martes, 24 de enero de 2023

Fwd: A 34 AÑOS DEL COPAMIENTO DEL CUARTEL DE LA TABLADA. Sergio Ortiz


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De: Sergio Ortiz <ortizserg@gmail.com>
Date: lun, 23 ene 2023 a las 19:15
Subject: A 34 AÑOS DEL COPAMIENTO DEL CUARTEL DE LA TABLADA. Sergio Ortiz
To: MEDIOS Resumen Latinoamericano <resumenlat@yahoo.com.ar>


A 34 AÑOS DEL COPAMIENTO DEL CUARTEL DE LA TABLADA

LOS MILITARES COMETIERON MASACRE CON AVAL DE ALFONSÍN

También se vieron las miserias del "progresismo" en política y los medios

Sergio Ortiz. 23 de enero de 2023


GRAVÍSIMO ERROR

El 23 de enero de 1989 casi medio centenar de militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) liderados por Enrique Gorriarán Merlo intentaron copar el Regimiento 3 de La Tablada. Era sobre el final del gobierno de Raúl Alfonsín. Había habido tres intentos de golpes de Estado de los sectores "carapintadas" y fascistas, que pretendían impunidad total por sus crímenes en la dictadura militar-cívica. Lo intentaron Aldo Rico en la Semana Santa de 1987, en enero de 1988 en Monte Caseros el mismo Rico y en diciembre de ese año 1988 el coronel Mohamed Alí Seineldín en Villa Martelli,

En ese marco de levantamientos golpistas de la derecha y genocidas actuantes durante la dictadura fue que los compañeros del MTP decidieron copar el Regimiento de La Tablada. Fue pensado como una forma de provocar un levantamiento popular y democrático contra el fascismo, en vista que el gobierno de Raúl Alfonsín y lo que se insinuaba como su reemplazo, el menemismo, iba de concesiones en concesiones a los que cometieron delitos de lesa humanidad y genocidio, además de capitular ante "los capitanes de la industria". Aquel fue el sentido de las leyes de "Punto Final" y "Obediencia Debida" de Alfonsín y de los dos indultos posteriores de Carlos Menem.

De todos modos, aún situándonos en ese marco histórico concreto que avalaba las preocupaciones de los militantes del MTP ante los avances golpistas, debo remarcar que su acción armada aquél 23 de enero de 1989 fue un gravísimo error político y militar.

Político porque no había condiciones de conciencia y organización popular para lanzar un operativo de esa magnitud. Fue otra desviación propia del foquismo en la que algunos de esos líderes habían incurrido en los años '70, caso Gorriarán Merlo.

Y militar porque con una fuerza inexperta en general asaltaron una unidad militar y quedaron allí encerrados en una guerra de posiciones, desigual, contrariando las reglas guerrilleras de golpear y retirarse ante un enemigo más poderoso. ¿Su idea era retirarse y no pudieron? ¿O querían formar un columna armada y con apoyo popular avanzar hacia la Plaza de Mayo?

El grave error se agigantó por la cantidad de víctimas: 45 muertos en total, de los que 32 eran militantes del MTP, 9 militares, 2 policías y 2 civiles.


VERDADEROS ENEMIGOS DE LA DEMOCRACIA

Aún cometiendo ese error de gravísimas consecuencias (en primer lugar contra sí mismos y su propia organización, y contra los intereses populares en general), los compañeros del MTP no eran "enemigos de la democracia" como se los presentó entonces y luego.

Los verdaderos enemigos del pueblo eran los militares, en particular "carapintadas", que ese día entraron con tanques a Tablada, dispararon con artillería y todo tipo de bombas, cuando un jefe de Policía (el comisario Juan A. Pirker) dijo que él podía desalojar el cuartel usando una compañía de gases.

La desproporción de los caídos habla de la desigualdad militar: 32 muertos de un lado y 11 del otro. Pero también se notó en las formas: hubo fusilamientos perpetrados por los militares frente a quienes se habían rendido, como Pablo Ramos y Berta Calvo. Y cuatro desapariciones: Iván Ruiz, José Díaz, Francisco Provenzano y Carlos Samojedny.

Los militares eran tan fascistas que incluso se negaron a darle la mano a Alfonsín, cuando éste visitó el cuartel. Seineldín, que había tenido aproximaciones políticas con Menem, como denunció el MTP, intentó dar otro golpe de Estado en diciembre de 2020, provocando 13 muertes.

El general Alfredo Arrillaga, que condujo la recuperación de Tablada, tenía causas judiciales por la represión ilegal en Mar del Plata, y luego fue condenado a perpetua por las mismas. Esa clase de "héroes" produjo el Ejército. Esos eran los enemigos de la democracia, no Gorriarán Merlo, Francisco Provenzano, Roberto Sánchez, Roberto Felicetti y el resto de los militantes.

Mientras Arrillaga y los suyos fusilaban y desaparecían dentro de la unidad militar, los militantes presos y torturados allí, y los detenidos en días posteriores por su militancia en la organización política, recibieron durísimas condenas por la "justicia" injusta. La causa la llevó el juez Gerardo Larrambebere. Uno de sus secretarios fue Alberto Nisman, que luego se convirtió en fiscal sionista y corrupto, suicida y asiduo asistente a las embajadas de EE UU e Israel en busca de consejos para hacer falsas acusaciones en la causa del Memorándum con Irán y contra autoridades del gobierno kirchnerista y militantes populares que fueron detenidos.

Esa justicia condenó a 20 años de prisión al cura Antonio Puigjané, quien no había participado de la acción de Tablada, aunque militaba en el MTP. A Felicetti le dieron prisión perpetua más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, lo mismo a otros 12 de los 20 condenados.

