domingo, 10 de marzo de 2013

FIDEL CASTRO Y HUGO CHAVEZ EN LA HABANA CUBADEBATE MUSEO CHE GUEVARA BUENOS AIRES ARGENTINA CHAUBLOQUEO


FIDEL CASTRO Y HUGO CHAVEZ EN LA HABANA CUBADEBATE  MUSEO CHE GUEVARA BUENOS AIRES ARGENTINA CHAUBLOQUEO

 

Año 11 Número 19 | Fecha 2013-03-08
 
Opinión
ugo Chávez Frías
 
    
iriam Ortega
     Fraga Guerra
Opinión
por Hugo Chávez Frías
Fidel que está viendo todo, cada día es más sabio. Yo le dije: “Oye, Fidel, ojalá que tú me sobrevivas, que vivas más que nosotros”. Entonces, él dice: “Bueno, la probabilidad indica que a lo mejor, quién sabe”. Ahora dedicado a la reflexión, al pensamiento, ya no está directamente en la calle, allá. Está pensando, escribiendo, estudiando. La sabiduría le ha crecido como la barba blanca. Yo estuve oyéndolo más de seis horas, casi sin interrumpirlo, una pregunta, un comentario. Un sabio. ¿Sabes qué me dijo Fidel? Bueno, les voy a decir esto porque es una crítica, pero él tiene razón, y yo me siento obligado a hacerla pública.

Él me lo dijo con mucho respeto: “Chávez, ¿tú me permites que te diga crudamente dos o tres cosas?”. Le dije: “Tú tienes autorización para decirme lo que tú quieras”. Y me dijo: “Dos cosas inicialmente”. Y él hace notas, cada vez que yo voy para allá, Fidel hace notas, se pone a trabajar tres, cuatro días esperándome, y saca su papel. Me dijo: “Mira, una conclusión que he sacado, tú dijiste en el discurso...”. Y peló por el discurso, el discurso mío lo tenía completico, y un resumen, y analizado por su propia letra, notas y números. Me dijo: “Tú dijiste en tu discurso una frase, una cifra, que hace diez años había en Venezuela seiscientos mil estudiantes universitarios, hoy hay dos millones cuatrocientos mil”. Eso es cierto, un crecimiento de cuatrocientos porciento. Pero él tenía una lista larga de avances en educación, de salud, todo lo que hemos logrado, los avances sociales en estos diez años. Y me dijo: “He sacado una conclusión, Chávez."

"Ninguna Revolución que yo conozca, ni la cubana, logró tanto por su pueblo en lo social, sobre todo en tan poco tiempo como la Revolución Bolivariana”. ¿Saben cuál es la segunda? Así me lo dijo: “He concluido que ustedes no quieren sacarle provecho político a estos avances sociales”. La frase suena duro, “no quieren”. Uno puede pensar que es que no podemos. Es decir, transferir con la misma intensidad el beneficio social, todo lo que hemos logrado, al capital político. Entonces, la conclusión es dura: que no queremos, ¿ves? Y tiene también mucho de que algunos es que no saben. Hay que aprender, que la gente perciba todo lo que la Revolución ha venido transfiriéndole al pueblo, y compare con el pasado. Y algo más importante, ¿qué pasaría si la contrarrevolución vuelve al gobierno en Venezuela?

Anécdota incluida en el libro Cuentos del arañero, de Hugo Chávez Frías. Compilado por Orlando Oramas y Jorge Legañoa Alonso. Vadell Hermanos Editores, C.A. Venezuela, 2012.

