viernes, 19 de junio de 2009

Obama niega que Ahmadinejad es líder de Irán Canal 13 también Emilio Marín desde la Arena de La Pampa argentina disecta perversa maniobra occidental

sacate el antifaz, te quiero conocer (tango)


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publicado el 17/6

OPOSICIÓN SE NIEGA A ADMITIR LA VICTORIA DE AHMADINEJAD

Potencias occidentales quieren dar cátedra de democracia a Irán

Las presidenciales de Irán fueron ganadas por el actual mandatario, quien dobló en votos al candidato opositor mimado por las potencias. Pero éstas quieren desestabilizar a Irán y promueven los desórdenes.

EMILIO MARÍN

Las elecciones se celebraron el 12 de junio y hubo una afluencia extraordinaria de votantes, pues sufragó el 82 por ciento del padrón. Mahmud Ahmadinejad ganó su segundo mandato de cuatro años en forma impecable y con una diferencia más que apreciable por sobre el opositor bien visto por Occidente, Mir Hussein Musavi.

El Ministerio del Interior informó que el mandatario obtuvo el 64 por ciento de los votos contra un 34 por ciento de Musavi, casi duplicándolo. Otros dos candidatos simplemente completaron las estadísticas; Mohsen Rezai y Mehdi Karubi cosecharon 1,7 por ciento y 0,85 respectivamente.

Orgulloso de su performance, Ahmadinejad sentenció que 25 millones de iraníes lo habían votado y dado un contundente respaldo a la revolución. Aprovechó para criticar a los medios extranjeros que habían hecho todo lo posible para poner en tela de juicio ese resultado y asegurado que el vencedor sería Musavi.

El guía espiritual de la revolución islámica, el ayatolá Alí Jamenei, al frente del Consejo de los Guardianes –órgano supremo previsto por la constitución- dio por válida la victoria y llamó a todos a reconocerla y trabajar unidos, pasada la competencia. Si así hubiera ocurrido, el presidente habría tenido el panorama despejado para acometer su próximo mandato (el primero lo inició en 2005 tras haber sido alcalde de Teherán).

Pero la transición no será tan fácil porque Musavi y sus seguidores denunciaron un gran fraude y desconocieron los resultados.

A diferencia de las bases sociales más humildes del ganador, las de quien llegó segundo pertenecen a clases medias y profesionales deseosas de recomponer relaciones con Europa y Estados Unidos.

Organizados mediante Facebook, Twitter, blogs e Internet, esos opositores se lanzaron a la calle para denunciar el supuesto fraude, del que no pudieron dar ninguna prueba.

Los periodistas extranjeros en Teherán suspiraron con simpatía frente a “jóvenes vestidos con remeras de marcas extranjeras y mujeres con pañuelos de sede de colores brillantes”. Del otro lado ubicaron a “barbudos y mujeres vestidos de negro de la cabeza a los pies”. Cualquier parecido con las descripciones de América TV durante el lock out de las patronales agropecuarias, que informaban “allá los piqueteros y acá la gente”, no es por causalidad.

Según esas agencias, los manifestantes vivaban a la democracia estadounidense y a Obama. Puede ser. En junio de 1989 algunos estudiantes chinos portaban en Tiananmen una réplica de la Estatua de la Libertad neoyorquina. Los medios sintonizados por el Departamento de Estado vivieron como un drama que en Beijing no cayera desplomado su sistema político y ahora empiezan a elaborar el duelo porque, por lo visto, en Teherán tampoco tendrán un gobierno obediente. El duelo real lo tienen las familias de al menos 7 personas que murieron en las refriegas del lunes 15, motorizados por los malos perdedores.

Razón de la injerencia

Si Irán promueve investigaciones nucleares para utilizarla con fines pacíficos como la producción de energía, desde Estados Unidos y Europa lo quieren castigar diciendo que está por construir armas atómicas. En 2006 y 2007 el Consejo de Seguridad de la ONU votó sanciones contra Teherán con esa justificación. Pero el clima de demonización contra Ahmadinejad y Jamenei se disolvió a fines de 2007 cuando se publicó en EE UU un informe de NIE (National Intelligence Estimate), aprobado por las 16 agencias estadounidenses de inteligencia. Allí se admitía que el país persa “no ha mantenido programa nuclear de tipo militar alguno desde 2003, por lo menos” y “no tiene intención de fabricar armas nucleares”.

