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Asunto: [porcuba] Por Cuba Año 21 Número 32 | Fecha 2023-5-2
Fecha: 03/05/2023 00:16De: pica@cubarte.cult.cu
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DESDE NUESTRO PAÍS. ISSN 1819-4044
AÑO 21 NÚMERO 32 | FECHA 2023-5-2
CUBA CON MÁS DE DOSCIENTOS AÑOS DE RESISTENCIA A LA GRAVITACIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS POR WILKIE DELGADO CORREA
¿No se puede entender y explicar fácilmente el pensamiento
norteamericano de hoy, a través del pensamiento yanqui de ayer?
Como una muestra del viejo sueño americano por apoderarse de Cuba, es
importante relacionar un resumen del pensamiento norteamericano desde el
siglo pasado incluso mucho antes de que alcanzara la independencia la
República de Cuba y mucho antes que triunfara la Revolución Cuba el 1
de enero de 1959.
Asombra el parecido de aquellos planteamientos con los actuales
pronunciamientos y acciones de dirigentes de la política y del gobierno
de los Estados Unidos que mantiene su férreo bloqueo genocida a pesar
de la condena casi unánime en el seno de la Asamblea General de las
Naciones Unidas.
Desde siempre ha estado revoloteando en las mentes de los políticos
estadounidenses el llamado "Destino Manifiesto" que ha mezclado la
teoría política con la doctrina religiosa para justificar su carácter
expansionista e imperialista. Ha sido la ideología del despojo y el
dominio de los "otros" por cualquier medio.
Así, por ejemplo, en 1800 el presidente Thomas Jefferson, declaraba:
"aunque con algunas dificultades (España) consentirá en que se agregue
a Cuba a la Unión a fin de que no ayudemos a Méjico y las demás
provincias. Este sería un buen precio".
James Madison, cuarto presidente estadounidense, proclamó en 1810:
"(…) la posición de Cuba da a los Estados Unidos un profundo interés
en el destino… de esa Isla que… no podrían estar satisfechos con su
caída bajo cualquier gobierno europeo, el cual podría hacer de esa
posesión un apoyo contra el comercio y la seguridad de los Estados
Unidos".
En 1823 John Quincy, Secretario de Estado, y luego sexto presidente de
Estados Unidos (1825-1829), dijo: "La Isla de Cuba, casi a la vista de
nuestras costas, ha venido a ser, por una multitud de razones, de
trascendental importancia para los fines políticos y comerciales de
nuestra Unión."
El 28 de abril de 1823 definió el principio nefasto de la Fruta Madura
para los destinos soberanos de Cuba, afirmando: «Pero hay leyes de
gravitación política como las hay de gravitación física, y así como
una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede,
aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez separada de
España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz
de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la
Unión Norteamericana».
Meses después, definida la política hacia Cuba, el Gobierno
estadounidense extendería, con la Doctrina Monroe, su estrategia para
todo el continente americano. Se expresaba:
"Estas islas [Cuba y Puerto Rico], por su posición local son apéndices
naturales del continente (norte) americano, y una de ellas [la isla de
Cuba], casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser, por una
multitud de razones, de trascendental importancia para los intereses
políticos y comerciales de nuestra Unión".
Es extenso el relato de las manifestaciones de posesión de la clase
política y otros agentes de los Estados Unidos.
En 1845 el Senador Yudee, de Florida, fue el primero en proponer la
compra de Cuba, presentando un proyecto de resolución en el Senado.
En 1847, el senador Jefferson Davis, afirmaba: "La Isla de Cuba tiene
que ser nuestra."
En 1847, Buchanam, un político yanqui, decía: "Tenemos que poseer a
Cuba… La adquiriremos mediante un golpe de estado en algún momento
propicio… que quizás no esté muy lejos. Cuba ya es nuestra: la
siento en la punta de los dedos."
En 1848, en el Senado, John Calhoun, señalaba: "Hay casos de
interposición en que yo acudiría a los recursos azarosos de la guerra:
Designo el caso de Cuba".
En 1848, una publicación norteamericana Bow's Review, afirmaba: "No es
demasiado decir que si nos apoderamos de Cuba, estaremos en posesión
del destino más rico y más vasto comercio que jamás deslumbró a la
codicia del hombre. Y con ese comercio tendremos en nuestras manos el
poder del mundo."
En 1854, el Subsecretario de Estado, Mann, escribió: "Cuando me reúna
con Ud., quiero saludarlo con esta exclamación: Cuba es nuestra o como
si lo fuera".
En diciembre de 1897, el Subsecretario de guerra, escribía al jefe del
Ejército: "Es evidente que la inmediata anexión de Cuba sería una
locura. Antes de hacerlo debemos limpiar el país. Debemos destruir todo
lo que esté dentro del radio de acción de nuestros cañones… Debemos
concentrar el bloqueo, de modo que el hambre y su eterna compañera, la
peste, minen a la población civil, y diezmen al Ejército Cubano.
Resumiendo: nuestra política debe ser siempre, apoyar al más débil
contra el más fuerte, hasta que hayamos obtenido el exterminio de
ambos, a fin de anexarnos a la Perla de las Antillas".
Leonardo Wood, gobernador interventor de Estados Unidos en Cuba,
afirmó: "La misión norteamericana en Cuba era edificar una república
anglosajona…establecer en poco más de 3 años una república calcada
exactamente de nuestra república."
Después de imponer la Enmienda Platt como un cuchillo en la garganta de
la Constitución de la República de Cuba independiente en 1902,
planearon y ejecutaron durante casi 60 años su política de neo
colonización.
El apoderamiento de Cuba significaría abrir las puertas del Caribe y el
resto de América al naciente imperio. Desde entonces, la política de
los presidentes de EE. UU. ha sido diseñada para responder a ese
objetivo geoestratégico.
Así se opusieron en 1826 a la propuesta del libertador Simón Bolívar,
llevada al Congreso de Panamá, para independizar a Cuba de España e
intentaron comprarla en distintos momentos 1848, 1853 y 1857, etc.
La entrada planificada en la guerra de independencia de Cuba contra
España, tuvo el propósito de alcanzar el sueño americano a corto
plazo. En carta al presidente Theodore Roosevelt, el 28 de octubre de
1901, el gobernador Leonard Wood resumió la situación con estas
palabras: «Poca o ninguna independencia le queda a Cuba, por supuesto,
bajo la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la
anexión».
Con la enmienda Platt impusieron el sello del neocolonialismo para Cuba,
de subordinación política y económica, y de la presencia militar en
la Base Naval de Guantánamo.
La Revolución Cubana triunfante el 1 de enero de 1959 significó la
abolición de la subordinación política y económica, aunque no ha
podido eliminar la Base militar mantenida a pesar de los reclamos
cubanos.
Las agresiones de todo tipo han sido las armas que Estados Unidos ha
empleado hasta hoy para dañar la vida normal del pueblo cubano. Su
estrategia es coherente con lo expresado el 6 de abril de 1960 por el
entonces subsecretario adjunto del Departamento norteamericano de Estado
Lester D. Mallory, quien escribió un memorando interno que proponía
negar dinero y suministros a Cuba, disminuir sus salarios y provocar
hambre y desesperación en extremo. En fin que esto pudiera provocar
desencanto e insatisfacción.
Muy similar al que redactara en diciembre de 1897 el Subsecretario de
guerra, anteriormente citado, el Memorando de Mallory afirmaba: "…hay
que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la
vida económica de Cuba… una línea de acción que (…) logre los
mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para
reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar
hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno".
¿No se puede entender y explicar fácilmente el pensamiento
norteamericano de hoy, a través del pensamiento yanqui de ayer? ¿Acaso
no se trata del mismo pensamiento codicioso, conquistador, expansionista
y avasallador? ¿Acaso no se trata de una venganza inmisericorde contra
el pueblo cubano por la osadía de proclamar su condición de soberano,
libre e independiente?
Fuente: Rebelión (29/5/4/2023)
¿EMBAJADA O NIDO DE ESPÍAS?
POR ARTHUR GONZÁLEZ
Nora Gámez Torres, periodista cubana nacionalizada estadounidense, que
cubre temas cubanos en los diarios el Nuevo Herald y el Miami Herald, en
uno de sus recientes artículos sobre el "Síndrome de La Habana", puso
al descubierto que la Misión diplomática yanqui en La Habana es
realmente un nido de espías, algo bien conocido por la contundente
denuncia que hizo Cuba en 1987, al divulgar en la TV la confesión de 27
funcionarios cubanos colaboradores secretos de la Seguridad del Estado,
que durante años engañaron a la CIA cuando los reclutó para obtener
información económica, financiera, temas relacionados con la salud
humana y animal, el transporte naval y aéreo, las comunicaciones y los
del área militar de la Isla.
Aquel escándalo fue totalmente silenciado por la prensa de Estados
Unidos, para que sus ciudadanos no lo conocieran, donde Cuba puso al
descubierto la presencia de 38 oficiales de la CIA, de un total de 79
cargos diplomáticos radicados como funcionarios permanentes de misión
diplomática, más otros 113 oficiales que actuaban bajo la cobertura de
funcionarios en tránsito, que permanecían menos de un año en el
país, de un total de 418 cargos diplomáticos que lo hacían bajo esa
categoría.
Aquellos oficiales CIA destacados como "diplomáticos", ejecutaban
operaciones ilegales de abastecimiento a sus supuestos agentes, en
cuevas, carreteras, basureros, puentes y alcantarillas, con modernas
plantas de trasmisión satelital y a corta distancia, dinero y paquetes
para cifrar y descifrar los informes.
Años después, el oficial CIA Ronald Kessleren su libro "Incide The
CIA", escribió:
"Uno de los problemas más graves que enfrenta la CIA es la posibilidad
de que sus agentes sean dobles agentes, o sea que trabajen para el otro
bando. Esto sucedió en Cuba donde la mayoría de los agentes reclutados
por la CIA desde los primeros años de la década del 60, eran agentes
plantados que recibían instrucciones del Jefe Superior cubano Fidel
Castro."
En las escuelas de preparación para los oficiales de la CIA, se utiliza
la vergonzosa experiencia del engaño de Cuba con sus 27 agentes, como
un ejemplo negativo para evitar la repetición de tales errores,
considerado como el golpe más importante sufrido por la Agencia durante
la Guerra Fría.
Sin embargo, dicho artículo no cuestiona la actividad ilegal de la CIA
contra Cuba, situación violatoria de la Convención de Viena y se trata
el asunto como si Estados Unidos tuviera el derecho de utilizar su
misión diplomática para esas actividades ilegales.
Nora, graduada en la Universidad de La Habana, en su crónica: "Puñal
en la espalda", da detalles de la inconformidad de algunos de los
supuestos afectados por "extraños ruidos" que nunca se comprobaron,
disgusto fundamentalmente por no recibir la compensación monetaria
ofrecida por la CIA, por participar en el show del inventado ataque
sónico, poniendo al descubierto que los que dijeron sentir síntomas,
imposibles de comprobar, eran realmente oficiales de la CIA y de los
servicios de inteligencia de Canadá.
La verdad es que el propio jefe de Seguridad Interna de la embajada
yanqui, le confesó en el 2017 al homólogo cubano encargado de la
protección del cuerpo diplomático en La Habana, que él desconocía
del suceso. Para mayor asombro, al día siguiente encabezaba la lista de
los que eran regresados a Estados Unidos por estar "afectados".
En la crónica se menciona la versión de un médico de la CIA, pero no
se explica ¿qué hacía en La Habana un médico de la CIA, con fachada
de diplomático alojado en el hotel Capri?, donde aseguró haberse
enfermado por el inventado "ataque sónico", siendo el único huésped
de ese hotel que sintió los "síntomas extraños".
Al no poder demostrar su supuesta enfermedad se quedó fuera del reparto
de dinero y de ahí su disgusto.
La realidad es que, tanto estadounidenses como canadienses, disfrutaron
de las playas, restaurantes y bares de Cuba hasta el día antes de
marcharse y ninguno mostró el menor síntoma de enfermedad, situación
que confirmaron todos los que tuvieron relaciones con ellos.
