El Papa Juan el Bueno excomulgó a Fidel Castro. Francisco Iº ¿ llegará a excomulgar a Barack Obama por las torturas y crimenes en Guantánamo ? , ó dirá
" ahhh...... YO ARGENTINO ". (Toto excomulgado)
Bergoglio y la campaña de la Iglesia Católica para limpiar
su imagen
por
Periódico CNT
Domingo,
19 de Mayo de 2013 22:23
El
pasado 13 de marzo un nuevo jefe de Estado subió al trono en el Vaticano. De
nombre Jorge Mario Bergoglio y de origen argentino, pasó bastante desapercibido
durante el cónclave, aunque fuese una figura reconocible para quienes están al
tanto de la realidad del cono sur.
Julio
Reyero | Periódico CNT
Las empresas de comunicación nos bombardearon
con toneladas de información-propaganda durante los días anteriores a la fumata
blanca, pero quizá se superaron cuando se hizo pública la elección del nuevo
hombre fuerte de la Iglesia. La “información” giraba constantemente (y no se
descarta que lo siga haciendo) en torno a la preocupación del Papa por la
pobreza, su humildad al acercarse a besar a la gente, desproteger el vehículo
blindado habitual y otras cosas por el estilo. Por otra parte la ausencia en la
prensa y las pantallas de muchos detalles comprometidos de su vida, en especial
sobre el período de la dictadura argentina, dice mucho más sobre la intención
de la propaganda que todo lo anterior. Ha sido necesario recurrir como casi
siempre a los ordenadores y la red para saber de quién estamos hablando.
Primeros pasos
Bergoglio nació en Buenos Aires, en diciembre
de 1936, después de que sus padres de origen italiano emigrasen ante el auge de
Mussolini. Se gradúa como técnico químico e ingresa en los jesuitas en 1957.
Después de pasar por la Universidad de Alcalá de Henares es elegido en 1973
provincial de los jesuitas argentinos. Es en esa época en la que se integra en
la organización Guardia de Hierro, llamada así en memoria de la homóloga rumana
antisemita dirigida por el filonazi Corneliu Codreanu. El encuadre ideológico
de la Guardia de Hierro argentina no es tan sencillo como en el caso rumano. Lo
que sí se puede afirmar es que su autoritarismo, uniformidad, nacionalismo,
jerarquía, religiosidad, eran tan fuertes como en cualquier otra organización
de extrema derecha. El componente social que pudiera tener (se cita en
wikipedia como “organización de trabajo barrial” únicamente) demuestra ser un
mero barniz cuando en plena dictadura la Junta establece estrechos lazos de
colaboración con sus dirigentes utilizando su considerable fuerza paramilitar.
En este sentido también son ejemplares las conocidas relaciones posteriores de
“Guardianes” con el gobierno de Menem.
Las amistades peligrosas
Quizá uno de los episodios que ha arrojado luz
sobre la sombra que provocan los flashes periodísticos en torno a Bergoglio
haya sido la concesión por parte de la Universidad del Salvador del doctorado
honoris causa a Emilio Eduardo Massera, miembro de la Junta golpista y director
de la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada) durante la represión,
centro de tortura por excelencia. La Universidad del Salvador es propiedad de
los jesuitas y pasó a ser dirigida por manos laicas (por la Asociación Civil
Facultades Loyola), por orden del Padre Arrupe directamente a Bergoglio, dos
años antes de distinguir al torturador. Este proceso de ocultación bajo un
disfraz civil del control de los jesuitas se puede observar en numerosas
instituciones y organizaciones de carácter internacional por aquellos años
(véase el caso de Intermón enCuadernos para el Debate nº 8).
Bergoglio sitúa a dos hombres de su confianza en la dirección de la Universidad
pertenecientes también a Guardia de Hierro: Francisco Piñón, como rector, y
Walter Romero.
Aunque Bergoglio no era una excepción. El
nuncio apostólico Pío Laghi, el arzobispo de Buenos Aires Juan Carlos Aramburu,
el cardenal Raúl Primatesta y otras cabezas de la Conferencia Episcopal
Argentina aplaudían las directrices de Videla. El 15 de noviembre del 76 se
reúne la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal con la Junta Militar
dejando por escrito: “los Obispos [...] acompañamos al actual proceso de
reorganización del País, emprendido y encabezado por las Fuerzas Armadas, lo
acompañamos con comprensión, a su tiempo con adhesión y aceptación.” Esta
postura no difiere mucho de la adoptada en España (1936), o en Chile (1973).
Otro de los episodios que oscurecen su
curriculum es el secuestro y tortura en la ESMA de varios sacerdotes jesuitas
que estaban bajo su responsabilidad. Aún sin aclarar del todo, parece que
Bergoglio y Aramburu señalaron ante las autoridades a Orlando Yorio y Francisco
Jalics (entre otros) además de dejarlos sin protección poco antes de ser
detenidos y hechos desaparecer durante 5 meses. Otras 4 catequistas y los
esposos de dos de ellas siguen desaparecidos.
Pero dejando atrás ese oscuro e intangible
pasado, Bergoglio se está forjando en el presente una imagen que se ha llegado
a calificar de revolucionaria con ayuda de prácticamente la totalidad de los
grandes medios. Se dice que es cercano a los problemas de la gente, a la
pobreza, etc. Se resalta que ya no viste los exclusivos mocasines de Ratzinger
de 400 euros, que va en transporte público y que no porta el pectoral de oro
sino de plata, que es mucho más mundano. Le hemos visto besar los pies de
adolescentes en público (ojo, sin connotaciones sexuales de por medio) e
identificarse directamente con el cardenal Roncalli (alias Juan XXIII) que fue
apodado “el Papa Bueno”. Sin duda esto último puede ser la clave de lo que
vamos a ver en los próximos años y no serán verdaderos cambios para modificar
el status quo mundial.
