miércoles, 28 de abril de 2021

Fwd: Colaboración


Primer Museo Suramericano de Buenos Aires,
"Comandante Ernesto Che Guevara"


calle Rojas 129, esquina Yerbal, barrio Caballito (1405),
CABA - República Argentina
teléfono  5 3720744    móvil  15 38204473
face - Eladio González 
Vacunate contra el Corona Virus, usa barbijo y correctamente para que te cubra nariz y boca, mantené distancia preventiva, extrema la limpieza, educa en la prevención a tus hijos y a los hijos de los demás.  Doná sangre, células madre y órganos.  Se de los que AMAN y CONSTRUYEN.  No seas de los que ODIAN y DESTRUYEN. (José Martí, cubano, fué Cónsul de Argentina en Nueva York y corresponsal de nuestro argentino diario "La Nación".


---------- Forwarded message ---------
De: JuanM Pantaleon <juanmpantaleon@gmail.com>
Date: dom, 18 abr 2021 a las 18:17
Subject: Fwd: Colaboración
To: Boris <pantaleon2006@gmail.com>, Anita María Suárez <amisa@cim.uh.cu>


Ideas acerca de ^virus, y casualidades^; __y de ^quién creó a quién^ en el decursar históricos de lo que convencionalmente ^hemos llamado Naturaleza^: 
indudablemente, al leerlas, me hizo memorizar algo de André Voisin, __sabio francés que tanto ayudó a Cuba en la investigación referida a los suelos, los fertilizantes y la ganadería__, quién en una Conferencia con estudiantes anotó con su tiza en el pizarrón de un aula universitaria: 
"lo que sabemos, es el punto que he marcado; y lo que no conocemos, es todo el espacio restante de la pizarra".

Enhorabuena...!

PANTA
18.4.21.

🌱♥️♥️♥️ 🇨🇺 ♥️♥️♥️🌱




---------- Forwarded message ---------
De: Jorge Gomez Barata <jgomezbarata1946@gmail.com>
Date: dom., 18 de abril de 2021 7:36 a. m.
Subject: Colaboración
To: Abdón <abdon789@aol.com>


COVID + DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA Y LA CIENCIA
                                           (I)

      Jorge Gómez Barata

Conservo en mi memoria, como una valiosa adquisición científica la
afirmación de que: "La vida y la vida inteligente son posibles debido
a una infinita sucesión de casualidades…"

Ya sea que se acepte la tesis de que Dios creó al hombre y a la mujer,
o la teoría de Darwin, habría que admitir que, de haber aparecido en
los momentos críticos de la creación o la evolución, cualquiera de los
virus letales conocidos después, los precursores de la humanidad
hubieran perecido en el debut. Si las circunstancias que sesenta y
cinco millones de años atrás eliminaron a los dinosaurios, se hubieran
repetido hace unos 800.000 cuando por las selvas africanas vagaban los
primates cuya evolución condujo al homo sapiens, los resultados
hubieran sido catastróficos.

La pareja con la cual el Creador comenzó el linaje humano, así como
las manadas de simios ancestrales, y las hordas, clanes y tribus
formadas por los primeros humanos, eran poco numerosas y
extremadamente vulnerables a cualesquiera de las enfermedades que
después ha padecido la humanidad. La explicación de su supervivencia
se debe a la acción divina (Dios lo quiso), a una extraordinaria
capacidad para desplegar eficaces estrategias de supervivencia y
reproducción y a una magnífica buena suerte. Lo más probable es que se
trate de una combinación dialéctica de todas ellas.

Ni la evolución ni la creación dotaron a la especie humana de todas
las herramientas necesarias para sobrevivir a una enorme diversidad de
factores adversos, algunos incluso provenientes del interior de su
organismo, entre ellos las enfermedades genéticas, las malformaciones,
los accidentes y las trampas de herencia, carencias ventajosamente
suplidas por la inteligencia necesaria para crear protecciones y
respuestas eficaces, entre ellas los conocimientos médicos, los
medicamentos, incluidas las vacunas, así como las prótesis y las
tecnologías. Algunos remedios son eficaces y definitivos otros
paliativos.

Un biólogo me corrigió en el sentido de que no podemos saber si tales
enfermedades u otras igualmente letales existieron o no en el Jurásico
y cuáles fueron sus efectos, entonces como hoy en la naturaleza opera
la selección natural y, por lo que se sabe las personas que no
enferman o sobreviven en las grandes epidemias siempre son más, muchas
más, de las que enferman o perecen, de modo que siempre existieron
defensas naturales y reacciones positivas del organismo humano.

La momia de un niño fallecido de viruela en 1654, en Vilna, Lituania,
ha permitido analizar trazas del virus de la enfermedad que prueban
que la misma lleva apenas unos siglos con los humanos y no milenios
como alguna vez se creyó. Según la revista Current Biology, la cepa de
la viruela encontrada en aquella criatura, es la madre y antecesora de
todas las demás. Otros misterios sin develar son: dónde surgió ese
virus y qué animal lo transmitió a los humanos.

La naturaleza es perfecta, no porque contengan todos los bienes y
todos los equilibrios, sino porque de ella emergió el hombre cuyo
talento y bondad completan la obra. No hay desafíos que no puedan ser
vencidos. La COVID-19, como antes lo fueron la viruela, la
poliomielitis y más recientemente las hepatitis virales, serán
derrotadas por la inteligencia. Allá nos vemos.

18/04/2021

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