viernes, 15 de mayo de 2009
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GUANTÁNAMO: EL SOL Y LA TIERRA
por Leyla Carrillo Ramírez
Este nuevo trabajo de la autora sobre la prisión de Guantánamo, da continuidad al involucramiento de la Unión Europea desde su génesis en la creación de este campo de prisioneros y las actuales complicaciones que presenta para los países miembros de la UE la promesa de su cierre por el Presidente Obama.
Las pirámides faraónicas, mayas y aztecas dirigían su cúspide hacia el SOL para la transmutación de los soberanos hacia la posteridad o rendirle tributo desde sus templos. Las culturas mesopotámicas, africanas y oceánicas manifestaban sus esperanzas y pedían bonanzas para sus cosechas cuando adoraban al SOL.
La TIERRA gira en la órbita solar. En los siglos más recientes los habitantes de nuestro planeta perciben e interpretan las virtudes del sol en formas muy disímiles. Abundan los ejemplos: los reconcentrados de la guerra libertaria cubana a finales del siglo XIX sufrieron el ardiente sol caribeño. En el siglo XX, los prisioneros de Auschwitz y Buchenwald carecieron de rayos solares, mientras padecieron las torturas nazis, que exterminaron a grupos étnicos, religiosos, nacionales y sociales. Algunos se ilusionaron al creer que con los juicios de Nürenberg habrían finalizado el genocidio, la degradación moral y los crímenes de lesa humanidad.
En el siglo XXI, algunos terrícolas han perfeccionado las “técnicas” de la tortura, desde que Estados Unidos decidió internar a los “terroristas y combatientes enemigos” en Guantánamo (base naval carbonera, devenida en campo de concentración desde las guerras desatadas contra Afganistán e Irak). En GUANTÁNAMO –es preciso repetirlo- convergen la sofisticación y la barbarie: la técnica del submarino, la privación del sueño, la ofensa moral contra los prisioneros, su exposición en carpas bajo el tórrido sol, la destrucción del Corán, el limbo jurídico que impidió juzgar a los presuntos culpables, el confinamiento prolongado sin acceso de organizaciones humanitarias ni de familiares. También los desamparó el derecho a una defensa judicial.
Los aliados de Estados Unidos han contemplado y colaborado en el escarnio de Guantánamo, Bagram y Abu Ghraib. Ningún Estado miembro de la Unión Europea parece eximido del apoyo brindado a la CIA para las escalas y los vuelos secretos cuando trasladaron a los presuntos terroristas hacia las cárceles –también secretas- instaladas en los campos contemporáneos de concentración. Tampoco pueden negar haber facilitado sus aeropuertos o enclaves temporales, como Diego García y Mayotte. Se conocerá toda la verdad. La revelación de sus compromisos provocó reacciones oficiales controvertidas, aparente asombro, evasivas, creación de comisiones especiales, peticiones incoherentes y escasos resultados.[1]
Durante su campaña presidencialista el estadounidense Barack Obama prometió clausurar el campo de detención de los “combatientes enemigos”[2]. Algunos auguraron que postergaría la decisión a dos años. Al tercer día de su toma de posesión estableció el plazo máximo de un año para el cierre de la prisión, erradicar las torturas y suspender los juicios recién iniciados.
¿Dónde radican los problemas actuales? Guantánamo es lo más evidente sobre las torturas del Siglo XXI, porque el campo de concentración fue instalado por Estados Unidos en la base naval enclavada en un país latinoamericano, conocido y seguido de cerca por los medios –reaccionarios o progresistas- el Consejo de Europa, el Comité Internacional de la Cruz Roja, juristas, politólogos, intelectuales y fuerzas populares. Cerrarían el campo, mas permanecería la Base.
Uno de los retos para el cierre de la prisión es que la Unión Europea acoja a los “prisioneros más pacíficos” de origen europeo o aquellos que no deban regresar a sus naciones porque allí les esperan represalias… La clasificación establece dos clases de prisioneros: los peligrosos y los que no son peligrosos. Tanto el Pentágono, como la CIA y muchos colaboradores europeos, presintieron que “podrían serlo”. La prueba de esta ominosa metodología sobre la detención ilegal de presuntos terroristas es que, cuando los funcionarios de George W. Bush los devolvían a sus países de origen, frecuentemente eran exonerados por los respectivos tribunales, debido a la falta de pruebas.
La “distribución” de tan engorroso lastre es lo más bochornoso de la ignominia. Altos personeros estadounidenses convencieron a sus pares eurocomunitarios de que los chinos uigures –por ejemplo- “estarían en gran peligro de muerte si los devolviesen al gobierno comunista, que los exterminaría”. Tesis reaccionaria aparte, a los cerebros de Washington y a los capos de Guantánamo les faltó tiempo, durante siete años, para decidir si los prisioneros peligraban más en el campo de concentración que en los países arrasados por la OTAN.
Expertos de las Naciones Unidas sobre la tortura solicitaron a todos los Estados su acogida, cuando se concrete la promesa de Barack Obama”. La alta comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay planteó que “los países europeos deberían aceptar a algunos de los detenidos de Guantánamo y les recordó que Europa cooperó en primera instancia en la entrega e ilícita salida de estas personas de varios países". El líder del grupo socialista en el Parlamento Europeo, Martin Schulz y distintas organizaciones internacionales pro derechos humanos reclamaron a la UE que acoja a los presos de Guantánamo….
Resulta curiosa la contradictoria reacción de varias instituciones de la Unión Europea y de representantes gubernamentales respecto a la supuesta acogida de los reconcentrados. El proyecto de Informe del Parlamento Europeo (del l7 de diciembre), presentado por su fracción socialista sobre los derechos humanos en 2008, esconde la palabra Guantánamo y propone en su artículo 11 la fórmula más descafeinada que ojos humanos hayan visto: “considera que la UE, a pesar de la existencia de investigaciones en distintos Estados miembros, no ha procedido a una evaluación de las prácticas de éstos en lo relativo a la política del Gobierno de los Estados Unidos bajo la Presidencia de George Bush, en el marco de la lucha antiterrorista”..
