martes, 28 de junio de 2011

La Paternal lucha por tener Plazas Arq. Rodolfo Livingston

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Rodolfo Livingston:   “ La Paternal es un barrio olvidado por la municipalidad ”

 

En una charla de café con el arquitecto Rodolfo Livingston, arquitecto de 80 años, con once libros escritos, más de 500 publicaciones en el mundo, y dueño de una ideología poco común en la arquitectura, le cuenta a Nuestro Barrio su proyecto de construcción de una plazoleta en La Paternal, ya que es el único barrio que no cuenta con una dentro de sus límites. Experto en urbanismo, cuenta sus opiniones sobre el entubamiento del arroyo Maldonado y la contaminación visual que abunda en la Ciudad de Buenos Aires.

  

-¿En qué estado se encuentra el proyecto de que se extienda la plazoleta Raymundo Gleyzer al predio adyacente a la escuela “Provincia de Mendoza”? ¿Es un terreno municipal o particular?

 

-No, es un predio particular, que pertenece a una señora. Ahora están averiguando cuál es la condición en catastro, si se va a construir o no, si hay un proyecto aprobado o no. Lo que nosotros pedimos es que lo compre el gobierno municipal, para convertirlo en una plaza, porque La Paternal es el único barrio sin plaza. Tampoco hay terrenos libres, y esta es una oportunidad que hay que aprovechar. Además está pegado a un colegio completamente cerrado, que está contraviniendo las normas del Ministerio de Educación, porque no tiene patio (si es techado no se llama patio).  Además otra cosa increíble es que ese colegio es alquilado, y le van subiendo el alquiler, y la municipalidad no debe permitir eso. Yo hice 1000 volantes y logramos congregar gente en la plaza dos sábados consecutivos y ya tenemos cerca de 200 firmas, quizás haya más ya, porque en el colegio están juntando firmas para la construcción de la plaza. La plaza más cercana a Donato Álvarez y Av. San Martín en la plaza Irlanda, que está a doce cuadras, cuando el criterio mundial indica que debe haber una plaza a no más de cinco cuadras de cualquier casa. Entonces cuando uno está encerrado con sus chicos, quiere llevarlos a una plaza, con  verde, con juegos, con silencio,  y no puede. El único lugar público es la vereda, que es un “fideo” de tránsito, y ruido. Uno debe poder ir a una plaza caminando, no como yo que voy en ta, con un hijo chiquito, hasta Plaza Irlanda.

 

-Entonces, ¿qué debería hacer el Estado?                               quitar

Todo conduce a que el Estado municipal ejerza su derecho de expropiar, de pagar y expropiar. Se han hecho muchas cosas de esa forma en Buenos Aires, siempre y cuando se justifique. Estamos juntando firmas, y están interesados algunos músicos y La Tendencia, que es una agrupación kirchnerista que tiene su sede en el barrio. A su vez, también surge la problemática  (que fea palabra, jamás la usaria Borges) del Cine Teatro Taricco, que debería recuperarse para el barrio. Haría punta en la ciudad porque todos sabemos lo lindo que es ir a un cine de barrio, sin tener que sucumbirir a los horribles “cinemarks” a comprar pochoclo, que cuesta veinte centavos y lo venden a veinte pesos.  Por qué tenemos que perder el encanto del acomodador, del programa, a pocas cuadras de tu casa.

Por otra parte La Paternal es un barrio olvidado por la municipalidad, porque tiene todas las veredas absolutamente destrozadas. Además todo el barrio La Paternal es una zona para construcciones industriales, cuando la realidad es que hay muchas viviendas. Por lo tanto lo que ahora están mal son los reglamentos, porque la realidad de hoy es otra, así que creo que ya es hora de cambiar las normas de La Paternal, y darse cuenta que hay muchas familias en este barrio, y que lo de la zona industrial ya pasó.  Porque la ley debe estar al servicio de la vida, y no borrada por una norma abstracta.

 

-¿Cuáles son los pasos a seguir para conseguir que se contruya la plaza?

