Reflexiones a más de cuatro décadas de la muerte del Che Guevara
(Raúl Isman)
Docente. Escritor.
Columnista del Noticiero televisivo
Señal de Noticias (moreno. Provincia de Buenos Aires) y
del programa radial
"Avivados por Juaretche" (Radio LT14. Paraná. Entre Ríos)
Colaborador habitual del
periódico Socialista "el Ideal"
Director de la revista
Electrónica Redacción popular.
En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola.
Vladimir Lenín.
Así estamos
consternados
rabiosos.
Mario Benedetti. Poeta Uruguayo.
Montevideo, octubre de 1967.
Fragmento de unos versos escritos
en ocasión de la muerte del Che Guevara.
Introducción
La frase del revolucionario ruso transcripta como epígrafe puede resultar un excelente disparador para realizar algunas reflexiones acerca de la vida y el legado de Ernesto Guevara Lynch (1928-1967), médico y revolucionario argentino que pasó a la historia más allá del Ernesto- que era su nombre real y pasando por sobre el che genérico con que se designa a los argentinos en toda nuestra América- para ser eternamente "el che", por antonomasia. Por otra parte, la cita del vate uruguayo refleja la honda sensación de desazón e sufrimiento vivida por todos los que militan en la causa de la liberación de los pueblos en ocasión de la muerte del citado revolucionario, a manos de esbirros de la C.I.A. el 8 de octubre de 1967.
Por cierto que las palabras del Lenín están referidas a Karl Marx, pero se pueden aplicar sin problema alguno a la trayectoria del militante que motiva estas notas en homenaje. En vida y especialmente desde la salida de Cuba del guerrillero, los sabuesos de los servicios de informaciones de todo el orbe capitalista lo persiguieron hasta darle captura y asesinarlo a sangre fría, según corresponde a una interpretación no arbitraria de la letra de la propia legalidad burguesa. No obstante, ya muerto se lo puede ver en posters, remeras, banderas de los hinchas de fútbol; imágenes en fin, que en esencia persiguen disecar y vaciar de contenido el auténtico significado del personaje- de carácter indudablemente revolucionario- hasta convertirlo en icono digerible para el sistema dominante y fuente a su vez de pingues negocios. Sólo falta que frívolas modelos publicitarias digan…. "Adoro al che". El esbirro de los peores intereses capitalistas Alvaro Vargas Llosa lo confirma a su particular manera: "El Che Guevara, quien hizo tanto (¿o tan poco?) por destruir al capitalismo, es en la actualidad la quintaesencia de una marca capitalista. Su semblante adorna jarros de café, caperuzas, encendedores, llaveros, billeteras, gorras de béisbol, tocados, bandadas, musculosas, camisetas deportivas, carteras finas, jeans de denim, té de hierbas, y por supuesto esas omnipresentes remeras con la fotografía, tomada por Alberto Korda, del galán socialista luciendo su boina durante los primeros años de la revolución, en el instante en que el Che de casualidad se introdujo en el visor del fotógrafo—y en la imagen que, treinta y ocho años después de su muerte, constituye aún el logotipo del revolucionario (¿o del capitalista?) "chic"… existe incluso un jabón en polvo con el eslogan "El Che lava más blanco". Alvaro Vargas Llosa, en The New Republic del 11/7/2005. Nota que podríamos calificar de vomitiva por la repugnante mala intención del autor.
Ya pasadas las cuatro décadas de su asesinato, continúa siendo un personaje capaz de encender las posiciones más antagónicas. Según una Página Web de una patrulla perdida y nunca hallada de la guerra fría http://members.aol.com/Guanabacoa/che.html "fue un asesino y murió como merecía". En dicha recopilación se realiza la apología de conocidos delincuentes y genocidas argentinos esbirros de la dictadura comenzada en 1976, presentándolos como víctimas vaya a saber uno de que persecución injusta. Por ejemplo, llama "preso político y perseguido" a un sacerdote- hoy condenado y preso como corresponde- que chantajeaba a familiares de desaparecidos y aportaba "consuelo espiritual", a las víctimas de la represión en centros clandestinos de dedicados a la tortura y al exterminio durante la dictadura militar que asoló a nuestro pueblo entre 1976 y 1983. Entre las víctimas de este "pastor" se hallaban los adolescentes desaparecidos en el episodio llamado La noche los lápices, del cual se han cumplido ya más de tres décadas, suceso en el que fueron masacrados un conjunto de estudiantes de la enseñanza media. Por cierto que en la vereda contraria de los inquisidores citados se hallan la inmensa mayoría de los referentes progresistas, organizaciones populares y movimientos sociales de todo el orbe, que sigue reivindicando la figura del Che, como paradigma del revolucionario inclaudicable, portador de una firme voluntad por la transformación social.
