Venimos recorriendo un largo camino de luchas y enfrentamientos con los distintos gobiernos que han ido pasando. Nunca me voy a olvidar cuando entrando a Buenos Aires en la Marcha Grande vos, Víctor, me dijiste que la construcción de la CTA era con todos los sectores del campo popular. En esa época venia todo muy mal, transcurrimos el FRENAPO, la Marcha Federal, la Marcha Grande, la Carpa Blanca, los cursos de formación con el profe Zufriti quien también nos decía que para unificar al campo popular había que dejar las diferencias a un costado.
Construimos una central porque los trabajadores ocupados y desocupados necesitaban una representación sindical independiente de los partidos políticos y los grupos económicos. Y no hemos construido a base de obligaciones, fue una construcción donde todos pusimos el corazón y en ese camino nos hicimos amigos. A veces la conciencia crece a partir de los afectos y no solo por las coincidencias ideológicas. A veces es difícil creer que nos estamos dividiendo y a veces también cuesta pensar y duele muchísimo tener que elegir con quien quedarse, cuando en los dos sectores hay amigos entrañables, compañeros de lucha, como Pablo, Victorio, Cachorro, Robi, el Nono, Víctor, Hugo, Edgardo, Julio Fuentes, Pipón, Mendivil, Fabio, Rolandi, Tito Nenna, Nando, Pedro Wasejko, Elena Reynaga, Carlitos Girotti, el Gallo Zapata, Mary Sánchez, Marcela Bordenave y muchos mas, con los que hemos comenzado a construir el camino por la liberación y la distribución de la riqueza.
Hoy la historia nos reclama a todos que nos unifiquemos para seguir juntos el camino que iniciamos con la declaración de Burzaco.
Ustedes los viejos militantes que dejaron escuela a muchos dirigentes que en aquel momento éramos jóvenes, nos enseñaron la grandeza de juntarnos dejando de lado las mezquindades sectoriales. Por eso, hoy nos causa una profunda tristeza la desunión que se percibe entre viejos compañeros de militancia. Y a mi, que me forme con ustedes me cuesta aceptar que entre ustedes hoy estén enfrentados. Como me gustaría esta noche irme a dormir y mañana levantarme respirando el aire de la unidad.
Y también duele aceptar que haya sectores políticos que nada tienen que ver con la central que intentan desde afuera decidir sobre nuestro destino, cuando muchas veces recalcamos que la central debía ser autónoma, pero una autonomía en serio y no de palabra. Y esa autonomía es la que hizo de la central un faro para todos los militantes que durante los 90 enfrentaron el genocidio neoliberal, recuperemos aquella central que nos contenía a todos por igual.
La Central es una herramienta que el pueblo adopto y construyo con mucha lucha y sacrificio, es una construcción colectiva que no podemos permitirnos debilitar con enfrentamientos que muchos de nosotros no terminamos de comprender. Yo no pretendo decirle a nadie lo que tiene que hacer, simplemente recupero con toda humildad, las enseñanzas que ustedes me dejaron y quedaron atesoradas en mi corazón de colla.
No se si estoy en condiciones de pedirles algo, pero desde lo mas profundo de mi corazón, les pido que nos demos la ultima oportunidad de sentarnos a charlar para lograr un consenso que sirva de base a un compromiso por la unidad. Siento que lo poco que estoy expresando es lo que piensan miles y miles de compañeros de la CTA que piden unidad para no perder esta oportunidad histórica.
Dude mucho en escribirles esta carta pero los tiempos apremian y me veo en la obligación de expresar lo que pienso y lo que siento. Un fuerte abrazo:
Milagro Sala
4 de julio de 2010