miércoles, 3 de noviembre de 2010

Medhi Ben Barka Homenaje de la OSPAAAL La Habana

 

ORGANIZACIÓN DE SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS DE AFRICA, ASIA

                                                     Y AMERICA LATINA

1 de noviembre 2010 / No. 85

 

 

Rinde OSPAAAL homenaje a líder marroquí Medhi Ben Barka

Mariela Pérez Valenzuela

La Habana. Un sentido homenaje de recordación al líder marroquí El Medhí Ben Barka, en el aniversario 45 de su muerte, tuvo lugar este viernes en la sede de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), en esta capital.
   Una ofrende floral ante el busto que, en la sede de ese organismo inmortaliza la memoria de Ben Barka, fue colocada por Alfonso Fraga, secretario general de la OSPAAAL, acompañado por los miembros del Secretariado Ejecutivo que representan a Puerto Rico, Vietnam y Palestina.
   Ante miembros del cuerpo diplomático acreditado en Cuba, de partidos y fuerzas políticas del Tercer Mundo y otros invitados, Fraga destacó la vida revolucionaria del líder marroquí, iniciada a los 14 años de edad, cuando ya militaba en la organización estudiantil Acción Marroquí, que encabezaba la lucha nacionalista en su país.
   Recordó que este 29 de octubre se cumplen 45 años del secuestro en Paris y posterior asesinato del dirigente popular y antiimperialista, quien fuera Presidente del Comité Internacional Preparatorio de la Primera Conferencia Tricontinental, realizada en La Habana, del 3 al 15 de enero de 1966.
   Al hacer un recuento de la fecunda vida revolucionaria de Ben Barka, señaló que en 1956, al ser reconocida la independencia de Marruecos, fue electo Presidente de la Asamblea Nacional Consultiva.
   Recordó que siempre estuvo amenazado por las fuerzas colonialistas y fue víctima de un atentado policial en 1962, del que se restableció en Suiza,  y regresó de nuevo en diciembre de ese año a Marruecos para participar en las elecciones legislativas de 1963, en las que resultó electo Diputado Nacional por Rabat con más del 90% de los votos.
   Refirió que frente al auge independentista y antimonárquico, la policía asaltó el local de la Unión Nacional de Fuerzas Populares de Marruecos y detuvo a los dirigentes allí reunidos.

    Ben Barka, quien cumplía una misión de mediación y solidaridad entre dos países árabes hermanos en El Cairo, aunque ausente de la redada, fue condenado a muerte y debió retornar al exilio, desde donde reconstruyó la unidad de las fuerzas revolucionarias en el Frente Armado para la República de Marruecos.
   Fraga resaltó que la necesidad de promover la solidaridad entre todos los pueblos del Tercer Mundo y de unir en un solo reclamo los anhelos del Sur, se habían convertido en objetivo permanente de su desempeño político.

   Así –precisó- participó en 1963, en Tanzania, en la Tercera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos Afroasiáticos (OSPAA), inspirada en el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y en la victoria del pueblo cubano frente a la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961.
    Ben Barka se destacó entre los delegados que respaldaron la propuesta de celebrar en Cuba una conferencia de los tres continentes, que posibilitara el encuentro inaplazable entre los movimientos de liberación nacional que luchaban contra el colonialismo y el imperialismo, comunes en África, Asia y América Latina.
   Allí resultó electo miembro del Comité Permanente de la OSPAA, de la cual sería su Secretario Ejecutivo, así como Presidente del Fondo de Solidaridad de los movimientos de liberación de África y Asia.
   Durante la Cuarta Conferencia de esa organización, celebrada en Ghana, en 1965, los delegados acordaron celebrar en La Habana la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina, coincidiendo con el séptimo aniversario del triunfo revolucionario en Cuba.
    A tales fines, en septiembre de ese año, Ben Barka visitó Cuba en su condición de presidente del Comité Internacional Preparatorio y sostuvo un intenso programa de trabajo y entrevistas con altos dirigentes de la Isla, incluido el Comandante en Jefe, Fidel Castro.
    El 29 de octubre de 1965, cuando el trabajo preparatorio de la Conferencia avanzaba indetenible hacia la realización exitosa de la misma,  se produjo en París el secuestro, la tortura y el asesinato de  Ben Barka, recordó Fraga.
   Los autores materiales e intelectuales del magnicidio, puntualizó, fueron acusados con evidencias probatorias, pero el crimen quedó impune.
   Ben Barka había sido víctima de la confabulación del Ministro del Interior de la monarquía marroquí, Mohamed Oufkir, del Mossad israelí y de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, con la complicidad de los servicios secretos franceses, agregó.
   El  secuestro y asesinato de Ben Barka, subrayó, resultó una sensible y estremecedora pérdida para los revolucionarios y los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo, un duro golpe a los trabajos organizativos previos a la Conferencia Tricontinental que pretendieron en vano sabotear.
   Sin embargo, ni el horrendo asesinato del dirigente antiimperialista, ni las amenazas a la vida de otros líderes revolucionarios; ni las artimañas utilizadas por las fuerzas de la derecha impidieron que se celebrara en La Habana, del 3 al 12 de enero de 1966,  la Primera Conferencia Tricontinental, a la que asistieron 512 delegados de 82 países.
   En virtud de uno de los acuerdos adoptados en aquella Conferencia nació la OSPAAAL, que identifica a Ben Barka como símbolo imperecedero de la lucha por la unidad solidaria entre los pueblos de los tres continentes .

