lunes, 27 de mayo de 2013

Madre cubana escribe a Jueza norteamericana cuatro injusticias y las niñas bailarinas de Cuba Museo Che Guevara Chaubloqueo







------Considero que  Ud. debe haber observado con beneplácito la dicha que ha provocado la sana repercusión de su  reciente desempeño oficial con la justa decisión tomada en el asunto de René González Sehewerert  Ha constituido un regalo merecido que ha conmovido directamente a muchas  personas representativas de miles, de diferentes status, generaciones y lugares.
Dicha incontenible, espontánea, sobria, refleja esa realidad,   algo inusual en estos tiempos que corren y que  alegraron parcialmente  el planeta sin empleo alguno de recursos materiales,  que influyeran en ello.

¡Y qué decir de los rostros de esas Madres, vinculadas a ellos de manera más inmediata y de las que –en este instante-  no deseo referir su sufrimiento  inmerecido por casi tres lustros!

Ud. en lo mas profundo sabe que ellos, los Cinco, por su decente y limpia condición humana sólo intentaban con gran altruismo prevenir muerte, dolor y lágrimas de inocentes, a riesgo de sus propias vidas, una buena parte de las que han tenido que pasar en absurdo encierro alejados de sus familiares más queridos.

Esas madres: Irma, que perdió a su otro hijo y que en la fase terminal del cáncer que lastró su vida sólo pudo contar por breves días con la compañía de René; Olguita, que aún sorprende con la protección del brazo del ser amado sobre su hombro,   en su doble condición de madre y esposa que   debió soportar su ausencia durante la crianza de sus dos hijas Irmita e Ivette impedida de verle.

Y como el tiempo irremisiblemente pasa en la felicidad o la infelicidad según lamentables causas externas  ajenas a nuestra voluntad, pasó el tiempo también en la niña Irmita convertida a esta altura en mujer y felizmente en madre y que  durante todos estos años  sufrió junto a su hermanita la separación física de su papá al que ahora recompensa con un nieto.



…..No quiero  Sra.  en estas letras en vísperas del Día de las Madres referirme a las pérdidas ni al dolor, inestimables e imborrables.  En mi condición de Madre  le escribo para agradecerle lo que de Ud. dependió para que disfrutemos con  la sensible sonrisa merecida de René, observada en las imágenes televisivas,  por encontrarse al fin con los suyos, felicidad que se ha multiplicado alentadoramente en nuestros pechos.

No creo que haya que haber estudiado Psicología, para adentrarse en el debate de sentimientos presentes en la noble mirada que refleja la  pureza de ese hombre. Conociéndoles como les conocemos no resultaría extraño que  albergue   cierto  sentimiento  de dolor por encontrarse libre mientras sus cuatro hermanos continúan en prisión.

Gracias por su contribución a este regalo que representa la presencia de Renè en Cuba.  Feliz Día de las Madres le deseo con un ruego,  disfrute Ud . misma en el presente y en el futuro lo que inevitablemente recogerá la Historia. Por favor, contribuya con lo que esté a su alcance, con la multiplicación por Cinco de la reunificación familiar de estos hombres inocentes y merecedores de respeto por su buena conducta como ciudadanos.

Favorezca  que Mirta, octogenaria mamá de Tony,  cuyo cumpleaños es este mes tenga algo de felicidad merecida y que además  Magali, progenitora de Fernando, pueda  disfrutar este Día de las Madres; de una señal  para  que Elizabeth en su condición de madre, esposa de Ramón, pueda también sonreír definitivamente al tener a su lado a su amado, al igual que sus hijas a las que tuvo que criar en su ausencia.

 Él,  lamentablemente,  al igual que Gerardo, perdió a su mamá  físicamente durante esta etapa.  Así como perdió  Rosa Aurora, esposa de Fernando, la posibilidad de ser Madre por el reloj biológico que marcó con crueldad en ella  este tiempo que se lo impide.


Sea màs feliz proporcionando la posibilidad de que Adriana pueda al fin  darle los  soñado hijos  a su amado Gerardo, al que no ha visto mas que en sueños, durante este largo periodo.

Sé que todo ello  le colmará íntimamente  a Ud., como ser  humano; que la colmarà espiritualmente,    en  premio a su justa acción,  de grandes satisfacciones por  el agradecimiento  que recibirá de tantos lugares del Planeta.
Deseo en este instante hacer referencia merecida  a  la gratitud que experimento hacia su pueblo por haber recibido en su territorio  a nuestro José Martì en el Siglo XIX;  allí tuvo asiento y por su grandeza  concibió y creó parte trascendente  de su obra.

También  le expreso mi reconocimiento por el apego al concepto de familia que existe en vuestra sociedad, a la nobleza de la mayoría  de su gente que pusieron de manifiesto  cuando conocieron la realidad del caso del entonces niño Elián González a finales del pasado Siglo y tambièn agradecer  la actuación de las autoridades locales que con apego a la Ley organizaron y ejecutaron una meticulosa operación para su rescate sin que sufriera daños,  devolviéndole al seno de su verdadera familia. 

Obre cuanto antes como le dicten sus más íntimos y justos sentimientos de Madre o Hija y podrá esperar con tranquilidad lo que será un hecho, como en los casos precedentes.

------en reciprocidad, será  recogida con gratitud en la memoria histórica de nuestro agradecido pueblo de conjunto con todos los hombres y mujeres que piden por ellos en todo el orbe, incluyendo los de  los propios Estados Unidos, que  nos acompañan en este comprensible reclamo.
NATACHA SANTIAGO
                                                      Una madre cubana