jueves, 17 de septiembre de 2020

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GOLPES DE ESTADO EN BOLIVIA.

XIII.- NUEVO GOLPE DE ESTADO.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos.

Desde el 16 de noviembre de 1979, cuando Lidia Gueiler asumió el poder, el coronel Luis Arce Gómez comenzó a preparar el Golpe de Estado junto al general Luis García Meza Tejada, primo hermano de la nueva presidenta.  Ambos confeccionaron una lista con 115 personas, para ser eliminadas antes del golpe. En ella figuraban dirigentes políticos, sindicales, militares, intelectuales, sacerdotes y periodistas.

Para los planes golpistas contaron con el apoyo de los seguidores del desaparecido dictador Barrientos, de Hugo Banzer y Alberto Natusch Busch, de empresarios derechistas, de miembros de los Comité Cívicos de tendencias racistas y de narcotraficantes. Entre los financiadores estaba Roberto Suárez Gómez, primo hermano de Arce Gómez, considerado el más grande narcotraficante de Bolivia, conocido como el Rey de la cocaína y principal exportador con destino a Estados Unidos y relacionado con el jefe del cartel colombiano Pablo Escobar, quien también prometió ayuda financiera.

Otro del narcotráfico que aportó ayuda financiera fue José Abraham Baptista; transportaba drogas a Estados Unidos, incluso en algunas ocasiones personalmente, tenía vínculos en altas esfera del gobierno, entre ellos Luis Arce Gómez, desde que fue director de la Dirección de Investigación Nacional en Oruro durante la dictadura de Barrientos y en Cochabamba cuando Banzer.

Entre los contribuyentes se encontraba el banquero y multimillonario italiano Licio Gelli, líder fascista en tiempos de Mussolini, dueño del Banco Ambrosiano, quien le propuso abrir una sucursal en Bolivia.

El banquero le prometió el envío de mercenarios alemanes, croatas, húngaros, italianos y franceses y pagarles a través de un banco belga. Le sugirió vincularse con Klaus Barbie, para gestionar financiamiento para los mercenarios europeos. Licio Gelli viajó a La Paz para entrevistarse secretamente con Luis Arce Gómez, se alojó en su casa y le entregó un millón de dólares para el Golpe.

Según informaciones públicas y testimonios de bolivianos, con Licio Gelli, llegaron varios italianos, contratados como mercenarios al servicio del multimillonario, entre ellos Stefano della Chiaie, Pierluigi Pagliani y Marco Marino Diodato del Gallo.

Otro de los que llegó a Bolivia fue el jefe de una secta religiosa anticomunista dirigida por el pastor surcoreano Sun Myung Moon, con sede en Pennsylvania, Estados Unidos y vinculado a la CIA y los servicios secretos de Seúl.

Moon contaba con algunos seguidores en Bolivia de esa nacionalidad, a quienes financiaba sus proyecciones políticas hasta alcanzar el poder. Le entregó 100 mil dólares y el compromiso de traer capital para invertir en las minas y realizó un viaje clandestino a Bolivia. Arce Gómez también recibió dinero de grupos afines de Argentina, Colombia, Estados Unidos, España, Alemania e Italia.

A mediados de marzo, personas desconocidas lanzaron cargas explosivas al semanario Aquí, a las emisoras radiales FIDES y Panamericana y secuestraron al sacerdote Luis Espinal. Algunos testigos señalaron que el sacerdote tenía informaciones comprometedoras sobre los preparativos del golpe y el financiamiento de los narcotraficantes. El 21 de marzo de 1980 su cadáver fue encontrado en un barrio popular con el cuerpo desnudo, signos de torturas y el impacto de 17 balazos.

Años después, Arce Gómez le confesó al historiador Tomás Molina que fue asesinado por sicarios, a quienes le pagaron 10 mil dólares. Reveló el nombre de la persona al frente del grupo, ex capitán del ejército, entrenado en Panamá, agente CIA, sádico, mataba o torturaba con furia salvaje, obligaba a sus víctimas cavar la propia fosa.

En mayo de 1980 el coronel Terrazas agredió físicamente a la presidenta Lidia Gueiler y el 31 de ese mes Gasser Terrazas fue encontrado en una pista de aterrizaje en Miami con 530 kilos de pasta de cocaína y diferentes fuentes vincularon ambos hechos como parte de los preparativos del golpe de estado y querer implicar a la mandataria en el narcotráfico.

