miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cinco pecados de Obama heroes cubanos y Bruno Rodríguez en ONU ag1

De: Fernando Duque Gómez [mailto:fernando@icap.cu]
Enviado el: Miércoles, 28 de Septiembre de 2011

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Nueva injusticia de los Estados Unidos contra los Cinco Héroes


Editorial Granma

René González Sehwerert, uno de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, saldrá de prisión el próximo 7 de octubre tras haber cumplido y sufrido en su totalidad la brutal e injusta sentencia carcelaria que le fue impuesta.

El pasado 16 de septiembre, la Jueza Joan A. Lenard, del Distrito Sur de la Florida, denegó la Moción presentada por René el 16 de febrero del 2011 para que se le permita regresar a Cuba y unirse con su esposa, sus hijas y sus padres. Se le obliga injustamente a permanecer en Estados Unidos durante tres años bajo un régimen de "libertad" supervisada.

Esa decisión, tras 13 años de confinamiento, constituye una represalia adicional deliberada, impulsada por las mismas motivaciones de revancha política que caracterizaron los procesos judiciales amañados con los que se condenó a los Cinco Héroes en el año 2001. Detrás de ella está el Gobierno de los Estados Unidos, que durante años ha amparado el terrorismo contra Cuba, y protegido a individuos y organizaciones terroristas que radican en su territorio, responsables de haber causado la muerte, el dolor y el sufrimiento a miles de cubanos.

Desde 1998, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González han estado sometidos a tratos reconocidamente crueles y degradantes. Han soportado las presiones y los abusos, incluida la separación de sus seres queridos, con una entereza admirable, sin la más mínima concesión en sus convicciones, su carácter o su conducta ejemplar como reclusos.

La respuesta de la Jueza no tiene justificación ni sentido alguno. Se pretende que René permanezca en los Estados Unidos, donde se conoce que puede peligrar su vida, donde se sabe que radican las personas y las organizaciones más prominentes del terrorismo anticubano.

Al contestar, la Jueza cita la sentencia impuesta a René en el año 2001, que incluyó el absurdo requisito especial y adicional de prohibirle tras su salida de la cárcel "asociarse a/o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas... ". Cabría preguntarse cómo es posible cumplir con ese requisito si se obliga a René a residir precisamente en el territorio "donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas".

Cabría preguntar también, aunque se conozca la respuesta, qué motiva al Gobierno de los Estados Unidos y a su sistema legal a estipular en un fallo judicial la protección de "individuos o grupos tales como terroristas" que radican dentro de su territorio.

Aunque es imposible reparar la injusticia ya consumada tras tantos años de indebido encarcelamiento y ensañamiento político, la única acción mínimamente decorosa del Gobierno de los Estados Unidos, a estas alturas, sería la de permitir el inmediato regreso de René a Cuba, poner fin a las sentencias vengativas contra Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, y permitir el retorno definitivo de todos a la Patria.

La causa de los Cinco Héroes cubanos es conocida en el mundo entero. Sobran las informaciones, los argumentos y la documentación legal que demuestran la naturaleza arbitraria del proceso que los llevó a prisión. También se conoce el trato especialmente abusivo que acompaña las largas sentencias contra estos hombres inocentes, los prolongados confinamientos en solitario, los extensos periodos de incomunicación y tortura psicológica, la injustificada separación familiar, los obstáculos al contacto con sus representantes legales, la privación a madres, esposas e hijas de interactuar con sus seres más cercanos.

El pueblo de Cuba agradece profundamente a todas aquellas personas y agrupaciones que han sumado su voz al reclamo de que se ponga fin a tanta injusticia, a los jefes de Estado o de Gobierno, altos funcionarios gubernamentales, así como reconocidas personalidades, que de forma pública o privada han pedido la libertad de los Cinco.

Es preciso demandar con toda energía que no se añada una injusticia más, que no se insista en un castigo adicional al ya consumado, que no se ponga en peligro la vida de René, que no se continúe privando a su esposa de verlo y a sus hijas del contacto natural con su padre, que no se tome el camino oportunista de proteger aún más a los terroristas y agravar la complicidad que ha manchado al Gobierno de los Estados Unidos.