Combinaremos a lo largo de estas líneas, el rescate que desde nuestra realidad actual de latinoamericanos oprimidos y expoliados por el imperialismo y sus aliados internos haremos de la obra teórica y la trayectoria militante del argentino más famoso, con pinceladas acerca de su vida. Es que nos parece que flaco favor se le hace a su memoria si priorizaríamos un enfoque dogmático y hagiográfico (en la edad media se llamaban hagiografías al genero dedicado a la vida de los santos y nada más lejos del Che que el olor a santidad). Nuestro propósito es reivindicar su figura, pero no al precio de aceptar la vigencia de ideas que no nos parecen ricas y contemporáneamente útiles en la muy larga marcha de nuestros pueblos hacia su liberación.
De cómo Ernesto se
convirtió en el Che
Nacido el 14 de junio de 1928 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, denominada ya en tiempos de su infancia la "Chicago Argentina", desde los dos años de edad padeció asma; por lo cual su familia se radicó varios años en la ciudad de Alta Gracia (provincia de Cordoba), famosa por su buen clima. Era el hijo mayor del matrimonio formado por Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna. Luego la pareja tendría dos varones y dos mujeres más.
Es conocido casi universalmente que estudió medicina hasta graduarse en la Universidad de Buenos Aires, habiendo ingresado para comenzar la cursada de la profesión hipocrática en 1947. Y que recorrió América Latina alternativamente en moto, bus o "a dedo", como decimos en nuestro país. Tuvo ocasión de observar de modo nada libresco la infame miseria en la que estaban (y por cierto continúan) sumergidos nuestros pueblos. Su personalidad política se forjó en tal ambiente práctico, pero no desdeñó la teoría, al punto de haberse convertido en un refinado cultor de ella. Hablamos de refinamiento en el sentido de la agudeza crítica característica de su pensar y no porque se le pueda acusar de darse a los fuegos de artificio propios de la pura formalidad lingüística. Pongamos, a modo de ejemplo que- ya producida la revolución cubana- denunció el contenido claudicante de las políticas soviética y china. Por aquellos tiempos, eran muy escasos los referentes que osaban cuestionar la preeminencia ideológica y práctica de los entonces llamados comúnmente gigantes del comunismo. De este modo queda palmariamente demostrada- en la concepción del Che- la esencial unidad de teoría y práctica. Cuanto más creciente era su compromiso político, mayor era su avidez de lecturas, a las que se entregaba a despecho de las incomodidades de su vida nómade. O de las dificultades impuestas por el combate guerrillero; luego del desembarco en la Sierra Maestra de Oriente. Tal compromiso se fue profundizando al conocer más en profundidad los arcanos de la explotación sufrida por nuestros pueblos.
El cine ha rescatado esa parte de su vida- la menos transitada mediáticamente- en la película "Diarios en motocicleta" del director brasileño Alejandro Salles. Como curiosidad puede citarse que una de las escenas transcurre en un café y bar porteño llamado "El Británico", muy recientemente rescatado de su inmolación en aras de la globalización neoliberal. Seguramente nuestro homenajeado no transitó en la vida real sus mesas, pero sin dudas lucharía hasta las últimas consecuencias contra la barbarie globalizadora que pretendiera acabar con las acogedoras tertulias que allí se llevan a cabo.
Así aún antes de graduarse, recorrió campos, leprosarios, ciudades, minas a cielo abierto, hospitales, cenáculos estudiantiles e intelectuales, círculos obreros y fiestas populares. De tal modo quedó sepultado en el olvido el joven que jugaba rugby, cuando comenzaba sus estudios universitarios, un deporte asociado al ocio característico de las clases acomodadas. De todos modos, el periodista deportivo Ariel Scher lo recuerda en un libro como indomable luchador con la "guinda", pese al asma que lo fastidió hasta el fin de sus días.
