sábado, 19 de mayo de 2007

Yoruba - Cuba - Religión africana - Ochun - Ogun
















LOS YORUBA EN CUBA : ASUNTOS DE FE

por Francisco Forteza

LA HABANA, WORLD DATA SERVICE.- "En dirección equivocada no se puede adivinar " es uno de los preceptos del Ika Fun, código de conducta Yoruba y quizá por ello La Letra del Año de esa religión que vino de África pero sentó sus raíces en Cuba, se espera con mucha ansiedad por los creyentes e incluso por un número creciente de no creyentes.
Los sacerdotes Yorubas cubanos, sostienen que los dioses aquí siempre vaticinan, y adivinan, en el sentido correcto.
Cuatro personalidades de esa religión entrevistadas por WDS coincidieron en afirmar que la práctica cubana de las religiones denominadas en un momento como afrocubanas se mantuvo original, más que en ningún otro país y tras llegar de África, en su estado más puro posible. Y explicaron cómo, de la oscuridad sideral de los tiempos, un estallido apocalíptico causado por una deidad, formó los mundos, los niños, las mujeres y los hombres .
Y desde entonces fue una lucha contra el caos.
La Letra del Año, un oráculo ancestral Yoruba, es "la medicina" que ofrecen las deidades para la ansiedad que causa la imposibilidad del ser humano de escudriñar el futuro. Él es el momento de clímax del vaticinio. De todos los vaticinios personales. Pero la religión nacida alguna vez en África y adoptada en Cuba ya entendida como un centro que desbordó los orígenes, también entrega a sus creyentes las herramientas espirituales para cambiar o atenuar las catástrofes, tanto las personales como las colectivas.
La misteriosa Letra Yorubá que se emite cada año en esta Isla no es ni optimista ni pesimista. El año 2007 tiene como deidad regente o principal a Orichanlá, ( diosa de el amor, la paz, la humildad y la paciencia) que presentó en diciembre los vaticinios para este año, acompañada en su regencia por el oricha Ogun ( Dios Guerrero, de los metales, la fuerza, el trabajo y la perseverancia ).
En ese contexto los Babalawos ( padres de los secretos de la adivinación ) que son (sacerdotes) yorubas advirtieron sobre, afectaciones de la salud, alteraciones de la relaciones interpersonales, tragedias entre vecinos, rupturas de convenios entre países amigos por maquinaciones de un tercero y otras predicciones las que han sido hasta el momento atenuadas por las ofrendas. Las deidades, al llamado de los babalawos, recibieron con beneplácito las ofrendas litúrgicas y como en otros años, la Isla siguió flotando apacible en las calientes aguas del Caribe.
"La letra se cumple. Se cumplen las predicciones. Vigila un concepto de la Letra en el mundo y podrás comprobar que se cumple. El oráculo Yoruba nunca ha fallado.", dijo Oscar Rodríguez, presidente de la Asociación Yoruba en Matanzas. "Hace años que la Letra del Año salta desde Cuba a todas partes porque el cubano ha proliferado en esta religión. Y hay curiosidad universal por Cuba. Se sorprenden de que sobrevivamos a nuestros conflictos", consideró en su clara casa de Matanzas, donde atiende a quienes buscan cura a su desazón existencial. "La tranquilidad los atrae", dice este negro de 45 años de edad que trabaja en la ESPA, escuela de desarrollo deportivo como entrenador de tiro.
Oscar Rodríguez se rige por sus mayores. Y cree en el Ika Fun, código establecido por los 16 Reyes Mayores.
"Ellos (los 16 mayores) andaban para Ilé Ifé para pedir larga vida. ¿Viviendo tan larga vida como declaró Olodumare (Dios)? Esta pregunta fue a IFA", narra ese código.
"En su momento los dioses bajaron a la Tierra. La perfección sobre la Tierra no existe. Y en la Tierra el conocimiento no se acaba nunca", explicó por su parte Carlos Modesto Gómez Argudín, Secretario de Ceremonia Ifá. También es negro y fue estibador en el puerto de La Habana. Durante su larga vida -nació en 1934- conoció a grandes personalidades. En la sala de su humilde casa del centro de La Habana, sentado en un viejo butacón, dice que "he participado por 42 años en estas consultas a los dioses. Yo creo que soy religioso desde que nací porque nací pobre. Los pobres eran los que se acercaban a la religión. Es una religión de los humildes. Pero esto no es pelearse con los millonarios o con los que tienen", consideró.
Lejos de la casa de Carlos Gómez Argudín, en el barrio habanero de San Miguel del Padrón vive con su familia Ricardo Orestes Betancourt Ponce. Es babalawo , Consejero y además es el autor de una docena de libros sobre Matemáticas. Paradójico, estudió cibernética en la antigua República Democrática Alemana,. Sus antepasados son africanos.

