sábado, 15 de agosto de 2020

Froilán González García Adys Cupull en Embajada cubana de Bolivia Hospital Psiquiátrico de Sucre Obispo Hugo Banzer callahuayas Chaubloqueo devuelvan Guantanamo a Cuba museo Che Guevara de Buenos Aires Eladio González toto

FIDEL  CASTRO   Y   SU   ENORME   HUMANISMO     por                                                                    Froilán  González  García

El humanismo de Fidel y la revolución cubana llegó a Bolivia de manera especial en 1983.   Por Froilán González García.  Testimonio.   Voy a rememorar en este día dos hechos en que fuimos testigos y ejecutores, al cumplir una misión especial encomendada por nuestro Comandante invicto Fidel Castro Ruz.   Desde 1983 a 1988 estuvimos trabajando como  diplomáticos en la Embajada de Cuba en ese país.  Nos consta que Fidel seguía muy de cerca lo que acontecía en el pueblo hermano.  A mediados de 1983 visitamos la ciudad de Sucre, capital constitucional de Bolivia. En la  mañana observamos una manifestación  muy humilde de quienes  parecían  mendigos, algunos descalzos y pobremente abrigados, en medio de un frío intenso.  Indagamos y resultó, eran los pacientes del  hospital psiquiátrico,  único existente en todo el país, quienes exigían el presupuesto para alimentación, medicinas y mantas, que las autoridades correspondientes no habían aprobado. La institución era atendida por sacerdotes y monjas de manera voluntaria.

foto -   Adys Cupull esposa de Froilán González que no tiene corbata.

También visitamos la Casa de la Libertad y observamos como en el salón de las banderas faltaba la nuestra y al preguntar las causas, su director Joaquín Gautier respondió que allì estaban las donadas por los gobiernos de América Latina y  Cuba nunca  había mandado la suya.   Ambas informaciones enviamos a Fidel, y a las pocas semanas viajó  el compañero Eusebio Leal,  con la bandera  cubana y el presupuesto para medicinas, mantas y alimentación para el Hospital Psiquiátrico de Sucre.  La Delegación estuvo integrada por Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana, Adys Cupull, Agregada de Prensa y Cultura, Santiago Salas Consejero Político y yo, como Cónsul General de Cuba en Bolivia. En el acto oficial de entrega de la donación de Fidel estuvieron presentes  las autoridades, personalidades de la cultura y políticas, personal médico y paramédico, los medios de difusión y los sacerdotes y  monjas del Hospital. El Obispo Clemente Maure expresó, llevaban meses pidiendo  un milagro. “Nunca imaginó – dijo - que el milagro lo hiciera Dios a través de Fidel Castro y del Historiador de la ciudad de La Habana.”  La otra anécdota que quiero contar como homenaje a Fidel es la siguiente: Trabajaba con nosotros la señora Virginia Mamani, un día  pidió  permiso para llevar a su hijo enfermo a los callahuayas (curanderos). Cuando regresó, le preguntamos, ¿qué habían dicho? Respondió: “No gastar dinero en medicinas, leyó en sus ojos que va a morir.” Quedamos muy impresionados y  sorprendidos. No pensábamos que  podía existir ese nivel de conformidad y resignación.  Hablamos con 2 médicos bolivianos, los  doctores Adolfo Bustillos y Jaime  Vela, graduados en Cuba, gracias a las becas que la Revolución Cubana, ofreció a jóvenes latinoamericanos. Vinieron de inmediato, examinaron al  niño y expresaron se encontraba deshidratado y podía ser salvado.  Lo llevamos al  hospital público, prácticamente carecía de recursos  para infantes y en ese momento no contaban con camas. Después de algunas gestiones logramos lo ingresaran en una de las salas de adultos. Como a los 9 días murió y no  entregaban el cadáver a la madre u otros familiares, hasta que no pagaran en costo de  las medicinas, alimentos y demás gastos incurridos durante la atención médica.  Decidimos pagar, pero surgió otro problema, exigían la Fe de Bautismo. Los padres del niño nos pidieron a la compañera Caridad Martínez,   funcionaria de la Oficina Política de la Embajada y a mí, el favor de ser los padrinos.  Era evidente que ponían trabas para quedarse con el cadáver.  Allí conocimos con horror como a los familiares de los indígenas que no pagaban las cuentas al hospital, algunas autoridades  y un grupo de intermediarios  se apoderaban de  los cadáveres para venderlos en  Estados Unidos y Chile a las universidades privadas de esos países u otras instituciones.   Desconocíamos que los velorios se hacían con comida y “chicha”,  era costumbre,  los padrinos debían asumir el costo. También pagamos y  nos empeñamos. Ante las trabas burocráticas, confeccionamos un informe para Fidel.  Rápidamente se resolvió el pago, y además el Comandante en Jefe, donó a Bolivia cinco salas de terapia intensiva  con todo el equipamiento  y laboratorios. Fueron las primeras con las que contó el país hermano para proteger a sus niños.  El Ministerio de Salud Pública de Cuba, envió  varios especialistas de primer nivel del hospital Hermanos Ameijeiras, entre ellos: los doctores Callejas y Suardíaz, dos enfermeras intensivistas,  tres técnicos electro médicos, y una especialista en laboratorio. Marianela Díaz. 

Los científicos cubanos fueron atendidos por    el agregado diplomático Antonio Sánchez. Además viajaron a Cuba, especialistas bolivianos para entrenarse en las diferentes técnicas de atención médica en las salas de  Terapia Intensiva, cubriendo Cuba todos los gastos.  El gesto solidario y humanista de Cuba tuvo  amplia repercusión en la prensa boliviana,  muchas personas llamaban a la Embajada para agradecer el gesto de Cuba y de Fidel y sorprendentemente hasta el ex dictador, general Hugo Bánzer, llamó, agradecido porque en una de esas salas los especialistas cubanos habían salvado dos niños víctimas de un grave accidente y  miembros de una familia  muy querida por él.  Por eso nos  sorprendió e indignó cuando  unos grupúsculos colonizados, sometidos y serviles a Estados Unidos, trataran de humillar a nuestros médicos.  El pueblo boliviano es noble, agradecido, educado, digno. No comete esas barbaridades que hicieron otros, al desnudar a nuestras doctoras, robarles los celulares, el dinero, calumniarlos y permitir que funcionarios de la embajada norteamericana en Bolivia participaran en los interrogatorios.  Estamos seguros, cuando desaparezcan las dos pandemias que golpean cruelmente a los bolivianos,  juzgaran a los indignos y serviles de la CIA y Estados Unidos por las ofensas al noble y digno pueblo.