Ya graduado como médico, emprendió un segundo periplo y así conoció Bolivia- revolucionada desde 1952- y Guatemala: el pequeño país en el que un gobierno popular presidido por Jacobo Arbenz osara nacionalizar las propiedades de la empresa norteamericana United Fruit. Quienes conocen el fin de esta historia saben que la "afrenta" infligida al imperialismo trajo como consecuencia una invasión prohijada por E.E.U.U. y una sucesión casi interminable de gobiernos genocidas sobre el sufrido pueblo heredero de los Mayas. Guevara había llegado a la convulsionada patria guatemalteca en 1953. Era un anónimo Che y estaba por convertirse en "el Che". Es que durante esta etapa conoce a Antonio López, integrante de la armada que- comandada por Fidel Castro- había intentado tomar el cuartel de La Moncada el 26 de julio de 1953. López se convierte en su amigo y lo presentará dos años después al futuro máximo Comandante de la revolución cubana. Los testimonios de primera mano- como el de su amigo Ricardo Rojo, compañero de ruta en su segundo periplo y autor de uno de los primeros libros que se hicieron acerca de su trayectoria vital- hablan de un hombre de un carácter alegre y entusiasta, portador además de una voluntad indomable; todo ello sumado a un incuestionable desprendimiento personal. Coincidente fue la semblanza que de él hizo Fidel Castro, en la ciudad de Buenos Aires, en mayo de 2003, en un recordado discurso en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Esa noche relató el máximo dirigente de la revolución cubana un episodio ocurrido durante la época de la guerra civil en la Sierra Maestra, en la que "el Che"- médico al fin- arriesgó su propia vida para socorrer a un herido perteneciente a las filas enemigas.
Décadas antes Augusto Cesar Sandino, líder y combatiente popular nicaragüense, había dicho que "por cada millar de dólares introducidos a mi patria por los banqueros yanquis ha muerto un hombre nicaragüense". Mientras tanto, durante su recorrida por Latinoamérica, el che verificaba prácticamente el acierto de los dichos del "General de los pueblos libres", sea por la acción represiva de los soldados esbirros del imperialismo, como por las secuelas provocadas por la voracidad expoliadora en las condiciones de vida (¿no habría que decir de muerte?) de los trabajadores. En Guatemala, trabajaba como médico en varios sindicatos y formó pareja con la economista peruana Hilda Gadea, con la cual se casó formalmente ya radicado en Méjico.
Durante aquel trágico 1954, se verificaba una vez más la Santa Alianza que el poder articulaba en contra de nuestros pueblos: el Arzobispo de Guatemala Mariano Rosell Arellano exhortaba al pueblo a oponerse al "comunismo enemigo de Dios y de la Patria", mientras el secretario de Estado de los E.E.U.U. John Foster Dulles armaba e impulsaba la invasión del General Castillo Armas. La alianza de la cruz (la iglesia católica) y la espada (el imperialismo norteamericano) se estructuraba- como volvería a ocurrir en los '80- para producir expoliación, dolor y muerte a los pueblos del orbe. La represión desatada fue tan salvaje y genocida como los imperialistas y sus lacayos demostraron a lo largo de las páginas más negras en la historia de nuestra América: millares de prisioneros, asesinados y refugiados en delegaciones diplomáticas. El joven Ernesto (apenas contaba 26 años de edad) vivió unos meses en la delegación diplomática de su país de origen. Luego, munido de un salvoconducto, pudo partir por ferrocarril hacia Méjico. En la Capital azteca trabajo como médico y fotógrafo. Se reencontró con Antonio Lopez, quien lo puso en contacto con los hermanos Fidel y Raúl Castro: la historia comenzaba a acelerarse y el joven medico a convertirse en el "Che".
Los preparativos para
la gran aventura
El término aventura no está aquí utilizado con ligereza, si no más bien en el sentido laudatoria de la épica acción de un puñado de jóvenes cuyo objetivo era realizar nada menos que los ideales truncos de José Martí, el poeta nacional que había unido canto y militancia por la independencia de Cuba.
La situación de Cuba no era nada peculiar para el contexto centroamericano y caribeño. La opresión imperialista había diseñado el país y estaba presente y omnipotente desde los comienzos de su vida "independiente". De hecho, la liberación de España fue resultado de una turbia maniobra estadounidense que, con una intervención de su armada, propició la ruptura con la arcaica potencia colonial. Resultado de tan original proceso de "liberación nacional", la nueva metrópoli se reservó- por medio de la enmienda Platt- en el propio texto constitucional el derecho a intervenir con su ejercito en la nueva "nación". Por otra parte, no es errado afirmar que la economía cubana tenía dos puntales: el azúcar que se exportaba casi integralmente y los servicios turísticos, entre los cuales no era menor la importancia de la prostitución, a la que debían someterse muchas de las jóvenes isleñas más pobres. Para decirlo con pocas y sintéticas palabras: proveer azúcar barata y prostitutas para los millonarios aburridos de los Estados Unidos era el papel de Cuba en la división internacional del trabajo. Este era el estado de cosas que los jóvenes liderados por Fidel Castro deseaban transformar. Luego del primer y fallido intento, la toma del cuartel de La Moncada, el 26 de julio de 1953, los principales compañeros de Fidel Castro comenzaron a converger en Méjico, luego que el líder saliera de la prisión y se radicase en tierras aztecas. Durante la etapa preparatoria para la acción revolucionaria, el "Che" fue detenido por la policía mejicana en acuerdo con los espías batistianos.