RESPETAR LAS LEYES MORALES (Concepto del Ika Fun). "Desde que apareció la humanidad apareció la religión, La Letra del Año se pierde en la noche de los tiempos. El ser humano siempre ha querido saber lo que va a pasar el día después. Nosotros nos basamos en la profecía de los dioses Yoruba. Cuando se hace una Letra del Año hay que buscar el concurso de todos los dioses, consultarlos a ellos. Hay 401 deidades en la Tierra y solo informan alrededor 30 o 40 que son las conocidas para el hombre. Las otras son dependientes de otras deidades o santos".
Ricardo Orestes Betancourt tuvo un infarto y después se ha dedicado sólo a la religión: "Nosotros sobornamos a la deidad para que la deidad hable: Le decimos, Obbatalá, queremos saber lo que va a pasar en el año y para tener tu voluntad y para que nos expliques te damos a cambio lo que tu quieras. Obbatalá dice que quiere ñame o una chiva. Le preguntamos por medio de Orunmila ( Orunla ) que es el traductor, el intermediario. Orunmila entonces habla por medio del Oráculo de Ifá. Le preguntamos a las deidades, les ofrecemos a las deidades lo que ellas pidieron y se consuma la Letra del Año. Los sacerdotes Ifá interpretan", nos explica.
"A diferencia de otras religiones, la Yoruba no se queda en la contemplación. No solo te dice el dolor que tienes si no que te da la solución o la vía de cómo lo puedes resolver. Yoruba tiene el compromiso de Olodumare (Dios) de salvar la humanidad".
Para muchos creyentes, las advertencias de la Letra del Año, y las ofrendas a las deidades, salvaron a Cuba en muchas ocasiones, incluso cuando algunos en el mundo pronosticaban su caída. También, se dice, que los dioses trabajaron por otros países.
Cuenta Ricardo Orestes Betancourt que en el año 2000 estaba de visita en Puerto Rico y en ese momento era inminente el azote de un huracán grandísimo. "Los babalawos nos reunimos para pedir qué hacer. Ifá nos dio indicaciones precisas. Se hicieron ofrendas y dos horas antes de llegar el ciclón, este se desvió. Las autoridades nos llamaron y nos felicitaron. Se trataba de salvar a la humanidad". "La Letra advierte. Alertamos a la gente, a las autoridades. El pronóstico de los dioses puede ser apocalíptico y el único que puede aguantar un desastre como ese es Olodumare ( el Gran Dios ), que puede cambiarlo todo. En ese caso recomiendo buscar a los sacerdotes más experimentados para las ofrendas. Las ofrendas tienen que ser efectivas", aseguró. "Les puedo decir que el Oráculo habla. Les puedo asegurar que habla. No hay cosa más profunda que el oráculo de Ifá. Pongamos como ejemplo el Tarot, que te dice a lo mejor lo que te puede suceder, pero no te salva".

DÁNDOLE DE COMER AL ARCOIRIS, A LA LUNA, AL SOL. "Eso es lo que se hace con los dioses para sobornarlos. Y como eso muchas cosas más. Aquí en Cuba la ceremonia la hacemos previa al 31 de diciembre. En África es en junio porque se relaciona con las cosechas y el inicio de las lluvias".
Sobre el comportamiento del año 2007 todos los entrevistados dijeron que las cosas van bien. Pero, de manera común, advirtieron sobre la conveniencia de vigilar la marcha de la Letra, vigilar los acontecimientos que predijo, y actuar en consecuencia.
"Nunca se trata de política. Nadie nos dice lo que tenemos qué hacer. Nadie nos influye. Otros se van por la política pero nosotros no. Nosotros escuchamos a los dioses. Tenemos que hacer cumplir los designios de esos dioses. Podemos así ser más útiles a la humanidad. Yoruba interpreta la Letra de una manera pura", expuso Ricardo Orestes Betancourt.
Cuando enfermó el líder cubano, Fidel Castro, los babalawos y creyentes en Matanzas participaron en ceremonias para desearle el pronto restablecimiento, relató el sacerdote yoruba Oscar Rodríguez.
Carlos Gómez Argudín, por su parte, tiene en su sala una fotografía tomada cuando se encontró, junto a otros religiosos, con el presidente cubano en 1998.