Sondeos de opinión y encuestas privadas, daban como ganadora a la Unidad Democrática y Popular (UDP) del doctor Hernán Siles Zuazo y el 1 de junio de 1980 el Alto Mando Militar propuso posponer las elecciones, pero el Congreso y el poder Legislativo se opusieron.

El 2 de ese mes una avioneta con varios líderes de la (UDP) en campaña electoral explotó en el aire, se incendió y cayó a tierra. Todos los ocupantes murieron a excepción de Jaime Paz Zamora, quien sufrió graves quemaduras. La avioneta pertenecía a una compañía de taxis aéreos propiedad de Luis Arce Gómez.

El 7 de junio un coronel de apellido Estrada del Regimiento de la escolta de Lidia Gueiler, intentó asesinarla en su habitación y al tratar de derribar a culatazos la puerta del dormitorio, despertó a la servidumbre que pidió auxilio y junto a unos ayudantes de la Jefa de Estado impidieron el magnicidio. ​

El 28 de junio de 1980 se realizaron nuevas elecciones y volvió a ganar el doctor Hernán Siles Suazo de la Unidad Democrática Popular. Las fuerzas de derecha y sus aliados militares no lo aceptaron y el   17 de julio dieron el golpe de estado.

Las emisoras radiales fueron tomadas militarmente, se aplicó una férrea censura, los militares asaltaron el Palacio de Gobierno, detuvieron a los miembros del gabinete y a la presidenta Lidia Gueiler.

Los principales ministerios fueron ocupados por paramilitares camuflados de civiles, apoyados por la policía, mientras otros grupos, rodeaban las viviendas de los funcionarios o simpatizantes del gobierno, aterrorizaron a muchos de ellos, con amenazas de liquidarlos, tanto a ellos como a sus familiares y prenderles fuego a sus propiedades.

El general Luis García Meza Tejada, primo hermano de Lidia Gueiler Tejada se autoproclamó presidente y el coronel Luis Arce Gómez, primo hermano del mayor narcotraficante de Bolivia, Roberto Suárez Gómez, ocupó el Ministerio de Gobierno (Interior) y se autoproclamó Ministro. De ese modo Arce Gómez se convirtió en Ministro de Gobierno y el general Luis García Meza Tejada en el nuevo presidente de facto.

Según los medios informativos el nuevo presidente nació en 1929, de familia acomodada económicamente y de clase media. En 1948 ingresó al Colegio Militar y cuando triunfó la Revolución de 1952 le dieron baja por participar contra ella, utilizando las armas contra el pueblo.

A través de influencias familiares pudo reincorporarse al Ejército, desde entonces guardó un profundo odio y rencor contra el MNR y su líder Víctor Paz Estenssoro. Fue comandante de Compañía del Colegio Militar, donde lo acusaron de racista al castigar con rudeza y crueldad a los cadetes no blancos, para obligarlos a desertar o rebelarse y darle de baja por indisciplinas o violar los reglamentos. También los alquilaba como obra barata para las construcciones, apropiándose del pago por esos servicios.

Apoyó el Golpe de Estado de Barrientos y participó en la toma del Palacio de Gobierno, durante la etapa del general Alfredo Ovando se desempeñó como segundo comandante del Colegio Militar y en la del general Juan José Torres, comandante del regimiento de Caballería en la ciudad de Trinidad en el departamento del Beni, desde donde conspiró contra el general Torres, con expresiones racistas y discriminatorias.

Estaba catalogado de escasa inteligencia, autosuficiente, prepotente, de baja cultura, no leía ni la prensa. No admitía críticas ni sugerencias y si osaban plantearlas, eran considerados enemigos y como tal los trataba.

En 1971 apoyó el Golpe de Estado de Banzer, quien lo designó Comandante en la Escuela de Aplicación de Armas. Luego fue Jefe de Estado Mayor de la VII División con sede en Cochabamba y en 1977 Comandante de la VI División con sede en Trinidad, donde conoció y compartió con Luis Arce Gómez y se hicieron cómplices de negocios turbios.

En esa época   prestaba dinero a los oficiales, músicos y otras personas cobrando altos intereses. Aficionado al juego y las bebidas alcohólicas. Luis Arce Gómez lo describió como un cholo de m (excrementos o porquerías), más racista que los blancos racistas, miserable y mentiroso, y lo único que hacía bien era montar a caballo.