 

-En primer lugar se debe congelar la posibilidad de que ahí se construya un edificio, y que eso sea reservado para la plaza. Cuando eso se logre entonces hay que proyectarla, con juegos de niños, bancos y vegetación. Hay que hacer un buen proyecto, pero hay que ver quien lo hace . Yo me ofrezco a hacerlo sin cargo alguno, porndo con los vecinos. Yo reuniría a los vecinos y les preguntaría qué cosas debería tener: si debería estar cercada o no, o cómo deberían ser los juegos de niños. Los proyectos municipales hacen de manera burocrática, y deberían hacerse con la gente. Las madres que vigilan a sus chicos deben tener asientos cómodos, alrededor de los juegos. Igualmente sería un lugar chico. Una plaza tiene 10.000 metros cuadrados, y esta tendría 800. Sería   más grande de la que hay ahora, que como está rodeada de autos, más que una plazoleta, es una rotonda. El primer paso se dio cuando los vecinos lograron ponerle el nombre de Raymundo Gleyzer. Bueno, ahora que poner una plaza debajo del nombre. 

 

-Yendo a lo general, ¿cómo ve la situación de Buenos Aires con respecto a las plazas?

 

-Buenos Aires tiene dos metros cuadrados de plaza por habitante, y debería tener seis o diez. Es decir que tenemos un déficit importante, que está producido por la voracidad inmobiliaria. Es más, los grandes espacios como los lagos de Palermo, cada día pierden más hectáreas. Los vecinos tratan de proteger los espacios verdes de clubes como G.E.B.A, que en un momento dado tiró árboles de cien años de antigüedad para hacer una playa de estacionamiento. Es decir, ellos ven en un espacio que fue creado para la recreación de los habitantes un lugar para construir. Ellos piensan que en ese lugar no hay nada, no entienden que el vacío  no es ausencia sino  una presencia, y tiene que ver con la vida de la gente. Palermo tenía 720 hectáreas libradas al público, y ahora tienen 120.

 

- Y con respecto a la contaminación visual, ¿qué pensamiento tiene?

 

-Me preguntaron qué opinaba de la arquitectura de Buenos Aires,  yo  respondí que no sabía, porque está tapada por los carteles. Hay carteles de cuatro pisos de altura. En Warnes parece que se están disputando quién hace el cartel más grande, y eso influye porque es mucha contaminación visual. Está comprobado que mirar todo ese caos cansa la vista, por eso uno cuando uno dice: “Qué lindo paisaje”, es porque descansamos la vista. Los carteles aquí están más descontrolados que en cualquier parte del planeta, y eso no le importa a nadie.

 

-¿De quién depende el control de los carteles?

 

-La municipalidad tiene que establecer normas que fijen el tamaño y lugar donde deben estar. Así se hace en las ciudades que  visitamos cuando queremos descansar de esta contaminación. En Venecia hay un Mc Donald’s, pero la “M” mide 30 centímetros de alto, no tres metros. De hecho la palabra “paisaje” proviene del término francés “Paysage”, que en español significa “país-sabio”. Porque así como la gente se preocupa por la estética de su ropa, también se preocupa por su casa, por pintarla, elegir el pueblo y el modelo( ¿?). Nosotros no aceptaríamos colgar cualquier cosa en nuestras paredes. Otro caso son las publicidades de algunas paradas de colectivo, que muchas veces impiden el paso. Lo que pasa es que predomina el interés del lucro y no la vida social de la gente.

-Ya que estamos hablando de urbanismo, ¿te parece bien que se asfalte la mayoría de las calles?

-No, porque nos acostumbramos a que el mundo esté tapado por el asfalto y cada vez que llueve es peor, porque no deja pasar nada. Las torres tienen cimientos tan profundos, que cortan el flujo de las napas de agua, que están varios pisos para abajo.  Todo empezó con el entubamiento del arroyo Maldonado. A ningún río le gusta que lo metan en un tubo, y además edificamos en los cauces de los ríos, entonces cuando se dilatan, todo se va a inundar. El Maldonado se debería haber mantenido como un arroyo o como un canal con espacio para la crecida, con verde a los dos costados.  Y es posible, porque en Córdoba hay una calle así.

 

-Hablando de la Av. Juan B. Justo, ¿el Metrobus te parece una solución para el tránsito? ¿Qué influencia tiene sobre el Maldonado?