La verdad la expone la periodista cubana Nora Gámez en el mismo título
de su extenso artículo: "Puñal en la espalda": Víctimas del síndrome
de La Habana rechazan reporte que desestima sus casos", porque los
inconformes, aceptaron ser parte del elenco que interpretó la obra de
teatro, escrita solo para justificar la posible ruptura de relaciones
diplomáticas y ahora se quedaron sin recibir un solo dólar como pago.
Se dejaron utilizar para hacerle el juego a la política de Donald Trump
y la mafia terrorista anticubana, que desmontó rápidamente la
directiva aprobada por Barack Obama y ahí tienen el premio que los ha
hecho comprender, aunque tarde, que solo fueron peones en ese complicado
tablero que es la política yanqui contra la Revolución cubana.
El muy bien calificado por la periodista como "Paciente Cero", en
realidad se quedó con Cero Dólares, por dejarse manipular por quienes
abandonan a los que le sirven como siervos.
La CIA emitió esos resultados por considerarlo una cuestión de
Seguridad Nacional, ante la imperiosa necesidad de reabrir su Estación
en La Habana, para trabajar desde adentro sus planes subversivos, para
intentar derrumbar a la Revolución con su destacamento de oficiales,
pues en el mencionado artículo se afirma: "La Estación fue cerrada en
septiembre de 2017, según una revisión interna desclasificada
realizada por el Departamento de Estado en 2018, obtenida por el Archivo
de Seguridad Nacional".
Ese es el objetivo prioritario y para lograrlo la CIA le pasará por
encima a todo lo que sea un obstáculo.
Triste lección para los que perdieron tiempo y valores éticos al
aceptar las órdenes de la CIA, incluido el propio gobierno canadiense.
Exacto José Martí al afirmar:
_"LAS COSAS HAY QUE VERLAS EN SUS CAUSAS Y OBJETO, NO EN LA
SUPERFICIE"._
Fuente: El Heraldo Cubano (2/5/2023)
VALOR Y PELIGRO DE LAS CONSIGNAS
POR LUIS TOLEDO SANDE
A un pueblo formado en una historia en la cual "Patria y Libertad" y
"Libertad o Muerte" condujeron a un "Patria o Muerte" seguido por un
rotundo "Venceremos", nadie tendrá que explicarle la importancia de
lemas que devienen fe de vida.
Ese "Venceremos" no expresa alarde irracional o ciego, sino una clara
certidumbre: el triunfo de las fuerzas revolucionarias --la mayoría del
pueblo-- puede seguir costando sacrificio y muertes, pero garantiza la
vida de la patria independiente y soberana.
Se equivocan quienes intenten hacer un arma contrarrevolucionaria del
"Patria y vida" que antes que a ellos se le oyó a quien sabía mejor
que nadie de revoluciones, y de la Revolución Cubana en particular.
Fidel Castro fue y es el Líder, sin lindes cronológicos, de una
Revolución que habrá tenido y seguirá teniendo otros líderes, pero
--con el artículo el, marca de antonomasia-- ese título le corresponde
al Comandante en Jefe.
Lo esbozado atañe al valor de las consignas en la historia de Cuba, de
las cuales se ha escogido apenas una muestra, quizás las más
significativas. Pero esas no han sido las únicas que han servido de
acicate en las acciones con que --guiada por su vanguardia-- la nación
ha permanecido en pie y se ha transformado a lo largo del tiempo.
En cada momento diversos lemas han cumplido en la Revolución un papel
movilizador de primer orden, hayan tenido la duración de todo un
proceso --"¡Aunque caigan raíles de punta, la Reforma Agraria va!"--,
o carácter periódico o puntual: "A la Plaza con Fidel", "Aquí no se
rinde nadie", "¡Viva el Primero de Mayo!"
Comentario aparte merecería el hecho de que frecuentemente han sido
expresiones octosílabas, como los versos predominantes en la poesía
más popular en Cuba, la que se expresa en décimas y se asocia al hecho
de que --como se ha dicho-- cubanos y cubanas hablamos en octosílabos:
¡Y dime si no es verdad!
Algunas consignas han funcionado como ratificaciones de apoyo. Fue el
caso del "¡Se llamaba!" con que el pueblo presente en la histórica
concentración validaba a coro, mientras el Líder de la Revolución las
enumeraba, la nacionalización de empresas estadounidenses que habían
esquilmado a Cuba.
Otras consignas han tenido un papel particular en circunstancias
determinadas, como aquella de "Fidel, sacude la mata", que hoy suele o
debería recordarse contra los corruptos que medran con bienes del
pueblo, valiéndose de cargos y responsabilidades que se les han
confiado. La acción contra enemigos dará mayor consistencia al lema
"En cada cuadra un comité".
Pero uno de los peligros que pueden neutralizar el valor de las
consignas --y no solo de ellas, sino incluso de leyes-- radica en su
conversión en letra muerta, en expresiones regidas más por la inercia,
cuando no por el oportunismo o el embullo, que por la voluntad de
usarlas como estímulos efectivos para la movilización necesaria. Y a
veces se suma la incoherencia con que pueden esgrimirse o acuñarse.
Está claro que sin conciencia verdadera ningún logro, por muy grande
que sea, alcanzará la significación que debe caracterizarlo como hito
en la transformación y el saneamiento del país. También, desde luego,
como pauta para alcanzar los resultados que la ciudadanía --el pueblo--
necesita y exige con el derecho que le asiste.
Los llamamientos a lograr, por ejemplo, la soberanía alimentaria pueden
derivar en frases vacías, si no los sustentan voluntad verdadera,
hechos, realidades. De no ser así, se podrán recordar consignas como
otras en las que parecen haberse estancado afanes también vitales y
dignos. ¿Cabe olvidar el Plan Alimentario?
Cuando la convocatoria a conquistar la soberanía alimentaria parece
resumirse en el lema "Sembrar conciencia", vale preocuparse pensando si
el problema está bien planteado. No es necesario echar mano
teóricamente a la cuestión fundamental de la filosofía, que ahora
parece olvidarse; pero esa no sería la única desmemoria lamentable, y
dicha cuestión no deja de ser fundamental --básica, determinante--
porque en otros momentos haya sido objeto de tratamientos vulgares y
empobrecedores.
Es muy difícil no asustarse ante peligros semejantes en un país urgido
de una amplia producción agropecuaria, que se decide en el campo
--nadie pretenderá que la sustituya la agricultura urbana, aunque esta
llegue a ser muy importante--, mientras su Ministerio de la Agricultura
ocupa un enorme edificio en la capital. Y cuando la dirección de la
ANAP --recordémoslo: Asociación Nacional de Agricultores Pequeños--
tiene su sede en una casona también capitalina y que por largo tiempo
se ha identificado con el lema "Sembrando ideas".
Conciencia e ideas son vitales para la brújula de la nación, incluso
en las vertientes materiales más rústicas, que tampoco se pueden
confiar al pragmatismo: este no es sentido práctico sano, sino la
ideología propia del sistema capitalista. Si no se producen alimentos,
si no se asegura la economía nacional, si no se vence con hechos la
inflación que magulla al pueblo, se puede perder también la
alimentación indispensable y la soberanía no solo alimentaria, sino la
soberanía, y con ella la conciencia y las ideas que deben acompañarla.
Por eso --no precisamente por una consigna-- se ha reconocido en la
soberanía alimentaria una cuestión de seguridad nacional frente a
insuficiencias internas y, sobre todo, contra un bloqueo que persigue
estrangular al país y cuyo cese no está a la vista. Lograr que
consignas y planes se materialicen en hechos constituye también la
mejor validación de las votaciones del pueblo en favor del proyecto
revolucionario y de quienes son electos para cumplir la misión de
representarlo.
Siendo las consignas un recurso del lenguaje, poético incluso, cabe
recordar que el ser humano más espiritual que hemos tenido, pleno
ejemplo de ética para el mundo, se preguntó: "¿Quién es el ignorante
que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos?" Fue
asimismo el estadista en crecimiento que organizaría una guerra y
sostuvo: "¿Qué es el arte, sino el modo más corto de llegar al
triunfo de la verdad, y de ponerla a la vez, de manera que perdure y
centellee en las mentes, y en los corazones? Los que desdeñan el arte
son hombres de Estado a medias". Pero fue igualmente el fundador que en
el arranque de uno de sus portentosos poemas escribió: "Ganado tengo el
pan: hágase el verso".
Hoy el pan --como realidad que llega al estómago para calzar la vida,
pero escasea sin que por eso dejen de medrar con él mercaderes y
corruptos, y como símbolo genérico de los alimentos-- es fundamental
para que Cuba siga viva como nación independiente y soberana,
enfrascada en alcanzar la justicia social que no se ha conseguido en
parte alguna del planeta.
Y eso no se logra a base de consignas, por muy valiosas y bien pensadas
que sean. También el "Patria o Muerte, Venceremos" reclama el alimento
de los hechos, de la realidad. No solo episodios heroicos como los
protagonizados en Playa Girón, sino los cotidianos, que han de incluir
honradez y decencia. Y belleza.
NOTA BIBLIOGRÁFICA: Las citas de José Martí se localizan
respectivamente en los tomos 13 (pp. 135 y 395-396) y 16 (p. 141) de la
edición vigente de sus Obras completas (La Habana, 1963-1966).
Fuente: Cubaperiodista (1/5/2023)
"EL COMPROMISO DE CUBA CON EL ENFRENTAMIENTO AL TERRORISMO
INTERNACIONAL ES INCUESTIONABLE"
POR CLAUDIA FONSECA SOSA
Cuba y Estados Unidos coincidieron recientemente en La Habana sobre la
importancia de la cooperación en el enfrentamiento al terrorismo, y
acordaron continuar realizando encuentros técnicos bilaterales para
abordar estos temas.
De acuerdo con la nota oficial publicada, autoridades de ambos países
dialogaron sobre cómo hacer frente a distintas manifestaciones del
terrorismo, incluido el secuestro de aeronaves y embarcaciones
marítimas, y el empleo de redes digitales con fines violentos.
La delegación cubana estuvo integrada por representantes de los
ministerios del Interior y Relaciones Exteriores, así como la Fiscalía
General de la República y la Aduana General de la República.
Por la parte estadounidense, participaron funcionarios de los
departamentos de Justicia, Estado, Seguridad Interna y la Embajada en
Cuba.
Cubadebate conversó en exclusiva con Inés Fors Fernández, directora
de Temas Bilaterales de la Dirección General de EE.UU. del Ministerio
de Relaciones Exteriores, quien destacó la importancia de estos
intercambios con Washington y ratificó que "el compromiso de Cuba con
el enfrentamiento al terrorismo internacional es incuestionable".
LOS DÍAS 27 Y 28 DE ABRIL SESIONÓ EN LA HABANA EL IV ENCUENTRO
TÉCNICO ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS PARA LA COOPERACIÓN EN MATERIA DE
ENFRENTAMIENTO AL TERRORISMO. ¿CUÁLES SON LOS ANTECEDENTES DE ESTE
ENCUENTRO Y QUÉ RESULTADOS SE OBTUVIERON?
--Este intercambio forma parte del mecanismo de Diálogo entre Cuba y
Estados Unidos en el ámbito de aplicación y cumplimiento de la Ley,
establecido desde noviembre de 2015; así como del Memorando de
Entendimiento que sobre la misma materia suscribieron ambos países el
16 de enero de 2017.
"En esta ocasión, la cuarta desde el inicio de la cooperación
bilateral en este tema, las delegaciones intercambiaron sobre las
actuales tendencias y amenazas del terrorismo internacional y la
incidencia de este fenómeno en la región; las experiencias de uno y
otro país en el enfrentamiento al terrorismo; y la legislación
nacional asociada a ese delito trasnacional.
"El secuestro a aeronaves y embarcaciones formó igualmente parte de la
agenda. Cuba reiteró las repercusiones negativas que para la seguridad
de ambos países tienen actos ilícitos de esta naturaleza. De igual
manera, la injusta y arbitraria calificación de Cuba como país
patrocinador del terrorismo fue considerada por la representación
cubana como un obstáculo para una cooperación práctica, profesional y
recíproca.