En 1978 fue comandante del Colegio Militar, insultaba, maltrataba y ofendía a los cadetes indios, mestizos o hijos de campesinos o mineros, les prohibía comunicarse en sus idiomas originarios, solo podían hacerlo en español y no les permitía ofrendas y tributos a sus creencias ancestrales. Los consideraba bestias humanas, salvajes y manifestaba que sus caballos y perros eran más inteligentes.

Una tarde ordenó recoger todos los distintivos ancestrales, entre ellos la Wiphala y quemarlos, ante las protestas y especie de sublevación de los cadetes originarios; los sancionó con asistencia extra a los cultos religiosos cristianos, la presencia de un sacerdote y colocar la biblia y la cruz encima de las Wiphalas con la intención de dominación.

Toda la discriminación, odio y desprecio a los indios y mestizos lo reflejaba en sus actitudes contra sus símbolos. Evidentemente, García Meza desconocía a Bolivia y el mundo andino, donde entre sus símbolos más importantes estaba la Huipala, Wiphala o Wipala.

Es una bandera cuadrada con 49 partes iguales y los siete colores que proyecta el Sol cuando uno de sus rayos atraviesa las gotas de lluvia y al descomponerse forma el arcoíris. Esos colores son reflejados en la Wiphala, con un diagonal de cuadros blancos, en representación de toda América como emblema de unidad y resistencia de los pueblos indígenas, que disponen de cuatro wiphalas, con colores diagonales diferentes, para cada región. Cada uno tiene un significado:

El Blanco para el Qullasuyu, representa al tiempo y la dialéctica, expresión del desarrollo y la transformación permanente sobre los andes, el desarrollo de la ciencia y tecnología, arte, trabajo intelectual y manual, genera la reciprocidad y armonía dentro la estructura comunitaria.

El Verde para el Antisuyu, es la economía, la producción, las riquezas naturales, la superficie y el subsuelo, la tierra, la producción agropecuaria, flora y fauna, los yacimientos hidrológicos y mineralógicos.

El Amarillo para el Cuntisuyu, es la energía y fuerza, la expresión de los principios morales, la dualidad, las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.

El Rojo para el Chinchaysuyu, representa al planeta tierra, la expresión del hombre en el desarrollo intelectual, la filosofía cósmica en el pensamiento y el conocimiento de los amawtas.

Los demás colores tienen también sus significados: El Naranja es la sociedad y la cultura, la preservación y procreación de la especie humana, considerada como la más preciada riqueza patrimonial de la nación, es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.

El Azul, es el espacio cósmico, el infinito, los sistemas estelares del universo y los efectos naturales sobre la tierra, la astronomía y la física, la organización socio económica, político y cultural, la ley de la gravedad, de las dimensiones y fenómenos naturales.

El Violeta es la política, ideología, el poder comunitario y armónico, el instrumento del estado, como instancia superior, la estructura del poder, las organizaciones, sociales, económicas y culturales y la administración del pueblo y del país.

La Wiphala está presente en cada evento comunitario, en los hogares, instituciones, ceremonias, identifica el sistema comunitario de los Andes basado en la equidad, igualdad, armonía, solidaridad, reciprocidad y resistencia. Ha sobrevivido más de dos mil años, según algunos investigadores y más de 500 desde la conquista española, manteniendo sus costumbres, música, bailes, danzas, ritos, creencias, idiomas, vestimentas, comidas y principios religiosos, morales y éticos.

Según esos investigadores, cerca de Potosí fue encontrado un gráfico parecido a la wiphala en una roca de la época precolombina y otro objeto con las mismas características en una tumba en la costa central del Perú con alrededor de 800 años de antigüedad y un gráfico del año 1612.

Arce Gómez y García Meza se enfrentaban frecuentemente, porque como Ministro de Gobierno dominaba las informaciones y las utilizaba en su provecho personal y ambiciones políticas, conspiraba para darle un Golpe de Estado, en sus aspiraciones de proclamarse Presidente y divulgaba los errores y delitos a través de periodistas a su servicio. Sobre Arce Gómez, el doctor Tomás Molina escribió en su libro “Con el testamento bajo el brazo”:

“Yo tengo carácter para imponer mis decisiones. Yo tengo sangre germana en mis venas, mi padre era descendiente de alemanes, a mí no me tiembla la mano para tomar una decisión. Yo tengo la disciplina metida en mi sangre y por consiguiente soy cien veces mejor que cualquier otro para tomar decisiones, porque toda decisión, toda resolución debe responder al momento que se vive y a lo que se persigue. Fue una gran frustración para el proceso elegir a García Meza, conmigo la historia sería diferente, incluso ya tenía conformado mi gabinete compuesto por militares y civiles.”