Nota del Editor: El martes 5 de marzo de 2013 quedará en la historia de este continente como el día en que falleció el comandante Hugo Chávez Frías, presidente constitucional de Venezuela, revolucionario a carta cabal de Nuestra América. Su imagen, ideal y proyecto ya forman parte de los legendarios luchadores antimperialistas y anticapitalistas de este Continente. La Dirección Editorial de los Boletines Políticos desea rendir homenaje a este grande de América publicando esta anécdota, incluida en el libro Cuentos del Arañero.
Fuente: La Jiribilla
por Salim Lamrani
Presidente del Senado desde 2011, Jean Pierre Bel es el segundo personaje del Estado francés según la Constitución. Este amigo íntimo del Presidente de la República François Hollande se ha convertido en el primer socialista que ocupa este cargo en la Cámara Alta del Parlamento bajo la V República. Domina el idioma español y es un buen conocedor de América Latina y particularmente de Cuba.

Nacido en 1951 en el seno de una familia de resistentes comunistas del sur de Francia, Jean-Pierre Bel se involucró a partir de los años 1970 en las redes de solidaridad con la oposición española en lucha contra la dictadura de Francisco Franco, acogiendo a refugiados y brindando apoyo material a los antifascistas. Durante una de esas operaciones, fue arrestado por la policía franquista y estuvo varios meses en las cárceles españolas.

Elegido alcalde en 1983 y senador en 1998, Jean-Pierre Bel presidió el grupo socialista del Senado de 2004 a 2011 y fue miembro durante más de diez años del Buró Nacional del Partido Socialista, antes de ser elegido número dos de la Nación. Jean-Pierre Bel es un ferviente partidario de un acercamiento entre Francia y América Latina, particularmente con Cuba, no sólo por razones políticas sino también afectivas. En efecto, admirador de la Revolución Cubana desde la adolescencia, encantado por la inteligencia notable del pueblo de José Martí, el Presidente del Senado se casó con una cubana y de esa unión nació una hija.

En estas conversaciones realizadas en la isla, el Presidente del Senado aborda las relaciones entre Cuba y Francia, la política de la Unión Europea hacia el gobierno de Raúl Castro, el conflicto bilateral entre Washington y La Habana así como las perspectivas de su normalización bajo el segundo mandato de Barack Obama. Evoca también la distinción que le concedió a Eusebio Leal, historiador de La Habana, que recibió en nombre del Presidente de la República la Cruz de Comendador de la Legión de Honor. Por fin, este diálogo termina con una reflexión sobre la figura de Maximiliano Robespierre, Héroe de la Revolución Francesa.

Salim Lamrani: Señor Presidente, ¿en qué estado se encuentran las relaciones entre Cuba y Francia?

Jean-Pierre Bel: Las relaciones entre nuestros dos países se encuentran en una etapa crucial. Hubo recientemente, a finales del mes de enero, el encuentro entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Santiago de Chile, donde los dirigentes de ambos continentes pudieron intercambiar puntos de vista e ideas sobre el futuro de nuestro mundo y sobre el modelo de sociedad que queremos construir. Cuba ha tomado la presidencia de esta institución, la CELAC, que agrupa las 33 naciones de América Latina y del Caribe, y se trata de un acontecimiento muy importante. El Primer Ministro francés, Jean-Marc Ayrault, estaba en Santiago y le puedo afirmar que hay una voluntad muy fuerte por parte de nuestro país, Francia, de profundizar las relaciones con Cuba. Hablé personalmente con el Presidente de la República, François Hollande, y hay una verdadera determinación de reforzar nuestros lazos con La Habana.

SL: ¿Cuáles son los vínculos entre ambas naciones?


JPB: Los lazos son múltiples y son de orden histórico y cultural. La Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano influenciaron mucho a los grandes pensadores cubanos, particularmente al Apóstol y Héroe Nacional José Martí. La Revolución Francesa también marcó la Revolución Cubana en su lucha por la independencia. El himno nacional cubano, La Bayamesa, se inspira directamente en La Marsellesa y hay una gran similitud entre nuestras banderas. Grandes personajes franceses participaron en la organización de este país. Para La Habana, por ejemplo, fue un arquitecto francés quien realizó las grandes infraestructuras alrededor de la capital. Franceses de Burdeos fundaron la ciudad de Cienfuegos. Cuba es un país que siempre ha fascinado a los franceses. La epopeya revolucionaria de Fidel Castro marcó a mi generación. Todos teníamos el retrato de Che Guevara en nuestras habitaciones.