En aquellos míticos y lejanos tiempos, el grupo conducido por Fidel Castro supo explotar la desinformación y desorientación del imperialismo para obtener diversas ventajas. Tales extravíos fueron compartidos por sectores oligárquicos de, por ejemplo, la Argentina. Es que Fidel Castro visitó estas tierras, a poco de haber tomado el poder y la miope clase dominante confundía a Batista con el general Juan Domingo Perón. De modo que paseó al revolucionario por las suntuosas calles de la zona Norte, una de las más acomodadas de la Capital Federal, como "héroe de la libertad". Por cierto que si hubieran sabido que homenajeaban a un comunista, el poco más que treintañero comandante no se hubiera hecho acreedor de la gratitud de semejante caterva homenajeadora.
Los entrenamientos, el acopio de armas, el alistado del "Granma", el barco en el que la pintoresca armada se lanzaría a la conquista de la libertad para la Patria de José Martí, consumieron casi un año y pese al hostigamiento e infiltración de espías al servicio del dictador Fulgencio Batista. No describiremos con lujo de detalles los preparativos y las escaramuzas suscitadas con los espías del régimen cubano, ya que el objetivo de estas líneas no es hacer una historia pormenorizada de esta etapa del proceso revolucionario cubano, son más bien un panorama de la trayectoria vital del comandante Guevara.
Desembarco, guerra civil
y revolución
Sin dudas, cada revolución es un proceso irrepetible. La revolución cubana no podría ser la excepción. De todos modos, destacaremos una cuestión fundamental: el hecho que luego de desembarcar el 2 de diciembre de 1956 la armada rebelde- que había partido con nada mas que ochenta y dos hombres- fue diezmada a poco más de una docena de combatientes. No sólo logró sobrevivir sino que se transformó en un ejército victorioso. Las causas son casi obvias, pero es preciso y conveniente subrayarlas contra visiones de la historia, que caen en el simplismo de analizar los procesos reduciéndolos a la conspiración como único motor eficiente. Por el contrario, el grupo de guerrilleros supo conectar la lucha emprendida con las necesidades del pueblo, en especial de los campesinos y procedió a transformar la sociedad en el propio proceso de la guerra civil. En ello radicó- en nuestra opinión- la principal virtud revolucionario, más que en lo que ha quedado denominado en las lecturas más mecánicas como Teoría del foco, es decir, el grupo que da el ejemplo y al que sigue la masa. Oscilando entre la creativa realización de las tareas revolucionarias y la dogmática y cerrada interpretación foquista se desarrollaron casi tres décadas de los movimientos populares latinoamericanos. El máximo teórico del citado foquismo fue el francés Regis Debray, quién había viajado a Cuba en 1960 y a posteriori compartió con Guevara la experiencia en Bolivia. Un primer balance mínimo de esta cuestión lo realizó casi a principios de la década de los '70 el Comandante Fidel Castro. En su libro "Todo o nada", la investigadora argentina María Seoane cuenta que el líder revolucionario le criticó al guerrillero Roberto Mario Santucho la pretensión de impulsar una guerrilla contra el gobierno del General Juan Domingo Perón, recientemente (en 1973) vuelto al país y a la presidencia, luego de casi dos décadas de exilio. El anciano general sintetizaba en su figura las expectativas populares hacia la democracia y muchas ilusiones en que se pudieran resolver las carencias de los sujetos subalternos en el marco del capitalismo (dependiente). Por cierto que no hay foco revolucionario, por combatiente y aguerrido que fuere, que se desarrolle si no es conectando con las expectativas, conflictos y necesidades concretas de las masas populares.
Lo cierto es que durante la propia lucha, los revolucionarios cubanos, y el propio "Che", avanzaban con el ejército miliciano ganando territorio a las fuerzas dictatoriales, al tiempo que construían escuelas, talleres para fabricar zapatos, manufacturas de armas, herrería y hornos para hacer pan y desplegaban en la máxima medida posible las reivindicaciones del campesinado. En principio, el valor desplegado en combate le permitió al argentino ascender a capitán hacia julio de 1957 y muy poco después llego el nombramiento de comandante.
