martes, 9 de septiembre de 2008
Celia Hart Santamaría cubana mi amiga trostkista frontal revolucionaria fidelista y martiana se me ha muerto como del rayo MuseoChe Guevara de DUELO
¡ Hola mi hermanita, mi amiga, mi hija, compañera revolucionaria fidelista martiana y trostkista!
Te sentimos mas presente que nunca desde hoy, en que dicen que nos faltás.
Te llevaremos dentro de nuestras almas y cerebros hasta que nos toque reencontrarnos.
Quisiéramos reprocharte el habernos soltado la mano. Esa mano tuya que nos guiaba por caminos que no hubiéramos osado circular solos.
Intuimos que el imborrable ejemplo que sembraste en el mundo, volverá transformado en solidario pésame que contenga al revolucionario pueblo cubano al que cortaste el aliento con tu partida.
Celia querida, escucha lo que te vamos a leer.. es por y para vos. Irene y Toto
Elegía a Ramón Sijé - Miguel Hernández
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
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Celia amiga hasta cada minuto de nuestras vidas. Irene y Toto