Más que un símbolo, Francia y Cuba comparten una historia común. Tenemos entonces la responsabilidad, nosotros, las generaciones de hoy, de retomar esta historia y hacer que nuestros dos países, nuestros dos pueblos, recuperen una amistad fuerte y fraternal.

SL: ¿Y hoy en día?

JPB: Hoy en día la época es diferente y deseo, tomando en cuenta mis lazos particulares con Cuba, contribuir a volver a encontrar esta vía de la amistad y compartir nuestros puntos de vista. Francia tiene un papel que desempeñar en Cuba y están presentes importantes empresas francesas, como por ejemplo Bouygues que está construyendo varios complejos hoteleros y tiene muchos proyectos en esta isla. También está el magnífico matrimonio entre Cuba y Francia con la marca Havana Club y la empresa Pernod-Ricard que permite llevar a través del mundo la excelencia cubana en materia de ron. Air France también ocupa un espacio importante en Cuba. Todos queremos profundizar nuestros lazos con Cuba y desarrollar nuestra cooperación, y para ello debemos respetar lo que es este país, su identidad, su sistema y su modo de funcionar. Tenemos mucho margen de progresión.

SL: ¿Qué representa para usted este viaje a Cuba?

JPB: Estoy encargado de llevar este mensaje de amistad y fraternidad de Francia a Cuba, y este viaje tiene una dimensión emotiva particular para mí pues mi segunda familia se encuentra en este país. Mi esposa es cubana y tengo este país en el corazón. Pero estoy aquí como Presidente del Senado francés, es decir como segunda figura de la República para testimoniar de la importancia que mi país concede a las relaciones y al diálogo con Cuba.

SL: La Unión Europea impone desde 1996 una Posición Común respecto a Cuba, oficialmente por la situación de los derechos humanos, lo que hace de la isla la única nación del continente estigmatizada de esta manera. Lejos de constituir una política constructiva, se ha convertido en el principal obstáculo para la normalización de las relaciones entre La Habana y Bruselas. ¿Acaso no sería juicioso que la UE modificara su enfoque con las autoridades cubanas?

JPB: Desde luego, la Unión Europea tiene que evolucionar y de hecho está modificando su enfoque respecto a Cuba. La Posición Común es una política anticuada y Francia quisiera ser el interlocutor en esta realidad y convencer al resto de Europa de que el diálogo con Cuba es necesario. Somos conscientes de las dificultades pues no tenemos la misma visión de la realidad. Nuestros sistemas políticos son diferentes. No obstante somos lúcidos y sabemos todo lo que ha sufrido este país durante los últimos años. Para el pueblo cubano la realidad ha sido dura. A veces vivo con el pueblo cubano, comparto su vida cotidiana y siempre me asombra su capacidad para hacer frente a las dificultades, para vivir mejor, para comer mejor, para tener más comodidad. Pero se trata sobre todo de una lucha por la dignidad. Para nosotros, franceses, Cuba tierra de espíritus libres, es sinónimo de inteligencia, dignidad y belleza. Desde esta perspectiva nos sentimos muy cercanos a este pueblo y a estos valores que llevamos juntos.

SL: Estados Unidos impone sanciones económicas a Cuba desde hace más de medio siglo. Afectan a las categorías más vulnerables de la sociedad. La inmensa mayoría de la comunidad internacional, 186 países en 2012, se pronuncia a favor de su levantamiento inmediato. ¿Acaso no habría llegado el momento para Washington de normalizar sus relaciones con Cuba?