"En términos generales, las delegaciones de ambos países ratificaron
la disposición a continuar la cooperación en el enfrentamiento al
terrorismo incluyendo el intercambio de información, evidencias,
experiencias y buenas prácticas en favor de la seguridad nacional de
Cuba y Estados Unidos.
"La organización del encuentro validó el compromiso del Gobierno
cubano en la lucha contra el terrorismo y de su disposición a dar todos
los pasos que sean necesarios para enfrentar a los perpetradores de
acciones terroristas".
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PARA CUBA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN
MATERIA DE TERRORISMO?
--Cuba ha sido un país víctima de más de 700 actos de terrorismo
internacional, en su mayoría organizados, financiados y ejecutados por
el gobierno de EE.UU. o por individuos y organizaciones que reciben
refugio o actúan con impunidad en ese territorio. Esos actos le han
costado la vida a 3 478 personas e incapacitado a otras 2099 desde el
triunfo de la Revolución Cubana.
"El impacto de este flagelo no ha excluido ninguna esfera de la vida
económica y social de nuestro país. Son millonarias las cifras de
daños económicos derivados de los actos de sabotaje a nuestras zafras
azucareras, producciones porcinas, tabacaleras e instalaciones diversas.
"Resulta imposible olvidar los numerosos proyectos que se generaron en
los Estados Unidos para derribar aviones cubanos civiles entre 1974 y
1979; la explosión en pleno vuelo del avión de Cubana de Aviación con
73 personas a bordo; los más de 600 planes de atentado contra el
Comandante en Jefe Fidel Castro; los atentados con bombas en hoteles,
centros comerciales y recreativos en La Habana entre 1997 y 1998; los
secuestros a embarcaciones y aeronaves ocurridos entre 1959 y el 2001,
desviados, casi sin excepción, a EE.UU. Esto por solo citar algunos
ejemplos.
"La situación antes descrita no ha hecho más que reforzar el
compromiso de Cuba con la lucha contra el terrorismo, en todas sus
formas y manifestaciones.
"La firme disposición de Cuba a cooperar para prevenir y reprimir los
actos de terrorismo está refrendada en nuestra Constitución.
"A nivel internacional, Cuba es parte de los 19 convenios
internacionales relativos al terrorismo y cumple estrictamente con las
obligaciones derivadas de seis resoluciones del Consejo de Seguridad
Nacional de las Naciones Unidas.
"Cuba jamás ha participado en la organización, financiamiento o
ejecución de actos terroristas contra país alguno; nunca ha apoyado ni
apoyará actos de terrorismo internacional, y el territorio de Cuba
nunca se ha utilizado, ni se utilizará jamás, para organizar,
financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país.
"Lamentablemente, el terrorismo continúa siendo un instrumento infame
para algunos sectores en Estados Unidos en su guerra contra Cuba. Así
lo demuestra el atentado contra nuestra Embajada en Washington en abril
de 2020 y, posteriormente, contra nuestra Embajada en Francia, así como
las constantes insinuaciones a que se cometan actos violentos en Cuba,
todo lo cual hemos denunciado".
Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, actos
terroristas cometidos por el gobierno de Estados Unidos o perpetrados
desde ese país han causado 3 478 víctimas mortales y 2 099 personas
con discapacidad en la Isla. Y detrás de cada número hay familias que
sufren.
¿CÓMO INTERPRETA LOS INTENTOS DE CONGRESISTAS ESTADOUNIDENSES DE
ORIGEN CUBANO DE APROBAR UNA LEGISLACIÓN QUE SUBORDINE LA EXCLUSIÓN DE
CUBA DE LA LISTA DE PAÍSES TERRORISTAS A LO PRECEPTUADO EN LA LEY
HELMS-BURTON?
--No hay razón para la inclusión de Cuba en esta lista, que es
arbitraria y unilateral, que no cuenta con legitimidad o reconocimiento
en órgano multilateral alguno.
"El compromiso de Cuba con el enfrentamiento al terrorismo internacional
es incuestionable. Eso lo sabe el gobierno de EE.UU., en particular
quienes tienen en ese país la responsabilidad fundamental de enfrentar
el terrorismo.
"De hecho, en los contextos más complejos desde el punto de vista
bilateral, Cuba ha planteado al gobierno estadounidense su disposición
a trabajar de conjunto para combatir este flagelo.
"Expertos estadounidenses en seguridad nacional han confirmado que no
hay evidencia de que Cuba apoye el terrorismo, y que Cuba puede ser un
socio importante en la región en el enfrentamiento a estos fenómenos.
"La presencia de Cuba en esa lista es una acción de coerción política
y económica, que desconoce la genuina y honesta voluntad de enfrentar
el peligro que entraña el terrorismo".
Fuente: Cubadebate (1/5/2023)
CINCO AÑOS TREMENDOS EN LOS QUE CUBA NO SE DETUVO (PARTE II)
POR LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, YAIMA PUIG MENESES, ALINA PERERA
ROBBIO Y RENÉ TAMAYO LEÓN
UN TERRIBLE ACCIDENTE AÉREO OCURRIDO EN MAYO DE 2018; UN TORNADO QUE
ESTREMECIÓ A LA HABANA EN ENERO DEL AÑO SIGUIENTE; DIVERSOS EVENTOS
CLIMATOLÓGICOS QUE AZOTARON AL PAÍS; LA EXPLOSIÓN DEL HOTEL SARATOGA,
Y EL INCENDIO EN LA BASE DE SUPERTANQUEROS DE MATANZAS, FUERON HECHOS
TERRIBLES QUE MARCARON LA VIDA DE ESTE PUEBLO EN EL ÚLTIMO QUINQUENIO
En tiempo real, podría decirse, se ha desarrollado el trabajo del
Gobierno en el último quinquenio, que, marcado por una tensa situación
económica, no ha sido fácil para los cubanos y ha puesto a prueba en
múltiples ocasiones nuestra capacidad de resistencia.
Un terrible accidente aéreo ocurrido en mayo de 2018; un tornado que
estremeció a La Habana en enero del año siguiente; diversos eventos
climatológicos que azotaron al país; la explosión del hotel Saratoga,
y el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, fueron hechos
terribles que marcaron la vida de este pueblo.
Ante cada uno de esos sucesos, el Gobierno, con el Presidente de la
República al frente, dio siempre una rápida respuesta y mantuvo un
seguimiento constante. Ha sido un estilo de trabajo que se ha ido
consolidando en el transcurso de estos cinco años, en los cuales se ha
propiciado, además, la información inmediata y oportuna a la
población.
La prioridad, en todo momento, ha sido siempre la de salvar vidas;
luego, comenzar a restituir los daños con la mayor celeridad posible.
El constante acompañamiento de la máxima dirección del país en cada
uno de los lugares afectados, hablan de cuánto se ha hecho, en el
último lustro, para hacer sentir a los cubanos que en ningún momento
la Revolución los dejará desamparados.
Como práctica del trabajo gubernamental a todos los niveles, las
experiencias dejadas por cada uno de esos lamentables sucesos han sido
incorporadas a los planes de reducción de desastres del país.
Han sido cinco años de duro batallar, en los que el pueblo cubano ha
podido contar siempre con el aliento, la seguridad y la confianza de
saberse prioridad en el desempeño de un equipo de gobierno que ha
trabajado sin descanso para aliviar, en la medida de lo posible, las
dificultades del pueblo.
Otra vuelta de tuerca del imperio provocó en el 2022 una nueva
contingencia energética que mantuvo en vilo a todo el país. Las
afectaciones sistemáticas del bloqueo impuesto por el Gobierno de los
Estados Unidos, denunció entonces el Presidente Díaz-Canel, dejaron a
la nación sin financiamientos para realizar las labores de
mantenimiento, de reparación y de nuevas inversiones que necesitaba el
sector energético, lo cual conllevó a un deterioro tecnológico
imposible de resolver en poco tiempo.
Los del 2022 fueron meses extremadamente complejos en los que las
afectaciones de fluido eléctrico afectaron por varias horas a todas las
comunidades, mientras un equipo de Gobierno, encabezado por el
Presidente de la República, recorría cada termoeléctrica para
chequear su estado técnico y las acciones para mejorarlo.
Cuba dispone de ocho centrales termoeléctricas, con 20 bloques de
generación térmica en total, gran parte de ellas con más de 30 años
de explotación, incluyendo siete que superan las cuatro décadas en
funcionamiento. Son estas la base de la generación de electricidad del
país, complementada por el sistema de generación distribuida, que
incluye motores a diesel y fueloil, así como la llamada generación
móvil, donde se agrupan las llamadas patanas contratadas a una empresa
extranjera.
A propósito de la contingencia energética, en la sesión ordinaria de
julio de 2022 de la Asamblea Nacional, el presidente Díaz-Canel
expresaba, «es mi deber aclarar que todavía quedan días difíciles
por delante. Lo que no puede faltar, junto con el reconocimiento al
esfuerzo (de los trabajadores del sector), es la información oportuna y
útil a la población. La verdad, la explicación sincera y la
planificación que solo se puede garantizar con previsión, son aspectos
decisivos, como lo será siempre el ahorro solidario y responsable por
parte de nuestra población».
«Les puedo garantizar --añadió-- que se está trabajando sin descanso
por remontar cada dificultad, sea fruto del bloqueo o de nuestras
propias limitaciones y deficiencias».
COVID-19: FRENTE AL DOLOR Y LA MUERTE, MÁS CIENCIA
El 11 de marzo de 2020 Cuba diagnosticó los primeros casos de Covid 19,
iniciaban dos años de enfrentamiento a una de las más terribles
epidemias vividas por la humanidad en los últimos siglos.
El país diseñó, incluso antes de detectarse aquí el virus, una
estrategia de enfrentamiento que fue actualizando periódicamente,
según la evolución de la enfermedad, con medidas de prevención y
control y protocolos médicos propios, que nos permitieron ubicarnos
entre los países del mundo con más éxito en la mitigación de la
transmisión, y en la incidencia y secuelas de la enfermedad.
El pueblo se volcó a hacer frente a un enemigo invisible que le
arrebató a más de ocho mil de sus hijos y ha enfermado a más de un
millón, para un índice de letalidad acumulada inferior al 0,7 por
ciento, uno de los más bajos a nivel global.
Papel imprescindible en este resultado, fue el de nuestro sistema de
Salud Pública y el de los científicos e investigadores, que supieron
encontrar las mejores respuestas para combatir el virus y responder al
pedido del Presidente de la República, con la elaboración de cinco
candidatos vacunales anti-covid 19, de ellos tres convertidos en vacunas
que permitieron controlar la epidemia, incluyendo la inmunización de la
población infantil entre los 2 y 18 años de edad, algo que nadie más
ha hecho.
Estudiantes, trabajadores, entidades estatales y no estatales, también
salieron a dar la batalla al nuevo coronavirus. Especial papel jugaron
las instituciones armadas, que trabajaron sin descanso en los más
disímiles escenarios y cuyo apoyo fue decisivo en la producción y
traslado de oxígeno medicinal tras la avería de la principal planta
productora del gas en el país y las acciones enemigas para impedir su
adquisición en el exterior, en aquellas complejas jornadas que
mantuvieron en vilo a toda la nación.
La manera en que se enfrentó la pandemia de COVID-19, la explicaba
Díaz-Canel ante la Asamblea Nacional en diciembre de 2020, cuando
señalaba que «un principio humanista, inseparable de la Revolución:
la vida humana como bien supremo de la sociedad, está en la base de la
estrategia nacional de enfrentamiento a la epidemia en Cuba».
El país no solo se quedaría mirando hacia adentro, también como
principio de la Revolución, unas 57 brigadas médicas del contingente
Henry Reeve han enfrentado directamente la COVID-19 en 40 naciones.
En mayo de 2022, también ante el parlamento, el presidente cubano
informaba: «Es muy gratificante y satisfactorio para mí confirmar,
ante esta Asamblea, que la pandemia continúa bajo control de manera
exitosa en nuestro país.