Sería redundante y ligeramente aburrido consignar las batallas y sus avatares. Por el contrario, mucho más interesante es destacar la importancia asignada a los medios masivos de comunicación por el novel comandante de apenas 29 años. El 4 de noviembre de 1957, en un viejo mimeógrafo, comienza a editarse "El Cubano Libre", primer periódico de la revolución en marcha. El 24 de febrero de 1958 comienza sus transmisiones "Radio Rebelde", emisora creada también por iniciativa del que ya comenzaba a ser el argentino más famoso. La revolución cubana estaba en marcha, y, además, lo comunicaba. Guevara demostraba heroísmo en el combate, pero también fina percepción de la importancia de los fenómenos comunicacionales. El 15 de abril de 1958 llega a la Sierra Maestra el periodista argentino Ricardo Massetti y entrevista a su compatriota comandante guerrillero. En el reportaje el Che se definirá como ciudadano de toda América, ubicando en el lugar de enemigo al imperialismo norteamericano. Para acceder a una versión de la entrevista:
http://www.nuestraamerica.info/leer.hlvs/761
Por entonces, el "Che" era un perfecto desconocido para la opinión pública argentina, que gracias a la interviú pudo saber de su existencia y pensamiento político. Terminada la guerra, Massetti (entre otros, junto al célebre periodista y escritor Rodolfo Walsh desaparecido por causa de la criminal acción de la dictadura en 1976) fue uno de los más destacados organizadores de la Agencia Prensa Latina, la organización de contra-información creada por la revolución triunfante. A posteriori, fue ultimado en combate por el ejército argentino, en ocasión de intentar gestar en la norteña provincia de Salta un foco guerrillero similar al de la Sierra Maestra. El cadáver del periodista-combatiente nunca apareció. Como se puede ver, la institución armada argentina hacia méritos desde antes de 1976 en el dudoso arte de masacrar militantes y desaparecer sus restos. Por otra parte, no podemos menos que destacar aquí el error de pretender impulsar un brote guerrillero, a contramano de los sentimientos populares y de la conflictividad real de la sociedad de aquellos años. La mayoría del pueblo argentino no estaba urgido por una revolución socialista, sino más bien por revertir las condiciones de proscripción de la fuerza mayoritaria: el peronismo y del propio líder, por entonces en el exilio madrileño que se prolongaría 18 años.
Mientras tanto, durante el año 1958, la guerra se vuelca a favor de la fuerza rebelde. A fines de tal año, el Che protagoniza su triunfo militar mas sonado. El 30 de diciembre concluye la Batalla de Santa Clara, ciudad que "se levanta para verte", como inmortalizara "Hasta siempre" la canción de Carlos Puebla, juglar de la revolución. Para disfrutar de una deliciosa versión del tema:
http://www.youtube.com/watch?v=jppkff5mk34
De allí recibe la orden de seguir hacia La Habana. En los primeros días del año 1959 la revolución ha triunfado sin atenuantes. El Che se da tiempo para bromear con sus padres. En una esquela les dice "He gastado dos (vidas), me quedan cinco. Confíen en que Dios es argentino. Argentino", Cubano o inexistente el altísimo, lo cierto es que comienza una nueva etapa en la historia de Cuba y de toda nuestra América. Se inicia la construcción de una sociedad mas justa y fraterna en las barbas mismas del propio imperio.
Los primeros tiempos
de la Revolución
La impronta del triunfo guerrillero fue inconmensurable. Miles de activistas en toda nuestra América se volcaron a la lucha armada influenciados por la imagen triunfal de los comandantes entrando en la capital isleña. Partidos políticos de orientación reformista y parlamentarista vieron aparecer en su seno tendencias favorables a la utilización de la violencia política, mientras que muchísimos jóvenes latinoamericanos pagaron con sus vidas el compromiso asumido. La lucha armada- un método en si mismo que puede aceptarse o no de acuerdo a las diversas situaciones sociales y políticas del movimiento de masas- fue confundido con la estrategia de la propia revolución, en la visión de muchas agrupaciones y dirigentes políticos latinoamericanos.
Durante el primer año de gobierno el Che viajó por todo el mundo en diversas comisiones debidas a las necesidades de la gestión. Se vivían tiempos fundacionales y los comandantes tanto daban clases magistrales en universidades, asimismo debatían acciones para una gestión a la vez más radical y eficaz, confraternizaban con gobernantes y movimientos por la liberación nacional de todo el orbe y cortaban caña en la zafra; como si fueran humildes braceros.
El año 1959 fue denominado "de la liberación" y el triunfante Movimiento 26 de Julio respetó ciertos acuerdos con fuerzas burguesas. La radicalización, no obstante, no tardaría en llegar. También a mediados de año en mayo de 1959, se divorció de Hilda Gadea y al poco tiempo contrajo enlace con la joven Aleida March Torres, quien sería madre cuatro de sus hijos. Además de su vástaga con Hilda Gadea, tuvo un hijo extramatrimonial en 1964.