JPB: No quiero inmiscuirme en las relaciones entre ambos países, pero si tengo que expresar mi opinión diría que ha llegado el momento, más que nunca, de volver a encontrar el sentido de las realidades. Sólo hay 170 kilómetros entre estas dos naciones que, en su historia, siempre se han mirado frente a frente. Es tiempo de que ambos pueblos caminen juntos, uno al lado del otro. Sería bueno para todos dejar de lado los diferendos y mirar colectivamente el porvenir con una mirada apaciguada. Es tiempo de acabar con las sanciones económicas que duran desde hace cincuenta años y hacen sufrir al pueblo cubano.

SL: En nombre del Presidente de la República francesa, François Hollande, usted acaba de condecorar a Eusebio Leal, historiador de la ciudad de La Habana, con la Cruz de Comendador de la Legión de Honor. Se trata de la más alta y antigua distinción que otorga nuestra nación. ¿Qué criterios motivaron esta decisión?

JPB: Eusebio Leal es para nosotros un gran personaje. Me reuní con él varias veces en París y en La Habana y nos une una amistad y una admiración fuertes. Siempre me ha impresionado su inmenso talento, su cultura increíble y su insaciable curiosidad. Eusebio Leal tiene la particularidad de conocer nuestra propia historia mejor de nosotros. La estudió con mucha pasión, particularmente el periodo napoleónico. Siempre recordaré nuestro encuentro en el Palacio de Luxemburgo, sede del Senado de la República. Nos encontrábamos ante el asiento donde fue coronado el Emperador Napoleón y escuchábamos las explicaciones de varios especialistas de la época. Eusebio Leal, historiador de La Habana, cubano, nos dio una gran sorpresa al completar la exposición de los historiadores y esclarecer detalles y aspectos que todos ignorábamos. De hecho, en Cuba, en La Habana, se encuentra uno de los mayores museos en el mundo sobre Napoleón, obra de Leal, y es de una extraordinaria riqueza. Se inauguró en 2011 con la presencia de la Princesa Napoleón.

SL: ¿Qué valores representa Eusebio Leal para usted?

JPB: Eusebio Leal representa los valores de Francia, de los principios de nuestra Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Comparte la lucha de Francia por la libertad y la emancipación del género humano, mediante la conquista de nuevos derechos sociales. Comparte nuestro espíritu de resistencia y solidaridad hacia los más débiles. Es el lazo entre la Francia de Victor Hugo y Aimé Césaire y la Cuba de José Martí. Es el lazo entre nuestras dos culturas convergentes. Leal es al mismo tiempo el símbolo de esta extraordinaria cultura cubana, tan cercana de nosotros. Eusebio Leal es un grandísimo embajador de Cuba en Francia y en el exterior y creo que merece esta distinción particularmente importante. Muy pocas personalidades extranjeras fueron condecoradas con la Cruz de Comendador de la Legión de Honor, que estableció Napoleón Bonaparte el 19 de mayo de 1802. Que yo sepa, salvo Nelson Mandela, nadie ha recibido semejante distinción.

SL: Maximiliano Robespierre, nuestro Libertador, el defensor de la soberanía popular, era sin duda el más fiel representante de las aspiraciones del pueblo francés durante la Revolución. ¿Cuándo le erigiremos una estatua en París?

JPB: Muchos franceses se interesan por la historia de Robespierre y, como en Cuba, tenemos en Francia nuestros grandes debates. El modo en que Robespierre llevó nuestra Revolución y las razones por las cuales fue guillotinado en pleno periodo del Terror son objeto de controversia. Es verdad que también existió el terror blanco de los realistas. Vengo de un Departamento cuyo presidente de la Corte de Seguridad General, en la época del Terror, derrocó a Robespierre y le cortó la cabeza.

SL: ¿Acaso defender el legado de Robespierre no es defender la Democracia?

JPB: Conviene analizar estos acontecimientos con una mirada histórica. Las ideas de la Revolución son mías. El ideal de Robespierre es mío. Quizás no comparta hoy la forma en que se ejerció el poder en aquella época. Pero hoy es otro día, otra época, y resulta difícil emitir juicios a posteriori pues no vivimos la epopeya revolucionaria, y quién sabe cómo hubiéramos actuado si estuviéramos en el poder y tuviéramos que enfrentar una guerra civil y el asalto de todas las monarquías europeas coaligadas contra nuestra Patria y nuestra Revolución. Puedo emitir un juicio histórico, seguro, pero no un juicio político.