«Como he reconocido públicamente, más de una vez --añadió--, los
trabajadores de la Salud y los de la Ciencia salvaron al país».
La COVID-19 también demostró, con hechos fehacientes, día tras día,
la concepción del nuevo Gobierno, expuesta ya en 2018, de afianzar su
gestión en tres pilares: la ciencia y la innovación, la
informatización, como soporte para facilitar la toma de decisiones, y
la transformación digital, y la comunicación social, a fin de
perfeccionar la interacción con la ciudadanía por parte de los
servidores públicos y las instituciones.
Especial énfasis puso el propio Presidente en la gestión de la ciencia
y la innovación para hacer más efectivas las alianzas entre
universidades, centros de investigación y el sector productivo, algo
que quedó más que demostrado en el trabajo del grupo empresarial
Biocubafarma y el sistema de Salud Pública durante el enfrentamiento a
la pandemia.
Un momento importante en este propósito lo constituyó la creación del
Consejo Nacional de Innovación, órgano consultivo que encabeza el Jefe
de Estado y que promueve, en encuentros sistemáticos, el intercambio de
ideas entre los más disímiles sectores.
Subrayando el valor de esta iniciativa, Díaz-Canel señalaba, en la
conferencia magistral que ofreció durante el encuentro Universidad
2022: «En otras palabras, nos planteamos la necesidad de convertir,
cada vez más, el conocimiento y la ciencia, en fuerzas sociales
transformadoras que nos ayudaran a encontrar soluciones innovadoras a
los múltiples desafíos económicos, sociales, políticos, culturales,
que dimanan, como el agua de un surtidor, del modelo de desarrollo que
impulsamos».
LA REALIDAD DESMANTELÓ TODAS LAS CAMPAÑAS
Desafíos, y muchos, ha tenido que ir superando constantemente el
Gobierno cubano en los últimos cinco años. Las campañas mediáticas
que constantemente proliferan en múltiples escenarios contra Cuba, son
parte de una guerra sin tregua, promovida por el Gobierno
norteamericano, que busca desacreditar la colosal obra que ha llevado
adelante nuestra Revolución por más de 60 años.
En tiempos en los que se ha desatado un desarrollo sin precedentes de
Internet en el mundo, las redes sociales se han empleado, cada vez con
mayor sistematicidad, para manipular la realidad de nuestro país y
construir burdas mentiras sobre ella.
Las campañas contra la Revolución, ya lo sabemos, no son nuevas, solo
se adaptan al actual contexto y a los nuevos soportes, y de manera
impune llaman a la desobediencia civil en el país, al tiempo que
tergiversan noticias con el fin de fracturar la unidad y quebrantar la
estabilidad social en Cuba.
Múltiples son los ejemplos de los hechos reflejados durante el último
quinquenio en las redes sociales, que con total agresividad llaman
incluso al asesinato, al linchamiento y la destrucción en Cuba. Ninguno
de ellos ha conseguido debilitar al Gobierno ni a las conquistas
consolidadas en más de 60 años por la Revolución.
Recordemos cómo, a las puertas del Ministerio de Cultura, el 27 de
noviembre de 2020, se concentró un grupo de artistas, muchos de ellos
convocados desde las redes sociales por personas cuyo interés no era
discutir cuestiones culturales. Varios de los aglomerados ese día,
tienen tras de sí un historial de agresiones a los símbolos patrios,
de delitos comunes y también de ataques frontales a la dirección de la
Revolución.
Sobre el diálogo que se llevaría a cabo días después entre una
representación de artistas cubanos y del Ministerio de Cultura, en una
declaración emitida por esa institución cubana, se dejaba claro que
era inaceptable reunirse «con personas que tienen contacto directo y
reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del
Gobierno de Estados Unidos». Algunos de ellos estaban en el Vedado
habanero en la noche del 27 de noviembre.
Nada tenían que ver con otros tantos jóvenes cubanos vinculados al
arte, que merecían ser escuchados, y lo fueron, de la manera y en el
lugar oportunos. Intercambiar con nuestros artistas no es un evento
aislado y menos aún nuevo. El diálogo con ellos ha sido práctica
constante de la Revolución cubana, y los últimos cinco años no han
sido una excepción.
De manera cruel y oportunista el Gobierno norteamericano aprovechó
también para sus propósitos de desestabilización, el contexto del
triste escenario vivido en la provincia de Matanzas durante el pico
pandémico de la COVID-19, y promovió una campaña mediática en redes
sociales que «hablaba de salvar a los cubanos» del virus, mientras
ignoraba las consecuencias reales provocadas al pueblo por el bloqueo
durante el enfrentamiento a la epidemia.
Se pretendían desconocer entonces todos los esfuerzos de Cuba por
defender la vida de sus hijos y la gran proeza que significaba el
desarrollo de cinco candidatos vacunales contra la enfermedad. Matanzas
nunca estuvo sola, junto a su pueblo estuvieron en los peores momentos
de la crisis los máximos dirigentes del país, y el Ministerio de Salud
Pública reforzó allí sus capacidades para la atención primaria.
Desde las redes sociales nuestros enemigos tomaron como punta de lanza a
Matanzas y promovieron la etiqueta #SOSMatanzas, pero realmente nunca
hicieron nada por aliviar la situación que allí se vivía en aquellos
fatídicos momentos.
Al igual que «aparece detallado en los manuales de golpe suave», se
aprovecharon de la situación en esa provincia y comenzaron a crear
irritación y descontento entre nuestro pueblo, para convocar luego, en
una bárbara expresión de terrorismo mediático, a los disturbios del
11 de julio del 2021.
Cuba estuvo en esos días en medio de una campaña digital de la
ultraderecha que arengaba a los cubanos a la violencia callejera; una
campaña cuyos usuarios más activos aparecían tuiteando desde La
Habana cuando en realidad estaban fuera de Cuba.
Diversas fueron las causas que confluyeron en los disturbios de ese 11
de julio; entre ellas, la situación económica y sanitaria de la
nación, aunque ni siquiera el peor escenario justificaba que para
solucionarla se promovieran la violencia, el asesinato, la intervención
armada o la muerte de los cubanos. Fueron vívidos elementos que daban
respaldo a una operación comunicacional con origen en EE.UU. para
provocar un «golpe blando» en Cuba.
En un análisis de estos hechos, en octubre de ese año, durante el II
Pleno del Comité Central del Partido, su Primer Secretario, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, señalaba que los llamados sucesos del 11 de
julio, «no fueron más que provocaciones y hechos vandálicos como
parte de toda esta estrategia de la Guerra No Convencional y del "golpe
suave" contra nuestra Revolución».
«Se trata de mantener una narrativa que pretende presentar el 11 de
julio como un referente de ruptura y de rechazo popular a la
Revolución, y los intentos de aprovechar las inconformidades existentes
para provocar desestabilización; pero el 11 de julio no es un referente
de ruptura, es, en todo caso, un referente de unidad, y el 11 de julio
constituyó una victoria más de la Revolución Cubana. Los
revolucionarios salieron a defender la Revolución con elevada moral,
con disposición a luchar y vencer.
«Ellos creían que la Revolución se derrumbaba en unas horas, como lo
creyeron cuando la caída del campo socialista, pero una vez más se
equivocaron».
Esas situaciones, como otras tantas promovidas desde el exterior en el
transcurso de los últimos cinco años, han sido enfrentadas desde el
accionar consciente del pueblo junto a sus autoridades, para quienes
preservar el orden constitucional, la tranquilidad ciudadana y la vida,
son prioridades inaplazables.
UN PUEBLO DE RESILIENCIA ADMIRABLE
El costo de construir el Socialismo en Cuba ha sido tremendo: lo ha sido
desde el triunfo de enero de 1959 y lo sigue siendo en la actualidad,
cuando son cada vez más atroces el odio, la manipulación y la
mezquindad del gobierno de los Estados Unidos hacia nuestra Revolución
y nuestro pueblo.
El injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por la
administración norteamericana a Cuba desde hace más de 60 años, es
una de las más crueles políticas imperiales a las que ha estado
sometido sin tregua alguna el pueblo cubano.
Qué buscan con sus acciones inhumanas y extraterritoriales, podrían
preguntarse algunos. La respuesta a esa interrogante fue claramente
formulada en julio del pasado año por el Primer Secretario del Comité
Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez: «asfixiar económicamente a la población, para
que la población, por la asfixia económica, por el malestar que causa
la asfixia económica, tenga una ruptura que provoque un estallido
social y se caiga la Revolución».
No lo han logrado en tantas décadas, ni podrán hacerlo: Cuba y su
pueblo no lo permitirán. Es un principio defendido en todos estos años
por nuestros máximos líderes y que ha hecho suyo también el
Presidente Díaz-Canel, desde que en abril de 2018 asumió ese cargo.
Nuevas y cada vez más crueles sanciones ha impuesto el Gobierno
estadounidense a la Mayor de las Antillas como parte del bloqueo, en el
transcurso del último quinquenio, entre las cuales se destaca la
entrada en vigor del título III de la Ley Helms-Burton. Fue esa una
decisión de la administración del presidente Donald Trump, que se puso
en vigor a principios de mayo de 2019.
Aun cuando esa ley se aprobó en 1996, todas las administraciones
norteamericanas habían suspendido la aplicación de tal título, que da
la posibilidad de que reclamantes de los Estados Unidos puedan presentar
demandas ante cortes, contra las entidades que, según ellos, trafican
con las propiedades nacionalizadas en 1959.
El Título III de la Helms-Burton es absolutamente ilegal, no solo en
atención al Derecho internacional, sino también en materia
constitucional, procesal y de competencia judicial internacional. A esas
presiones adicionales ha estado sometido también el Gobierno cubano
desde hace casi cuatro años, en los cuales se han incrementado la
crisis económica internacional y sus efectos directos en el país.
En este último lustro Cuba ha vivido un recrudecimiento sin precedentes
del bloqueo; y la aplicación de las 243 medidas impuestas durante el
Gobierno de Donald Trump --que en su mayoría permanecen vigentes-- ha
impuesto mayores restricciones a una economía cada vez más afectada
por el contexto mundial.
Fue en el año 2019 cuando se redujo considerablemente el envío de
remesas desde Estados Unidos a personas en Cuba; se prohibieron los
viajes de cruceros desde allí y también los vuelos aéreos a las
provincias, excepto La Habana; se reactivó la prohibición de que
entidades de terceros países pudieran vendernos bienes que contengan
más del 10% de componentes estadounidenses; así como se agudizó la
persecución y castigo para impedir la llegada de combustibles a la
Isla, y muchas otras medidas que buscan, ya lo decíamos unas líneas
atrás, asfixiar económicamente a la población cubana.
Dos años después, en medio de la colosal batalla que significó el
enfrentamiento a la COVID-19, en enero de 2021, en el ocaso de su
presidencia, Trump volvió a mentir sobre Cuba y la calificó como
Estado patrocinador del terrorismo.
Nuestro país había sido incluido por primera vez en esa lista durante
la administración del Presidente Ronald Reagan, en 1962, y en mayo de
2015, tras el anuncio del mandatario estadounidense Barack Obama de que
Estados Unidos normalizaría relaciones con la Mayor de las Antillas, el
Departamento de Estado llevó a cabo una amplia revisión que permitió
excluir a Cuba de la lista.
Que Cuba «forme parte de las naciones que patrocinan el terrorismo» es
una burda manipulación del Gobierno norteamericano que, además de
graves efectos en la arena política, también trae consigo muchos otros
que hacen más difícil la vida de las personas, tanto dentro como fuera
del territorio nacional.
La administración del Presidente Biden poco ha hecho por «suavizar»
la política de máxima presión articulada por su predecesor y no ha
cumplido sus promesas de campaña de regresar la relaciones de Estados
Unidos con Cuba al punto en que las dejó Barack Obama. La realidad es
que los intereses hegemónicos de Estados Unidos respecto a nuestro
país se mantienen intactos.