El día del Golpe, asesinaron al líder del Partido Socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz y a dos dirigentes de la Central Obrera Boliviana, Juan Carlos Flores Bedregal del Partido Obrero Revolucionario y Diputado Nacional, y al dirigente Justo Vega. Luis Arce Gómez le confió al historiador Tomás Molina, que Banzer ordenó matar a Marcelo Quiroga Santa Cruz.  Relató cómo antes del Golpe le envió seis miembros de su   seguridad personal para ayudarle, llegaron de Santa Cruz en una avioneta del ex prefecto de esa ciudad Widen Razuk, íntimo amigo de Banzer. Los enviados y los paramilitares fuertemente armados, se trasladaron en ambulancias hasta las oficinas de la Central Obrera Boliviana donde se encontraban reunidos y los ametrallaron.

El cadáver de Marcelo fue colocado en un cajón de latón, llevado a Santa Cruz en el mismo avión del ex prefecto y lo desaparecieron. Los cadáveres de los dirigentes de la COB los llevaron para el cementerio y los colocaron en nichos vacíos sin placas de identificación.

En el juicio a Arce Gómez se le acusó de esos crímenes, del sacerdote Luis Espinal y de 8 jóvenes del MIR ocurrido en la calle Harrington del residencial barrio Sopocachi de La Paz. También del atentado con explosivos al semanario Aquí, ataques a emisoras radiales, amenazas y persecución permanentes a dirigentes políticos y sindicales, el asalto al Palacio Presidencial, el apresamiento de los ministros y a la Presidenta Lidia Gueiler y de cometer varias masacres.

Entre los actos de corrupción se mencionaron: varios robos, el de los Diarios del Che, de Pombo y otros documentos que se encontraban en las bóvedas del Banco Central de Bolivia, para subastarlos en Londres, los vidrios de la Piscina Olímpica de La Paz, de la concesión de un contrato de explotación de piedras semi-preciosas a una empresa brasileña para beneficiar a algunos jefes militares, organizar los paramilitares, conocidos como Los Novios de la Muerte, al estilo de las S.S. de Hitler.

Arce Gómez hacía gala de amenazas constantes, de desprecio por la cultura, de no asistir al teatro, odiar la música clásica, conciertos, museos, galerías de arte, la literatura, alegando que no eran actividades para hombres, que nadie osaba levantarse contra él, porque al primer intento de traición los hacia matar. Afirmó: “Así de simple, conmigo no hay salvadores de la Patria.”

Nombró como su asesor a Klaus Barbie, quien había desempeñado esas funciones con los dictadores René Barrientos y Hugo Banzer. Reveló que Barbie le decía a quienes debía matar, entre ellos a todo el que se le opusiera o le hiciera sombra. Le otorgó el grado de Teniente Coronel del Ejército Boliviano, sin tener facultades para ello.

Las frases más frecuentes eran: “TODO EL QUE ESTÉ CONSPIRANDO CONTRA ESTE GOBIERNO DEBE ANDAR CON EL TESTAMENTO BAJO EL BRAZO”. “NO HABRÁ PERDÓN”. “ESTÁS A PUNTO DE MORIRTE”. “TE ACONSEJO COMPRARTE UN SITIO EN EL CEMENTERIO CON LÁPIDA Y TODO” “ESTÁS EN CAPILLA”. “UNA VEZ MÁS ME HACES UNA Y TE ME MUERES.” “TE VOY A ENTERRAR VIVO”.

Así hablaba fuerte y terminante, para implantar el terror y el miedo. Hablaba con precisión y claridad. A los periodistas los amenazaba frecuentemente, ofendía, maltrataba y a los que hacían preguntas incomodas, les respondía; “A TI TE VOY A ENTERRAR VIVO.”

Continuará.

 

XIV.- PODER Y NARCOTRÁFICO.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El mismo guion para todos los tiempos.

Luis Arce Gómez le proporcionó al historiador Tomás Molina datos, actuaciones y valoración de algunos de los participantes en el Golpe de estado de Luis García Meza.