Salim Lamrani, Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, es profesor titular de la Universidad de la Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Fuente: Operamundi.com
por Michael D. Barnes
Desafortunadamente, nuestra nación enfrenta enormes retos en casi todas las regiones del globo.

Desde Irán a Corea del Norte, desde Siria hasta Mali, en asuntos que engloban al terrorismo, narcotráfico, calentamiento global y ciberguerra, cada día nos trae problemas aparentemente imposibles para los líderes de política exterior de nuestra nación, en especial para el nuevo secretario de Defensa, John Kerry.

Sin embargo, hay un asunto internacional en el que el genuino progreso no solo es posible sino probable –si el secretario de Estado y el presidente Barack Obama están preparados para hacer del tema una prioridad de política exterior.

A solo 90 millas de las costas de Estados Unidos se encuentra la pequeña nación de Cuba, que actualmente no representa una amenaza económica o militar para EE.UU., sino como un recordatorio constante de más de 50 años de fracaso por parte de administraciones demócratas y republicanas de lograr obtener nuestro objetivo declarado de fomentar el cambio democrático.

Nuestra actual política hacia Cuba es un irritante en nuestras relaciones con muchos amigos en este hemisferio que creen que nuestra política de intento de aislamiento de Cuba ha sido contraproducente. A nuestro Departamento de Estado se le ha informado, en esencia, que no habrá otra cumbre de líderes hemisféricos si no se incluye a Cuba.

El secretario Kerry recordará el papel central que él desempeñó en la normalización de relaciones con Vietnam por parte del presidente Bill Clinton en la década de 1990. Y de cómo la normalización de relaciones con un antiguo enemigo comunista puede crear una situación en la que todos se beneficien. La mayoría estará de acuerdo en que la política hacia Vietnam fue mucho más compleja, en particular por el tema emocionalmente presente de los prisioneros de guerra y de los perdidos en acciones de guerra, que el de la política EE.UU.-Cuba.

Estoy defendiendo una serie de encuentros con Cuba acerca de temas de interés mutuo. Ambos países se preocupan por el narcotráfico, asuntos de medio ambiente (incluyendo el seguimiento de huracanes), migración y desarrollo de reservas de petróleo y gas potencialmente lucrativas en el Estrecho de la Florida.

Recientemente escuché al más alto representante de Cuba en Washington, el embajador José R. Cabañas, hablar con mucha lógica de cómo su país podría cooperar con Estados Unidos en producción de energía, acerca de la cual existen joint ventures de Cuba con compañías de muchos otros países, mientras que a nuestras compañías energéticas se les prohíbe participar. Señaló él que un derrame de petróleo, por ejemplo, en la costa de Cuba, afectaría no solo a Cuba, sino que casi inmediatamente lo haría también al Sur de la Florida.

Estados Unidos ha tenido contactos informales con los cubanos acerca de estas y otras preocupaciones mutuas. Propongo que la administración Obama, con el secretario de Estado a la cabeza, actúe rápidamente para formalizar acuerdos que servirán a los innegables intereses de ambos países. Los funcionarios cubanos han indicado que están dispuestos a hacerlo, y debiéramos poner a prueba esta aseveración sin condiciones previas. Aunque no propongo que busquemos la inmediata normalización de relaciones con Cuba, eso muy bien pudiera ser el resultado final de los pasos por etapas que defiendo.

El paisaje político acerca de la cuestión cubana está cambiando. Aproximadamente la mitad del voto cubano-americano en la Florida en 2012 fue favorable al presidente Obama. En días recientes surgió un informe alentador de que el Departamento de Estrado estaba considerando eliminar a Cuba de su lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Muchos de los asuntos a que nuestra nación se debe enfrentar parecen no tener solución. En nuestro propio patio existe uno –abrir la puerta a mejores relaciones con Cuba– que pudiera lograr el mismo tipo de éxito que el presidente Clinton y el entonces senador John  Kerry lograron en Vietnam hace dos décadas.