Cuba, no obstante limitaciones económicas, crisis sanitaria, campañas
difamatorias y de desinformación en su contra y otros tantos
obstáculos a los que ha debido hacer frente en los últimos cinco
años, ha mantenido su vitalidad. El pueblo cubano, junto a su Gobierno,
ha demostrado una entereza y capacidad de resiliencia admirables.
Fuente: Granma (2/5/2023)
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS POR WILKIE DELGADO CORREA
¿No se puede entender y explicar fácilmente el pensamiento
norteamericano de hoy, a través del pensamiento yanqui de ayer?
Como una muestra del viejo sueño americano por apoderarse de Cuba, es
importante relacionar un resumen del pensamiento norteamericano desde el
siglo pasado incluso mucho antes de que alcanzara la independencia la
República de Cuba y mucho antes que triunfara la Revolución Cuba el 1
de enero de 1959.
Asombra el parecido de aquellos planteamientos con los actuales
pronunciamientos y acciones de dirigentes de la política y del gobierno
de los Estados Unidos que mantiene su férreo bloqueo genocida a pesar
de la condena casi unánime en el seno de la Asamblea General de las
Naciones Unidas.
Desde siempre ha estado revoloteando en las mentes de los políticos
estadounidenses el llamado "Destino Manifiesto" que ha mezclado la
teoría política con la doctrina religiosa para justificar su carácter
expansionista e imperialista. Ha sido la ideología del despojo y el
dominio de los "otros" por cualquier medio.
Así, por ejemplo, en 1800 el presidente Thomas Jefferson, declaraba:
"aunque con algunas dificultades (España) consentirá en que se agregue
a Cuba a la Unión a fin de que no ayudemos a Méjico y las demás
provincias. Este sería un buen precio".
James Madison, cuarto presidente estadounidense, proclamó en 1810:
"(…) la posición de Cuba da a los Estados Unidos un profundo interés
en el destino… de esa Isla que… no podrían estar satisfechos con su
caída bajo cualquier gobierno europeo, el cual podría hacer de esa
posesión un apoyo contra el comercio y la seguridad de los Estados
Unidos".
En 1823 John Quincy, Secretario de Estado, y luego sexto presidente de
Estados Unidos (1825-1829), dijo: "La Isla de Cuba, casi a la vista de
nuestras costas, ha venido a ser, por una multitud de razones, de
trascendental importancia para los fines políticos y comerciales de
nuestra Unión."
El 28 de abril de 1823 definió el principio nefasto de la Fruta Madura
para los destinos soberanos de Cuba, afirmando: «Pero hay leyes de
gravitación política como las hay de gravitación física, y así como
una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede,
aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez separada de
España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz
de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la
Unión Norteamericana».
Meses después, definida la política hacia Cuba, el Gobierno
estadounidense extendería, con la Doctrina Monroe, su estrategia para
todo el continente americano. Se expresaba:
"Estas islas [Cuba y Puerto Rico], por su posición local son apéndices
naturales del continente (norte) americano, y una de ellas [la isla de
Cuba], casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser, por una
multitud de razones, de trascendental importancia para los intereses
políticos y comerciales de nuestra Unión".
Es extenso el relato de las manifestaciones de posesión de la clase
política y otros agentes de los Estados Unidos.
En 1845 el Senador Yudee, de Florida, fue el primero en proponer la
compra de Cuba, presentando un proyecto de resolución en el Senado.
En 1847, el senador Jefferson Davis, afirmaba: "La Isla de Cuba tiene
que ser nuestra."
En 1847, Buchanam, un político yanqui, decía: "Tenemos que poseer a
Cuba… La adquiriremos mediante un golpe de estado en algún momento
propicio… que quizás no esté muy lejos. Cuba ya es nuestra: la
siento en la punta de los dedos."
En 1848, en el Senado, John Calhoun, señalaba: "Hay casos de
interposición en que yo acudiría a los recursos azarosos de la guerra:
Designo el caso de Cuba".
En 1848, una publicación norteamericana Bow's Review, afirmaba: "No es
demasiado decir que si nos apoderamos de Cuba, estaremos en posesión
del destino más rico y más vasto comercio que jamás deslumbró a la
codicia del hombre. Y con ese comercio tendremos en nuestras manos el
poder del mundo."
En 1854, el Subsecretario de Estado, Mann, escribió: "Cuando me reúna
con Ud., quiero saludarlo con esta exclamación: Cuba es nuestra o como
si lo fuera".
En diciembre de 1897, el Subsecretario de guerra, escribía al jefe del
Ejército: "Es evidente que la inmediata anexión de Cuba sería una
locura. Antes de hacerlo debemos limpiar el país. Debemos destruir todo
lo que esté dentro del radio de acción de nuestros cañones… Debemos
concentrar el bloqueo, de modo que el hambre y su eterna compañera, la
peste, minen a la población civil, y diezmen al Ejército Cubano.
Resumiendo: nuestra política debe ser siempre, apoyar al más débil
contra el más fuerte, hasta que hayamos obtenido el exterminio de
ambos, a fin de anexarnos a la Perla de las Antillas".
Leonardo Wood, gobernador interventor de Estados Unidos en Cuba,
afirmó: "La misión norteamericana en Cuba era edificar una república
anglosajona…establecer en poco más de 3 años una república calcada
exactamente de nuestra república."
Después de imponer la Enmienda Platt como un cuchillo en la garganta de
la Constitución de la República de Cuba independiente en 1902,
planearon y ejecutaron durante casi 60 años su política de neo
colonización.
El apoderamiento de Cuba significaría abrir las puertas del Caribe y el
resto de América al naciente imperio. Desde entonces, la política de
los presidentes de EE. UU. ha sido diseñada para responder a ese
objetivo geoestratégico.
Así se opusieron en 1826 a la propuesta del libertador Simón Bolívar,
llevada al Congreso de Panamá, para independizar a Cuba de España e
intentaron comprarla en distintos momentos 1848, 1853 y 1857, etc.
La entrada planificada en la guerra de independencia de Cuba contra
España, tuvo el propósito de alcanzar el sueño americano a corto
plazo. En carta al presidente Theodore Roosevelt, el 28 de octubre de
1901, el gobernador Leonard Wood resumió la situación con estas
palabras: «Poca o ninguna independencia le queda a Cuba, por supuesto,
bajo la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la
anexión».
Con la enmienda Platt impusieron el sello del neocolonialismo para Cuba,
de subordinación política y económica, y de la presencia militar en
la Base Naval de Guantánamo.
La Revolución Cubana triunfante el 1 de enero de 1959 significó la
abolición de la subordinación política y económica, aunque no ha
podido eliminar la Base militar mantenida a pesar de los reclamos
cubanos.
Las agresiones de todo tipo han sido las armas que Estados Unidos ha
empleado hasta hoy para dañar la vida normal del pueblo cubano. Su
estrategia es coherente con lo expresado el 6 de abril de 1960 por el
entonces subsecretario adjunto del Departamento norteamericano de Estado
Lester D. Mallory, quien escribió un memorando interno que proponía
negar dinero y suministros a Cuba, disminuir sus salarios y provocar
hambre y desesperación en extremo. En fin que esto pudiera provocar
desencanto e insatisfacción.
Muy similar al que redactara en diciembre de 1897 el Subsecretario de
guerra, anteriormente citado, el Memorando de Mallory afirmaba: "…hay
que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la
vida económica de Cuba… una línea de acción que (…) logre los
mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para
reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar
hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno".
¿No se puede entender y explicar fácilmente el pensamiento
norteamericano de hoy, a través del pensamiento yanqui de ayer? ¿Acaso
no se trata del mismo pensamiento codicioso, conquistador, expansionista
y avasallador? ¿Acaso no se trata de una venganza inmisericorde contra
el pueblo cubano por la osadía de proclamar su condición de soberano,
libre e independiente?
Fuente: Rebelión (29/5/4/2023)
¿EMBAJADA O NIDO DE ESPÍAS?
POR ARTHUR GONZÁLEZ
Nora Gámez Torres, periodista cubana nacionalizada estadounidense, que
cubre temas cubanos en los diarios el Nuevo Herald y el Miami Herald, en
uno de sus recientes artículos sobre el "Síndrome de La Habana", puso
al descubierto que la Misión diplomática yanqui en La Habana es
realmente un nido de espías, algo bien conocido por la contundente
denuncia que hizo Cuba en 1987, al divulgar en la TV la confesión de 27
funcionarios cubanos colaboradores secretos de la Seguridad del Estado,
que durante años engañaron a la CIA cuando los reclutó para obtener
información económica, financiera, temas relacionados con la salud
humana y animal, el transporte naval y aéreo, las comunicaciones y los
del área militar de la Isla.
Aquel escándalo fue totalmente silenciado por la prensa de Estados
Unidos, para que sus ciudadanos no lo conocieran, donde Cuba puso al
descubierto la presencia de 38 oficiales de la CIA, de un total de 79
cargos diplomáticos radicados como funcionarios permanentes de misión
diplomática, más otros 113 oficiales que actuaban bajo la cobertura de
funcionarios en tránsito, que permanecían menos de un año en el
país, de un total de 418 cargos diplomáticos que lo hacían bajo esa
categoría.
Aquellos oficiales CIA destacados como "diplomáticos", ejecutaban
operaciones ilegales de abastecimiento a sus supuestos agentes, en
cuevas, carreteras, basureros, puentes y alcantarillas, con modernas
plantas de trasmisión satelital y a corta distancia, dinero y paquetes
para cifrar y descifrar los informes.
Años después, el oficial CIA Ronald Kessleren su libro "Incide The
CIA", escribió:
"Uno de los problemas más graves que enfrenta la CIA es la posibilidad
de que sus agentes sean dobles agentes, o sea que trabajen para el otro
bando. Esto sucedió en Cuba donde la mayoría de los agentes reclutados
por la CIA desde los primeros años de la década del 60, eran agentes
plantados que recibían instrucciones del Jefe Superior cubano Fidel
Castro."
En las escuelas de preparación para los oficiales de la CIA, se utiliza
la vergonzosa experiencia del engaño de Cuba con sus 27 agentes, como
un ejemplo negativo para evitar la repetición de tales errores,
considerado como el golpe más importante sufrido por la Agencia durante
la Guerra Fría.
Sin embargo, dicho artículo no cuestiona la actividad ilegal de la CIA
contra Cuba, situación violatoria de la Convención de Viena y se trata
el asunto como si Estados Unidos tuviera el derecho de utilizar su
misión diplomática para esas actividades ilegales.
Nora, graduada en la Universidad de La Habana, en su crónica: "Puñal
en la espalda", da detalles de la inconformidad de algunos de los
supuestos afectados por "extraños ruidos" que nunca se comprobaron,
disgusto fundamentalmente por no recibir la compensación monetaria
ofrecida por la CIA, por participar en el show del inventado ataque
sónico, poniendo al descubierto que los que dijeron sentir síntomas,
imposibles de comprobar, eran realmente oficiales de la CIA y de los
servicios de inteligencia de Canadá.
La verdad es que el propio jefe de Seguridad Interna de la embajada
yanqui, le confesó en el 2017 al homólogo cubano encargado de la
protección del cuerpo diplomático en La Habana, que él desconocía
del suceso. Para mayor asombro, al día siguiente encabezaba la lista de
los que eran regresados a Estados Unidos por estar "afectados".
En la crónica se menciona la versión de un médico de la CIA, pero no
se explica ¿qué hacía en La Habana un médico de la CIA, con fachada
de diplomático alojado en el hotel Capri?, donde aseguró haberse
enfermado por el inventado "ataque sónico", siendo el único huésped
de ese hotel que sintió los "síntomas extraños".
Al no poder demostrar su supuesta enfermedad se quedó fuera del reparto
de dinero y de ahí su disgusto.
La realidad es que, tanto estadounidenses como canadienses, disfrutaron
de las playas, restaurantes y bares de Cuba hasta el día antes de
marcharse y ninguno mostró el menor síntoma de enfermedad, situación
que confirmaron todos los que tuvieron relaciones con ellos.