La causa de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René es la causa irrenunciable de la nación cubana. Es el compromiso de un pueblo entero contra la injusticia que están sufriendo, la lealtad hacia quienes han sabido defender la Patria con gran valor y sacrificio. No tendrá fin hasta no verlos a todos en su tierra, junto a sus seres queridos y su pueblo.

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El mayor desafío es convertir a las Naciones Unidas en una organización que sirva a los intereses legítimos de todos las Estados, en vez de a las arbitrariedades y abusos de unos pocos países ricos y poderosos.

Discurso del ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez Parrilla, en el Debate General del 66 Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. Nueva York, 26 de septiembre del 2011.

Señora Presidenta:

Me complace dar la bienvenida al Gobierno de Sudán del Sur como Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas.

Me sumo al llamado de los líderes africanos a dar una respuesta internacional urgente y efectiva a la hambruna en el Cuerno de África.

Señora Presidenta:

Mientras aquí deliberamos, transcurre en Libia otra "guerra preventiva", con el pretexto de "la protección de civiles". Los Estados Unidos y la OTAN, supuestamente para evitar una masacre, atacaron militarmente a un Estado soberano, sin que mediara amenaza alguna a la paz y la seguridad internacionales y desataron una operación de "cambio de régimen".

La OTAN impuso al Consejo de Seguridad una cuestionable resolución que autorizó "a los Estados Miembros ... a que, actuando a título nacional o por conducto de organizaciones o acuerdos regionales..., adopten todas las medidas necesarias, para proteger a los civiles y a las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque".

Después, se produjo la violación de esta misma resolución, por parte de la OTAN, para suministrar armamento, financiar a una parte y desplegar personal operativo y diplomático en el terreno.

Ahora todos comprenden mejor qué es y para qué puede usarse la "responsabilidad de proteger".

En esta guerra, además del empleo de las tecnologías militares más avanzadas y letales, los medios de comunicación han sido utilizados como armas en combate por los emporios financiero-mediáticos que lucran con la guerra y la reconstrucción como instrumentos anti-crisis.

Tan temprano como el 21 de febrero, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, había advertido que la OTAN preparaba, de manera inevitable, una guerra contra Libia. Desde entonces, fue infatigable la defensa por Cuba, no de un gobierno, sino de un principio: es inaceptable el asesinato de miles de personas inocentes con el dudoso objetivo de proteger a otros civiles. La historia demuestra también con elocuencia que la paz no puede imponerse por la guerra ni por la fuerza.

Solo corresponde al pueblo libio determinar sus destinos, sin intervención extranjera, en ejercicio del derecho a la autodeterminación, a la independencia, a la soberanía sobre sus recursos naturales y a la integridad de su territorio.

La intervención militar en Libia y la creciente amenaza a Siria han sido las respuestas oportunistas y defensivas de Estados Unidos y Europa al colapso de su sistema de dominación y saqueo en África Norte y Medio Oriente, al surgimiento de movimientos genuinamente populares en Túnez, Egipto y otros países; para asegurar grandes reservas de petróleo, agua y confiscar activos financieros en tiempos de crisis económica y social global.

Corresponde a esta Asamblea General ejercer todas sus facultades para impedir que se desate una agresión militar contra Siria. La opinión pública debe recibir información objetiva y expresarse contra la guerra.

Señora Presidenta:

El presidente Barack Obama, en sus amenazadores, engañosos y retóricos discursos del 20 y 21 de septiembre pasados, proclamó lo ocurrido en Libia como un nuevo modelo. Dijo que, y cito, "esta es la manera en que la comunidad internacional debe trabajar en el siglo XXI –más naciones están asumiendo la responsabilidad y los costos del enfrentamiento a los desafíos globales. De hecho, este es el verdadero propósito de las Naciones Unidas. Por tanto, cada una de las naciones representadas aquí hoy puede sentirse orgullosa de las vidas inocentes que nosotros salvamos y de haber ayudado a los libios a recuperar su país. Lo que se hizo, fue lo correcto". Fin de la cita.

Por su parte, un alto funcionario de la Casa Blanca, escribe en la revista Foreign Affairs que "la nueva estrategia de Estados Unidos es más eficaz y menos costosa..., la del gobierno de Bush considera la ocupación..., la de Obama es una liberación nacional... La estrategia de la intervención militar en Libia podría aplicarse también en otros casos".