Aprovechemos esta oportunidad diplomática que se encuentra al alcance de la mano.


Michael D. Barnes representó a Maryland en la Cámara de Representantes como demócrata desde 1979 a 1987, sirviendo como presidente del Subcomité de la Cámara para Asuntos Hemisféricos. Es miembro principal del Centro para Política Internacional con sede en Washington.
Fuente: The Baltimore Sun
por Miriam Ortega
Ángel Carromero cambia su historia. La plataforma elegida es el diario norteamericano The Washington Post, que ha abierto sus páginas al líder de Nuevas Generaciones del Partido Popular (PP), para que exprese su nueva “verdad” en torno al accidente del pasado 22 de julio en Granma, Cuba.

Si en un primer momento el español había asumido su culpabilidad, ahora se desdice públicamente y “confiesa” que el accidente no fue culpa suya, sino de un automóvil del gobierno cubano que los había estado siguiendo durante todo el trayecto.

En su nueva confesión -de la cual se hicieron eco de inmediato los diarios digitales españoles 20 minutos, El Mundo, Diario de Sevilla y EuropaPress.es-, Carromero afirma además, que se mantuvo drogado mientras brindaba declaraciones.

Sin embargo, lo curioso del asunto no son las declaraciones en sí, que tienen su sustento en los ya conocidos intereses detrás de la visita de Carromero a Cuba en el 2012. Lo interesante de este caso, es la vanidad del español, al intentar manipular hechos que ya habían sido aclarados de antemano por las autoridades cubanas.

La primera gran mentira, y sobre la cual han engordado titulares no pocos medios, es el origen del accidente. Carromero ha declarado al The Washington Post que “manejaba con cuidado para que el auto que los seguía no tuviera razón para detenerlos, cuando notó que se había acercado mucho –y de pronto sintió un ensordecedor impacto por detrás”. Interesante en este punto, que Carromero puntualizara el cuidado que llevaba al conducir, sobre todo si tenemos en cuenta su historial de alta velocidad.

El canciller español José Manuel García-Margallo, reseñado por el diario británico BBC, declaró al respecto que “la única constancia de lo que ocurrió fueron los telegramas constantes que recibió de la embajada española en La Habana y un documento de entendimiento firmado por Carromero y en el que no constaban esas circunstancias”.

No obstante, si quedaran dudas acerca de la mentira de Carromero, las fotos tomadas al vehículo en el lugar del accidente, demuestran que no hubo impacto alguno en la parte posterior del automóvil.

Interesantes son también los datos novelescos que el ciudadano español Ángel Carromero aportó a la edición digital del diario norteamericano, donde cuidó añadir un toque de suspense, acción, misterio y una gotica de horror.

Carromero dice haber perdido la conciencia, fue introducido en un van “sospechoso”, tuvo que gritar y temió por los demás tripulantes de su automóvil accidentado, hasta que perdió nuevamente la conciencia. Después de eso, afirma, lo mantuvieron narcotizado.

“Fui profundamente drogado, y era difícil para mí entender los detalles del supuesto accidente que ellos me decían que repitiera. Me dieron otra declaración a firmar –una que de ninguna manera reseñaba la verdad. Mencionaba la grava, un terraplén, un árbol –Yo no recuerdo ninguna de esas cosas.”

Estudios científicos aseguran que algunas de las principales características que presentan las personas afectadas por estupefacientes, es la incapacidad de articular un discurso coherente. Muchas veces, se les nota irritados, susceptibles o deprimidos.

Por lo que la confesión de Carromero invita mirar más detenidamente el video en el que se muestran sus primeras declaraciones públicas sobre el hecho. Pese a su énfasis en haber estado drogado durante la filmación del mismo, no se logra vislumbrar en el español al menos uno de los síntomas anteriores.

