------Considero que
Ud. debe haber observado con beneplácito la dicha que ha provocado la
sana repercusión de su reciente
desempeño oficial con la justa decisión tomada en el asunto de René González Sehewerert Ha constituido un regalo merecido que ha conmovido
directamente a muchas personas
representativas de miles, de diferentes status, generaciones y lugares.
Dicha incontenible, espontánea, sobria, refleja esa
realidad, algo inusual en estos tiempos
que corren y que alegraron
parcialmente el planeta sin empleo
alguno de recursos materiales, que
influyeran en ello.
¡Y qué decir de los rostros de esas Madres, vinculadas a
ellos de manera más inmediata y de las que –en este instante- no deseo referir su sufrimiento inmerecido por casi tres lustros!
Ud. en lo mas profundo sabe que ellos, los Cinco, por su
decente y limpia condición humana sólo intentaban con gran altruismo prevenir
muerte, dolor y lágrimas de inocentes, a riesgo de sus propias vidas, una buena
parte de las que han tenido que pasar en absurdo encierro alejados de sus
familiares más queridos.
Esas madres: Irma, que perdió a su otro hijo y que en la
fase terminal del cáncer que lastró su vida sólo pudo contar por breves días
con la compañía de René; Olguita, que aún sorprende con la protección del brazo
del ser amado sobre su hombro, en su
doble condición de madre y esposa que
debió soportar su ausencia durante la crianza de sus dos hijas Irmita e
Ivette impedida de verle.
Y como el tiempo
irremisiblemente pasa en la felicidad o la infelicidad según lamentables causas
externas ajenas a nuestra voluntad, pasó
el tiempo también en la niña Irmita convertida a esta altura en mujer y
felizmente en madre y que durante todos
estos años sufrió junto a su hermanita
la separación física de su papá al que ahora recompensa con un nieto.
…..No quiero
Sra. en estas letras en vísperas
del Día de las Madres referirme a las pérdidas ni al dolor, inestimables e
imborrables. En mi condición de
Madre le escribo para agradecerle lo que
de Ud. dependió para que disfrutemos con
la sensible sonrisa merecida de René, observada en las imágenes
televisivas, por encontrarse al fin con
los suyos, felicidad que se ha multiplicado alentadoramente en nuestros pechos.
No creo que haya que haber estudiado Psicología, para
adentrarse en el debate de sentimientos presentes en la noble mirada que
refleja la pureza de ese hombre.
Conociéndoles como les conocemos no resultaría extraño que albergue
cierto sentimiento de dolor por encontrarse libre mientras sus
cuatro hermanos continúan en prisión.
Gracias por su contribución a este regalo que representa
la presencia de Renè en Cuba. Feliz Día
de las Madres le deseo con un ruego,
disfrute Ud . misma en el presente y en el futuro lo que inevitablemente
recogerá la Historia. Por favor, contribuya con lo que esté a su alcance, con
la multiplicación por Cinco de la reunificación familiar de estos hombres
inocentes y merecedores de respeto por su buena conducta como ciudadanos.
Favorezca que
Mirta, octogenaria mamá de Tony, cuyo
cumpleaños es este mes tenga algo de felicidad merecida y que además Magali, progenitora de Fernando, pueda disfrutar este Día de las Madres; de una
señal para que Elizabeth en su condición de madre,
esposa de Ramón, pueda también sonreír definitivamente al tener a su lado a su
amado, al igual que sus hijas a las que tuvo que criar en su ausencia.
Él, lamentablemente, al igual que Gerardo, perdió a su mamá físicamente durante esta etapa. Así como perdió Rosa Aurora, esposa de Fernando, la
posibilidad de ser Madre por el reloj biológico que marcó con crueldad en
ella este tiempo que se lo impide.
Sea màs feliz proporcionando la posibilidad de que
Adriana pueda al fin darle los soñado hijos
a su amado Gerardo, al que no ha visto mas que en sueños, durante este
largo periodo.
Sé que todo ello le colmará íntimamente a Ud., como ser humano; que la colmarà espiritualmente, en
premio a su justa acción, de
grandes satisfacciones por el
agradecimiento que recibirá de tantos
lugares del Planeta.
Deseo en este instante hacer referencia merecida a la
gratitud que experimento hacia su pueblo por haber recibido en su
territorio a nuestro José Martì en el
Siglo XIX; allí tuvo asiento y por su
grandeza concibió y creó parte
trascendente de su obra.
También le expreso
mi reconocimiento por el apego al concepto de familia que existe en vuestra
sociedad, a la nobleza de la mayoría de
su gente que pusieron de manifiesto
cuando conocieron la realidad del caso del entonces niño Elián González
a finales del pasado Siglo y tambièn agradecer
la actuación de las autoridades locales que con apego a la Ley
organizaron y ejecutaron una meticulosa operación para su rescate sin que sufriera
daños, devolviéndole al seno de su verdadera
familia.
Obre cuanto antes como le dicten sus más íntimos y justos
sentimientos de Madre o Hija y podrá esperar con tranquilidad lo que será un
hecho, como en los casos precedentes.
------en reciprocidad, será recogida con gratitud en la memoria histórica
de nuestro agradecido pueblo de conjunto con todos los hombres y mujeres que
piden por ellos en todo el orbe, incluyendo los de los propios Estados Unidos, que nos acompañan en este comprensible reclamo.
NATACHA
SANTIAGO
Una madre cubana