Con todo cinismo, se alude a una agresión militar sin bajas, ni tropas terrestres, cuyos costos recaen fundamentalmente en Europa. A la desestabilización de un país mediante la subversión, las operaciones encubiertas y las sanciones económicas se les llama "desarrollo de un movimiento nacional".

Este nuevo modelo de operaciones de "cambio de régimen" demuestra que las actuales doctrinas militares de los Estados Unidos y de la OTAN son aun más agresivas que las precedentes y que la llamada "periferia euroatlántica" abarca al resto del planeta.

Nadie podría tener dudas de que América Latina y el Caribe están incluidos en esta concepción. El redespliegue de la IV Flota, el desarrollo de bases, fuerzas y medios militares norteamericanos para intervenir en cualquier punto de la región; el golpe de estado contra Venezuela del 2002 y luego el golpe petrolero; la sedición en Santa Cruz en Bolivia, el golpe militar en Honduras y el intento de golpe en Ecuador encajan perfectamente en la "nueva estrategia".

¿Pueden hoy dar garantías Estados Unidos y la OTAN de que el uso de la fuerza y este concepto de "cambio de régimen", no es aplicable en el caso de los países de la América Latina y el Caribe que no se sometan a sus intereses? ¿Puede decir algo al respecto la Unión Europea? ¿Qué harían las Naciones Unidas en esa eventual situación?

Señora Presidenta:

La debilidad de la economía global, en particular la de Estados Unidos y Europa, sigue mostrando que la crisis iniciada en el año 2008 no ha sido superada.

En los países desarrollados, el peso terrible de sus consecuencias se descarga sobre los trabajadores, los desempleados, los inmigrantes y los pobres, a quienes se reprime brutalmente cuando defienden pacíficamente sus derechos.

Los países del Sur, siempre expoliados, padecemos las distorsiones de un orden económico mundial que excluye nuestros intereses legítimos. Sufrimos el impacto terrible del proteccionismo y del sostenido incremento de los precios de los alimentos y los hidrocarburos. Las poblaciones de muchos países en desarrollo son víctimas del agotamiento del modelo económico neoliberal y de sus secuelas de saqueo y exclusión. Las consecuencias sociales y políticas se sienten en todos los continentes.

Señora Presidenta:

En las circunstancias de una crisis económica global y del agotamiento de los recursos naturales del planeta, ¿cuál será la respuesta de las fuerzas extremistas de derecha que están o lleguen al poder como resultado del castigo y la desesperanza de los electores?

Frente al creciente y universal peligro de la guerra, de un nuevo reparto del mundo y del cambio climático, ¿podremos actuar unidos los países del Sur como condición indispensable para salvarnos?

Ante tantos y serios peligros, América Latina y el Caribe, la de Bolívar y Martí, se integra, resuelta a hacer lo que ellos dejaron sin terminar. No se podrá dividirnos ni enfrentarnos. El ALBA es un pequeño pero moralmente poderoso haz de pueblos y la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un hecho. Toda la fuerza de los Andes se expresará pronto en una Cumbre que será un parto histórico en Caracas, el epicentro de la independencia americana, donde un pueblo bolivariano ha conquistado el poder y un líder continental, el Presidente Hugo Chávez Frías, se agiganta.

Más que nunca, hay que defender a las Naciones Unidas, pero el mayor desafío es convertirlas en una organización que sirva a los intereses legítimos de todos las Estados, en vez de a las arbitrariedades y abusos de unos pocos países ricos y poderosos. Hay que hacer prevalecer el Derecho Internacional y los Propósitos y Principios de la Carta ante la fuerza bruta que intenta barrerlos.

Es necesario restablecer el papel rector de esta Asamblea y refundar el Consejo de Seguridad.

Señora Presidenta:

La Asamblea General tiene la ineludible obligación moral, política y jurídica de garantizar el reconocimiento de un Estado palestino independiente, en las fronteras anteriores a 1967 y con capital en Jerusalén Oriental, como Miembro pleno de la Organización de las Naciones Unidas.

Debe hacerlo con o sin el Consejo de Seguridad, con veto norteamericano o sin él, con o sin nuevas negociaciones de paz.

Si se reconoce el derecho inalienable del pueblo palestino a la independencia, la soberanía y la autodeterminación; si se reconoce que hay que restablecer el ejercicio de los derechos humanos de los palestinos; si se acepta que el bloqueo a Gaza, la coerción económica, y la segregación que simboliza el infame muro, son crímenes; si el sometimiento de una nación a condiciones que amenazan su existencia tipifica como genocidio, si es que los Estados Miembros deben adoptar todas las medidas lícitas a su alcance para garantizar la protección de los civiles palestinos, la Asamblea General debe actuar ahora.