La verdad la expone la periodista cubana Nora Gámez en el mismo título
de su extenso artículo: "Puñal en la espalda": Víctimas del síndrome
de La Habana rechazan reporte que desestima sus casos", porque los
inconformes, aceptaron ser parte del elenco que interpretó la obra de
teatro, escrita solo para justificar la posible ruptura de relaciones
diplomáticas y ahora se quedaron sin recibir un solo dólar como pago.
Se dejaron utilizar para hacerle el juego a la política de Donald Trump
y la mafia terrorista anticubana, que desmontó rápidamente la
directiva aprobada por Barack Obama y ahí tienen el premio que los ha
hecho comprender, aunque tarde, que solo fueron peones en ese complicado
tablero que es la política yanqui contra la Revolución cubana.
El muy bien calificado por la periodista como "Paciente Cero", en
realidad se quedó con Cero Dólares, por dejarse manipular por quienes
abandonan a los que le sirven como siervos.
La CIA emitió esos resultados por considerarlo una cuestión de
Seguridad Nacional, ante la imperiosa necesidad de reabrir su Estación
en La Habana, para trabajar desde adentro sus planes subversivos, para
intentar derrumbar a la Revolución con su destacamento de oficiales,
pues en el mencionado artículo se afirma: "La Estación fue cerrada en
septiembre de 2017, según una revisión interna desclasificada
realizada por el Departamento de Estado en 2018, obtenida por el Archivo
de Seguridad Nacional".
Ese es el objetivo prioritario y para lograrlo la CIA le pasará por
encima a todo lo que sea un obstáculo.
Triste lección para los que perdieron tiempo y valores éticos al
aceptar las órdenes de la CIA, incluido el propio gobierno canadiense.
Exacto José Martí al afirmar:
_"LAS COSAS HAY QUE VERLAS EN SUS CAUSAS Y OBJETO, NO EN LA
SUPERFICIE"._
Fuente: El Heraldo Cubano (2/5/2023)
VALOR Y PELIGRO DE LAS CONSIGNAS
POR LUIS TOLEDO SANDE
A un pueblo formado en una historia en la cual "Patria y Libertad" y
"Libertad o Muerte" condujeron a un "Patria o Muerte" seguido por un
rotundo "Venceremos", nadie tendrá que explicarle la importancia de
lemas que devienen fe de vida.
Ese "Venceremos" no expresa alarde irracional o ciego, sino una clara
certidumbre: el triunfo de las fuerzas revolucionarias --la mayoría del
pueblo-- puede seguir costando sacrificio y muertes, pero garantiza la
vida de la patria independiente y soberana.
Se equivocan quienes intenten hacer un arma contrarrevolucionaria del
"Patria y vida" que antes que a ellos se le oyó a quien sabía mejor
que nadie de revoluciones, y de la Revolución Cubana en particular.
Fidel Castro fue y es el Líder, sin lindes cronológicos, de una
Revolución que habrá tenido y seguirá teniendo otros líderes, pero
--con el artículo el, marca de antonomasia-- ese título le corresponde
al Comandante en Jefe.
Lo esbozado atañe al valor de las consignas en la historia de Cuba, de
las cuales se ha escogido apenas una muestra, quizás las más
significativas. Pero esas no han sido las únicas que han servido de
acicate en las acciones con que --guiada por su vanguardia-- la nación
ha permanecido en pie y se ha transformado a lo largo del tiempo.
En cada momento diversos lemas han cumplido en la Revolución un papel
movilizador de primer orden, hayan tenido la duración de todo un
proceso --"¡Aunque caigan raíles de punta, la Reforma Agraria va!"--,
o carácter periódico o puntual: "A la Plaza con Fidel", "Aquí no se
rinde nadie", "¡Viva el Primero de Mayo!"
Comentario aparte merecería el hecho de que frecuentemente han sido
expresiones octosílabas, como los versos predominantes en la poesía
más popular en Cuba, la que se expresa en décimas y se asocia al hecho
de que --como se ha dicho-- cubanos y cubanas hablamos en octosílabos:
¡Y dime si no es verdad!
Algunas consignas han funcionado como ratificaciones de apoyo. Fue el
caso del "¡Se llamaba!" con que el pueblo presente en la histórica
concentración validaba a coro, mientras el Líder de la Revolución las
enumeraba, la nacionalización de empresas estadounidenses que habían
esquilmado a Cuba.
Otras consignas han tenido un papel particular en circunstancias
determinadas, como aquella de "Fidel, sacude la mata", que hoy suele o
debería recordarse contra los corruptos que medran con bienes del
pueblo, valiéndose de cargos y responsabilidades que se les han
confiado. La acción contra enemigos dará mayor consistencia al lema
"En cada cuadra un comité".
Pero uno de los peligros que pueden neutralizar el valor de las
consignas --y no solo de ellas, sino incluso de leyes-- radica en su
conversión en letra muerta, en expresiones regidas más por la inercia,
cuando no por el oportunismo o el embullo, que por la voluntad de
usarlas como estímulos efectivos para la movilización necesaria. Y a
veces se suma la incoherencia con que pueden esgrimirse o acuñarse.
Está claro que sin conciencia verdadera ningún logro, por muy grande
que sea, alcanzará la significación que debe caracterizarlo como hito
en la transformación y el saneamiento del país. También, desde luego,
como pauta para alcanzar los resultados que la ciudadanía --el pueblo--
necesita y exige con el derecho que le asiste.
Los llamamientos a lograr, por ejemplo, la soberanía alimentaria pueden
derivar en frases vacías, si no los sustentan voluntad verdadera,
hechos, realidades. De no ser así, se podrán recordar consignas como
otras en las que parecen haberse estancado afanes también vitales y
dignos. ¿Cabe olvidar el Plan Alimentario?
Cuando la convocatoria a conquistar la soberanía alimentaria parece
resumirse en el lema "Sembrar conciencia", vale preocuparse pensando si
el problema está bien planteado. No es necesario echar mano
teóricamente a la cuestión fundamental de la filosofía, que ahora
parece olvidarse; pero esa no sería la única desmemoria lamentable, y
dicha cuestión no deja de ser fundamental --básica, determinante--
porque en otros momentos haya sido objeto de tratamientos vulgares y
empobrecedores.
Es muy difícil no asustarse ante peligros semejantes en un país urgido
de una amplia producción agropecuaria, que se decide en el campo
--nadie pretenderá que la sustituya la agricultura urbana, aunque esta
llegue a ser muy importante--, mientras su Ministerio de la Agricultura
ocupa un enorme edificio en la capital. Y cuando la dirección de la
ANAP --recordémoslo: Asociación Nacional de Agricultores Pequeños--
tiene su sede en una casona también capitalina y que por largo tiempo
se ha identificado con el lema "Sembrando ideas".
Conciencia e ideas son vitales para la brújula de la nación, incluso
en las vertientes materiales más rústicas, que tampoco se pueden
confiar al pragmatismo: este no es sentido práctico sano, sino la
ideología propia del sistema capitalista. Si no se producen alimentos,
si no se asegura la economía nacional, si no se vence con hechos la
inflación que magulla al pueblo, se puede perder también la
alimentación indispensable y la soberanía no solo alimentaria, sino la
soberanía, y con ella la conciencia y las ideas que deben acompañarla.
Por eso --no precisamente por una consigna-- se ha reconocido en la
soberanía alimentaria una cuestión de seguridad nacional frente a
insuficiencias internas y, sobre todo, contra un bloqueo que persigue
estrangular al país y cuyo cese no está a la vista. Lograr que
consignas y planes se materialicen en hechos constituye también la
mejor validación de las votaciones del pueblo en favor del proyecto
revolucionario y de quienes son electos para cumplir la misión de
representarlo.
Siendo las consignas un recurso del lenguaje, poético incluso, cabe
recordar que el ser humano más espiritual que hemos tenido, pleno
ejemplo de ética para el mundo, se preguntó: "¿Quién es el ignorante
que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos?" Fue
asimismo el estadista en crecimiento que organizaría una guerra y
sostuvo: "¿Qué es el arte, sino el modo más corto de llegar al
triunfo de la verdad, y de ponerla a la vez, de manera que perdure y
centellee en las mentes, y en los corazones? Los que desdeñan el arte
son hombres de Estado a medias". Pero fue igualmente el fundador que en
el arranque de uno de sus portentosos poemas escribió: "Ganado tengo el
pan: hágase el verso".
Hoy el pan --como realidad que llega al estómago para calzar la vida,
pero escasea sin que por eso dejen de medrar con él mercaderes y
corruptos, y como símbolo genérico de los alimentos-- es fundamental
para que Cuba siga viva como nación independiente y soberana,
enfrascada en alcanzar la justicia social que no se ha conseguido en
parte alguna del planeta.
Y eso no se logra a base de consignas, por muy valiosas y bien pensadas
que sean. También el "Patria o Muerte, Venceremos" reclama el alimento
de los hechos, de la realidad. No solo episodios heroicos como los
protagonizados en Playa Girón, sino los cotidianos, que han de incluir
honradez y decencia. Y belleza.
NOTA BIBLIOGRÁFICA: Las citas de José Martí se localizan
respectivamente en los tomos 13 (pp. 135 y 395-396) y 16 (p. 141) de la
edición vigente de sus Obras completas (La Habana, 1963-1966).
Fuente: Cubaperiodista (1/5/2023)
"EL COMPROMISO DE CUBA CON EL ENFRENTAMIENTO AL TERRORISMO
INTERNACIONAL ES INCUESTIONABLE"
POR CLAUDIA FONSECA SOSA
Cuba y Estados Unidos coincidieron recientemente en La Habana sobre la
importancia de la cooperación en el enfrentamiento al terrorismo, y
acordaron continuar realizando encuentros técnicos bilaterales para
abordar estos temas.
De acuerdo con la nota oficial publicada, autoridades de ambos países
dialogaron sobre cómo hacer frente a distintas manifestaciones del
terrorismo, incluido el secuestro de aeronaves y embarcaciones
marítimas, y el empleo de redes digitales con fines violentos.
La delegación cubana estuvo integrada por representantes de los
ministerios del Interior y Relaciones Exteriores, así como la Fiscalía
General de la República y la Aduana General de la República.
Por la parte estadounidense, participaron funcionarios de los
departamentos de Justicia, Estado, Seguridad Interna y la Embajada en
Cuba.
Cubadebate conversó en exclusiva con Inés Fors Fernández, directora
de Temas Bilaterales de la Dirección General de EE.UU. del Ministerio
de Relaciones Exteriores, quien destacó la importancia de estos
intercambios con Washington y ratificó que "el compromiso de Cuba con
el enfrentamiento al terrorismo internacional es incuestionable".
LOS DÍAS 27 Y 28 DE ABRIL SESIONÓ EN LA HABANA EL IV ENCUENTRO
TÉCNICO ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS PARA LA COOPERACIÓN EN MATERIA DE
ENFRENTAMIENTO AL TERRORISMO. ¿CUÁLES SON LOS ANTECEDENTES DE ESTE
ENCUENTRO Y QUÉ RESULTADOS SE OBTUVIERON?
--Este intercambio forma parte del mecanismo de Diálogo entre Cuba y
Estados Unidos en el ámbito de aplicación y cumplimiento de la Ley,
establecido desde noviembre de 2015; así como del Memorando de
Entendimiento que sobre la misma materia suscribieron ambos países el
16 de enero de 2017.
"En esta ocasión, la cuarta desde el inicio de la cooperación
bilateral en este tema, las delegaciones intercambiaron sobre las
actuales tendencias y amenazas del terrorismo internacional y la
incidencia de este fenómeno en la región; las experiencias de uno y
otro país en el enfrentamiento al terrorismo; y la legislación
nacional asociada a ese delito trasnacional.
"El secuestro a aeronaves y embarcaciones formó igualmente parte de la
agenda. Cuba reiteró las repercusiones negativas que para la seguridad
de ambos países tienen actos ilícitos de esta naturaleza. De igual
manera, la injusta y arbitraria calificación de Cuba como país
patrocinador del terrorismo fue considerada por la representación
cubana como un obstáculo para una cooperación práctica, profesional y
recíproca.