En 1960, "año de la reforma agraria", El fotógrafo Alberto Korda tomó la imagen más difundida y célebre de su persona. La revolución se acelera al avanzar sobre los grandes propietarios de tierra. El imperialismo se alerta, no tardará en sobrevenir la invasión prohijada por los E.E.U.U.
El año 1961 es denominado "de la educación". El che recibe el nombramiento de Ministro de Industrias, desde allí despliega una intensa actividad de gestión en procura de transformar el perfil monoproductor de la isla. Paralelamente, desarrolla parte de lo más rico de su obra teórica. Durante dicho año visita Uruguay, en el mes de agosto, en el marco de una conferencia del Consejo Económico y Social de las Américas y recibe la solidaridad militante del pueblo uruguayo. Durante ese viaje sufre un intento de asesinato que deriva en la muerte de un inocente. En un viaje relámpago oficial a Buenos Aires se entrevista con el presidente Arturo Frondizi, quién se debatía acosado por las presiones cotidianas de los generales. La guerra fría se hallaba en uno de los momentos más álgidos. El mandatario brasileño Janio Cuadros lo condecora y sufre también el acoso de sus pretores, incondicionales aliados del imperio. En esta última visita a la patria que lo vio nacer, según el testimonio del mandatario argentino: "Guevara me escuchó y accedió a examinar el problema sobre la base, que yo le propuse, de que Cuba no insistiera en querer exportar su revolución a otras naciones del hemisferio. Sin embargo me dio su opinión sobre América latina afirmando que, aún sin influencia o injerencia cubana, la revolución era inevitable pues estaban cerrados los caminos de la evolución pacífica", tal como relata el periodista Hugo Gambini, uno de los primeros biógrafos del Che. Surge nítidamente de las palabras del presidente el férreo voluntarismo del nuestro personaje; que no aceptaba otra posibilidad que la revolución- en tanto proceso casi inevitable- como única salida a los padecimientos sufridos por nuestros pueblos. Durante esa brevísima visita, no le faltó el tiempo ni la oportunidad al comandante para inquirir sobre la marcha de Rosario Central, club de fútbol de sus amores, y del San Isidro Club (de rugby).
El año 1962- año de la invasión frustrada por la revolución- es denominado "de la planificación", 1963 es llamado "de la economía", y 1964, "de la agricultura", pero preferimos no abrumar al lector con datos; es que la historia personal del Che vuelve a acelerarse.
Antes de retomar los caminos del Che, sería interesante realizar un mínimo balance de la revolución- que a su casi medio siglo- puede ostentar índices de bienestar popular (salud, educación, entre otros) superiores al propio E.E.U.U., siendo como es Cuba una sociedad con muchísimos menos recursos económicos que el imperio del norte. Tales son los logros más destacables del pueblo y la propia revolución; que sólo pueden ser negados por la torva gusanería radicada en Miami y financiada por el imperialismo. Si existiera una vida en el más allá, Guevara tendría claro que su lucha no ha sido en vano. Pero a su vez no puede negarse que es preciso abrir un debate acerca de cómo seguir pues el modelo cubano- en su versión más rígida- presenta ciertas señales de agotamiento a comienzos de la segunda década del siglo XXI.
Se pierden
los rastros (durante algún tiempo)
La salida del Che de Cuba puede haberse causado en diversos factores. En nuestra opinión no fue uno de los menos importantes la disconformidad del argentino con el rumbo conciliador con el imperialismo norteamericano por parte de la U.R.S.S., sumado a la creciente influencia del gigante eurasiático en la situación cubana. La guerra fría significó la necesidad ineludible para la dirigencia isleña de aliarse con los soviéticos, ya que era preciso contar con un apoyo significativo para poder soportar el bloqueo y darle continuidad a la revolución. Por cierto que tal apoyo implicó necesariamente una cierta pérdida en la autonomía de la dirigencia cubana.
Por otra parte, no es menos cierto que a su temperamento intrépido y voluntarista le cuadraba mejor el combate por todo el orbe que la poltrona de funcionario. Lo cierto es que a mediados de 1965, el Che se halla en el Congo para luchar junto a los combatientes que se oponían al régimen pro Estados Unidos allí imperante y a fin de entrenarse y readaptarse a las condiciones físicas necesarias para la lucha en otros países de América, verdadero objetivo de sus desvelos.
