martes, 12 de junio de 2012

Asesinos argentinos bendecidos con silencio ADN y negación purpura del genocidio Historia de muerte y vida Eduardo de la Serna

Un apóstol de Jesús de Nazareth fue interrogado por brutales soldados

romanos.    Atemorizado, el discípulo del salvador negó a su líder tres

veces.   La historia se repite tras dos mil doce años en Argentina, y un

hombre de la iglesia lleva negando la crucifixión “de su propio hermano”

desde hace treinta y cinco años.    Eladio González toto director Museo

Che Guevara.

 

La vida negada                 por  Eduardo de la Serna

 

Pedro (Peter) y Graciela estaban contentos. El embarazo avanzaba y estaba

por llegar a su cuarto mes. No estaban muy visibles porque "la cosa" estaba

fea, pero estaban contentos. Fueron a la fiesta "de 15" de la hija de Lucía con

la noticia: "vas a ser la madrina". Estaba cerca la primavera, allá en Rosario.

Pero tanta vida: embarazo, "15", primavera, resultaba -y resulta- insoportable

para los mercaderes de la muerte. Así que, montados en su "falcon verde"

fueron hasta allí. Primero a la casa de Peter y Graciela, y luego a lo de Lucía.

Allí estaban. De allí los llevaron. Allí se los vio por última vez.

Por última vez... hasta esta semana. En cierta manera reaparecieron. Revivió

su historia.

Es cierto que podría ser más que una "historia rediviva", podría haber mucho más.

Dentro de los muchos cuerpos NN, más los que aún no se han encontrado, podría

estar Peter. Podría... pero para eso se necesita conocer su ADN. Dentro del banco

de datos genéticos podría estar la constancia de un nacimiento, 5 meses después

de aquel 5 de septiembre de 1977.   Podría... pero para esto se necesita conocer

su ADN.  Lucía ya esta vieja.  Temió - y teme - declarar en la "causa Guerrieri".   

Además, ¡ el obispo le recomendó no hacerlo !   Está en juego el "prestigio de la

familia",  y - por cierto - "él se lo buscó".   Y por más que el papá de Graciela lo

llamara varias veces, o viajara a Posadas, para el purpurado, "el silencio es salud".

Y me surgen preguntas... varias preguntas:  

* La negativa a hacerse el ADN, ¿no es faltar a la verdad? ¿no es atentar contra

la tan proclamada "reconciliación"?

* La afirmación "no tengo sobrino" (semejante a la negativa de reconocer a Peter

como hermano), ¿no atenta contra la familia, de la que tanto habla y pontifica?

* La misma afirmación, significa que hubo un aborto. ¡Horror! ¿No estamos contra

el aborto? ¿o sólo se está contra el aborto cuando es de los pobres?, ¿o cuando

es visible?

* Si hubiera un sobrino, ¿no sería razón de festejar y celebrar la vida?

¿O somos cómplices de la muerte?

En lo personal, me queda un comentario. Creo que la "verdad, la memoria y la justicia"

no son palabritas, son banderas. Y -además- también son banderas muy importantes

en la Iglesia católica. Y en lo nacional, no es algo de una persona, o una familia...

toda la sociedad argentina necesita seguir armando el rompecabezas del genocidio,

aunque algunos preferirían desconocerlo.    Si hasta para trámites tenemos que

"poner los deditos", para conocer la verdad de nuestra historia, ¿no debería ser

obligatorio conocer el ADN? Precisamente para conocer el ADN de esa historia

reciente... ¿Por qué no se puede ir a la peluquería donde se corta el pelo monseñor

y retirar un poco de su pelo? Nada menos invasivo. Nadie piensa en sacarle sangre

 - eso lo hicieron otros y quizás, su sangre camine nuestras calles - nadie piensa en

extraerle nada. Ni dinero del Opus Dei.

Se puede quedar tranquilo.    No va a quedar, por ello, más delgado.