Sobre el general Waldo Bernal Pereira, jefe del estado mayor de la fuerza aérea, reveló que fue Ministro de Educación durante el gobierno de Banzer y en el de García Meza, nombró a su hermano Director Nacional de Aduanas y se dedicó a robar, en extremo ambicioso y corrupto, se le acusó de destruir la riqueza nacional por hurto y tráfico de minerales en una zona de reserva fiscal.

Varias fuentes señalaron era agente de los servicios de inteligencia de España y contaba con una red, que le vendían las informaciones, eso explica porque España nunca entendió a Bolivia, ni América Latina y de metrópoli pasó a colonia de Estados Unidos. Coordinaba esas acciones con ciudadanos del país ibérico radicados en Bolivia y los vendía a los españoles y norteamericanos. Al caer el gobierno de García Meza se fugó para España y compró una isla con avión y yate incluido.

También se mencionó al general Alberto Doria Medina, comandante del Regimiento Tarapacá, responsable de la masacre de Todos los Santos. Su máxima aspiración era ser Ministro de Gobierno, para robar y enriquecerse. Estaba vinculado a la embajada norteamericana. Manifestó que le trasladó a García Meza un mensaje de esa Embajada, donde decía que reconocerían al gobierno si cesaba a Arce Gómez como Ministro de Gobierno por narcotraficante.

En el libro “Con el testamento bajo el brazo” el doctor Tomás Molina describió a Arce Gómez como autoritario, impetuoso, feroz, de carácter explosivo, intolerante, no daba explicaciones ni réplica, era peligroso contradecirlo. Mortal enfrentarlo. Abogaba por la pena de muerte, y expresó:

“Arce Gómez se formó militarmente dentro de la violencia y abusos totales, en una época de los campos de concentración, del control político, policías sanguinarios que pisotean los derechos humanos, del caudillismo, la tortura como política de estado y la lucha por el poder.

“El cuartel era un cubil de abusos y castigos espantosos al soldado indígena, ambiente corrompido y elitista que formó a oficiales abusivos, violentos, racistas, ambiciosos e intolerantes, rasgos que afloraron en todos los gobiernos militares que arrasaron el país en el último medio siglo.

“A todo esto, se agregaba el perfeccionamiento de tales conductas en la Escuela de las Américas de Panamá, dependiente del Comando Sur de Estados Unidos, escuela de criminales contra los pueblos de Latinoamérica.”

Ricardo Aneyba Torrico relató: “Cuando fue derrocado el general Alfredo Ovando me mudé para Santa Cruz, establecí un negocio de venta de helados y fui elegido presidente de esa asociación. Me integré a una cooperativa de arte dirigida por el gran artista, muralista y pintor Lorgio Vaca y nos reuníamos para conversar, cantar y ofrecer recitales de música. Después inauguré una Peña con el nombre de una de mis hijas, con decoración andina, traía grupos musicales de La Paz y Cochabamba, entre ellos los Kjarkas, los Jairas, de canciones protestas de Argentina y el suizo vestido de indio Gilbert Fabre.

“En esos años la burguesía racista cruceña no aceptaba esa música y bailes, la consideraba del kollaje, de indios, de poca cultura, de bajos fondos, de arrabales y masticadores de coca, pero estudiantes y funcionarios comenzaron a aceptar las danzas caporales, saya, morenada, tinku y canciones protestas.

“Se hizo famosa la canción VIVA MI PATRIA BOLIVIA, asistían intelectuales, demócratas, progresistas, de la izquierda y se convirtió en la mejor Peña de Santa Cruz, se transmitía en vivo a través de radio Amboró, el éxito y la fama eran notable.

“Una noche se apareció José Abraham Baptista, jefe de la policía política, agente de la CIA, de la DEA, miembro del departamento de inteligencia de la Octava División, ligado con los paramilitares y los narcotraficantes de Colombia y Estados Unidos. Estaba acompañado por Erick Skibelesqui, Widen Razuk, prefecto de Santa Cruz, sus respectivos guarda espaldas, choferes, ayudantes y el abogado Juan Carlos Camacho, querían comprarme la Peña y apoderarse del lugar, para venderlo a un colombiano. Me negué, sabía estaban ligados al narcotráfico y no quería mezclarme en esos asuntos. Se marcharon sin pagar, ni propina dieron a los empleados y amenazaron con volver.

“Pasado unos días volvieron, los acompañaba de nuevo el abogado Juan Carlos Camacho y me plantearon la comprar de la Peña. Traían los documentos listos para firmar sin mi consentimiento. Nuevamente me negué. Me amenazaron con destruir o quemar el local, pero no acepté el chantaje y esa misma noche con un camión militar de la Octava División como si fuera un accidente de tránsito derrumbaron el frontis de la Peña, causando graves destrozos y me llevaron preso.