La política burguesa le dio la mano a los represores de Tablada como si fueran salvadores de la Patria. Fue el caso de Alfonsín y también de Menem, quien festejó la represión al MTP declarando: "ahora queda claro que quienes me acusaban a mí son los verdaderos enemigos de la democracia". Durante su gobierno entreguista y neoliberal en 1995 fue secuestrado Gorriarán Merlo en México y traído ilegalmente a Argentina. Le dieron perpetua (a su esposa Ana María Sívori, detenida en Rosario, la condenaron a 18 años de cárcel).

Clarín y los grandes medios de desinformación presentaron a los del MTP como terroristas, asesinos y enemigos de la democracia. Pasaron 34 años y siguen diciendo lo mismo, con nuevas incorporaciones al elenco, como Desinfobae, uno de los más ligados a los servicios de inteligencia y la Embassy.


PROGRESISTAS: ¡QUÉ POBRE Y TRISTE PAPEL!

La represión en Tablada dejó al desnudo al reformismo de izquierda. Los dos socios de Izquierda Unida (el Partido Comunista y el trotskista MAS) condenaron y repudiando el ataque del MTP. Una solicitada de ambos partidos, publicada en los diarios y firmada por Vallarino del PC y Guidobono del MAS, en nombre de IU, calificaba a los ocupantes del regimiento de "sanguinarios terroristas".

Luis Zamora del MAS envió una corona al entierro de los militares caídos y expresó sus condolencias al Ejército. Zamora opinó así de Jorge Baños, abogado defensor de derechos humanos y de campesinos pobres, asesinado adentro del cuartel: "yo pensé que era normal, no un criminal y un traidor a la democracia" (revista Gente, enero del 89).

Intelectuales del PC y aliados a éste publicaron un libro "La izquierda y La Tablada" con Alberto Kohen y Rodolfo Mattarollo como compiladores, descalificando al MTP. Kohen, del PC, escribió "por encima de las motivaciones democráticas invocadas por quienes se atribuyen la autoría del copamiento en La Tablada, el error, la provocación y el delirio aparecen, todo mezclado" (pág. 56).

En esta colección de bajezas también entró alguien que estaba transitando su carrera de "progre", Jorge Lanata, en Página/12 donde el MTP había colaborado política y financieramente para su aparición.

En sintonía con ese diario, la revista "El Periodista", cuyo director era Andrés Cascioli, en su número 227, del 27 de enero de 1989, puso en su tapa "El sangriento ataque al cuartel de La Tablada" y con letras mayúsculas "LA GRAN PROVOCACIÓN". En su página 3 decía: "Sólo un grupo enajenado de la realidad, impregnado de mesianismo, podía protagonizar un acto tan demencial. Un episodio inimaginable sin el aporte perverso de fuerzas oscuras, las únicas que pudieron habilitar a un sector marginal para una acción de tamaña magnitud". En concreto, serían locos manipulados por los servicios fascistas.

Esa revista se burlaba del MTP titulando otra nota "Una mosca en la telaraña". Un artículo firmado por María Seoane fulminaba a Gorriarán: "su responsabilidad como jefe del MTP lo envolvió, más allá de las palabras, en el infierno criminal de sangre y locura de La Tablada".

En su afán liquidacionista ni siquiera rescataban que además de su valiosa experiencia guerrillera en el PRT-ERP, no exenta de errores, ese dirigente había participado de la última etapa de la guerra sandinista en Nicaragua. Y que en septiembre de 1980, en Paraguay, junto con el "Capitán Santiago" (Hugo Irurzún) y otros militantes habían ajusticiado al ex dictador Anastasio Somoza.

Vuelvo al principio. La acción de Tablada fue desastrosa, pero realizada por militantes populares que pagaron con sus vidas y largos años de prisión ese error. Eran revolucionarios, aún equivocados, como bien dijo Raúl Sendic, el tupamaro que sabía de estos temas, de aciertos y errores, de victorias y dolorosas derrotas.

De los libros que leí sobre el tema tengo el mejor recuerdo del publicado en 2013 por Felipe Celesia y Pablo Waisberg, "La Tablada, a vencer o morir".

El Partido de la Liberación (PL), ex Vanguardia Comunista, siempre tuvo esta posición comprensiva, aún en soledad, por el vacío que hacían las fuerzas reformistas. Estando los militantes del MTP en prisión, nuestra camarada Irina llevó a una marcha de derechos humanos en Córdoba una pancarta del PL que reclamaba "Libertad al cura Puigjané". Y no quedó nadie a su alrededor... Fui con otro camarada a visitar a Gorriarán Merlo a la cárcel de Villa Devoto y le llevamos nuestra solidaridad. Y hoy, a 34 años del copamiento, mantenemos nuestra crítica constructiva a los militantes del MTP y nuestro afecto por los caídos y apoyamos el reclamo de justicia por los fusilados y a la causa por los cuatro desaparecidos que la Corte Suprema de Injusticia nunca resolvió.

El imperialismo yanqui, los oligarcas nativos y los militares genocidas son los peores enemigos. Los políticos burgueses, aún los menos malos, no son ninguna solución sino parte del problema.

Eso en general se sabe. No se sabe tanto que el progresismo, sin ser lo mismo que los anteriormente nombrados, es un arma de doble filo y que en los momentos críticos suele capitular ante los poderosos y tiende a herir más profundamente el corazón y la honra de los luchadores antiimperialistas y revolucionarios. Obvio que en estatura política, a éstos no les llegan ni a los talones.







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Sergio Ortiz
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