 

- La idea de bus largo, recto por una misma calle, es buena, pero también hay que tener en cuenta el contexto. Si sacás dos carriles de los cuatro, el bus será muy lindo pero el caos del tránsito empeorará. Ese caso, como los senderos para bicicletas, debe venir acompañado de una disminución del tráfico automotor. Todo el mundo se pone contento cuando aumenta la producción de autos, pero la pregunta sería: “¿Cuántos caben?”. Porque nadie se hace esa pregunta. Se agregan 50.000 todos los meses, y los autos viejos no se tiran. Pongámoslo así: los autos circulan por arterias, y los autos son el colesterol. Entonces es bueno tener mucho colesterol porque, imaginate, lo vendo y me da mucha ganancia, y cuando llego a mi casa digo: “vos sabés qué bueno, me subió el colesterol, me está yendo muy bien económicamente”, pero después se termina muriendo de un infarto. El tráfico ya tiene  infartos, y tiene, además, placas en las arterias, que vendrían a ser el estacionamiento de las dos manos, que se lleva la mitad de la calle, sin contar los camiones de reparto. Lo que pasa es que los autos además de circular, tienen que estacionar, porque no es cuestión de circular y nada más. Entonces se recurre a los estacionamientos, que ya están llenos y son carísimos. O sea, hay cada vez arterias más finitas, con mayor colesterol. Es una locura! Podrían haber puesto un tren aéreo en la Avenida Juan B. Justo, que esté colgado de un cable, y que es mucho más económico.

 

-¿Hay otros proyectos de ese estilo para alivianar el tránsito? 

 

-Sí, como el de prohibir el ingreso de los autos al centro de la ciudad, pero eso tiene que venir junto con un sistema de transporte. Y la gente que trabaja en la industria automotriz  puede reubicarse en otros lados, porque históricamente pasó es, con otras industrias.  En Londres hay un peaje muy caro en los accesos al centro, pero que se complementa con un muy buen servicio de transporte público. Para finalizar, un dato interesante es que antes los taxistas recorrían 200 kilómetros por día, y ahora ente 160 y 170, y además algo muy curioso: el promedio de velocidad de los autos en la Ciudad de Buenos Aires es de 17 kilómetros por hora,  el mismo que el de una bicicleta, o que un de en el. mar, que la pasa bárbaro y no contamina. Entonces la propaganda muestra un auto que llega a 200 kilómetros por hora saltando entre los montes, pero qué me importa que llegue a esa velocidad, si voy a andar a 17 kilómetros por hora. Pero bueno, esa es una contradicción mundial. 

 

-Hace muy poco se extendió el casco histórico de la Capital Federal, y muchos más edificios serán preservados. En este sentido, ¿es una buena medida?

 

-Es muy importante mantener ciertos lugares, aunque no sean extraordinarios desde el punto de vista arquitectónico, son memorables, y por eso hay que preservarlos. En ese sentido se ha avanzado mucho, porque las casas que fueron construídas desde 1941 no se pueden modificar, aunque muchos lo hacen de modo ilegal, y la municipalidad cierra los ojos Si algunos de nosotros vamos a Europa para ver esas cosas, por qué no las tenemos acá?. El problema es que pasan líneas de colectivo y camiones por ahí, y en ningún lugar del mundo ocurre algo como esto.

 

Luego de haber escrito once libros, entre ellos “Cirugía de casas”, que se puede descargar de su página web oficial, su próximo libro saldrá a mediados de año y se llamará “Casas de barrio”, y hablará “sobre las casas de la gente, sobre cómo surgieron y cómo se van transformando”. 

 

Un arquitecto con tanta trascendencia debe ser escuchado por las autoridades, y mucho más si se ofrece para realizar un proyecto que beneficiará no solo al barrio, sino a toda la Ciudad de Buenos Aires.

 

Si La Paternal es un barrio olvidado por la municipalidad, esta es una buena oportunidad para que comience a ser recordado.

 

Escribe: Pablo Pilanski

MAIL: nuestrobarriopablo@gmail.com

 

 

difunden: 1er. Museo Histórico Suramericano " Ernesto Che Guevara "  la  Escuela de  Solidaridad con  Cuba " Chaubloqueo " y el  Centro de  Registro de  Donantes  Voluntarios de  Células Madre -  Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local  Capital - AAC 1405 - Buenos Aires - República Argentina  telefax:  4- 903- 3285 Caballito

 

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