“Durante la dictadura de Banzer a los prisioneros los mataban, te apresaban y desaparecían. La metodología era llevarte a una seccional, a otra seccional, para confundirlos, y te desaparecían. Estaba el Plan Cóndor, y ahí cagamos todos. Lamentablemente muchos de nuestros países no tienen memoria.

“En el Pentágono aprendí, tener planes para determinadas circunstancias. A mí me enseñó la inteligencia norteamericana, que uno tiene que buscar aliados. ¿Quiénes son los aliados?: grupos y asociaciones, fui a Santa Cruz a ser heladero, y fui heladero. Y mis asociados me salvaron de que me maten.

“Yo tenía un boliche y la peña folclórica, y el alcalde y mis asociados venían a reclamar por qué estaba preso. Le escribo a un amigo mío, dueño de un periódico, le digo que me van a desaparecer y sacó en el periódico que estaba preso el presidente de la Asociación de heladeros y eso me salvó.”

“Comprendí que lo aconsejable era vender la peña y dedicarme a otros negocios. Después conocí por la prensa que a José Abraham Baptista y Erick Skibelesqui los asesinaron en un ajuste de cuentas por sicarios y dejaron su marca con ráfagas en cruz con disparos al estilo europeo.  Sospechosamente al abogado Juan Carlos Camacho no le pasó nada y algunos señalaron se debía a sus vínculos con la CIA, la DEA y la embajada de Estados Unidos.

“Arce Gómez tenía grandes vínculos con José Abraham Baptista, desde cuando era funcionario de la Dirección de Investigación Nacional en Oruro  y Cochabamba, ligado con los paramilitares y los narcotraficantes norteamericanos y con el abogado Juan Carlos Camacho, del clan mafioso de esa poderosa familia de Santa Cruz, conspiradora en todos los golpes de estado, ligada a la embajada norteamericana, a narcotraficantes y contrabandistas y ladrones de autos y movilidades vinculadas a las mafias de Brasil, para venderlas a los militares bolivianos sin pagar impuestos.

“Cuando el Golpe de Estado, Arce Gómez utilizó las ambulancias para trasladar a los paramilitares, algunos vestidos de médicos, a quienes les pagaban extra. El abogado Camacho se ocupó de esas contrataciones en Santa Cruz. Los hospitales se quedaron sin ese servicio; ante el ruido de las sirenas y alarmas, los choferes de movilidades (autos), trufis (especie de taxis), ómnibus de pasajeros y particulares, pensando eran heridos o enfermos graves, cedían el paso, dejaban las vías libres y podían llegar rápidamente a cualquier sitio.

“Algunos miembros del grupo paramilitar “Los novios de la muerte”, trabajaban en protección y seguridad de grandes narcotraficantes y los contratos y asesoramientos jurídicos, los realizaba el abogado Juan Carlos Camacho, que formaba parte de un grupo al servicio de la CIA, que contaba con mecanismos para denunciar a cualquiera de cualquier cosa, utilizaban a periodistas pagados o chantajeados para divulgarlas ampliamente

“Esa práctica la utilizaban especialmente en época de elecciones, en Santa Cruz, Camacho y sus socios formaron una tropa con esos fines, era un negocio, los interesados pagaban muy bien, recuerdo denuncias a personas inocentes y falsamente acusadas de cualquier cosa, latrocinio, genocidio, lesa humanidad, robo, estafa, sedición, terrorismo, violación de muchachas adolescentes o niñas, narcotraficante, inmoralidades, violadores del fisco, la constitución y las leyes y hasta centraban supuestos testigos pagados o por  chantajes  o amenazas declaraban.

“Alguien pagaba para mancillar a una persona determinada, esa tropa la citaban y si ofrecía más dinero se paralizaba la campaña, de lo contrario se lanzaban con furia de lobos sedientos de sangre, eso lo aprendieron de los norteamericanos, lo aprendieron de la CIA.”

Sobre Aneyba, Ramiro Barrenechea explicó: “Yo conocí a Ricardo Aneyba cuando desde niños jugábamos en el barrio, teníamos a nuestros héroes, jóvenes de un grupo deportivo, Santa Fe y Aneyba era un caudillo, un mozo muy bien puesto, como un actor de cine, valiente y sobre todo solidario. Provenía de una familia realmente heroica. Su padre fue combatiente en la Guerra del Chaco donde perdió un brazo, luego se hizo maestro y abandonó la esposa, los hijos y formó otro hogar.

