domingo, 4 de diciembre de 2011

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LA SEMANA POLÍTICA

CELAC, el mejor lugar de Argentina en el mundo 

Mal que les pese a Washington y sus aliados internos en Argentina, las relaciones con Venezuela y ahora la CELAC son el mejor lugar para el país en el mundo.

EMILIO MARÍN 

Hay gestos que ayudan a que la presidenta se sienta en Caracas como en el Calafate. Recién recuperado de una grave enfermedad, Hugo Chávez tuvo la deferencia de ir a esperarla al pie del avión. Ya en el palacio de Miraflores, la sorprendió con la designación de “Salón Néstor Kirchner” para el lugar donde se reúne el consejo de ministros y con un cuadro suyo sobre el ex presidente.

Siempre Chávez ha sido incondicional amigo de los Kirchner. Cuando Venezuela celebró el bicentenario de su independencia, la argentina fue la única oradora en la Asamblea Nacional, en abril de 2010.

Más atrás en el tiempo, Venezuela reaccionó con inmediatez ante el pedido K de venderle combustible. Había un boicot de los monopolios que detentan esa producción en Argentina.

En momentos de estrechez financiera, Caracas adquirió bonos argentinos por varios miles de millones de dólares, con los que se financió Buenos Aires. Los críticos, de Caracas, dijeron que estaba regalando parte de la renta petrolera; los detractores del gobierno argentino, argumentaron que estaba pagando intereses muy altos por esos títulos y que el combustible chavista era muy caro. En fin. Gatas de doña Flora hay aquí y allá, pero a pesar de estos mininos eternamente insatisfechos, la relación bilateral maduró.

Los gobiernos venezolano y argentino continuaron haciendo los deberes relativamente bien, bien o muy bien, según la óptica del calificador. Chávez ganó otro mandato hasta 2013 y a fines del año próximo tendrá elecciones donde a priori cuenta con una intención de voto superior al 50 por ciento. En la reunión con su amiga dijo que iba a colectar por lo menos el 54 por ciento, para dejarla parda a la cosecha de ésta.

CFK tiene cuerda constitucional por otros cuatro años más, que su anfitrión, quizás intencionalmente, mencionó como ocho. Ella, divertida y preocupada a la vez por los titulares de la prensa opositora, cortó por lo sano: “ni se te ocurra, con cuatro son suficientes”.

La buena onda entre los dos líderes aumentó cuando el dueño de casa expresó que copiaría la Asignación Universal por Hijo acuñada en el Río de la Plata. La juzgó como una medida social universal, que hará suya entre muchas misiones sociales, educativas, sanitarias y de inclusión social, varias con colaboración cubana.

En esa emulación de un país y otro, sería lindo que Chávez interesara a Cristina en la nacionalización que él aplicó en Petróleos de Venezuela SA, a partir de su primer gobierno, doce años atrás. Muchísimos argentinos estarían de acuerdo con la nacionalización del petróleo y el gas, recursos fundamentales que en nuestro país hoy siguen privatizados a favor de las multinacionales tal como lo dispuso el neoliberalismo de los ´90.

Entre los acuerdos firmados por los dos presidentes se redondean exportaciones argentinas por 1.600 millones de dólares, según Héctor Timerman. Por afinidades políticas y buenos negocios, este es el mejor lugar del país en el mundo. 

¿Macri el blanco?

La presidenta continúa por el país y el mundo desparramando buenas ondas de paz, amor e integración regional. Y aunque no lo cite explícitamente, parece imitar al Perón de su última época, cuando se definía como un león herbívoro. Decía: “para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”.

Pero aún esa clase de animales políticos no son inofensivos. Mauricio Macri siente que la presidenta, con buenos modales, lo está poniendo contra las cuerdas, para colmo usando políticas y consignas que fueron muy caras al propio PRO.

La administración porteña salió a adherir a la quita de subsidios, igual que las corporaciones empresariales más concentradas (UIA y AEA).

Pero Macri tuvo un primer tropiezo con esos anuncios cuando le plantearon tomara a su cargo el control y obras en el Subte. El hombre del PRO quería la chancha y los 20 chanchitos, para usar una expresión cristinista de un discurso reciente. Quería el Subte (en rigor de Metrovías), los 700 millones de pesos de subsidio nacional, las obras comprometidas por la Nación y todo eso sin poner un peso del presupuesto porteño.

Amado Boudou y Julio de Vido habían apremiado al ingeniero para que tomara los subterráneos a principios de diciembre, con la mitad del subsidio nacional. De máxima, los macristas dijeron que necesitaban condiciones óptimas y recién estarían dadas en 2017. Ahora han bajado esa marca a marzo de 2012. Pesos más o menos, de esa manera el macrismo se contradice en cuanto a sus demandas a la Nación para que trasladara servicios a la ciudad autónoma.