LA FE ES CONFIANZA. "Es la confianza que tenemos en algo natural o sobrenatural que existe y que sabemos que nos va a respaldar en algún momento. La fe salva.", explicó en sus respuestas Ricardo Orestes Betancourt.
"No hay que decir que los dioses vienen a hablar con uno a la casa. Esto no es un fenómeno de feria. Se trata de la espiritualidad, que es el contacto interno, de uno, con los dioses. Tengo 56 años y nunca se me ha aparecido Shangó. La comunicación con los dioses es con el espíritu. Se manifiesta por acciones, soluciones de problemas, incluso de milagros. Se manifiesta con la espiritualidad"

CEREMONIA ANUAL
La Letra del Año comenzó a sacarse en Cuba a finales del siglo XIX. "Por datos y documentos se nos revela que Babalawos procedentes de las diferentes ramas religiosas existentes en el país comenzaron a reunirse para efectuar con todo rigor las ceremonias establecidas, que concluían el primero de enero con la apertura del la Letra del Año", narra un estudio de la Asociación Yoruba. "A través del Oráculo de Ifá, se daban a conocer las orientaciones, recomendaciones que deberían cumplirse durante ese año, con el fin de evitar y vencer los obstáculos y las dificultades, razón por la cual según el dato antes mencionado la primera letra se que realizó en Cuba la efectuó el Babalawo Remigio Herrera, Obara Meji, Adeshina, de origen africano, apoyado fundamentalmente en cinco de sus ahijados", agregó.
Adeshina murió en 1906 y Bernardo Rojas se convirtió en su sucesor, heredó las deidades mayores de su padrino y bajo la tutela de Tata Gaytán asumió la dirección de la Letra del Año. "Bajo la sabia dirección de Bernardo Rojas y de todos los Babalawos mayores se mantuvo la Letra del Año, muy discretamente entre el grupo de Babalawos que no eran muchos en aquellos tiempos, debemos destacar que fue entre los años del 48 al 52 que se incrementó con la presencia de más hermanos", expuso el estudio.
Cuba, entonces, parecía no querer escuchar las voces de los dioses, aunque muchos lo hicieran ocultos tras bambalinas atendiendo a convenciones sociales. Entonces, el gobierno de la época consideraba como un delito común la práctica de creencias africanas. El 9 de mayo de 1959 falleció Bernardo Rojas y su sucesor fue el doctor José Herrera, pero este cedió la responsabilidad de la Letra del Año, a Joaquín Salazar, babalawo. Después de enero de 1959 la pasión antirreligiosa tuvo otro desborde y los ritos se hicieron discretos e incluso secretos, pero la religiosidad se mantuvo. Eclosionó finalmente, poco a poco, con el ritmo de los años.