“La madre se quedó con sus cinco hijos, una vida difícil, los educó dentro de principios sólidos, morales y estricta disciplina, el único sustento era una máquina de coser y trabajaba hasta altas horas de la noche, con su tenaz esfuerzo logró una bioquímica, dos ingenieros, un médico y un militar, Aneyba, la alcaldía la seleccionó como la Mejor Madre de Cochabamba. 

“Por eso es que yo encuentro en Ricardo Aneyba una posición muy profunda de identidad con los desposeídos, con los pobres, con los marginados, a los cuales les denomina karachakis, que en quechua quiere decir con pie pelado porque él, como muchos, caminaba con pie pelado, solo usaba zapatos para los días de fiesta o para los desfiles. Entonces, ahí está arraigada su posición. Esa es una de las imágenes que tengo de Ricardo.

“Cuando se fue a La Paz para estudiar Técnico de Aviación Militar solamente lo veíamos en las vacaciones, pero siempre compartía con nosotros. Seguía siendo nuestro héroe, era muy popular entre las mujeres y siendo militar su imagen era todavía más apuesta.

“Al revelar esos secretos lo convierten en un enemigo capital de la CIA porque desenmascara una serie de acciones que la CIA se ha encargado de encubrir a través de campañas psicosociales de la guerra psicológica, su arma más contundente para mostrar que las dictaduras en Bolivia no operaron por su cuenta. Cosa que nadie cree…”

Ricardo Aneyba continuó su relato: “Tanto Arce Gómez como Luis García Meza designaban con frecuencia a funcionarios corruptos, ladrones, acusados de violencia machista contra las mujeres, violaciones y crímenes pasionales, ligados al narcotráfico, con antecedentes penales y baja moral, los elegían por vínculos familiares, amistosos, a cambio de favores o simplemente compra de los puestos de trabajo, incluyendo cargos diplomáticos, que se vendían como mercancías. Ellos ubicaban a los hijos y parientes de los generales en puestos claves y en misiones diplomáticas, aunque carecieran de los más elementales conocimientos.

“También por otros motivos, entre ellos los recomendados de las amantes, como sucedió cuando García Meza designó al director de Educación en Santa Cruz. A esa persona la conoció en una fiesta, estaba completamente borracho y no sabía quién era, ni los antecedentes, ni la profesión. Arce Gómez filtró la información a la prensa y generó grandes críticas y protestas entre el sector del magisterio y padres de familias. El escándalo lo obligó a despedirlo.”

“Arce Gómez practicaba el nepotismo, nombró a un familiar como representante del Ministerio del Interior en Santa Cruz, esa persona viajaba a Colombia, donde se reunía con los grandes narcotraficantes, entre ellos con Pablo Escobar, que lo ayudó financieramente para el golpe de estado.

“Cuando la DEA conoció de esos contactos lo informó a la CIA y esta lo consideró no confiable y lo acusaron de estar vinculado a los servicios de inteligencia de España y la ultra derecha de ese país, también con la mafia italiana, deslealtad no dispuesta a tolerarle.

“Por la prensa conocí la historia de otro de los paramilitares de apellido Monroy, le decían la Mosca, era de los cívicos de Santa Cruz y amigo del abogado Juan Carlos Camacho, racista, vulgar, cruel, desbocado, cero cerebros, solo era bueno para la acción con la metralleta.

“Rompía manifestaciones, bloqueos de caminos y carreteras, aplacaba las protestas callejeras, las huelgas o reclamaciones de cualquier tipo, pagando a desempleados, drogadictos, delincuentes, borrachos, ex presos comunes, bandidos.   Decía: “Se suspende esto o los mato a todos”. Era el prototipo del matón de cantinas o cárceles mexicanas. En una fiesta donde estaba completamente borracho, se mató jugando a la ruleta rusa.

“Al prefecto de Santa Cruz, Widen Razuk quien prestó su avión para trasladar el cadáver de Marcelo Quiroga Santa Cruz y desparecerlo, íntimo amigo de Banzer y acusado de narcotraficante y de engañar y desafiar a un capo colombiano, lo encerraron en una jaula de hierro y lo colgaron de un árbol en una hacienda.