Cuba, de la que es parte una pequeña comunidad hebrea, condena asimismo la injusticia histórica del antisemitismo, el crimen contra la Humanidad que fue el Holocausto y reconoce también el derecho del Estado de Israel a su existencia. Nuestro pueblo sólo alberga sentimientos de fraternidad hacia el pueblo israelita también víctima de este conflicto.

Igual proclama que Estados Unidos tiene la obligación moral, política y jurídica de cesar el veto continuo a las resoluciones del Consejo de Seguridad destinadas a proteger a los civiles palestinos.

La Unión Europea debiera oponerse a ese veto y abstenerse de apoyar al imperio en la presión brutal que ejerce sobre los Miembros de esta Asamblea y del propio Consejo. Debiera Europa denunciar también, porque es cierto y justo, que esos crímenes no estarían ocurriendo sin el suministro militar, el sostén financiero y la impunidad que Estados Unidos garantiza al gobierno de Israel.

Señora Presidenta:

El 11 de septiembre del 2001, los cubanos compartimos el dolor del pueblo norteamericano ante aquellos atroces actos terroristas y le ofrecimos solidaridad, aliento y cooperación desinteresada. Como siempre, Cuba se expresó entonces, con meridiana claridad, contra el terrorismo y contra la guerra.

Diez años después, el mundo es aún más inseguro porque, en vez de convertir el consenso mundial contra el terrorismo en un sistema de cooperación internacional para hacerle frente, los Estados Unidos han invadido y ocupado a Iraq y Afganistán, provocado la muerte de cientos de miles de personas y el sufrimiento de decenas de millones.

No pudo ocultarse el uso del engaño, la tortura, los asesinatos o ejecuciones extrajudiciales, la desaparición de personas, las detenciones arbitrarias, los vuelos y las cárceles secretas de la CIA en Europa y otras regiones.

El gobierno de Estados Unidos ofende la memoria de las víctimas del 11 de septiembre, cuando mantiene en prolongado e inhumano encarcelamiento a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, condenados injustamente a penas de máxima severidad, en procesos judiciales espurios, por buscar información sobre la actividad terrorista de grupos que han operado con absoluta impunidad, desde territorio norteamericano, contra Cuba y provocado la muerte o discapacidad de 5 577 de nuestros ciudadanos.

Insto respetuosamente, una vez más, al Presidente Obama a que use sus facultades para ponerlos en libertad como acto de justicia o gesto humanitario que sería apreciado profundamente por sus hijos, esposas, madres, padres y por todo nuestro pueblo.

Señora Presidenta:

El gobierno cubano reitera su disposición e interés en avanzar hacia la normalización de relaciones con los Estados Unidos. Reitero hoy la propuesta de iniciar un diálogo dirigido a la solución de los problemas bilaterales, incluidos los asuntos humanitarios, igual que la oferta de negociar acuerdos de cooperación contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas, los desastres naturales y la protección del medio ambiente, incluso frente a derrames de petróleo como el ocurrido en la plataforma de la British Petroleum, en el Golfo de México.

Sabemos, sin embargo, que la carrera electoral ya ha comenzado en este país, mientras la economía se agrava.

El bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba se intensifica y alcanza ya daños acumulados por 975 miles de millones de dólares, al valor actual del oro. El intento de subvertir el orden constitucional elegido libremente por los cubanos se acentúa.

Aumenta la presión de la ultraderecha y de la mafia de origen cubano para revertir las mínimas acciones adoptadas por el gobierno norteamericano que favorecen, en alguna medida, los vínculos de la emigración cubana con su Nación y los intercambios entre ambos pueblos.

En Cuba, el presidente Raúl Castro Ruz ha reiterado que continuaremos cambiando, de manera soberana, todo lo que deba ser cambiado, para hacer más eficiente nuestra economía y mejor nuestro socialismo. Para "conquistar toda la justicia" y preservar plena toda nuestra independencia.

Como quería Martí, "antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la Patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte y nacerá una serpiente de un huevo de águila".

Muchas gracias.

 

 

 

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