PROFECÍAS
" La profecía dice que había un jinete que venía a caballo de un pueblo a otro y le preguntó a unos niños que encontró en su camino ¿Voy bien?. Y los niños le dijeron: Si va suave le irá bien. Si va con apuro puede que tenga riesgos. Esa fue la base de la profecía.", contó Carlos Gómez Argudín, quien de esa manera aconseja prudencia.
Afuera, La Habana bulle con cada uno -y todos- sus ruidos cotidianos. El sol azota cada piedra del cálido mayo. "Si el oráculo pronostica riesgos y dificultades, con calma se pueden superar. No se trata de fuerza sino de la verdad. Los dioses nunca se equivocan. Se equivocan los hombres elegantes, pretenciosos, que no miran más allá de ellos mismos, pero los dioses no. La Letra del Año avisa para conjurar cosas malas que puedan venir. He participado por 42 años en estas consultas a los dioses. Yo creo que soy religioso desde que nací porque nací pobre. Los pobres eran los que se acercaban a la religión nuestra en Cuba", dice pausadamente el anciano. Lo rodean recuerdos como el día que explotó el barco La Coubre. Vio de nuevo en sus recuerdos la cabeza de un amigo volar por los aires. "Los dioses advierten y deben ser oídos. Y no se equivocan", repite. Habla de los estudiantes de Medicina que mataron en la época de la colonia, del dirigente sindical que desoyó la adverte!
ncia de sus deidades y murió asesinado.
"No tenemos nada que ver con la política", dice, pero admite que, quizá, hasta los políticos escuchan los oráculos porque, como dijo Ricardo Orestes Betancourt, "la Letra interesa a la sociedad y puede ayudarla".
"La deidad sugiere y cada persona hace lo que crea", dice Carlos Gómez Argudín con resignación.
Siente además nostalgia de los tiempos de su niñez: "Los babalawos de cuando yo crecí eran más estrictos que los de ahora. A la persona que se iba a consultar no le hablaban casi nada. Le pedían un gallo, un poco aguardiente y cinco pesos a lo mejor. Nada más. hablaban muy poco. Uno era carpintero, mecánico, doctor. Eran muy reservados"
Ricardo Orestes Bertancourt, que ha "hecho" a 26 sacerdotes, o sea, los ha consagrado, recordó que en 2005 en Cuba, "la Letra fue mala" pero así y todo, ofrendas mediante, "salimos bien". "Las tormentas se desviaron, las guerras no fueron, y hasta países que parecían lejanos se acercaron". Fueron entonces frutas arenosas y torres de merengue las que atrajeron a los dioses. "Hemos alertado en Cuba sobre la sequía. Hemos advertido a los científicos. Porque los cultivos se iban a echar a perder. Oisha Oko (San Isidro el Labrador) es el Dios de la naturaleza, Se le hicieron ofrendas, frutas y el santo nos apoyó y entonces vino demasiada agua".

LA FE ETERNA
Otro babalawo entrevistado, José Antonio Bernal Leal, maestro universitario de 56 años de edad, descendiente de africanos, cree que todo lo que se hace en la religión es por fe. Dice que hasta en el seno de los Yoruba existen las malas interpretaciones y la fe es el antídoto que propone escuchar los preceptos ancestrales del Ika Fun hecho por los 16 Reyes Mayores. Se queja de los jóvenes que no escuchan a sus mayores. "El primer motivo de conversación es saber la edad de quien rige y su fe", dijo.
En el contexto de las "malas interpretaciones", el babalawo matancero Oscar Rodríguez advierte que no pueden coexistir "dos Letras del Año diferentes". "Cuando se hace una Letra distinta a la de los sacerdotes mayores del Ifá es una violación". Los auténticos religiosos no nos subordinamos a otra Letra que no sea la del Consejo de Mayores Ifá.", subrayó.
De su fe como Arará, un grupo étnico en el marco de los Yoruba, dice que "adoramos más o menos a los mismos santos, pero somos distintos. Las diferencias son idiomáticas y en costumbres. Por ejemplo el desayuno es diferente. El desayuno Arará toma agua con azúcar caliente, maíz, pan hecho en la casa, huevo hervido".
"El que llega a nuestra religión llega de manera natural. No tenemos promoción alguna, ni relaciones públicas", afirma entre risas. Y ahora se pone muy serio para corroborar que quien toca las puertas del santo "busca tranquilidad, fe, y busca seguridad. Porque las deidades no permiten que se abra la tierra, que se desintegre".
Contó la historia de un amigo babalawo cubano que vive en Nueva York y que fue consultado, aseguró, por el mismo Bill Clinton.
"Es que tanto la Letra personal como la del año se cumplen y eso llega a saberse hasta en las cimas. En 1996, la tormenta del siglo, fue destructiva en Cuba pero no lo fue tanto por las ofrendas. Y fue pronosticada por la Letra del Año.
"Hay curiosidad por Cuba en el mundo. Esto a partir del comandante Fidel Castro. El cubano es un personaje que sobresale en cualquier parte del mundo. Si hay 15 médicos juntos de muchas nacionalidades y uno solo es cubano, se prefiere al cubano. La gente no entiende que los cubanos estemos vivos con los conflictos que hemos vivido", asegura.
"Muchos extranjeros vienen a consultarse con babalawos cubanos. Son alemanes, rusos, brasileños, de muchas nacionalidades y también cubanos que viven en el extranjero".
"El cubano que emigra no encuentra en el lugar que vive nada superior a esta religión como ésta es en Cuba".
"Y Cuba va a estar aquí para siempre".