suma de todas las
culturas. Bloquear una cultura es destruir a la humanidad".
Un año después el arquitecto Rodolfo Livingston publicó algunas de las
cartas en un libro y muchos de sus lectores entablaron contacto con Toto
e Irene. De esta manera, a medida que aumentaba y se estimulaba la
comunicación, se gestaron nuevos proyectos e innovadoras maneras de
combatir el bloqueo. De a poco empezaron a juntar alimentos, ropa,
juguetes, útiles escolares y una variedad de donaciones que, con la ayuda
de la Embajada Cubana y la empresa Cubana de Aviación lograron mandar a
la isla hasta que el gobierno de Carlos Menem empezó a dificultarles la
posibilidad de ofrecer esta ayuda solidaria.
La dimensión de las donaciones era de tal magnitud que no les quedó
otra que expandirse, lo que dio nacimiento formal al Primer Museo
Histórico Ernesto Che Guevara en América del Sur. El Museo funcionó desde
1996 durante seis años en un galpón enorme ubicado en Nicasio Oroño y
Avellaneda, en Caballito. Se mostraba la vida del Che, había fotos
inéditas, documentación, cartas, manuscritos, monedas, esculturas,
estampillas y demás objetos aportados por cientos de personas que,
motivadas por el impulso de compartir, donaron sus reliquias guevaristas al
Museo. Además tenían libros para prestar, muchos de los cuales hoy es
posible encontrar en la biblioteca de la Universidad de las Madres de
Plaza de Mayo ya que con el cierre del galpón decidieron donarlos para
que puedan seguir circulando.
También se sumaron personas provenientes de distintos partidos, con
diferentes historias e ideologías. "Todos los que venían al Museo
querían ayudar -explica Toto-, necesitaban hacer algo por los demás"
y así, casi sin buscarlo, lograron formar una red de lucha, de ayuda, de
resistencia.
Además se impulsó un trabajo cultural muy importante y ofrecieron
talleres totalmente gratuitos para evitar "la segregación de
bolsillo". De esta manera, se dictaron clases de periodismo,
guitarra, tango, salsa, inglés, primeros auxilios, además de apoyo
escolar primario y secundario.
Asimismo, desde hace dos años, en memoria del Che, aquel estudiante de
medicina solidario "que curaba a los enfermos, jugaba con ellos y
les aliviaba el espíritu", el Museo es también un centro de recepción,
de información y de registro de donantes de células madre.
Sin subvenciones y víctima de los problemas económicos agudizados
desde el 2001, el galpón cerró sus puertas en el 2002. Sin embargo, el
Museo sigue vivo y no solamente en el negocio de la calle Rojas. Posee
también un espacio ilimitado ya que el Museo Ernesto Guevara, el primero
en Sudamérica que rinde homenaje al Che, acompaña a Toto a todos lados y
se materializa en cualquier ambiente al flamear la bandera cubana con la
leyenda "Hasta la victoria siempre", emblema que incentiva a
todos aquellos que desde el anonimato comparten sus sentimientos, a
acercarse y coincidir en un proyecto común.
viernes, 23 de febrero de 2007
http://revistaenredados.blogcindario.com/2007/02/00004-museo-por-correspondencia-una-visita-al-museo-del-che.html
|
Museo del Che
Por Ariel Jonte
Inaugurada en 1996, la muestra sobre Ernesto Guevara cerró seis años
después por falta de fondos. Quien la ideó cuenta cómo surgió la
iniciativa y por qué recibe, en la actualidad, a miles de turistas en su
comercio de bagatelas.
Este local está custodiado por la señora que vende bombachas enfrente.
El cartel está a la entrada del negocio de la calle Rojas 129, en pleno
barrio de Caballito, advirtiendo a todo aquel cliente de una supuesta
acción inoportuna. El interior del comercio posee un mundo de objetos que
alguien alguna vez vendió o cedió y que otros acuden a su búsqueda:
antiguas lámparas de cristal, destornilladores, afiches de Ernesto
Guevara, encendedores, libros de la revolución cubana, juguetes, una
estatuilla y fotos del Che, viejos inodoros en un rincón, pequeños
guevaritas de plástico, vajillas y varias bagatelas.
Una chica brasileña y un muchacho mexicano se acercan al dueño del
local. Tímidamente preguntan: “Perdón, ¿esto es el museo del Che?”.