Como parte de los mismos temas, al jefe de gobierno porteño tampoco le agrada una quita de subsidios estatales que se va extendiendo a otros barrios de la ciudad. Al principio eran Puerto Madero y Las Cañitas, ahora el cierre de la canilla estatal afectará a las residencias de Belgrano R, Núñez, Recoleta, etc, y zonas residenciales del norte del conurbano. Allí habita toda clase de gente; alguna renunciará a los subsidios por conciencia o por grande billetera; y otra, que tiene lo segundo pero nada de la primera, se quejará de que ese dinero ahorrado por el Estado “irá a los negros, a la caja del populismo”. Esa es base social del PRO, que desestabiliza la perspectiva de que una política conviviente pacífica con la administración nacional.

La táctica del Ejecutivo es seguir paso a paso, erosionando las posiciones de Macri, que es Mauricio. Entre los últimos anuncios de aquella dupla ministerial estuvo el cese de subsidios a los edificios del gobierno porteño, el alumbrado público de la ciudad y las autopistas de AUSA.

La conclusión es que la fuerza política oficialista triunfante en los comicios de octubre está poniendo al macrismo como su blanco. Los socialdemócratas de Hermes Binner tendrán que lidiar para poder treparse a ese podio como si fueran la segunda fuerza real. Se les parece Julio Cobos en su esfuerzo para estar en la despedida del gobierno y la asunción del nuevo mandato presidencial. Todo indica que como se movió hacia la traición, no entrará en la foto de toma de juramento a Cristina.

 

Tía de todas las batallas

Las 33 naciones latinoamericanas y caribeñas reunidas en Caracas en la cumbre fundacional de la CELAC tienen como “madre de todas la batallas” al esfuerzo por proteger sus intereses nacionales amenazados por la crisis del capitalismo global. Esa es la clave. Y su gravedad explica que gobiernos tan disímiles como los de Juan Manuel Santos (Colombia) y Raúl Castro (Cuba), o los de Sebastián Piñera (Chile) y Chávez, hayan confluido casi fraternalmente en ese ámbito. Allí los excluidos son Estados Unidos y Canadá.

Pero si aquella es la “madre”, bien se podría llamar “tía de todas las batallas”, o de menor parentesco, a la que enfrenta al gobierno nacional con el sindicalismo, particularmente con la CGT conducida por Hugo Moyano.

La Central sindical tiene los víveres cortados por la Casa Rosada. Más, ha sido objeto de críticas y pullas públicas por parte de la presidenta, en distintos actos, a veces –agravando el diferendo- ante interesadas tribunas empresarias.

Los popes de la UIA están satisfechos porque en esos mensajes sus intereses vienen quedando a buen recaudo. La presidente y el vice Boudou, están bien dispuestos a atenderlos y a bregar por llegar a buen puerto cuando haya diferencias. Además, en el gabinete está la ministra Débora Giorgi, que es una virtual vocera de las demandas de la central patronal conducida por “el vasco” De Mendiguren.

En cambio, ¿quién atenderá los planteos de la CGT en el nuevo elenco de ministros? En caso de seguir en funciones Carlos Tomada, se sabe que está férreamente alineado con la palabra presidencial, al punto de haber tramitado la intervención y quite de personería gremial de los aeronáuticos de APTA. Mucho no pueden esperar de Tomada los miembros del moyanismo…

El secretario de la CGT no se rinde. En la semana promovió una reunión del secretariado de Azopardo e insistió en los puntos conflictivos con Cristina que las discusiones paritarias del año próximo no tengan techo ni se limiten a la inflación del Indec, que el Estado pague las deudas millonarias con las obras sociales sindicales, que se eleve a 12.800 pesos el monto del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias sobre el salario y que el Parlamento discuta el proyecto Recalde de distribución de ganancias empresarias.

Ese programa sindical no cae bien en el gabinete nacional, ni en el que está ni en el que viene. Habrá que esperar unos días para saber la nómina definitiva de ministros, aunque se estima que seguirá –entre otros- De Vido. Si es en Planificación Federal o en Economía o desde la jefatura de Gabinete, eso está por verse. Para Moyano, esa sería una buena noticia en época de vacas flacas. Ese ministro al menos lo escucha, negocia cosas y no lo demoniza tirándolo abajo del camión, como hacen otros. Y eso que el camionero no es el responsable de la fuga de 18.351 millones de dólares en lo que va del año. Varios de los culpables, empresarios top, aplaudían a CFK en la 17 Conferencia Industrial.