viernes, 2 de julio de 2010

Causa Noble Herrera muestras de ADN identidad cambiada hijos apropiados padres desaparecidos

                       LOS   EXAMENES  DE  ADN  DE  MARCELA  Y  FELIPE  NOBLE  HERRERA

Las muestras no sirvieron

Los análisis de la ropa requisada a los hijos adoptivos de la dueña de Clarín estaban contaminados. La jueza Arroyo Salgado citó a los genetistas para determinar qué pudo haber sucedido. Tiene que decidir si ordena nuevos allanamientos.

 

Si Felipe y Marcela Noble Herrera dieran sangre, los estudios serían más seguros.

 

Por Raúl Kollmann e Irina Hauser

 

La jueza Sandra Arroyo Salgado llamará a declarar a todos los genetistas que participaron en los trabajos para determinar el ADN de Felipe y Marcela Noble Herrera. El objetivo será esclarecer los motivos por los cuales no se pudo establecer el perfil genético de los hijos adoptivos de la dueña del diario Clarín. Como es obvio, existen dos hipótesis. La primera es que, por inhabilidad o circunstancias propias de estos estudios, las muestras se contaminaron y no se pudo hacer el estudio. La segunda hipótesis es que los jóvenes ya sabían que les iban a requisar la ropa, incluso en el propio juzgado, por lo cual las prendas estaban contaminadas previamente.

 

Todo indica que la jueza, que ya actuó en tres casos anteriores, tendrá que buscar la forma de conseguir nuevas muestras que permitan establecer el perfil genético de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble. Lo único que sí está claro es que en toda la historia de la búsqueda de nietos nunca se produjo un caso con semejante cantidad de dilaciones, irregularidades, idas y vueltas. Como es obvio, todo se podría evitar si Felipe y Marcela aceptaran entregar sangre –el método más seguro– y admitieran que se determinara de una vez por todas si son o no hijos de desaparecidos.

 

Desde hace una semana, entre los peritos oficiales y de parte viene circulando la asombrosa versión de que no se estaba pudiendo establecer el ADN de Felipe y Marcela como para compararlo con las muestras que están en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Los trascendidos indican que en las prendas que se le secuestraron a Marcela se encontraron perfiles genéticos de tres personas, algo totalmente inusual. En el caso de Felipe, habría perfiles de dos personas distintas en la ropa que llevaba puesta el día en que los integrantes del Cuerpo Médico Forense y los especialistas del BNDG participaron del allanamiento en la casa de su madre adoptiva.

 

Según genetistas consultados por este diario, obtener muestras no contaminadas es difícil. Ha ocurrido con casos en que se secuestraron cepillos de dientes o peines. Los nietos supuestamente apropiados, que en estos casos se oponen a la entrega de material genético, tienden a no decir cuál es su cepillo de dientes o su peine, de manera que hubo que repetir los procedimientos en varias oportunidades. También se dice que la contaminación de la ropa no es inhabitual porque el roce, el contacto con otras personas, puede deteriorar la muestra.

 

En el caso Noble Herrera los hechos llaman la atención. Los hijos de la dueña de Clarín concurrieron al juzgado de Arroyo Salgado para responderle a la magistrada si estaban dispuestos a entregar sangre para el análisis. Ambos contestaron que no. Y cuando después se quejaron por la intercepción de vehículos que se produjo minutos después y el allanamiento en la casa de Ernestina, exhibieron un argumento extraño: "Podrían habernos pedido la ropa en el juzgado, en lugar de interceptar autos o allanar la vivienda de nuestra madre". En verdad, Arroyo Salgado había recurrido al método menos traumático, obtener la ropa en la casa de los hermanos, permitiéndoles que se la saquen en su propio baño. La frase sobre la toma de la muestra en el juzgado sugiere que, obviamente, iban preparados para eso. Y allí aparece la hipótesis de que la ropa que llevaban puesta estaba previamente contaminada, como otros nietos –en verdad, muy pocos casos– entregaron cepillos de dientes y peines que no eran de ellos. Lo que está claro es que en el momento del allanamiento a la casa de Ernestina, cuando se produjo el secuestro de las prendas, Felipe y Marcela llevaban la misma ropa que en el juzgado y una parte de las prendas requisadas fue ropa interior. Así lo declaró uno de los profesionales que participaron del procedimiento. La contaminación de ropa interior, con dos y hasta tres perfiles genéticos, es asombrosa.

 

Ahora le queda a la jueza Arroyo Salgado establecer qué es lo que pasó, por qué fracasó la determinación del perfil genético de Marcela y Felipe. Para ello, llamará a declarar a todos los especialistas que participaron de los trabajos. Pero, por supuesto, la magistrada enfrenta una dificultad aún mayor: conseguir las muestras que le permitan hacer la comparación con las familias que buscan a sus nietos apropiados. Nadie sabe si Arroyo Salgado ordenará nuevos allanamientos, procedimientos o cualquier otra movida.

 

Es más, no falta quien afirma que puede volver a citar a Felipe y Marcela para convencerlos de que la forma más eficaz y seria de esclarecer el caso es que se avengan a entregar la muestra de sangre. A priori, parece misión imposible.