Sin embargo George Bush y Condoleezza Rice mantuvieron la intención de agredir a Irán, dejando abierta la opción atómica, como caras visibles de un poderoso lobby estadounidense e israelita que apuesta a esa agresión. Barack Obama no se ha definido en ese sentido, más aún, pronunció un discurso conciliador con el mundo islámico. Pero su canciller, Hillary Clinton, mantiene un mayor compromiso con un Israel siempre dispuesto a atacar a Teherán argumentando que la paz está en peligro.

Ese razonamiento es falso pues la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) habría especulado con que Irán podría contar con uranio enriquecido como para fabricar una bomba, una, en tanto Tel Aviv dispone de muchas. En síntesis, si Irán tiene una bomba, es un peligro para la paz; si Washington e Israel cuentan con 5.000 y 200, respectivamente, el hombre universal está salvado.

Lo comprobado que tiene Irán desde la revolución islámica dirigida por Jomeini en 1979, tras derrocar al Sha Reza Pahlevi, títere de las petroleras norteamericanas, es justamente petróleo. Es el segundo exportador de la OPEP, detrás de Arabia Saudita, y el quinto productor mundial.

Además de oro negro, está ubicado en una posición geoestratégica clave, entre el Cáucaso y Medio Oriente, con el Mar Caspio hacia el norte y el Golfo Pérsico hacia el sur.

Es una zona decisiva para que el Pentágono conserve la hegemonía, implante nuevas bases y cuente con rutas de guerra apuntadas hacia Beijing y Moscú.

Mentiras verdaderas

Ya se hicieron comentarios sobre las “revoluciones democráticas” que se frustraron en Tiananmen y triunfaron en el este europeo y la URSS. Otra destruyó la unión federal en Yugoslavia y le seccionó Kosovo. Las “revoluciones de terciopelo” también fueron propagandizadas por el imperio y sus cadenas de comunicación en Georgia, donde se vestían de color naranja en vez del verde de los partidarios de Musavi en Teherán.

Según Washington, la Unión Europea, el Vaticano y la OTAN, esos movimientos sociales, políticos y aún invasiones militares estaban justificados para derrocar dictadores, abrir las economías, defender los derechos humanos, eliminar armas de exterminio masivo, respetar las resoluciones de la ONU y un largo etcétera. Sólo en Irak, con argumentos tan mentirosos como esos, la invasión costó más de un millón de muertos.

Ahora se acusa que el gobierno de Irán habría realizado un fraude electoral. No han podido presentar ninguna prueba y no se satisfacen con el ofrecimiento estatal de revisar algunas urnas. Quieren que se vote de nuevo. ¿Y si gana Ahmadinejad otra vez, aceptarán el resultado?

Antes hicieron centro en los programas de investigación nuclear de Teherán, también sin documentación de que condujeran a la fabricación de un arma atómica. Hasta las agencias de inteligencia estadounidenses tenían la certeza de que si hubo tales planes iraníes fueron abandonados hace seis años.

Entre uno y otro cuestionamiento a las autoridades iraníes, se agitó la versión de que Ahmadinejad era negacionista del Holocausto. Como el resto del guión, era un montaje. En 2007 el presidente fue invitado a una universidad de EE UU, la de Columbia, donde fue recibido con discursos agresivos del rector Lee Bollinger, quien lo acusó de “dictadorzuelo” y le reprochó el supuesto negacionismo. Ahmadinejad respondió: "admitimos que ocurrió, ¿qué tiene que ver eso con el pueblo palestino?”.

También denigran a Irán por la supuesta violencia de las milicias Basij "paramilitares de temer” con toda la connotación que eso sugiere por lo ocurrido en Colombia y en el Cono Sur durante las dictaduras.

Sin embargo, una nota firmada por Témorius Grecko en “La Nación” de ayer, donde se toma claro partido en contra de Ahmadinejad, se relata lo ocurrido en Teherán: “se oyó un imponente clamor guerrero desde las gargantas de los simpatizantes de Moussavi, en el momento en que se lanzaban al ataque.

Superados numéricamente, los Basij fueron reducidos en segundos, arrojados al piso, pateados. En la confusión, no fue posible saber qué pasó con ellos”.

En suma, para la prensa norteamericana y occidental, incluida la mayor parte de la argentina, el presidente iraní es un “conservador” y Musavi un “reformista”, caracterizaciones que pintan al primero como retrógrado y al segundo como progresista.

Sería mejor dejar a ese país resolver sus problemas políticos y electorales sin injerencia de las potencias, sin sanciones del Consejo de Seguridad y, sobre todo, sin demonizar a un Irán que no tiene armas atómicas (aunque por la forma como lo agreden, más de uno debe pensar que haría bien en tener unas pocas para defenderse).