Ya en 1966 el comandante viaja por Europa, visita- entre otras ciudades, París y Praga. Multiplica sus contactos con jóvenes militantes y se dirige a su gran objetivo: Sudamérica. Elige Bolivia para impulsar la lucha revolucionaria por diversas razones. Mencionaremos algunas:
a) Un elenco gubernamental corrupto e impopular.
b) Un cierto descontento bastante generalizado entre los vastos sectores de la población más pobre.
c) Una sociedad marcadamente polarizada, con un sector poderoso fácilmente identificable.
d) La defensa del sistema a cargo de un ejército mediocre, no del todo reconstituido de la derrota sufrida a manos de la insurrección popular de 1952.
El Che soñó con que la posición de Bolivia- fronteriza con cinco países- la convertiría en la base para el despliegue de un hipotético "Ejército continental de Liberación Nacional". La lucha, son embargo, tomaría otras derivaciones. El foco fue detectado muy tempranamente y fácilmente aislado por las fuerzas represivas. Además, desde nuestro punto de vista, no hay dudas que el destacamento combatiente fue sometido al aislamiento por la acción traidora del Partido Comunista Boliviano. A su vez, esta fuerza demostraba- con su desentendimiento de la suerte del che y sus compañeros- la posición de la U.R.S.S., favorable a quitar del centro del debate el incómodo discurso crítico característico del argentino. Según una entrevista del Profesor Néstor Kohan a la hija del Che Aleida Guevara March, que a nuestro entender refleja muy claramente la realidad:
"N.K.: Entonces la traición fue de la dirección del PC. A.G.M.: Yo diría de una parte de la dirección. En ese momento tenía el poder en las manos. N.K.:Y respondía a los soviéticos…"
De modo que no resultaría nada extraño si en el futuro se descubrieran documentos que probasen la connivencia de la K.G.B. con la C.I.A., con relación a la muerte de Guevara y sin dudas es probable que la caída del argentino hay provocado satisfacción y alegría por parte de la dirección del P.C.U.S..
Pero no menos cierto es que las principales causas de la derrota hay que buscarlas en que ningún momento el grupo de revolucionarios pudo conectar con las expectativas, necesidades y conflictos del pueblo boliviano.
La derrota y caída del Che Guevara- que fue asesinado a sangre fría el 8 de octubre de 1967 significa el cierre de muchas esperanzas y expectativas en nuestra América. El conocido filósofo francés Jean Paul Sartré, que había tenido una célebre entrevista con él años antes en la isla, dirá luego de Guevara: "Considero que ese hombre fue no sólo un intelectual, sino el hombre más completo de nuestra época". Sin dudas que la derrota de un método, la guerra de guerrillas, no significará necesariamente el entierro de toda esperanza de liberación. Encuadrando el análisis en esta perspectiva pueden (re) significarse las palabras enviadas en su mensaje postrero a la Tricontinental de La Habana: "Crear uno, dos, tres muchos Vietnam". Seguramente que en la actualidad no se trata de una lectura lineal y literal consistente en pretender crearle al imperialismo tamañas derrotas militares, como le infringiera el pueblo asiático en su oportunidad. No es que lo veamos como indeseable. Más bien, parecería no ser del todo posible. Pero si es factible que los sucesivos "Vietnam", se reproduzcan bajo la forma de múltiples movimientos sociales, referentes, gobiernos populares, partidos políticos y otros sujetos que hacen frente tozudamente a la prepotencia imperialista con la pertinacia de su acción resistente. Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa son dignos continuadores del Che, no por vía guerrillera; si no construyendo coaliciones de masas y accediendo al gobierno de modo pacífico. Tales son algunas conclusiones de un primer y merecido balance que sin dudas le depara la historia.
La obra teórica
Es sabido que las elaboraciones librescas les sirven a los pueblos- los condenados de la tierra- en la medida que les permitan alumbrar con mayor rigor su camino hacia la liberación. Así asume un verdadero carácter urgente, en la medida que resulta depositaria de la necesidad de (re)pensar críticamente los pasos ya dados y los subsiguientes que habrán de producirse hacia el futuro.
Las obras teóricas del Che están atravesadas por la urgencia de la voluntad: es decir la imperiosa necesidad de transformar la realidad. Agruparemos tal elaboración de acuerdo a su contenido en tres grupos, a saber:
a) Teoría de la guerra de guerrillas. En este punto, la trayectoria teórica- y por cierto, práctica- del Che quedó demasiado ligada a tal método. Y lo cierto es que la guerra de guerrillas sólo es una vía válida en la medida que sea escogida por los pueblos. Lo demuestra el propio asilamiento del che en su instante final y la historia de casi cinco décadas de lucha armada en América Latina.
