La contrarrevolución es un negocio
Por Julio César Sánchez Guerra*
La contrarrevolución en Cuba no es un asunto de oposición sino de negocio turbio e indigno; así quedó demostrado, una vez más, en las nuevas revelaciones sobre los “Peones del Imperio” en el capítulo televisivo: Las Razones de Cuba
Los llamados disidentes en Cuba, son parte de un juego repleto de hipocresía, el imperio los utiliza como caballitos de Troya de mala muerte, y los “fieles servidores imperiales”, hacen su papel pensando en la visa o en el dinero que les cae con el nombre de salario de plantilla o “regalitos de los amigos”.
A ellos no les interesa el destino de Cuba, ni una agresión militar, ni una latica de explosivos lanzada contra el cabaret Tropicana, no les interesa la muerte del turista italiano Favio Di Celmo, ni los miles de cubanos asesinados o mutilados por actos terroristas, solo les importa el servilismo que los manche con dinero.
Lo que hemos visto nos enseña mejor, cómo se fabrican las mentiras, las campañas mediáticas, las aberraciones desinformativas. ¿Qué dirá el presidente de los Estados Unidos? ¿Y la Unión Europea? ¿Y los blogueros dependientes del imperio?
Se necesita con urgencia una posición común, ante la dignidad, la verdad y la decencia, y no una posición fraudulenta que convierta a la mentira en una arma de destrucción masiva.
La emisora norteamericana que tomó el nombre de Martí como bandera de la infamia y la calumnia, tiene en el propio José Martí, la honda de
David que desde dentro los combate: El anexionismo está condenado a la impotencia permanente en la política cubana.
El mundo tiene una oportunidad más de comprobar las razones de Cuba y las sin razones de los peones del imperio. Basta ser una persona honesta, al margen de cualquier militancia política, para encontrar la verdad.
Funcionario del Instituto de Amistad con los Pueblos
Isla de la Juventud.