jueves, 22 de abril de 2010

Libertad a los cinco cubanos

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Grito de grafito (Manuel Emiliano González)

 

Desde el Festival Palabra en el Mundo, va este Gesto por la libertad de los 5

 

Estos son los nombres de nuestros hermanos cubanos sometidos a condena de encarcelamiento, tras una burla de juicio sin pruebas ni testigos, por tribunales de Miami, que la padecen en condiciones tan inhumanas, que violan las normas que a sí mismos se dictan, las prisiones usamericanas.

Hoy iniciamos este Gesto de solidaridad en el marco del Festival Palabra en el mundo, exigiendo como los montañistas que en Ecuador ascienden a las cumbres, como las marchas que en Neuquén los honran en la persona de Sandra Rodríguez, esposa de Carlos Fuentealba, que en la Reunión del ALBA de Caracas lo repiten, todos en un solo clamor ¡LIBERTAD A LOS CINCO HEROES ANTITERRORISTAS CUBANOS!

 

Gerardo Hernández, Licenciado en  Relaciones Internacionales; Fernando González, Licenciado en Relaciones Internacionales; Antonio Guerrero, Ingeniero en Construcción de Aeródromos; René González, Instructor de vuelo; Ramón Labañino, Licenciado en Economía

 

Que este gesto llegue a ellos y sus familias, si Uds. desean repetirlo y repartirlo en lazo de solidario amor fraterno, están invitados a que desde hoy se sumen, hasta el 25 de mayo, con un poema propio o de otro autor a repartirlo e invitar a sus amigos, familiares, compañero, que compartan, este reclamo, que puede solucionar Obama, y que como causa justa que es aporta a la construcción de la Paz y el Bien de todos. El poema que les comparto es la antítesis de lo que EE.UU. está haciendo con nuestros hermanos injustamente condenados por el imperio. Abrazo. Delia Hermosí

 

Coloquio bajo el Olivo

 

Por mí, la flor en las bardas
y la rosa de Martí,
por mí el combate en la altura
y en la palabra civil;
para mí no hay negro esclavo,
para mí no hay indio vil,
para mí no hay perro judío
ni hay español gachupín,
el bravo ataca el sistema
y respeta al paladín,
el Cid abre herida nueva,
no pega en la cicatriz
y es pura la niña mora 
como las hijas del Cid.

 

Por mí, ni un odio, hijo mío,

ni un solo rencor por mí,

 no derramar ni la sangre

que cabe en un colibrí,

 ni andar cobrándole al hijo

la cuenta del padre ruin

y no olvidar que las hijas

 del que me hiciera sufrir

para ti han de ser sagradas

como las hijas del Cid.

 

Andrés Eloy Blanco (venezolano)