jueves, 8 de abril de 2010

Cura cordobés Quito Mariani la docta irán al infierno

 

Borratina electoralista

 

Con esas palabras se solía o suele designarse la posibilidad de borrar candidatos de las llamadas listas sábana, ejerciendo una auténtica actitud democrática por encima de las preferencias y trenzas de los partidos políticos.

No es a esa borratina a la que quiero referirme. Es a otra innoble, rastrera, antipatriota y antidemocrática, que ya está empezando a manifestarse.

 

Hay gente que, de cara al 2011, ha lanzado la novedad del "atrevido proyecto" de terminar con los juicios a los represores, para integrarnos como comunidad nacional y bregar así juntos, por un país mejor.

 

Expresamente, el ex presidente Duhalde, el abogado A. Solanet, detrás  de la incansable Sra. Cecilia Pando con su séquito, y disimuladamente, para disminuir el  impacto, las cúpulas eclesiásticas, la AADET (asociación de empresarios teatrales) que ignoró la fecha del 24 de Marzo para realizar la celebración de sus 90 años, el Arzobispado de Córdoba que planeó con  el Sr. Nuncio apostólico la ordenación episcopal de Marcelo Cuenca  en la Catedral de Córdoba, para el mismo día de la multitudinaria marcha de la memoria y la justicia, y muchos otros que, en la posibilidad de juntar votos esgrimirán el gastado argumento de que tenemos que acabar con los enfrentamientos para poder llevar el país adelante.

 

¿Ignoran estos señores y señoras que las reales causas del enfrentamiento entre los argentinos no están en el ejercicio de la memoria que termina con la impunidad, ni en las condenas de los represores que mira no sólo hacia el pasado sino especialmente hacia el futuro, sino en los intereses económicos manejados por diversos sectores que pueden agruparse en dos grandes conjuntos y que se resisten a cualquier cambio que les haga perder sus privilegios y parte de sus riquezas en aras de una mejor y más justa distribución de los bienes?

 

Que algunos procuren ampararse en la necesidad de reconciliación para marchar hacia delante o en la nobleza del perdón cristiano, haciendo ojos ciegos a las injusticias sociales y violaciones de los derechos humanos, es comprensible, porque su objetivo mira con la defensa de sus intereses económicos, las ventajas de llegar al poder.

 

¿No se dan cuenta que los nombres que quieren quitar de la memoria y de las pancartas de las marchas exigentes de verdad y justicia, están envueltos en sangre de hijos asesinados o robados o en angustia de padres que los perdieron, arrebatados por una represión que, con el pretexto de una guerra sucia, los eliminó con los métodos más crueles y vengativos?

 

No se trata de borrar nombres de una lista. Se trata de borrar la historia. Y aunque es cierto que algunos votos se pueden lograr de parte de tantos que siguen añorando las manos duras, la explotación impune de los trabajadores, la persecución ideológica, y la marginación de los pobres, también es cierto que no son mayoría y que la basura será siempre basura.

Nos va a doler mucho que una vez alcanzado el pronunciamiento en este sentido en el ex presidente Duhalde que se considera el único candidato presidencial para el futuro, haya quienes refugien su cobardía en estas actitudes, y así vayan cayendo en la trampa una cantidad de nombres que tuvieron o mostraron en sus programas principios y valores de honestidad y justicia y se dejan arrastrar luego por el ventarrón de la "cintura política" para conquistar el poder. Esa borratina resultaría decepcionante y nos seguiría hundiendo en este descrédito del quehacer político que cada vez está mostrando más "la hilacha".

 

Borratina en las listas: democracia

 

Borratina de los nombres de las víctimas: complicidad

 

Borratina de los principios de vida y acción, con la oferta de ventajas electorales: cobardía

 

José Guillermo Mariani (Presbítero)

Del Cura cordobés Quito Mariani

Miércoles, 7 de abril de 2010, 9:38

De: <humbertoeduvera@hotmail.com>