MPV/APR

 

OSPAAAL PAYS TRIBUTE TO MOROCCAN LEADER MEDHI BEN BARKA

Mariela Pérez Valenzuela

 

Havana. A sincere tribute to the memory of Moroccan leader El Medhi Ben Barka was paid last Friday at the headquarters of the Organization of Solidarity of the Peoples of Africa, Asia and Latin America (OSPAAAL) in this capital, on the 45th anniversary of his death.
  

A flower bouquet was placed at the foot of the bust that immortalizes the memory of Ben Barka at OSPAAAL’s headquarters by Alfonso Fraga, its general secretary, who was accompanied by the members of the Executive Secretariat representing Puerto Rico, Vietnam and Palestine.

In the presence of members of the Diplomatic Corps accredited in Cuba, of Third World political parties and forces, and other guests, Fraga highlighted the revolutionary life of the Moroccan leader, which began when at 14 years of age he was already a member of the student organization Moroccan Action, at the head of the nationalist struggle in his country.

He recalled that October 29 marks the 45th anniversary this year of the kidnapping in Paris and subsequent murder of the popular and anti-imperialist leader who presided over the International Committee in preparation of the First Three-Continental Conference held in Havana on January 3-15, 1966.

Drawing up an inventory of Ben Barka’s fruitful revolutionary life, he pointed out that in 1956, when the independence of Morocco was recognized, he was elected president of the National Consulting Assembly.

He recalled that he was always threatened by the colonialist forces and was the victim of a police attack in 1962, having recovered in Switzerland and returned to Morocco in December of that same year to take part in the legislative elections of 1963, when he was elected national deputy for Rabat with more than 90% of the votes.

He referred that, in the face of the growing independence and anti-monarchic forces, the police assaulted the headquarters of the National Union of Popular Forces of Morocco and arrested the leaders who were gathered there.

 

Ben Barka, who was carrying out a mediation and solidarity mission between two brotherly Arab countries in Cairo and was therefore absent during the raid, was sentenced to death and forced to return to exile, where he reconstructed the unity of the revolutionary forces in the Armed Front for the Republic of Morocco.

 

Fraga underlined that the need to promote solidarity   among all Third World peoples and unite the hopes of the South in one sole claim had become the permanent purpose of his political activity.

 

Thus—he stated precisely—in 1963 he participated in the Third Conference of Solidarity of the Afro-Asian Peoples (OSPAA), in Tanzania, inspired by the triumph of the Cuban Revolution in 1959 and the victory of the Cuban people against the mercenary invasion by Playa Girón in 1961.

Ben Barka played a significant role among the delegates who supported the proposal to celebrate a conference of the three continents in Cuba that would enable the pressing meeting of the national liberation movements common to Africa, Asia and Latin America that were struggling against colonialism and imperialism.

There he was elected a member of the OSPAA Permanent Committee, whose executive secretary he was to be, as well as president of the Solidarity Fund of the liberation movements in Africa and Asia.

During the Fourth Conference of that organization, held in Ghana in 1965, the delegated agreed to celebrate in Havana the First Conference of Solidarity of the Peoples of Africa, Asia and Latin America, coinciding with the seventh anniversary of the revolutionary triumph in Cuba.

 
With that purpose, in September of that year Ben Barka visited Cuba in his condition of president of the International Organizing Committee and carried out an intense agenda and meetings with top leaders of the Island, including Commander in Chief Fidel Castro.

On October 29, 1965, when the organization of the Conference was progressing unstoppably toward its successful achievement, the kidnapping, torture and murder of Ben Barka took place in Paris, recalled Fraga.

The physical and intellectual authors of the assassination, he stated, were accused with convincing evidence, but the crime remained unpunished.

Ben Barka had been the victim of the intrigue of the minister of the Interior of the Moroccan monarchy, Mohamed Oufkir, the Israeli Mossad and the U.S. Central Intelligence Agency, with the complicity of the French secret services, he added.

Ben Barka’s kidnapping and murder, he underlined, was a sensible and shattering loss for the Third World revolutionaries and national liberation movements, a hard blow to the organizational steps prior to the Three Continental Conference, which they vainly pretended to sabotage.

However, neither the hideous murder of the anti-imperialist leader nor the threats to the life of other revolutionary leaders, nor the traps set by the rightist forces prevented the celebration of the First Three Continental Conference in Havana on January 3-12, 1966, which was attended by 512 delegates from 82 countries.


One of the decisions of that Conference gave birth to the OSPAAAL, which identifies Ben Barka as immortal symbol of the struggle for the unity in solidarity among the peoples of the three continents.

 

 

MPV/APR