“Fue devuelto al patio de su casa en Santa Cruz, lo dejaron sin piernas, brazos y lengua, como una advertencia para los que se atrevían a desafiar a los narcotraficantes colombianos. Todos comentaron que la DEA lo eliminó. Pero interrogado el embajador norteamericano sobre ese crimen, respondió no se habían enterado ni del secuestro.

“Luis Arce Gómez, cuando fue comandante de los regimientos de Trinidad y Sucre, en su condición de piloto, invitaba a sus amigas para almorzar o cenar en lugares de ciudades de más de hora y media de vuelo.

“En su residencia los fines de semanas celebraba fiestas desordenadas con amigos, jovencitas, abundantes bebidas, comidas y algunos comentaban hasta droga. Una emisora radial lo denunció de degenerado, pervertido y vicioso y darles mal uso a los recursos del estado.

“Organizó un operativo con patrulleros, gran visibilidad, ruido de sirenas, visitó a los propietarios de la emisora y a los periodistas que formularon los comentarios, los amenazó de muerte, de incendiar la emisora y sus viviendas, los acusó de difamadores, calumniadores, violadores del fisco y de adolescentes, inventó vínculos con ladrones, contrabandistas y narcotraficantes y de estar al servicio de la oposición.

“Los amenazó y les advirtió: “Desmienten esas calumnias o van a la cárcel y más nunca aparecen…”. Al día siguiente los periodistas acusaron a dos señoras beatas como las calumniadoras de las informaciones que afirmaron falsas sobre el honorable señor Ministro de Gobierno.

 “En su etapa de Ministro, desaparecieron los archivos del Ministerio de Gobierno, vendía expedientes y documentos a personas interesadas en limpiar los antecedentes penales o políticos o para chantajear a enemigos, corruptos, estafadores, violadores de los impuestos o narcotraficantes. También se robó el Diario del Che, de Pombo y otros documentos para subastarlo en Londres.”

Al respeto Carlos Soria Galvarro, reconocido escritor, periodista, investigador histórico, docente universitario, trabajó en las radios mineras, en el Canal 7 de la televisión, fundador del Canal Universitario, autor de varios libros, entre ellos “Barbie Altman: “De la Gestapo a la CIA”, “El Che en Bolivia” en 5 tomos y “Los andares del Che en Bolivia.”

“En relación con el Diario del Che, se conoce la historia de la entrega de copias a Cuba, a excepción de unas cuantas páginas que se entreveraron al hacer las copias, como cuenta, Ricardo Aneyba, pero el documento original, los manuscritos originales en sus dos componentes, la agenda alemana y el cuaderno anillado donde está la primera parte del Diario, se guardaban muy celosamente en los archivos de la Sección II (Inteligencia) de las Fuerzas Armadas.

“En 1983 se reveló que el Diario del Che había desaparecido.  En principio se mantuvo reservada esa información, empezaron algunas indagaciones y se conocieron detalles de la operación durante el Gobierno de Luis García Meza, quien negoció con la casa rematadora de Londres, Galería Sothevy’s la entrega de este material, a través de un intermediario. Cuando se anunció en la prensa inglesa que Sothevy’s lo iba a rematar, juntamente con el diario de Pombo, estaban juntos, la diplomacia boliviana logró primero parar el remate y después de un juicio de varios años, el material fue devuelto a Bolivia.”

Ricardo Aneyba Torrico continuó su testimonio: “Arce Gómez tenía aviones, para transportar drogas a Colombia y carnes del Beni a La Paz, ligado con grandes ganaderos y terratenientes del Beni y comerciantes en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, tenía organizado un cartel de narcotráfico con laboratorios, almacenes de combustibles, pistas de aterrizajes, desde donde partían las avionetas con drogas hacia Estados Unidos, con escalas en Colombia, Guayaquil, Panamá y México.

“Reprimía a los narcotraficantes de la competencia, enviaba a sus paramilitares y sicarios a tomarlos presos, los interrogaba, chantajeaba, le allanaba las residencias, los multaba, se apoderaba del dinero, joyas, objetos de valor, drogas y obtenía jugosos negocios.

“Los que hacían resistencia los enviaba a prisión o asesinaba e informaba que murieron en un enfrentamiento con la policía y algunas pacas de drogas las guardaba en las bóvedas del Banco Central de Bolivia, con gran propaganda y conferencias de prensa, en su aparente lucha contra el narcotráfico…” Continuará.