Andresito no se calla, ¿callarás MERCOSUR?
En días que se nos quiere mandar a callar, los más antiguos de nosotros nos recuerdan que hoy cumple años el gran nuestroamericano de otros días, valientes y decisivos que fueron para las luchas de la primera Independencia.
Nació este americano en Santo Tomé, a orillas del río Uruguay; cuando los ríos eran dos partes de una misma tierra y los indios estaban cabreros desde el famoso tratado de la Permuta (S. XVll), firmado entre dos parásitos iguales que Borbón: el monarca de Portugal y el de España, que entonces pretendían cortar tierras y gentes como si se tratara de un pastel.
Lo bautizaron Andrés Guacurarí.
La causa, pues, lo llevó a seguir a Manuel Belgrano hasta Montevideo y allí, José Gervasio Artigas lo adoptó como hijo suyo y Andrés Guacurarí se pasó a llamar Andrés Guacurarí y Artigas, “Andresito”.
Los más antiguos de nosotros nos piden que no nos equivoquemos con el diminutivo del cariño. Y menos en estos días, donde nos quieren mandar a callar desde el sitial del sub - imperialismo cocotero ibérico.
Este músico, latinista y políglota, es una llave ardiente de la memoria guaraní y de la democracia directa, porque honró en su persona el apellido originario: Gua: hombre; cu: lengua; rarí: vivaz, ágil; acumulando sus virtudes y llevándolas a la consumación perfecta de una práctica política.
La necesidad colectiva lo formó soldado en cinco campañas liberadoras y la confianza de las masas lo llevó a ser gobernador de Misiones, primero y de la provincia de Corrientes, después.
El comandante general Andrés Guacurarí y Artigas nos dejó dichas cosas hermosas:
“Ea pues, paisanos míos, levantad el sagrado grito de la libertad, destruid la tiranía y gustad el deleite néctar que os ofrezco con las venas del corazón que lo traigo deshecho por vuestro amor”.
Y aquella esperanza en nosotros mismos, donde la memoria guaraní saluda el espartaquismo con la eterna fe de los revolucionarios en la Humanidad y nos habla, todavía, acerca de la actitud debida como ética para cambios históricos:
”La muerte será una gloria, el morir libres y no vivir esclavos que, como héroes los posteriores cantarán”.
Los más antiguos de nosotros recuerdan que Andresito, luego de ser puesto en libertad junto con otros compañeros en Río de Janeiro, igual que lo serían tantos proletarios durante el S. XX, fue desaparecido por el Imperio Portugués, y en esa condición permanece todavía.
Los más antiguos de nosotros nos preguntan si, ante la orden de callar, callaremos; pues quien te manda a callar es porque a costa tuya quiere vivir y llaman a los pueblos de Belgrano y de Artigas, a uruguayos y argentinos por igual, a ser consecuentes y reclamar sus restos al Estado de Brasil, que hoy preside un hijo elegido del pueblo (¿Callarás, MERCOSUR?) y, juntos, repatriar definitivamente su querida memoria.
¡Seamos libres, lo demás no importa nada!
Movimiento Campesino de Formosa – Mo.Ca.For
Villa General Belgrano, Formosa, República Argentina, 30 de noviembre de 2007.
En días que se nos quiere mandar a callar, los más antiguos de nosotros nos recuerdan que hoy cumple años el gran nuestroamericano de otros días, valientes y decisivos que fueron para las luchas de la primera Independencia.
Nació este americano en Santo Tomé, a orillas del río Uruguay; cuando los ríos eran dos partes de una misma tierra y los indios estaban cabreros desde el famoso tratado de la Permuta (S. XVll), firmado entre dos parásitos iguales que Borbón: el monarca de Portugal y el de España, que entonces pretendían cortar tierras y gentes como si se tratara de un pastel.
Lo bautizaron Andrés Guacurarí.
La causa, pues, lo llevó a seguir a Manuel Belgrano hasta Montevideo y allí, José Gervasio Artigas lo adoptó como hijo suyo y Andrés Guacurarí se pasó a llamar Andrés Guacurarí y Artigas, “Andresito”.
Los más antiguos de nosotros nos piden que no nos equivoquemos con el diminutivo del cariño. Y menos en estos días, donde nos quieren mandar a callar desde el sitial del sub - imperialismo cocotero ibérico.
Este músico, latinista y políglota, es una llave ardiente de la memoria guaraní y de la democracia directa, porque honró en su persona el apellido originario: Gua: hombre; cu: lengua; rarí: vivaz, ágil; acumulando sus virtudes y llevándolas a la consumación perfecta de una práctica política.
La necesidad colectiva lo formó soldado en cinco campañas liberadoras y la confianza de las masas lo llevó a ser gobernador de Misiones, primero y de la provincia de Corrientes, después.
El comandante general Andrés Guacurarí y Artigas nos dejó dichas cosas hermosas:
“Ea pues, paisanos míos, levantad el sagrado grito de la libertad, destruid la tiranía y gustad el deleite néctar que os ofrezco con las venas del corazón que lo traigo deshecho por vuestro amor”.
Y aquella esperanza en nosotros mismos, donde la memoria guaraní saluda el espartaquismo con la eterna fe de los revolucionarios en la Humanidad y nos habla, todavía, acerca de la actitud debida como ética para cambios históricos:
”La muerte será una gloria, el morir libres y no vivir esclavos que, como héroes los posteriores cantarán”.
Los más antiguos de nosotros recuerdan que Andresito, luego de ser puesto en libertad junto con otros compañeros en Río de Janeiro, igual que lo serían tantos proletarios durante el S. XX, fue desaparecido por el Imperio Portugués, y en esa condición permanece todavía.
Los más antiguos de nosotros nos preguntan si, ante la orden de callar, callaremos; pues quien te manda a callar es porque a costa tuya quiere vivir y llaman a los pueblos de Belgrano y de Artigas, a uruguayos y argentinos por igual, a ser consecuentes y reclamar sus restos al Estado de Brasil, que hoy preside un hijo elegido del pueblo (¿Callarás, MERCOSUR?) y, juntos, repatriar definitivamente su querida memoria.
¡Seamos libres, lo demás no importa nada!
Movimiento Campesino de Formosa – Mo.Ca.For
Villa General Belgrano, Formosa, República Argentina, 30 de noviembre de 2007.