"En términos generales, las delegaciones de ambos países ratificaron
la disposición a continuar la cooperación en el enfrentamiento al
terrorismo incluyendo el intercambio de información, evidencias,
experiencias y buenas prácticas en favor de la seguridad nacional de
Cuba y Estados Unidos.
"La organización del encuentro validó el compromiso del Gobierno
cubano en la lucha contra el terrorismo y de su disposición a dar todos
los pasos que sean necesarios para enfrentar a los perpetradores de
acciones terroristas".
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PARA CUBA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN
MATERIA DE TERRORISMO?
--Cuba ha sido un país víctima de más de 700 actos de terrorismo
internacional, en su mayoría organizados, financiados y ejecutados por
el gobierno de EE.UU. o por individuos y organizaciones que reciben
refugio o actúan con impunidad en ese territorio. Esos actos le han
costado la vida a 3 478 personas e incapacitado a otras 2099 desde el
triunfo de la Revolución Cubana.
"El impacto de este flagelo no ha excluido ninguna esfera de la vida
económica y social de nuestro país. Son millonarias las cifras de
daños económicos derivados de los actos de sabotaje a nuestras zafras
azucareras, producciones porcinas, tabacaleras e instalaciones diversas.
"Resulta imposible olvidar los numerosos proyectos que se generaron en
los Estados Unidos para derribar aviones cubanos civiles entre 1974 y
1979; la explosión en pleno vuelo del avión de Cubana de Aviación con
73 personas a bordo; los más de 600 planes de atentado contra el
Comandante en Jefe Fidel Castro; los atentados con bombas en hoteles,
centros comerciales y recreativos en La Habana entre 1997 y 1998; los
secuestros a embarcaciones y aeronaves ocurridos entre 1959 y el 2001,
desviados, casi sin excepción, a EE.UU. Esto por solo citar algunos
ejemplos.
"La situación antes descrita no ha hecho más que reforzar el
compromiso de Cuba con la lucha contra el terrorismo, en todas sus
formas y manifestaciones.
"La firme disposición de Cuba a cooperar para prevenir y reprimir los
actos de terrorismo está refrendada en nuestra Constitución.
"A nivel internacional, Cuba es parte de los 19 convenios
internacionales relativos al terrorismo y cumple estrictamente con las
obligaciones derivadas de seis resoluciones del Consejo de Seguridad
Nacional de las Naciones Unidas.
"Cuba jamás ha participado en la organización, financiamiento o
ejecución de actos terroristas contra país alguno; nunca ha apoyado ni
apoyará actos de terrorismo internacional, y el territorio de Cuba
nunca se ha utilizado, ni se utilizará jamás, para organizar,
financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país.
"Lamentablemente, el terrorismo continúa siendo un instrumento infame
para algunos sectores en Estados Unidos en su guerra contra Cuba. Así
lo demuestra el atentado contra nuestra Embajada en Washington en abril
de 2020 y, posteriormente, contra nuestra Embajada en Francia, así como
las constantes insinuaciones a que se cometan actos violentos en Cuba,
todo lo cual hemos denunciado".
Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, actos
terroristas cometidos por el gobierno de Estados Unidos o perpetrados
desde ese país han causado 3 478 víctimas mortales y 2 099 personas
con discapacidad en la Isla. Y detrás de cada número hay familias que
sufren.
¿CÓMO INTERPRETA LOS INTENTOS DE CONGRESISTAS ESTADOUNIDENSES DE
ORIGEN CUBANO DE APROBAR UNA LEGISLACIÓN QUE SUBORDINE LA EXCLUSIÓN DE
CUBA DE LA LISTA DE PAÍSES TERRORISTAS A LO PRECEPTUADO EN LA LEY
HELMS-BURTON?
--No hay razón para la inclusión de Cuba en esta lista, que es
arbitraria y unilateral, que no cuenta con legitimidad o reconocimiento
en órgano multilateral alguno.
"El compromiso de Cuba con el enfrentamiento al terrorismo internacional
es incuestionable. Eso lo sabe el gobierno de EE.UU., en particular
quienes tienen en ese país la responsabilidad fundamental de enfrentar
el terrorismo.
"De hecho, en los contextos más complejos desde el punto de vista
bilateral, Cuba ha planteado al gobierno estadounidense su disposición
a trabajar de conjunto para combatir este flagelo.
"Expertos estadounidenses en seguridad nacional han confirmado que no
hay evidencia de que Cuba apoye el terrorismo, y que Cuba puede ser un
socio importante en la región en el enfrentamiento a estos fenómenos.
"La presencia de Cuba en esa lista es una acción de coerción política
y económica, que desconoce la genuina y honesta voluntad de enfrentar
el peligro que entraña el terrorismo".
Fuente: Cubadebate (1/5/2023)
CINCO AÑOS TREMENDOS EN LOS QUE CUBA NO SE DETUVO (PARTE II)
POR LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, YAIMA PUIG MENESES, ALINA PERERA
ROBBIO Y RENÉ TAMAYO LEÓN
UN TERRIBLE ACCIDENTE AÉREO OCURRIDO EN MAYO DE 2018; UN TORNADO QUE
ESTREMECIÓ A LA HABANA EN ENERO DEL AÑO SIGUIENTE; DIVERSOS EVENTOS
CLIMATOLÓGICOS QUE AZOTARON AL PAÍS; LA EXPLOSIÓN DEL HOTEL SARATOGA,
Y EL INCENDIO EN LA BASE DE SUPERTANQUEROS DE MATANZAS, FUERON HECHOS
TERRIBLES QUE MARCARON LA VIDA DE ESTE PUEBLO EN EL ÚLTIMO QUINQUENIO
En tiempo real, podría decirse, se ha desarrollado el trabajo del
Gobierno en el último quinquenio, que, marcado por una tensa situación
económica, no ha sido fácil para los cubanos y ha puesto a prueba en
múltiples ocasiones nuestra capacidad de resistencia.
Un terrible accidente aéreo ocurrido en mayo de 2018; un tornado que
estremeció a La Habana en enero del año siguiente; diversos eventos
climatológicos que azotaron al país; la explosión del hotel Saratoga,
y el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, fueron hechos
terribles que marcaron la vida de este pueblo.
Ante cada uno de esos sucesos, el Gobierno, con el Presidente de la
República al frente, dio siempre una rápida respuesta y mantuvo un
seguimiento constante. Ha sido un estilo de trabajo que se ha ido
consolidando en el transcurso de estos cinco años, en los cuales se ha
propiciado, además, la información inmediata y oportuna a la
población.
La prioridad, en todo momento, ha sido siempre la de salvar vidas;
luego, comenzar a restituir los daños con la mayor celeridad posible.
El constante acompañamiento de la máxima dirección del país en cada
uno de los lugares afectados, hablan de cuánto se ha hecho, en el
último lustro, para hacer sentir a los cubanos que en ningún momento
la Revolución los dejará desamparados.
Como práctica del trabajo gubernamental a todos los niveles, las
experiencias dejadas por cada uno de esos lamentables sucesos han sido
incorporadas a los planes de reducción de desastres del país.
Han sido cinco años de duro batallar, en los que el pueblo cubano ha
podido contar siempre con el aliento, la seguridad y la confianza de
saberse prioridad en el desempeño de un equipo de gobierno que ha
trabajado sin descanso para aliviar, en la medida de lo posible, las
dificultades del pueblo.
Otra vuelta de tuerca del imperio provocó en el 2022 una nueva
contingencia energética que mantuvo en vilo a todo el país. Las
afectaciones sistemáticas del bloqueo impuesto por el Gobierno de los
Estados Unidos, denunció entonces el Presidente Díaz-Canel, dejaron a
la nación sin financiamientos para realizar las labores de
mantenimiento, de reparación y de nuevas inversiones que necesitaba el
sector energético, lo cual conllevó a un deterioro tecnológico
imposible de resolver en poco tiempo.
Los del 2022 fueron meses extremadamente complejos en los que las
afectaciones de fluido eléctrico afectaron por varias horas a todas las
comunidades, mientras un equipo de Gobierno, encabezado por el
Presidente de la República, recorría cada termoeléctrica para
chequear su estado técnico y las acciones para mejorarlo.
Cuba dispone de ocho centrales termoeléctricas, con 20 bloques de
generación térmica en total, gran parte de ellas con más de 30 años
de explotación, incluyendo siete que superan las cuatro décadas en
funcionamiento. Son estas la base de la generación de electricidad del
país, complementada por el sistema de generación distribuida, que
incluye motores a diesel y fueloil, así como la llamada generación
móvil, donde se agrupan las llamadas patanas contratadas a una empresa
extranjera.
A propósito de la contingencia energética, en la sesión ordinaria de
julio de 2022 de la Asamblea Nacional, el presidente Díaz-Canel
expresaba, «es mi deber aclarar que todavía quedan días difíciles
por delante. Lo que no puede faltar, junto con el reconocimiento al
esfuerzo (de los trabajadores del sector), es la información oportuna y
útil a la población. La verdad, la explicación sincera y la
planificación que solo se puede garantizar con previsión, son aspectos
decisivos, como lo será siempre el ahorro solidario y responsable por
parte de nuestra población».
«Les puedo garantizar --añadió-- que se está trabajando sin descanso
por remontar cada dificultad, sea fruto del bloqueo o de nuestras
propias limitaciones y deficiencias».
COVID-19: FRENTE AL DOLOR Y LA MUERTE, MÁS CIENCIA
El 11 de marzo de 2020 Cuba diagnosticó los primeros casos de Covid 19,
iniciaban dos años de enfrentamiento a una de las más terribles
epidemias vividas por la humanidad en los últimos siglos.
El país diseñó, incluso antes de detectarse aquí el virus, una
estrategia de enfrentamiento que fue actualizando periódicamente,
según la evolución de la enfermedad, con medidas de prevención y
control y protocolos médicos propios, que nos permitieron ubicarnos
entre los países del mundo con más éxito en la mitigación de la
transmisión, y en la incidencia y secuelas de la enfermedad.
El pueblo se volcó a hacer frente a un enemigo invisible que le
arrebató a más de ocho mil de sus hijos y ha enfermado a más de un
millón, para un índice de letalidad acumulada inferior al 0,7 por
ciento, uno de los más bajos a nivel global.
Papel imprescindible en este resultado, fue el de nuestro sistema de
Salud Pública y el de los científicos e investigadores, que supieron
encontrar las mejores respuestas para combatir el virus y responder al
pedido del Presidente de la República, con la elaboración de cinco
candidatos vacunales anti-covid 19, de ellos tres convertidos en vacunas
que permitieron controlar la epidemia, incluyendo la inmunización de la
población infantil entre los 2 y 18 años de edad, algo que nadie más
ha hecho.
Estudiantes, trabajadores, entidades estatales y no estatales, también
salieron a dar la batalla al nuevo coronavirus. Especial papel jugaron
las instituciones armadas, que trabajaron sin descanso en los más
disímiles escenarios y cuyo apoyo fue decisivo en la producción y
traslado de oxígeno medicinal tras la avería de la principal planta
productora del gas en el país y las acciones enemigas para impedir su
adquisición en el exterior, en aquellas complejas jornadas que
mantuvieron en vilo a toda la nación.
La manera en que se enfrentó la pandemia de COVID-19, la explicaba
Díaz-Canel ante la Asamblea Nacional en diciembre de 2020, cuando
señalaba que «un principio humanista, inseparable de la Revolución:
la vida humana como bien supremo de la sociedad, está en la base de la
estrategia nacional de enfrentamiento a la epidemia en Cuba».
El país no solo se quedaría mirando hacia adentro, también como
principio de la Revolución, unas 57 brigadas médicas del contingente
Henry Reeve han enfrentado directamente la COVID-19 en 40 naciones.
En mayo de 2022, también ante el parlamento, el presidente cubano
informaba: «Es muy gratificante y satisfactorio para mí confirmar,
ante esta Asamblea, que la pandemia continúa bajo control de manera
exitosa en nuestro país.
«Como he reconocido públicamente, más de una vez --añadió--, los
trabajadores de la Salud y los de la Ciencia salvaron al país».
