domingo, 17 de julio de 2011

pañuelos blancos argentinos intocables Madres nuestras Cabezas vive

 

Ni un paso atrás
(Publicado el Viernes 15 de Julio del 2011 La Garganta Poderosa) ...

Buscaron manchar los pañuelos, los hipócritas de siempre. Intentaron ensuciar la lucha permanente, los dueños del mensaje hegemónico. Quisieron cagarse en su resistencia y su persistencia, para limpiar su disfraz patético, pero mancillaron aún más la nobleza y la memoria. Siguieron olvidándose del pasado, vomitando el presente, contaminando el futuro. Pero las Madres no se tocan.

Ni un paso adelante, a los voceros de la mentira. Y que "nadie se atreva a tocar a mi vieja", vocifera con la garganta bien abierta el jugador del pueblo, para muchos Carlos Tevez, para nosotros, simplemente Carlitos. El ídolo popular entra a jugar cuando más embarraron la cancha, aquellos que prefieren el olvido. Y pide la pelota en el séptimo número de La Garganta, envuelto en el pañuelo de las Madres, "porque tienen unos ovarios increíbles", poniéndole la tapa a los que hablan giladas, y mostrando que no tiene dos caras, de espaldas en la contra, tembién les pone el hombro.

Al Apache, el Fuerte lo hizo poderoso. Y aunque lo vanagloriaron en La Bombonera, en el Morumbí y en el Old Trafford de Inglaterra, su corazón se enciende en el potrero que lo vio nacer y crecer: "Soy 100% villero". Elegido por las masas, nunca se mareó, pese a dar la vuelta al mundo con sus goles enormes, y su humildad grandiosa. "En ningún otro lugar, hay más humanidad que en la villa".

Tal vez, quienes sólo conciben las relaciones desde el dinero, no puedan entender el amor incondicional de Tevez, y de todos nosotros por las Madres, y esta deuda eterna con semejante legado de lucha, transmitido a través de infinitos sueños compartidos. Dirán que somos "ultra-K", por ser hijos de las Madres. Y que somos "anti-k", por exigir que nos digan dónde está Jorge Julio López. Compañeros del Che y nietos de las Abuelas, entendemos que no hay Guevara de bronce, sin un Castro de fierro. Ni Estela de esperanza, sin una Hebe que les haga doler la panza. No olvidamos que, en este equipo de 30 mil, aprendimos a jugar con las pelotas de las Madres. Por eso, le brindamos nuestro homenaje a "Hebita" capitana.

Y a la par de Carlitos, en una Fabulosa nota Vicentico también sale al cruce de los malos bichos: "A Macri no le interesa el desarrollo de la cultura y su gestión fue un desastre; y Shocklender es un hijo de puta". Culpable de alimentar a la música popular, ataca a los tiburones que no respetan nuestras banderas. Y sin necesidad de subirse a un escenario, el Matador de los cien barrios porteños le canta la posta al jefe de Gobierno.

Tras su ejemplo vamos los barrios, y va Marcela a romper los prejuicios sobre la 1-11-14, en la Historia Viva. A las sombras de San Lorenzo, una bocha de sueños, una pelotita de tenis y varios secadores de piso hicieron florecer un equipo de hockey villero e inclusivo. Las Leonas del Bajo Flores salen a la cancha para defender la dignidad de su barrio, cagando bien a palos a la exclusión.
Para celebrar la amistad, el 20 de julio, un día después de su vuelo a la eternidad, viajamos hasta El Cairo, en Rosario, para disfrutar del Negro Fontanarrosa. Responsable de ponerle el mejor traje a cada una de las palabras, organizamos un encuentro con sus Galanes. Y para asegurarnos su presencia, lanzado de palomita convocamos al gigante de Arroyito, Aldo Pedro Poy.

Por si alguno prefirió no entender la tapa y la contra, nos ponemos el pañuelo en cada firma, para advertirles a todos que, si tocan a las Madres, nos tocan a nosotros. Y en plena Copa América, impedimos que nos tapen los ojos con una pelota: llenamos las páginas con las camisetas de Latinoamérica y el Caribe, sin excluidos, ni eliminados, como lo soñaron todos esos campeones de América que homenajeamos en los cintillos.

Se suman más voces a esta Garganta, que no para de crecer, que no da un paso atrás: Pepe Soriano y Max Berliner, junto con dos poderositos, de Zavaleta y la 21, interpelan al mundo de la política: ¿Quién dijo que los extremos son malos? Desde su base, el Pity Álvarez desintoxica a los oportunistas y destructores medios de incomunicación y les dedica el cuento de su vida a los pibes de la base, que también escriben su verdad.

Mientras las asambleas poderosas no flameamos la bandera del Che sino que la llevamos para adelante, sin fronteras, Kiki, el filosofito de Zavaleta, que conoce las dificultades de vivir hacinados, las expone en su nota localocaloca. Con la ayuda de su hermana, Gladys, pudimos dialogar con José Luis, que mantiene la costumbre de responder con sus fotos. Y así, mientras el mundo se pregunta si Yabrán estará muerto, La Garganta grita una certeza: Cabezas está vivo.

Por si fuera poco con Tevez, se suma al equipo el Diego, que se burla de los dueños del discurso. Junto a Capusotto, lanzamos una carcajada popular, frente a esos iluminados que pretenden manejarnos el control de la tele y el sumario de la revista. "El mal no viene y se presenta 'Hola, soy el mal', sino que adopta formas para que creas que es el bien, y es terrible. Siempre se disfraza con un discurso". Y, para darle más peso a la revista, una pluma de la Rodrigo Bueno aplasta el Perfil, de terror, de Jorge Fontevecchia.

En el mes de la Independencia, un dibujo rememora ese grito de libertad, y desde las cárceles, la sociedad de los poetas presos pide a gritos ser escuchada, en nuestro correo de lectores en el que los únicos machetes son de papel. En la tierra libre a la que aspiramos, los vecinos seguimos ofreciendo nuestros oficios y nuestros comercios barriales siguen publicitando, sin eliminatorias. Y, para darle un poco de paz a este agitado séptimo número de La Garganta, que va a dejar jadeando a más de uno, el premio Nobel, Adolfo Pérez Esquivel, repasa nuestros derechos contra los abusos de la policía. Y con los juegos, condenamos a los violentos de la tele, que le echan la culpa al fútbol.

Nos plantamos un mes más. Y les decimos a las lacras oportunistas que atacan a nuestras Madres que no se atrevan a dar "ni un paso adelante", porque no estamos dispuestos a dar "ni un paso atrás". Primero deberán pasar por sobre todos nosotros. La Garganta, ruge más fuerte que nunca: nadie se atreva a tocar a nuestras viejas.