De cualquier manera, invito a los lectores a releer el caso, tal vez sirva para entrenarse en el antiguo juego de encontrar las siete diferencias.
Fuente: Cubano1er.Plano
por Octavio Fraga Guerra
La publicación digital Diario de Cuba publicó una editorial ajena a la realidad de Cuba y a la voluntad de los cubanos. Esta publicación tiene asiento legal en Madrid y cuenta con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y la National Endowment for Democracy (NED). Esta última es una organización gubernamental del gobierno de los Estados Unidos vitrina de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La editorial se presenta bajo el título: El nuevo “número dos” del régimen .

La nota es escueta e inmunda. Con claros dislates y las reiteradas adjetivaciones propias de esta publicación. En una primera parte expresa: “La Asamblea Nacional ha consumado por octava vez la pantomima electoral cubana”.

Sobre este medular asunto, encaro una clara repulsa a la terminología usada por Diario de Cuba . El proceso electoral cubano cuenta con el explícito apoyo de la inmensa mayoría de los compatriotas. La última convocatoria al más reciente proceso electoral contó con la participación de más del 90% de los ciudadanos con derecho al voto, en un país donde está reconocida la edad mínima de 16 años como unos de los requisitos para ejercer el sufragio.

En estas últimas elecciones, los datos sobre boletas en blanco y anuladas fueron de –apenas- un 4,62% y 1,21% respectivamente. Hay que recordar que la participación en las elecciones de Cuba no es obligatoria, como sucede en otras naciones llamadas democráticas. Hay que precisar también que los cubanos sabemos que en el mundo, lo que impera son las elecciones por partidos o el multipartidismo, como se suele nombrar también.

Obviamente respetamos la voluntad de cada pueblo en torno al sistema electoral que estimen pertinente desarrollar. Nuestro modelo de democracia tiene como principio la acción participativa de toda la sociedad cubana. No voy a desarrollar el argumento que explica la existencia de un único partido. Un partido que ni se postula ni elige candidatos. Su existencia está refrendada en la Constitución de la República de Cuba. Las explicaciones históricas, sociales y políticas de esta determinación están suficientemente documentadas en artículos y publicaciones periódicas.

En otra parte de la nota se expresa: “Por primera vez se acerca al poder real un elemento ajeno a la élite que expulsó a Batista en 1959 y diseñó la nueva dictadura”.

Continúa el editorial con una pregunta introductoria que desata una posterior reflexión. En ella se expresa: “¿Qué puede esperarse del nuevo primer vicepresidente? Quizás ni él mismo lo sepa. Con Raúl y Fidel Castro tan cerca, y sin alianzas dentro del Partido Comunista y las Fuerzas Armadas, se le augura más de lo mismo, al menos a mediano plazo. Díaz-Canel sopesará la experiencia de aquellas defenestraciones y evitará promover cambios esenciales, si es que realmente los desea".

No es nuevo que las publicaciones y medios claramente contrarrevolucionarios siembren la duda sobre el futuro de Cuba. En esta parte del editorial, hay una solapada intriga en torno a un supuesto cambio de la ruta política ante la incorporación de Díaz-Canel como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.

Ante esta descabellada idea tomo la sentencia del compañero Raúl expresada en la clausura de la Sesión Constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular, -en su Octava Legislatura- celebrada el 24 de febrero de 2013. En este importante discurso afirma: “A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”.

La incorporación de Díaz-Canel a las altas responsabilidades del Estado no se traduce en ruptura o cambio de ruta hacia otros derroteros que no sean los elegidos por la voluntad soberana del pueblo.

Las palabras de Raúl y la incorporación de nuevas generaciones de cubanos ante los inmensos retos que nos quedan por enfrentar, son un claro mensaje del fortalecimiento del socialismo en Cuba. José Martí es la esencia de la nación cubana. Antiimperialista y humanista. Nuestro deber es también con América toda y con todos los pueblos del mundo que luchan contra la hegemonía del pensamiento único. Marx, Engels y Lenin –en estos tiempos de crisis- son claves para el futuro de Cuba y del mundo.