Un poco de historia
El matrimonio conformado por Eladio Toto González e Irene Perpiñal
viajó de vacaciones a Cuba en el verano de 1992. La estadía les produjo
una breve sorpresa: la amabilidad con la que fueron recibidos. “Imaginaba
encontrarme con una multitud de gente vestida de gris, con moñitos maoístas.
Toda una cosa rígida. Pero noté un conjunto de personas que comparte
ciertos valores y no miles de autómatas sin vida”, comenta González,
entrecortadamente, mientras la clientela le permite un tiempo para la
charla.
Entre las sucesivas caminatas que realizaron por la isla, Toto recibió
un disparó emocional. Cuatro guardias de frontera fueron baleados durante
un ataque -se lo recuerda como la Masacre de Tarará-. Sólo uno quedó con
vida.
El turista mexicano deja de observar algunas fotos del Che, que Irene
le había acercado, y pone atención en el relato de González: “Fui a donar
sangre. No la querían porque había de sobra. Se reían amablemente
mientras yo explicaba que mi sangre era valiosa: RH negativo. La jefa de
hemoterapia, que era una mulata simpática, de tanto insistir me hizo una
prueba para comprobar mi grupo sanguíneo pero no me sacó sangre. Estaba
caliente: quería mezclarme con ellos”. Finalmente logró acercarse. Una
carta dirigida al policía internado fue respondida por más de cuatro mil
cubanos. Tras 14 años de haber transcurrido la masacre, no pasa un día
sin que Toto reciba una nueva correspondencia.
La Revolución
El ida y vuelta generado con los cubanos a través de las misivas
apuntaló en Toto la necesidad de ayudar con donativos a la población de
la isla. La iniciativa contagió a un sin fin de personas con las que
conformaron la entidad Chau Bloqueo.
Es imperiosa la necesidad que tiene González por contarle a los
turistas cómo se desencadenaron los hechos desde un principio. Por un
instante lo que estaba tomando forma se interrumpe para preguntarle a un
joven que se le acerca qué está buscando.
“Soy noruego, ¿aquí es el museo
del Che?” Toto le pide que lo escuche. El relato comienza nuevamente
desde el verano del ´92. Siente que cada visitante que acude al lugar “lo
hace porque lleva un Guevara en su interior, un sentimiento que necesita
sacar a flote”.
Hasta la victoria siempre
En 1996 el material recolectado para ser enviado a Cuba tomó demasiada
magnitud. Fue necesario alquilar un local para depositarlo hasta su
envío. “Cuando entré al galpón de Nicasio Oroño 458 me preguntaron si me
gustaba: yo dije que sí, que era el museo del Che Guevara.”
La inauguración fue increíble. No tenían nada. “Si abrís algo la gente
viene y trae”, confiesa el fundador y le aclara al terceto internacional,
que no deja de observar las 300 fotos inéditas del Che, que
lamentablemente no todo lo que consiguió puede ser apreciado en la
actualidad.
Esculturas, numismáticas, filatelias, documentos personales,
una condecoración, una cantimplora, monedas y estampillas cubanas con su
cara, maquetas alusivas a las batallas, su lata de tabaco, ropa utilizada
por la guerrilla, son sólo algunas de las pertenencias que no pueden ser
vistas en “la guardia permanente” que se mantiene sobre la calle Rojas.
El museo debió cerrar seis años después de haberse puesto en marcha
por falta de fondos para pagar el alquiler. “Yo no pido que el Gobierno
me dé un subsidio, sólo pretendo que me den un lugar para llevarlo a
cabo. Año tras año me dicen que no lo tienen.”
El bloqueo
Los visitantes cruzan las miradas. Agradecen y se retiran sin antes
sacarse unas fotos con la estatua del Che. “Diariamente me da mucha
vergüenza: vienen acá porque el museo figura en la secretaria de Turismo
y creen que van a encontrarse con algo lindo”, lamenta González que tras
haber guardado las fotografías le enseña a una clienta unos patines
viejos por los que había preguntado.
Se siente herido. La cara no lo deja
mentir.
Un cartero entra al local y sin decir una palabra apoya un sobre en el
escritorio.
Toto lo agarra y sus facciones cambian al leer el remitente:
Apartado 6240. La Habana. Cuba.
Siente lo mismo que un soldado herido al
que se le aplica una dosis de morfina. El dolor se escabulle.
Ve en un
futuro no muy lejano como reabre sus puertas el Primer Museo
Latinoamericano Ernesto Che Guevara.
http://revistabipolar.blogspot.com/2006/08/museo-del-che.html
|
|