martes, 9 de septiembre de 2008

Eugenia Izquierdo argentina rescata al dirigente Montonero Mariano Pujadas fusilado en Trelew Argentina del Terror Cine Histórico Documental





















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Una película rescata la memoria


La cineasta Eugenia Izquierdo realizó una investigación de cuatro años para poder llegar a filmar este documental, que será testimonio de una época de Córdoba y del país, además de la recuperación de la historia de la familia Pujadas.

Foto: el dirigente montonero cordobés Mariano Pujadas, en conferencia de prensa poco antes de su fusilamiento, junto a otros quince revolucionarios, en Trelew.

Varios años, muchas dificultades y no pocos dolores para llegar a rodar esta película.

Egresada de la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba, Eugenia Izquierdo tiene 30 años. Cuando sucedió la tragedia no había nacido. Pero habla de esta historia con detalles increíbles y con una pasión que sólo puede sentir quien se ha involucrado durante más de cuatro años en la búsqueda y la investigación de un hecho conmovedor y trágico para la historia de Córdoba. Es la directora de la película y coguionista junto a Élida Eichenberger. A este compromiso, se sumó también Sebastián Sáenz, productor del documental.

Viajes a España, revisión de documentación, minucioso trabajo de archivo y conexión con quienes serán protagonistas de la película.

Contactar a la familia. No fue fácil para Eugenia superar obstáculos ya que, de a poco, tuvo que ir tejiendo un entramado para llegar a la familia Pujadas, principalmente a Víctor. "El trabajo con la familia fue muy delicado y paciente, es doloroso revivir esta historia de horror y poder rescatarla para uno de quienes la vivieron, y con 11 años de edad", explica Eugenia.

Pero, a pesar de las primeras imposibilidades, Eugenia tomó contacto primero con los nietos del matrimonio Pujadas y luego con Ángeles, quien fue contándole a Víctor los pasos que iba dando Eugenia.

"Uno de los hechos más fuertes fue la entrevista con Manuel Lorenzo, un ex preso político, compañero de Mariano en el penal de Rawson, que guardaba una foto que Mariano tenía pegada en la pared de su celda. Lorenzo me dijo que deseaba que yo le entregara esa foto que él guardó durante tantos años y que atrás tiene una leyenda de la mamá de Mariano", relata Eugenia. Y Élida Eichenberger agrega: "Cuando se fugan, Lorenzo piensa 'pase lo que pase Mariano acá no vuelve', por lo tanto esconderé la foto. La tiene durante mucho tiempo en el colchón. La salvó de cantidad de requisas y la guardó como algo muy valioso. Siempre pensó que quería que esa foto la tuviera Ángeles".

Poco a poco fue creciendo la relación entre Ángeles y Eugenia, quien le comenta detalles de la historia de su familia.

Un viaje por su historia. En Barcelona, Izquierdo comienza a tener contacto con Víctor y a plantearle la posibilidad de la película. Él se identifica con la propuesta que le ofrecen Eugenia y sus colaboradores, ya que son las motivaciones y las necesidades que él tiene.

Sebastián Sáenz, productor del documental, aclara: "La película no gira alrededor del hecho trágico o policial solamente. Será un viaje emocional de uno de los familiares, en este caso Víctor, pero no centrado en el hecho policial estrictamente. Por este motivo, los plazos de la película dependen de las posibilidades de Víctor Pujadas para viajar desde Barcelona y así poder rodar todos los encuentros y el recorrido".

Pero Víctor Pujadas tiene el apoyo incondicional de su familia, que desea venir con él en el momento de su recorrido, ya que no quieren acompañarlo cuando tenga que enfrentarse a tanta muerte pero también a tanta vida. Víctor se reencontrará con amigos de sus padres y hermanos; con empleados de la granja de su familia; con Pitrola, actual arrendatario de la granja que sigue siendo de los Pujadas; con ex militantes montoneros; con habitantes de lo que era el barrio Mariano Pujadas; con miembros de la escuela de las monjas azules, donde estudiaron sus hermanas y él mismo. En fin, para Víctor significará revivir los 11 años que vivió en Córdoba y que tanto disfrutó aunque luego sobreviniera la tragedia.

La directora del documental explica: "La idea de Víctor como personaje es de una persona que tiene la vida atravesada por el crimen. Hay un antes y un después para él ya que tenía 11 años en ese momento. Inocentemente, Víctor en el colegio escribía PV (algo que se podía interpretar como Perón Vuelve). Y cuando le decían que no había que escribir eso por lo que significaba, él respondía que eran las iniciales de su nombre, al revés: Víctor Pujadas. Él no tiene la posibilidad de elegir, como lo hicieron otros. Vive la historia desde otro lugar, no era un militante. Víctor se tuvo que rearmar entendiendo su historia".

Avatares en España. La familia Pujadas se habría venido por el gran desencanto que imponía el franquismo. A partir de 1949, ellos comienzan a pensar en salir de España y concretan la salida en 1953. Tanto José María Pujadas como su esposa, Josefa Badell, eran médicos.

Eugenia Izquierdo cuenta: "Tenían un laboratorio de análisis clínicos al que se acercaba gente que les decía: 'Les doy sangre por un plato de comida'. Ese era el espanto que se vivía en España en esos años. Y esa situación para el matrimonio Pujadas era insoportable. Además del desencanto con la situación social, Josefa temía que alguno de sus hijos tuviera que ir a la guerra por la situación que se vivía en Europa. También era decisivo tomar una determinación respecto de la tuberculosis que había contraído su esposo".

Un conjunto de causas hizo que los Pujadas abandonaran su Cataluña y llegaran a la Argentina. En Córdoba, llegaron a tener una de las avícolas más importantes y prósperas de la provincia.

La Córdoba de los '70. El matrimonio Pujadas organizó en Córdoba una asociación de familiares de presos políticos con acciones concretas. En su investigación, Eugenia Izquierdo corroboró que varios familiares de presos que eran de otras provincias, sin recursos, y que tenían familiares presos en Rawson, eran ayudados por el matrimonio Pujadas con los pasajes para que pudieran viajar y visitar a sus familiares. Otras veces enviaban un camión de huevos de la granja a Trelew.

Eugenia cuenta: "El matrimonio Pujadas apoya incondicionalmente a todos sus hijos y los acompaña en los avatares a los que su militancia política los enfrenta. Luego del asesinato de su hijo Mariano, José María Pujadas participó en diferentes actos públicos en los que exigía el esclarecimiento del crimen y manifestó sentirse orgulloso de su hijo".

Si consiguen el apoyo necesario, Eugenia, Élida y Sebastián podrán ofrecer este material para la historia de Córdoba y el país en marzo o abril próximos.
Publicado en: La Voz del Interior, edición impresa, Córdoba. Enviado a @DIN por: Red de Noticias de Derechos Humanos, reddenoticiasdhs@gmail.com