Carta de un sacerdote a los Cinco
Desde Centenario -Provincia del Neuquén, Argentina- Rubén Capitanio, un hermano sacerdote comprometido con el verbo de Cristo, con el campo popular de su pueblo, saluda con el corazón a los cinco antiterroristas cubanos prisioneros del imperio.
Gracias Rubén por permitirnos ser el medio que, a través del mundo, haga llegar tus palabras a nuestros cinco hermanos injustamente presos.
A mis queridos hermanos y compañeros cubanos presos por el imperio norteamericano:
Soy un sacerdote católico, argentino, hijo de trabajadores pobres, educado por pobres desde mi juventud hasta el presente; y hasta ahora cura viejo. He tenido la suerte de descubrir que sólo vale la vida cuando se la vive en dimensión de amor solidario hasta perderla si es necesario con tal de lograr la liberación verdadera de toda opresión que sufren los pobres de los pueblos y los pueblos pobres.
Y en este compromiso, no hay que bajar los brazos aunque cueste avanzar y a veces parezca que no vale la pena seguir insistiendo. Si el enemigo logra que nos desanimemos para no seguir los ideales y la lucha, ya ha vencido. No nos quiere arrepentidos le alcanza con que estemos desanimados. No pretende pasarnos a sus filas, solo le basta con que no luchemos en las nuestras, aunque teóricamente permanezcamos en ellas.
En este tratar de educarme al servicio de los pobres, conocí la hermosa Patria de ustedes en el año 1999.
Fueron pocos días, conocí pocos paisajes, pero me alcanzó compartir con personas del pueblo para deslumbrarme ante un pueblo liberado y disfrutar de ese camino hermoso que se llama Revolución Cubana.
Fueron pocos días pero muchas enseñanzas. Ojalá algún día pueda volver a recorrer los caminos de esa Cuba que -a pesar de tanto querer apagarla- es capaz de seguir siendo luz para tantos pueblos de América y del mundo.
Cómo están ustedes, hermanos? permítanme llamarlos así: hermanos...mi deseo es que estas líneas los encuentre lo mejor posible.
Varias veces he firmado en petitorios donde se solicitaba la liberación de ustedes por la cárcel injusta que padecen. Todavía el imperio no quiere escuchar el pedido... seguiremos insistiendo hasta lograr romper el muro de sordera que no quiere escuchar el clamor de lo que es justo.
No entiendo el inglés, pero si alguno desea escribirme en castellano, encantado de compartir camino y fraternidad: Rubén Capitanio vlujan@neunet.com.ar
Les cuento que una argentina que vive en esos pagos gringos, y que lucha por la liberación de ustedes, a través de otro amigo de aquí, me ha hecho llegar la remera con sus rostros y su reclamo: iniciaré el año con ella puesta, como deseo de que el 2008 que se inicia sea el de la liberación de ustedes, y como signo de que mientras esto no ocurra los seguiremos acompañando y reclamando por esa libertad.
Ojalá hayan pasado una Navidad serena en el corazón, ojalá que los barrotes de la injusticia no les encarcelen los sueños y las fuerzas. Ojalá que algún día podamos abrazarnos para gritar juntos: vale la pena la vida, sobre todo cuando se la vive luchando por la libertad, la dignidad de todos, la liberación en serio.
Fraternalmente
Rubén Capitanio.
Desde Centenario -Provincia del Neuquén, Argentina- Rubén Capitanio, un hermano sacerdote comprometido con el verbo de Cristo, con el campo popular de su pueblo, saluda con el corazón a los cinco antiterroristas cubanos prisioneros del imperio.
Gracias Rubén por permitirnos ser el medio que, a través del mundo, haga llegar tus palabras a nuestros cinco hermanos injustamente presos.
A mis queridos hermanos y compañeros cubanos presos por el imperio norteamericano:
Soy un sacerdote católico, argentino, hijo de trabajadores pobres, educado por pobres desde mi juventud hasta el presente; y hasta ahora cura viejo. He tenido la suerte de descubrir que sólo vale la vida cuando se la vive en dimensión de amor solidario hasta perderla si es necesario con tal de lograr la liberación verdadera de toda opresión que sufren los pobres de los pueblos y los pueblos pobres.
Y en este compromiso, no hay que bajar los brazos aunque cueste avanzar y a veces parezca que no vale la pena seguir insistiendo. Si el enemigo logra que nos desanimemos para no seguir los ideales y la lucha, ya ha vencido. No nos quiere arrepentidos le alcanza con que estemos desanimados. No pretende pasarnos a sus filas, solo le basta con que no luchemos en las nuestras, aunque teóricamente permanezcamos en ellas.
En este tratar de educarme al servicio de los pobres, conocí la hermosa Patria de ustedes en el año 1999.
Fueron pocos días, conocí pocos paisajes, pero me alcanzó compartir con personas del pueblo para deslumbrarme ante un pueblo liberado y disfrutar de ese camino hermoso que se llama Revolución Cubana.
Fueron pocos días pero muchas enseñanzas. Ojalá algún día pueda volver a recorrer los caminos de esa Cuba que -a pesar de tanto querer apagarla- es capaz de seguir siendo luz para tantos pueblos de América y del mundo.
Cómo están ustedes, hermanos? permítanme llamarlos así: hermanos...mi deseo es que estas líneas los encuentre lo mejor posible.
Varias veces he firmado en petitorios donde se solicitaba la liberación de ustedes por la cárcel injusta que padecen. Todavía el imperio no quiere escuchar el pedido... seguiremos insistiendo hasta lograr romper el muro de sordera que no quiere escuchar el clamor de lo que es justo.
No entiendo el inglés, pero si alguno desea escribirme en castellano, encantado de compartir camino y fraternidad: Rubén Capitanio vlujan@neunet.com.ar
Les cuento que una argentina que vive en esos pagos gringos, y que lucha por la liberación de ustedes, a través de otro amigo de aquí, me ha hecho llegar la remera con sus rostros y su reclamo: iniciaré el año con ella puesta, como deseo de que el 2008 que se inicia sea el de la liberación de ustedes, y como signo de que mientras esto no ocurra los seguiremos acompañando y reclamando por esa libertad.
Ojalá hayan pasado una Navidad serena en el corazón, ojalá que los barrotes de la injusticia no les encarcelen los sueños y las fuerzas. Ojalá que algún día podamos abrazarnos para gritar juntos: vale la pena la vida, sobre todo cuando se la vive luchando por la libertad, la dignidad de todos, la liberación en serio.
Fraternalmente
Rubén Capitanio.