La COVID-19 también demostró, con hechos fehacientes, día tras día,
la concepción del nuevo Gobierno, expuesta ya en 2018, de afianzar su
gestión en tres pilares: la ciencia y la innovación, la
informatización, como soporte para facilitar la toma de decisiones, y
la transformación digital, y la comunicación social, a fin de
perfeccionar la interacción con la ciudadanía por parte de los
servidores públicos y las instituciones.
Especial énfasis puso el propio Presidente en la gestión de la ciencia
y la innovación para hacer más efectivas las alianzas entre
universidades, centros de investigación y el sector productivo, algo
que quedó más que demostrado en el trabajo del grupo empresarial
Biocubafarma y el sistema de Salud Pública durante el enfrentamiento a
la pandemia.
Un momento importante en este propósito lo constituyó la creación del
Consejo Nacional de Innovación, órgano consultivo que encabeza el Jefe
de Estado y que promueve, en encuentros sistemáticos, el intercambio de
ideas entre los más disímiles sectores.
Subrayando el valor de esta iniciativa, Díaz-Canel señalaba, en la
conferencia magistral que ofreció durante el encuentro Universidad
2022: «En otras palabras, nos planteamos la necesidad de convertir,
cada vez más, el conocimiento y la ciencia, en fuerzas sociales
transformadoras que nos ayudaran a encontrar soluciones innovadoras a
los múltiples desafíos económicos, sociales, políticos, culturales,
que dimanan, como el agua de un surtidor, del modelo de desarrollo que
impulsamos».
LA REALIDAD DESMANTELÓ TODAS LAS CAMPAÑAS
Desafíos, y muchos, ha tenido que ir superando constantemente el
Gobierno cubano en los últimos cinco años. Las campañas mediáticas
que constantemente proliferan en múltiples escenarios contra Cuba, son
parte de una guerra sin tregua, promovida por el Gobierno
norteamericano, que busca desacreditar la colosal obra que ha llevado
adelante nuestra Revolución por más de 60 años.
En tiempos en los que se ha desatado un desarrollo sin precedentes de
Internet en el mundo, las redes sociales se han empleado, cada vez con
mayor sistematicidad, para manipular la realidad de nuestro país y
construir burdas mentiras sobre ella.
Las campañas contra la Revolución, ya lo sabemos, no son nuevas, solo
se adaptan al actual contexto y a los nuevos soportes, y de manera
impune llaman a la desobediencia civil en el país, al tiempo que
tergiversan noticias con el fin de fracturar la unidad y quebrantar la
estabilidad social en Cuba.
Múltiples son los ejemplos de los hechos reflejados durante el último
quinquenio en las redes sociales, que con total agresividad llaman
incluso al asesinato, al linchamiento y la destrucción en Cuba. Ninguno
de ellos ha conseguido debilitar al Gobierno ni a las conquistas
consolidadas en más de 60 años por la Revolución.
Recordemos cómo, a las puertas del Ministerio de Cultura, el 27 de
noviembre de 2020, se concentró un grupo de artistas, muchos de ellos
convocados desde las redes sociales por personas cuyo interés no era
discutir cuestiones culturales. Varios de los aglomerados ese día,
tienen tras de sí un historial de agresiones a los símbolos patrios,
de delitos comunes y también de ataques frontales a la dirección de la
Revolución.
Sobre el diálogo que se llevaría a cabo días después entre una
representación de artistas cubanos y del Ministerio de Cultura, en una
declaración emitida por esa institución cubana, se dejaba claro que
era inaceptable reunirse «con personas que tienen contacto directo y
reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del
Gobierno de Estados Unidos». Algunos de ellos estaban en el Vedado
habanero en la noche del 27 de noviembre.
Nada tenían que ver con otros tantos jóvenes cubanos vinculados al
arte, que merecían ser escuchados, y lo fueron, de la manera y en el
lugar oportunos. Intercambiar con nuestros artistas no es un evento
aislado y menos aún nuevo. El diálogo con ellos ha sido práctica
constante de la Revolución cubana, y los últimos cinco años no han
sido una excepción.
De manera cruel y oportunista el Gobierno norteamericano aprovechó
también para sus propósitos de desestabilización, el contexto del
triste escenario vivido en la provincia de Matanzas durante el pico
pandémico de la COVID-19, y promovió una campaña mediática en redes
sociales que «hablaba de salvar a los cubanos» del virus, mientras
ignoraba las consecuencias reales provocadas al pueblo por el bloqueo
durante el enfrentamiento a la epidemia.
Se pretendían desconocer entonces todos los esfuerzos de Cuba por
defender la vida de sus hijos y la gran proeza que significaba el
desarrollo de cinco candidatos vacunales contra la enfermedad. Matanzas
nunca estuvo sola, junto a su pueblo estuvieron en los peores momentos
de la crisis los máximos dirigentes del país, y el Ministerio de Salud
Pública reforzó allí sus capacidades para la atención primaria.
Desde las redes sociales nuestros enemigos tomaron como punta de lanza a
Matanzas y promovieron la etiqueta #SOSMatanzas, pero realmente nunca
hicieron nada por aliviar la situación que allí se vivía en aquellos
fatídicos momentos.
Al igual que «aparece detallado en los manuales de golpe suave», se
aprovecharon de la situación en esa provincia y comenzaron a crear
irritación y descontento entre nuestro pueblo, para convocar luego, en
una bárbara expresión de terrorismo mediático, a los disturbios del
11 de julio del 2021.
Cuba estuvo en esos días en medio de una campaña digital de la
ultraderecha que arengaba a los cubanos a la violencia callejera; una
campaña cuyos usuarios más activos aparecían tuiteando desde La
Habana cuando en realidad estaban fuera de Cuba.
Diversas fueron las causas que confluyeron en los disturbios de ese 11
de julio; entre ellas, la situación económica y sanitaria de la
nación, aunque ni siquiera el peor escenario justificaba que para
solucionarla se promovieran la violencia, el asesinato, la intervención
armada o la muerte de los cubanos. Fueron vívidos elementos que daban
respaldo a una operación comunicacional con origen en EE.UU. para
provocar un «golpe blando» en Cuba.
En un análisis de estos hechos, en octubre de ese año, durante el II
Pleno del Comité Central del Partido, su Primer Secretario, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, señalaba que los llamados sucesos del 11 de
julio, «no fueron más que provocaciones y hechos vandálicos como
parte de toda esta estrategia de la Guerra No Convencional y del "golpe
suave" contra nuestra Revolución».
«Se trata de mantener una narrativa que pretende presentar el 11 de
julio como un referente de ruptura y de rechazo popular a la
Revolución, y los intentos de aprovechar las inconformidades existentes
para provocar desestabilización; pero el 11 de julio no es un referente
de ruptura, es, en todo caso, un referente de unidad, y el 11 de julio
constituyó una victoria más de la Revolución Cubana. Los
revolucionarios salieron a defender la Revolución con elevada moral,
con disposición a luchar y vencer.
«Ellos creían que la Revolución se derrumbaba en unas horas, como lo
creyeron cuando la caída del campo socialista, pero una vez más se
equivocaron».
Esas situaciones, como otras tantas promovidas desde el exterior en el
transcurso de los últimos cinco años, han sido enfrentadas desde el
accionar consciente del pueblo junto a sus autoridades, para quienes
preservar el orden constitucional, la tranquilidad ciudadana y la vida,
son prioridades inaplazables.
UN PUEBLO DE RESILIENCIA ADMIRABLE
El costo de construir el Socialismo en Cuba ha sido tremendo: lo ha sido
desde el triunfo de enero de 1959 y lo sigue siendo en la actualidad,
cuando son cada vez más atroces el odio, la manipulación y la
mezquindad del gobierno de los Estados Unidos hacia nuestra Revolución
y nuestro pueblo.
El injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por la
administración norteamericana a Cuba desde hace más de 60 años, es
una de las más crueles políticas imperiales a las que ha estado
sometido sin tregua alguna el pueblo cubano.
Qué buscan con sus acciones inhumanas y extraterritoriales, podrían
preguntarse algunos. La respuesta a esa interrogante fue claramente
formulada en julio del pasado año por el Primer Secretario del Comité
Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez: «asfixiar económicamente a la población, para
que la población, por la asfixia económica, por el malestar que causa
la asfixia económica, tenga una ruptura que provoque un estallido
social y se caiga la Revolución».
No lo han logrado en tantas décadas, ni podrán hacerlo: Cuba y su
pueblo no lo permitirán. Es un principio defendido en todos estos años
por nuestros máximos líderes y que ha hecho suyo también el
Presidente Díaz-Canel, desde que en abril de 2018 asumió ese cargo.
Nuevas y cada vez más crueles sanciones ha impuesto el Gobierno
estadounidense a la Mayor de las Antillas como parte del bloqueo, en el
transcurso del último quinquenio, entre las cuales se destaca la
entrada en vigor del título III de la Ley Helms-Burton. Fue esa una
decisión de la administración del presidente Donald Trump, que se puso
en vigor a principios de mayo de 2019.
Aun cuando esa ley se aprobó en 1996, todas las administraciones
norteamericanas habían suspendido la aplicación de tal título, que da
la posibilidad de que reclamantes de los Estados Unidos puedan presentar
demandas ante cortes, contra las entidades que, según ellos, trafican
con las propiedades nacionalizadas en 1959.
El Título III de la Helms-Burton es absolutamente ilegal, no solo en
atención al Derecho internacional, sino también en materia
constitucional, procesal y de competencia judicial internacional. A esas
presiones adicionales ha estado sometido también el Gobierno cubano
desde hace casi cuatro años, en los cuales se han incrementado la
crisis económica internacional y sus efectos directos en el país.
En este último lustro Cuba ha vivido un recrudecimiento sin precedentes
del bloqueo; y la aplicación de las 243 medidas impuestas durante el
Gobierno de Donald Trump --que en su mayoría permanecen vigentes-- ha
impuesto mayores restricciones a una economía cada vez más afectada
por el contexto mundial.
Fue en el año 2019 cuando se redujo considerablemente el envío de
remesas desde Estados Unidos a personas en Cuba; se prohibieron los
viajes de cruceros desde allí y también los vuelos aéreos a las
provincias, excepto La Habana; se reactivó la prohibición de que
entidades de terceros países pudieran vendernos bienes que contengan
más del 10% de componentes estadounidenses; así como se agudizó la
persecución y castigo para impedir la llegada de combustibles a la
Isla, y muchas otras medidas que buscan, ya lo decíamos unas líneas
atrás, asfixiar económicamente a la población cubana.
Dos años después, en medio de la colosal batalla que significó el
enfrentamiento a la COVID-19, en enero de 2021, en el ocaso de su
presidencia, Trump volvió a mentir sobre Cuba y la calificó como
Estado patrocinador del terrorismo.
Nuestro país había sido incluido por primera vez en esa lista durante
la administración del Presidente Ronald Reagan, en 1962, y en mayo de
2015, tras el anuncio del mandatario estadounidense Barack Obama de que
Estados Unidos normalizaría relaciones con la Mayor de las Antillas, el
Departamento de Estado llevó a cabo una amplia revisión que permitió
excluir a Cuba de la lista.
Que Cuba «forme parte de las naciones que patrocinan el terrorismo» es
una burda manipulación del Gobierno norteamericano que, además de
graves efectos en la arena política, también trae consigo muchos otros
que hacen más difícil la vida de las personas, tanto dentro como fuera
del territorio nacional.
La administración del Presidente Biden poco ha hecho por «suavizar»
la política de máxima presión articulada por su predecesor y no ha
cumplido sus promesas de campaña de regresar la relaciones de Estados
Unidos con Cuba al punto en que las dejó Barack Obama. La realidad es
que los intereses hegemónicos de Estados Unidos respecto a nuestro
país se mantienen intactos.
Cuba, no obstante limitaciones económicas, crisis sanitaria, campañas
difamatorias y de desinformación en su contra y otros tantos
obstáculos a los que ha debido hacer frente en los últimos cinco
años, ha mantenido su vitalidad. El pueblo cubano, junto a su Gobierno,
ha demostrado una entereza y capacidad de resiliencia admirables.
Fuente: Granma (2/5/2023)