Wikileaks y la Prensa Imperial
Mumía Abú-Jamal
1/8/10
La publicación de más de 70,000 documentos de la Guerra en Afganistán fue recibida por la mayoría de las corporaciones de los medios de comunicación, en el mejor de los casos, como algo mortificante; y en el peor, como un acto de traición.
Las ideas expresadas por esos medios revelan la misma mentalidad que agitó a la nación y la llevó a la guerra después del, 11 de Setiembre. Medios de comunicación actuando de sirvientes del poder presidencial. Medios de comunicación sirvientes de las industrias de la guerra --y del Imperio.
Julián Assange, editor-principal de Wikileaks, ha sido fuertemente castigado por no preocuparse suficientemente por los soldados norteamericanos ni por los espías afganos.
¿Su otra ofensa? Publicar el número de civiles afganos matados por tropas de Estados Unidos. Para la mayoría de los medios de comunicación éso es un, ¡no!-¡no!
Así es como son los medios de comunicación del Imperio.
Como van las cosas, las corporaciones norteamericanas de los medios rápidamente se están convirtiendo en una especie en franco proceso de extinción, porque cada vez menos gente ve las noticias en la televisión o lee periódicos. Además, la juventud encabeza esta tendencia. Según unos reportajes, el periódico promedio en Estados Unidos pierde por lo menos el 10% de sus lectores cada año.
Si la tecnología indudablemente juega un papel en este proceso, la falta de confianza en los reportajes tiene que ser también un factor.
Su patriotismo de banderita, su música militar y sus mentiras llevaron a la nación a los desastres en Irak y Afganistán.
Cuando algo como Wikileaks aparece en escena, con documentos frescos de los campos de batalla, las corporaciones de los medios de comunicación suenan como algo que está demás.
Y ahora, como hambrientos perros buldog, ellos atacan a Wikileaks for no ser parte de sus juegos imperiales.
Ladran... pero Wikileaks muerde.
--(c) '10 maj
Traducción libre del inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.
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