CONSEJOS DE “Asclepio”
ESCULAPIO
ESCULAPIO (128-56 Antes
de Cristo) es el nombre romano dado al
dios mitológico griego de la medicina Asclepio, hijo de Apolo y padre de Hygea
y Panacea.
¿ QUIERES SER MÉDICO HIJO MÍO ?
Aspiración es esta de
un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia.
¿Deseas que los hombres
te tengan por un dios, que alivia sus males y ahuyenta de ellos el espanto?.
¿Has pensado bien en lo
que ha de ser tu vida?
Tendrás que renunciar a
la vida privada, mientras la mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su
tarea aislarse lejos de los inoportunos, tu puerta quedará siempre abierta a
todos, a toda hora del día o de la noche vendrán a turbar tu descanso, tus
placeres, tu meditación y no tendrás horas que dedicar a tu familia, a la
amistad o al estudio, y no te pertenecerás.
Los pobres,
acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero los
ricos, te tendrán como a su esclavo encargado de remediar todos sus
excesos. Sea porque tengan una
indigestión, sea porque están acatarrados, harán que te despierten a toda
prisa, tan pronto como sientan la menor inquietud, pues estiman en muchísimo su
persona.
¿Tienes fe en tu
trabajo para conquistarte una reputación?
Ten presente que te
juzgarán, no por tu ciencia, sino por las cualidades del destino, por el corte
de tu capa, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la
atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela.
No cuentes con
agradecimiento. Cuando un enfermo sana,
la curación es debida a su robustez, si
muere tu eres el que lo has matado.
Mientras está en
peligro te trata como a un dios, te suplica, te promete, te colma de halagos,
no bien esta en convalescencia ya le estorbas.
Cuando se trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y
te denigra. Cuanto mas egoístas son los
hombres, más solicitud exigen.
Te compadezco si
sientes afán por la belleza, verás lo mas feo y repugnante que hay en la
especie humana, todos tus sentimientos serán maltratados.
Habrás de pegar tu oído
contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de viviendas míseras, los
perfumes harto subidos de las cortesanas, fijar tu mirada y tu olfato en
inmundicias.
Hasta la belleza de las
mujeres, consuelo del hombre, se desvanecerán para ti. Las verás por la mañana desgreñadas,
desencajadas, desprovistas de sus bellos colores y olvidando sobre los muebles
parte de su atractivo.
Tu oficio será para ti una
túnica de yeso.
En la calle, en los
banquetes, en el teatro, en tu cama misma, los desconocidos, tus amigos, tus
allegados, te hablarán de sus males para pedirte un remedio.
El mundo te parecerá un
vasto hospital, una asamblea de individuos que se quejan. Te verás solo en tus tristezas, solo en tus
estudios, solo en medio del egoísmo humano.
Ni siquiera encontrarás
apoyo entre los médicos que se hacen sordos sea por interés o por orgullo. La conciencia de aliviar males te sostendrá
en tus fatigas, pero dudarás si es acertado hacer que sigan viviendo hombres
atacados por un mal incurable, niños enfermizos que ninguna probabilidad tienen
de ser felices y que transmitirán su triste vida a seres que serán mas
miserables aún.
Cuando a costa de
muchos esfuerzos hayas prolongado la existencia de algunos ancianos o de niños
deformes, vendrá una guerra que destruirá lo más sano y robusto que hay en la
ciudad. Entonces te encargarán que
separes los débiles de los fuertes, para salvar a los débiles y enviar a los
fuertes a la muerte.
Piénsalo bien mientras
estás a tiempo.
Pero si indiferente a
la fortuna, a los placeres, a la ingratitud, si sabiendo que te verás solo
entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerse
con el deber cumplido, sin ilusiones. Si
te juzgas pagado lo bastante, con la dicha de una madre, con una cara que
sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quien ocultas la
llegada de la muerte, si ansías comprender al hombre, penetrar en todo lo
trágico de su destino.
“
HAZTE MEDICO, HIJO
MÍO ”
el médico argentino, comandante cubano Dr. Ernesto Che Guevara de la Serna habla en la ONU.