MAESTRA CUBANA BASKET VENEZUELA TESON PASION REVOLUCION
SIN NOMBRE NURIA BARBOSA
Una cubana más
Por Nuria Barbosa León, periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba
Por Nuria Barbosa León, periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba
En su natal Camagüey, Olga
Lidia Solís Arias conoció de las primeras reglas del baloncesto en la década
del 60. Aunque no participó en torneos internacionales importantes ama al
deporte y dedica su labor profesional a la selección, preparación y atención a
los atletas.
En sus estudios de
secundaria y preuniversitario defendió equipos en varias competencias dentro
del país y merece ser incluida en la preselección nacional, de ahí cursa la
licenciatura en Cultura Física en la capital cubana para luego dedicarse a
impartir la asignatura de Educación Física en una escuela primaria por 25 años.
Enseñar a niños la curte en
proponer a los entrenadores los talentos deportivos, pero su mayor logro
consiste en aglutinar a más de 150 educandos en una tabla gimnástica para
participar en festivales deportivos a nivel de municipio y provincia.
Para elaborar su tabla,
selecciona a los niños que por lo general están a la zaga, rechazan las
prácticas, y no aman al deporte, pero por la presión de ir a un evento y quedar
bien ante un público los hacen ganar en disciplina, responsabilidad y ansiar el
bien colectivo por encima del individual.
Con esa experiencia elaboró
una tesis de maestría y por sus resultados profesionales la condujeron a
prestar colaboración técnica en Venezuela.
Llega al estado de
Anzuátegui en agosto del 2007 y en su trabajo atendió las labores de deportes
del parque del gobernador inscripto por Eloy Alfaro, en la Parroquia Puerto la
Cruz, del municipio Zotillo, consistente en las terapias deportivas para
adultos y de la tercera edad.
Para su sorpresa también
impartió clases en la escuela privada “Luces y Virtudes” donde prima el
individualismo, los niños gustan hacer su placer ante cualquier actividad
diaria, se le justifica porque pagó por estar en ese lugar y le es permitido su
voluntad.
En los primeros ensayos, los
niños no se concentraban, pedían ir al baño, comer merienda, tomar agua y
liberar energías en cualquier momento, lo cual no favorecía para realizar una
coreografía que requiere concentración y paciencia.
Por tanto fijar horarios en
la práctica con receso de cinco minutos cada media hora, hablar con los
infantes en privado y atacar las causas de cada reacción negativa en los
estudiantes le dieron el éxito para lograr seis formaciones en diferentes
ángulos y una pirámide con una altura de casi cinco metros.
Luego de
las presentaciones en actividades ganó en prestigio, las personas olvidaron su
nombre pero se le recuerda como “la cubana”.