En esta nota editorial hay espacio para la sorpresa. Sobre esta idea Diario de Cuba afirma: “Las transiciones suelen ser sorprendentes. La comunidad democrática anhela un Adolfo Suárez cubano, pero el parto podría derivar en el autoritarismo de un Vladimir Putin o en un castrismo sin Castro”.

¿Un Adolfo Suárez cubano? Son sorprendentes los paralelismos de esta publicación. Sobre el método “copia y pega”, ya tenemos experiencia histórica con la debacle de los países socialistas de Europa del este. Cuba no tiene que copiar de ningún modelo de sociedad ajeno a los pilares de la nación, lo cual no quiere decir que no se tomen en cuentan las experiencias positivas de cada país. Cada pueblo ha de construir la nación que desea hacer. Los factores históricos, geopolíticos, sociales y culturales de cada pueblo, así lo justifican.

¿Un Adolfo Suárez que construyó una transición modélica? Les remito a la lectura del libro: “La transición contada a nuestros padres. Nocturno de la democracia española”, del catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Juan Carlos Monedero. ¿Una Cuba monárquica, de empresarios corruptos plegados al capital, al mercado y a la organización terrorista internacional de la OTAN? Diario de Cuba : ¿Están de broma?

La publicación continúa con su verborrea imprecisa: “Los nuevos rostros de la política no servirán de mucho si el régimen no toma otro rumbo para enfrentar tal situación”.

¿Cuál rumbo? Un modelo de sociedad tipo. ¿Coca Cola Clásica, Coca Cola Light, Coca Cola Zero? No está clara esta idea en la nota editorial -reitero-, escueta e inmunda.

A veces las respuestas a nuestras preguntas se encuentran por carambola. En una nota publicada en el mismo diario relacionada con este Editorial, podemos descubrir cuál modelo de sociedad pretenden para Cuba. El titular es clarividente. “Washington: Sin reformas democráticas fundamentales no hay cambio en Cuba”. Habló el patrocinador de Diario de Cuba , o uno de ellos.

¿Quién le ha dicho al gobierno de los Estados Unidos que el pueblo cubano se subordina a su voluntad? ¿Obama se cree con el derecho a decidir sobre la política de nuestra isla?

Diario de Cuba se da banquete con las declaraciones de la Casa Blanca. Sus amos financiadores le pedirán cuentas si no lo hacen. Les presento algunas partes de las declaraciones del imperio.

El Gobierno de Estados Unidos consideró este lunes insuficiente la promoción de Miguel Díaz-Canel a primer vicepresidente de Cuba, al insistir en que, sin las debidas reformas democráticas, el nombramiento "no será un cambio fundamental" en la Isla, informa EFE.

"Mantenemos nuestra esperanza de que llegará el día en que el pueblo cubano obtendrá la democracia, cuando tengan la oportunidad de elegir libremente a sus propios líderes en un proceso democrático abierto y gocen de las libertades de expresión y asociación sin temor a represalias. Claramente no estamos allí todavía", dijo en rueda de prensa Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado.

"Un cambio en liderazgo, sin las reformas democráticas fundamentales que otorguen a la gente su libre voluntad y su capacidad de escoger a sus propios líderes, no será un cambio fundamental para Cuba", afirmó Ventrell.

De toda esta prepotente verborrea tomo nota de la frase de la portavoz del Departamento de Estado Patrick Ventrell cuando afirma. “Claramente no estamos allí todavía". ¿Qué significan estas declaraciones?

El pueblo cubano no se amedrenta con ninguna amenaza –venga de donde venga-. La historia de la Revolución Cubana es la clara huella de esta verdad. Intuyo que Diario de Cuba se alinea con esta idea.
Fuente: Rebelión
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