domingo, 7 de diciembre de 2008

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Una visita a los indios Quilmes...

Desde chico, Quilmes era una cerveza. Después, una localidad del Gran Buenos Aires.
Más adelante, en la adolescencia escuché la historia de esa localidad: Que llevaba ese nombre, porque ahí habían quedado exiliados los 200 sobrevivientes, cacique incluido, que tomaron prisioneros los conquistadores, de una tribu que los había resistido más de cien años..

Esta historia, que quedó "flotando" sin más datos en mí memoria, desde hace tiempo, me llevó en estos días a acercarme a las ruinas de los Quilmes, en el noroeste de la Provincia del Tucumán.

Allí, levantada contra la ladera del cerro más alto en el costado de un largo valle, me encontré las paredes de piedra de lo que había sido, hasta el año 1660 y pico, en que los españoles la arrasaron, una ciudad importante. Cede de la cultura y de las instituciones de ese pueblo...

Y allí, los compañeros de la Comunidad (descendientes de los sobrevivientes de aquella masacre de la que llevaron los prisioneros a la actual localidad cervecera) me relataron la historia de sus antepasados...

Parece ser que por más de 130 años los españoles quisieron tomar el valle, creyendo (una vez más) que allí podrían encontrar oro.

Pero que se encontraron con un pueblo, "los Quilmes", ya acostumbrado a la guerra, pues habían venido resistiendo con éxito por 30 años, la "bajada hacia el sur" de los incas, tras la llegada de los españoles al Perú...


La resistencia se desarrolló desde su ciudad amurallada y construida con el criterio de los "Pucarás" incas, con reservas de grano, terrazas para cultivar maíz y criar animales y "comodidades" para varios miles de personas... Ciudad que tenía en las laderas del cerro, además, puestos de vigilancia, desde donde se divisaba todo el valle, de tal modo que, las 3 veces que los españoles llegaron allí, su presencia fue detectada con muchísima anticipación, tomándose las medidas defensivas y resistiendo desde la Ciudad amurallada...

Las 2 primeras veces fueron largos cercos (de 2 y 4 años...) que terminaron con la derrota española... Pero en la tercera, dicen que por los dichos de gentes de otra tribu vecina, los rapaces invasores encontraron el punto débil de aquella fortaleza de piedra, hasta entonces inexpugnable...

>Supieron que las vertientes que alimentaban de agua la ciudad no estaban dentro de ella... Estas vertientes, desde donde llegaba el agua para la supervivencia, de hombres y animales y aún para el riego de las terrazas (por acueductos que se muestran, aún hoy, como obra de ingenieros capaces...), eran el "punto débil", ya que el río corre en el medio del valle, no en las laderas de los cerros, y las lluvias son un fenómeno sumamente escaso en la zona de los Valles Calchaquies...
Y así, tras 130 años de coraje, cuando los asaltantes lograron llegar a las vertientes y cortarles el agua... Los orgullosos Quilmes fueron derrotados por el Imperio Español...

En el medio hay toda una epopeya de aprendizaje de las técnicas de sus primeros enemigos: Los Incas, que son los "autores" de las fortalezas de montaña o "Pucarás"... Y de resistencia empecinada a entregar su libertad y sus tierras al invasor.

Dicen que sin agua, prefirieron sacrificar a las mujeres jóvenes, para evitar su violación, y a las criaturas, para que no fueran nunca esclavos, siendo tomados igual más de 2000 prisioneros... Pero que a las costas del Río de la Plata, solo llegaron vivos unos 200... Por lo que es de imaginar el horror al que fueron sometidos los orgullosos defensores, ahora en manos de sus brutales enemigos...

Hoy, cuando el "invasor" no llega con ejércitos, pero sí no con nuevos traidores que practican el neoliberalismo, los descendientes de aquellos bravos se han vuelto a organizar para resistir... Recuperando, a fuerza de ocupación pacífica, el derecho a administrar la reserva histórica. Administración que, desde el 9 de enero de este año, realizan en beneficio de toda la Comunidad, con el pequeño resto que queda tras pagarle un pequeño salario a aquellos de sus miembros que trabajan en la misma...
Pero he aquí que en el medio del predio histórico hay un hotel con 30 habitaciones, pileta de natación con agua de aquellas vertientes y otras comodidades... Y que la justicia le ha quitado los derechos a su constructor; ya que la Comunidad ha demostrado fehacientemente que este lo levantó con los U$S 8 millones que en los ´90 le prestó la Provincia por decreto del entonces gobernador (“Palito” Ortega), y que este jamás devolvió... Es más: Ni siquiera pagó nunca el Canon de $110.- mensuales que su amigo “Palito” le había fijado por el derecho a explotar el ingreso a las ruinas (reconstruidas estas por la propia Gobernación de la Provincia de Tucumán...

Es más: Aún cuando ya desde el 2002 la Provincia le había quitado la concesión, el usurpador, continuó explotándolos, tanto al predio (de más de 200 hectáreas) como al hotel… Y recién cuando hace un año la Comunidad se declaró en asamblea y ocupó los accesos, logró recuperar el predio…

Pero aún, ni la Justicia , ni la Gobernación han procedido a entregar el hotel en concesión (u otra forma legal de las muchas posibles) a los "legítimos dueños" de aquel predio, según su propio fallo de comienzos de este año, para que estos lo exploten, para bien de toda la comunidad (más de 400 familias numerosas que hoy sobreviven de las duras tierras de los Valles Calchaquíes). Este permanece cerrado, privando a los estudiosos y turistas de la posibilidad de permanecer más de unas pocas horas, en contacto con este testimonio de bravura, coraje y cultura milenarios…

Es de esperar: ¡Y reclamar! Que rápidamente se produzcan las medidas administrativas que le permitan a los antiguos dueños de aquellas tierras recuperar plenamente el usufructo de lo que en ella está hoy implantado: El hotel... Sin que estos deban volver a tener que apelar a la “ocupación”… (Aunque la experiencia de 200 empresas recuperadas por sus trabajadores del 2002 para aquí, así lo aconsejen).

Permitiendo así que sean muchos más, los que, como yo en estos días, aprendan en el futuro que Quilmes, no solo, ni tanto sea solo una cerveza...

Finalmente me despido diciéndoles aquello que canta Silvio:
"Con la necedad de asumir al enemigo...
Con la necedad de vivir sin tener precio..."

Los saludo con un abrazo:
José Luis