b) Cuestiones económicas y de gobierno. En este punto el Che dejó una extensa obra que fue analizada- con el cuidado, la meticulosidad y la ponderación que merecía- por Carlos Tablada Perez en un libro editado recién en los '80. En principio, quedaba claramente establecido que una Cuba socialista era incompatible con un perfil de país mono productor azucarero. A realizar esta necesaria tarea dedicó sus años de Ministro de Industrias. Por otra parte, destacaremos aquí otra cuestión intensamente debatida en su momento. Se trata del debate acerca de los estímulos morales o materiales para incentivar a los trabajadores. Guevara sostenía la necesidad que fuera el impulso moral el que sostuviera la difícil construcción del socialismo. Mientras tanto, otras voces, influenciadas por la opinión soviética, pretendían un margen mayor para dotar a la población de incentivos relacionados a un cierto bienestar material. Haciendo un balance desde nuestra condición de privilegiados observadores del siglo XXI, y del derrumbe de diversos socialismos reales, podemos decir que los contrincantes de Guevara tenían razón sólo desde una perspectiva urgente e inmediata. Pero si el objetivo es construir realmente el socialismo desde bases sólidas, sólo puede hacérselo desde un conglomerado de masas que perciben a la nueva sociedad como producto de su propia construcción y con un basamento moral en todo opuesta a la cosmovisión capitalista. En la Unión Soviética, más de siete décadas de revolución- al parecer- no lograron modificar los hábitos, prácticas políticas y valores de las masas. De este modo, las ideas del revolucionario argentinos asumen nueva relevancia. El tema central que subyace es la absoluta necesidad que toda transformación social debe ser acompañada por una revolución cultural que modifique las conciencias de cada ciudadano. Parece ser el citado punto un verdadero talón de Aquiles en la historia de las revoluciones.
c) Muy ligado a lo anterior, problemas éticos y de la construcción del socialismo (en esencia, la cuestión del hombre nuevo). En este punto la apuesta del Che consistió en intentar trasladar a todo el pueblo revolucionario su propio modelo de personalidad. El arrojo, el desprendimiento de todo proyecto exclusivamente individual, el modo de ser constantemente solidario marcan un modelo que Guevara buscó generalizar hacia todos los cubanos. La nueva humanidad es presentada como proyecto siempre en construcción y así lo percibe su hija Aleida: "El hombre nuevo no es nunca un ser humano acabado".
Un mínimo balance
Fácil es darse cuenta que toda su elaboración se halla atravesada por la urgencia de un proceso revolucionario que exigía por igual respuestas teóricas y prácticas. En todos estos campos, el Che mantuvo su integridad moral, su compromiso político consecuente y el rigor teórico de su pensar.
A más de cuatro décadas de su muerte- pese a los errores señalados- sigue vivo el ejemplo del revolucionario indoblegable, del hombre afable, cariñoso con sus hijos que no vacilaba en jugarse su vida por auxiliar a un soldado de las filas enemigas y que la entregó por una causa que sabía más importante que conservar su existencia. Perdura el ejemplo del teórico riguroso, del hombre de gobierno que trabajaba a la par de cualquier brasero, del luchador que marchó a inmolarse por una humanidad que se precie de tal nombre, en definitiva por un mundo solidario y por el hombre nuevo.
Desde el punto de vista teórico y práctico, los investigadores argentinos Miguel Mazzeo y Néstor Kohan lo vinculan a una corriente del marxismo latinoamericano que intenta comprender la realidad de nuestro subcontinente y coloca la revolución como cuestión central.
Lo cierto es que cuando toda la población mundial pueda mirarse a si misma con la satisfacción de haber producido una sociedad que mereciera el nombre de humanista, el retrato del Che ocupará el sitio que merece en el corazón de los hombres y las mujeres libres de la miseria, la opresión y tantas lacras como las que aún oprimen a los pueblos. Sería deseable que no pasaran demasiadas generaciones hasta esos dichosos momentos.
Bibliografía.
Gambini, Hugo. El Che Guevara. Editorial Planeta. Buenos Aires. 2004.
Guevara Lynch, Ernesto. Mi hijo el Che. Ediciones Arte y Literatura, La Habana. 1988
Kohan, Néstor. Reportaje a Aleida March. Material recibido electrónicamente.
Rojo, Ricardo. MI amigo el Che. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 1988.
Mazzeo, Miguel. Mariátegui y el Che: el cambio cualitativo en la noción de la revolución y el socialismo. Material recibido electrónicamente.
Scher, Ariel. La aventura del deporte. En el libro La Patria Deportista, Editorial Planeta. Buenos Aires. 1996.
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Tablada Perez, Carlos. El Pensamiento económico de Ernesto Che Guevara. Ediciones casa de las Americas. 1987. La Habana.
Taibo II, Paco Ignacio. Ernesto Guevara, también conocido como el Che. Planeta. Barcelona.
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