La decisión de la Unión sobre la acogida a quienes “egresen” de Guantánamo (unos sesenta) transita por la heterogeneidad de sus 27 Estados miembros: el SÍ inmediato del Reino Unido, Portugal, Finlandia, Irlanda, Italia, Francia y España (los dos últimos condicionando su colaboración a discutir caso por caso). Francia planteó una postura europea común, a debatir cuando Obama decidiese cerrar el campo y sugirió que “de haber concertación, el tratamiento a los prisioneros devueltos debería adaptarse al pasado de cada persona”. Se mantiene el NO de polacos, austriacos, holandeses, suecos y daneses. Algunos alegan indisposición a “importar peligros para su seguridad o desafiar su sistema carcelario[3]. El titular de Exteriores de Chequia (en la presidencia semestral de la Unión) alega “imposibilidad legal, porque necesitan la opinión de los Ministros de Justicia e Interior”… Tanto Francia, como el Comisario de Justicia y el de antiterrorismo de la UE propusieron realizar una “misión” a Guantánamo para determinar in situ la situación que los reinvolucra en tan desagradable problema.
Todavía los días 15 y 22 de enero, varios Estados miembros de la UE dudaban sobre la inminencia de la decisión presidencial y promovieron una “visita exploratoria a Washington”. Portugal propuso debatirlo en el Consejo de los Ministros de Relaciones Exteriores los días 26 y 27 de enero. Así recién ratificaron el acuerdo de NO adoptar un acuerdo. Los checos aducen que no habrá una respuesta rápida, el Alto representante de Política Exterior y Seguridad de la UE asevera que “Estados Unidos no les ha hecho una petición” y algunos sugieren que cada país podría decidir la aceptación individualmente. En febrero un trío visitará Washington para debatir el tema con el estrenado gobierno.
La heterogénea Unión Europea exhibe habilidades para “distanciarse de sus culpas respecto a Guantánamo”. Tres ejemplos de ello: la simpatía generalizada ante la decisión del Presidente Barack Obama; las declaraciones del Ministro alemán de Relaciones Exteriores en el sentido de que “el cierre del campo de prisioneros es un cambio histórico, el cumplimiento de una esperanza y una demanda que los europeos habían formulado en voz alta para recuperar parte de credibilidad y un trato diferente hacia el mundo musulmán”. Y por último, el deseo del Ministro francés “de que la lucha antiterrorista no debe conducir a nuestras democracias, fundadas sobre la libertad de derechos y cumplimiento de sus principios”. Al respecto podrían formularse algunas preguntas: ¿estuvieron o no en Guantánamo, colaboraron o no con los vuelos, los enclaves y las cárceles, violaron TODOS los participantes o no las diversas Convenciones?...
Desde luego, los gobiernos de la UE omiten, una vez más, los crímenes de guerra cometidos en Guantánamo. Varios tribunales de países allí involucrados, enfrentan demandas de prisioneros –periodistas incluidos- respecto a las torturas sufridas (denominadas abusos para sortear las Convenciones de Ginebra, La Haya y hasta la propia Corte Penal Internacional). Y el ancestral concepto de habeas corpus[4], sería sepultado por la justicia de la Unión.
Valdría la pena preguntarse, ante tanto debate e indecisión sobre la clausura del centro de detención de Guantánamo ¿qué sucedería con el remoto e inaccesible campo de concentración de Bagram? La base aérea afgana solo es “visitada” por las fuerzas de la OTAN. Allí yacen más de setecientos hombres. Conviene añadir otra incógnita: cuando el prorrogado Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates [5] lleve a “feliz término” la retirada de Irak ¿qué sucederá con los reconcentrados de Abu Ghraib?
¿Cuál será el final de este cruento episodio sobre los prisioneros? ¿Cómo será el comportamiento de la Unión Europea, motivada para participar en conflictos allende los mares? Invitemos a seguir la triste historia del Derecho Internacional Humanitario vapuleado y confiscado por los países desarrollados.
Ya en la tierra de nuestra galaxia no adoramos al SOL. Algunos terrícolas –los más poderosos y belicistas- carecen del tiempo y la sensibilidad para admirar sus cualidades: solo ven las manchas[6]. Aunque prefieren ocultar las manchas de la TIERRA, que se expanden con la beligerancia, las torturas, los maltratos morales y las tendencias neofascistas, prevalecientes en Guantánamo. El reclamo universal para su clausura inmediata expresa la vergüenza de muchos seres humanos frente a las dudas que exhiben algunos gobernantes de la Unión Europea. ¿Cómo cerrarán los campos de concentración de la era computarizada? La respuesta ya no está en el SOL que nos alumbra y calienta.
Notas:
[1] “Antiterrorismo, oscuridad y sordera”, CEE, Informe 129, 7/12/05.
[2] Acepción inventada por la Administración Bush para eludir las terminologías concertadas en los Convenios de Ginebra.
[3] Declaraciones del Ministro de Relaciones polaco, Radoslav Sikonski.
[4] Habeas corpus: proveniente del derecho civil romano y fue adoptado por el Bill of Laws británico, que obliga a la presentación en un lapso mínimo de pruebas contra un acusado.
[5] Cuando la administración Bush condujo las hostilidades en Afganistán e Irak, prohijó las torturas y ahora recibe la encomienda de terminar la guerra de Irak en el mandato Obama.
[6] Mencionadas por José Martí, el héroe nacional cubano.
Fuente: Radio Habana Cuba