martes, 1 de marzo de 2011

Diabetes en Cuba saben convivir con el enemigo

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DIABETES EN CUBA: Saber convivir con el enemigo

Patricia Grogg

LA HABANA, feb (IPS) - Ana Belkis Alfonso celebró su 41 cumpleaños
como siempre, sin propasarse. Diabética desde los 18 años, debe cuidar
su dieta y hacer ejercicio regularmente. "He aprendido a convivir con
mi enfermedad", dijo a IPS antes de asistir a una charla educativa en
un hospital especializado de Cuba.

Según cuenta, su médico decidió su ingreso diurno en el Centro de
Atención al Diabético, ubicado en el barrio de Vedado de La Habana,
porque tenía los niveles de azúcar en sangre muy elevados. "Me están
haciendo un chequeo completo y además nos enseñan a mejorar nuestra
calidad de vida", añadió.

Cada semana un grupo de 25 pacientes aquejados de diabetes mellitus
acuden diariamente a este lugar para recibir asistencia médica y
aprender desde la mejor manera de administrarse la insulina,
alimentarse o hacer ejercicios para su salud, hasta el cuidado de sus
pies para evitar heridas que con el tiempo pueden resultar mortales.

El ingreso ambulatorio es parte de un programa de atención al
diabético integrado desde hace unas dos décadas al sistema de salud
pública cubana. Este plan ofrece cobertura nacional e integrada,
incluye el diagnóstico temprano de la enfermedad y la prevención de
complicaciones, que en algunos casos ponen en riesgo la vida.

"Este padecimiento afecta muchos órganos, pueden surgir problemas
cardiovasculares, cerebrovasculares, renales u oftalmológicos entre
otros. Por eso, la atención debe ser integral y el programa tiene un
componente educativo de primera línea", afirmó a IPS Oscar Díaz,
director del Instituto Nacional de Endocrinología (Inen).

La diabetes mellitius es una enfermedad crónica que se manifiesta como
un conjunto de trastornos del metabolismo, que afecta a diferentes
órganos y tejidos y se caracteriza por el exceso de glucosa en la sangre.

Uno de los orgullos de este profesional es el especial cuidado con las
mujeres embarazadas, en quienes se investiga la eventual diabetes
gestacional (producida por el embarazo) y si padecen la patología se
les asiste y orienta debidamente.

"No tengo hijos, pero si los quisiera, aquí me hacen un estudio y me
aconsejan qué hacer para evitarme problemas y asegurar que el bebé
nazca sano", relató Alfonso.

La asistencia a pacientes diabéticos comienza por el médico de familia
y sigue en el policlínico del área de residencia del paciente y en los
hospitales. Incluye además una red que abarca prácticamente todo el
país de Centros de Atención y Educación al Paciente Diabético y el
Inen, situado en la capital.

Con una población de 11,2 millones, en Cuba existen en la actualidad
no menos de 450.000 personas que padecen de diabetes mellitus, de los
cuales alrededor de 90.000 usan insulina, que son los casos más
complicados, de acuerdo a estimados de Díaz.

En 2009 murieron por esa causa 2.370 personas, en una tasa de 21,1 por
100.000 enfermos, y de ellas, 1.480 eran mujeres. Para asegurar la
asistencia especializada en el país se dispone por ahora de un
endocrinólogo por cada 37.000 habitantes.

Ese nivel "es adecuado, pero aspiramos a uno por cada 27.000", comentó
Díaz, quien menciona entre los éxitos del programa el aumento de
médicos de atención primaria de salud con conocimientos sobre la
diabetes, una enfermedad que describió como "compleja".

En los últimos años disminuyeron los ingresos hospitalarios y la
proporción entre fallecimientos por la enfermedad y la cantidad de
afectados, que ha crecido debido a la mayor expectativa de vida y la
búsqueda activa del padecimiento entre los grupos de riesgo. "Muchas
personas ignoran que son diabéticos hasta conocer el resultado de la
pesquisa", dijo Díaz.

Neraldo Orlandi, director del centro de atención al diabético en La
Habana, detalló que investigaciones realizadas en los años 70
arrojaron que por cada diabético conocido había dos o tres que no lo
sabían, mientras en la actualidad, de cada tres conocedores de su
enfermedad, hay solo uno oculto.

Los principales grupos de riesgo de contraer diabetes mellitus abarcan
personas mayores de 45 años, con sobrepeso u obesas, sedentarias y con
antecedentes familiares de primer grado. La dolencia suele ser más
común entre las mujeres.

Sin embargo, Orlandi indicó que esa diferencia tiende a desaparecer
debido al aumento de la obesidad y el sedentarismo entre los hombres,
que ahora acuden al consultorio médico con mayor frecuencia que antes.

Peso desmedido, déficit de actividad física y sobreconsumo de grasas
de origen animal y carbohidratos en detrimento de frutas y vegetales
se consideran casusa directa de esta patología, padecida por casi 300
millones de personas en el mundo.

Esa cifra podría superar los 400 millones hacia 2030, según estudios
especializados. De ahí la importancia de afinar los sistemas
sanitarios tanto en prevención como en tratamiento de la enfermedad,
incluidas las campañas encaminadas a aumentar la percepción de riesgo.

En Cuba, la diabetes tipo 2 es la más extendida y se debe al sobrepeso
u obesidad, lo cual provoca resistencia de los tejidos periféricos a
la acción de la insulina.

La diabetes tipo uno, también conocida con autoinmune, se manifiesta
con mayor frecuencia en niños y jóvenes y está dada por falta de
producción de insulina, que segregan normalmente las células beta
situadas en el páncreas del ser humano.

Para la úlcera del pie diabético, una de las complicaciones más
temidas por médicos y pacientes, la ciencia cubana puso a disposición
de los servicios primarios de salud el Heberprot-P, un medicamento
terapéutico que acelera la cicatrización de esas heridas complejas y
profundas en miembros inferiores de los enfermos.

"El Heberprot-P está incorporado al programa, aunque nosotros
trabajamos para evitar que se llegue a ese extremo", comentó Díaz. La
neuropatía de los pies, combinada con la reducción del flujo
sanguíneo, incrementa el riesgo de úlceras de los pies y, en última
instancia, de la amputación.


(FIN/2011)

/CORTESIA CUBA-L@LIST.UNM.EDU