Aquel Papa realizó gestos ciertamente inéditos,
pero la perspectiva que nos da el paso del tiempo nos hace ver que fueron
brindis al sol. Habló de renovación de la iglesia, nombró por vez primera
cardenales indios y africanos, se reunió con la alta jerarquía de otras
confesiones, aplicó derechos inexistentes entre los empleados del Vaticano,
aumentó algo sus míseros salarios y redujo las fortunas que recibían cardenales
y obispos y, por supuesto, inició el concilio Vaticano II, referencia para muchos
a pesar de su evidente inutilidad.
Pero una institución dogmática asentada en un
Estado Teocrático machista, no se puede reformar. Como mucho se puede esconder
nuevamente debajo de la alfombra todo aquello que contradice la condición de
santo que pretenden aplicar a Roncalli y probablemente con los años a
Bergoglio. Aquél excomulgó a Fidel Castro y se entendió con todos los obispos
franceses que habían aplaudido el régimen filonazi de Vichy (lo llamaron
“cohesionar” la Iglesia). Pero lo que más le deshonra es la redacción del
Crimine Solicitacionis, documento que ordena ocultar todos aquellos casos de
abusos sexuales a menores por parte de la curia, amenazando con excomulgar a
aquella víctima que denuncie su caso ante las autoridades civiles y no exclusivamente
ante las eclesiásticas. Las consecuencias de la aplicación de este protocolo
son de sobra conocidas.
Bergoglio toma el control del Vaticano cuando
en parte se ha hecho pública la ocultación de las correrías sexuales del clero.
El diario La Repubblica ha llegado a hablar de un miembro del coro del Vaticano
que ofrecía servicios sexuales de jovencitos seminaristas y también han
aparecido noticias acusando a Ratzinger de la obstaculización al trabajo de la
comisión de investigación de los abusos sexuales del clero alemán. La
investigación fue encargada al Instituto Central Criminológico de Baja Sajonia
(KFN) e interrumpido a los 5 meses ante las presiones de la Iglesia. Aunque
aseguraron dar plena libertad a los científicos, después quisieron arrogarse el
derecho de manipular los informes e incluso prohibirlos. No sólo no ha cumplido
con la “tolerancia cero” a los abusos, que prometió al visitar EE.UU. tras
conocerse la magnitud de los mismos con epicentro en Boston (más de 500 casos
en una sola diócesis), sino que ha seguido aplicando la misma política de
ocultación y espera. El tiempo mitiga las acusaciones, la memoria es frágil.
Papa de Mercaderes
Otro de los motivos del “cambio” es el
relacionado con el Instituto para las Obras de Religión (IOR): el Banco del
Vaticano. La misma mentalidad que motivó el robo multimillonario durante los 70
que acabó conociéndose como el escándalo Ambrosiano ha continuado hasta
nuestros días. Aquel asunto pareció acabar cuando en el año 82 Roberto Calvi,
director del banco, apareció ahorcado en Londres. En 1986 Michele Sindona,
compañero de aventuras de Calvi y relacionado con las familias de la heroína
siciliana, le seguía los pasos bebiendo cicuta. Ambos fueron responsables de
blanquear millones de dólares a través del IOR con la ayuda del obispo
Marcinkus, protegido de Juan Pablo II.
Pero no acabó entonces. En 1993 se conoce el
caso Enimot, uno de los mayores casos de corrupción entre la clase política
italiana. El dinero de las comisiones que se pagaron a los diputados para que
aceptasen la unión de Enichem (empresa química pública) y la privada Montedison
por encima de la ley antimonopolio fue blanqueado a través de cuentas del IOR
(Gianluigi Nuzzi, Vaticano S.A.).
En España se relaciona a Ricard María Carles,
arzobispo de Barcelona y miembro del IOR, con una operación de blanqueo de
dinero procedente del tráfico de armas dirigidas a Eslovenia y Croacia en el
proyecto de liquidación de la antigua Yugoslavia. También ha salido a relucir
en los papeles el cardenal Sandoval Íñiguez, perteneciente a la estructura del
IOR, y de cuyas relaciones con el narcotráfico sospecha la fiscalía mexicana.
En 2008, incluso el obispo Carlos Aguilar Retes, presidente de la Conferencia
Episcopal, declaró públicamente que los narcos mexicanos eran “muy generosos”.
En 2010, con Gotti Tedeschi a la cabeza del
IOR, expresidente de la división italiana del Banco Santander, se produce la
incautación de una transferencia de 23 millones de euros que vulneraba la
normativa comunitaria. Todo lo anterior confirma que las promesas de un futuro
transparente hechas por Ratzinger para no seguir apareciendo en el “top ten” de
países donde más dinero se blanquea (publicado en London Telegraph) han caído
en saco roto.
Un Papa muy progre
Pero es absurdo ver en Bergoglio algo nuevo. No
hay muchas dudas sobre las posiciones del nuevo Papa respecto a las pulsiones
vitales o la posición de las mujeres en la Iglesia. Durante la legalización de
los matrimonios entre parejas homosexuales en Argentina calificó la medida de
“estrategia de Satanás” y anunció una “guerra de Dios” contra ella. De igual
modo se opone a los anticonceptivos e incluso a la fecundación in vitro.
También libra combate contra lo que denomina “cultura de la muerte”, esto es,
lo referente a la eutanasia o muerte digna.
Por ello, lo único que podemos concluir es que
estamos ante una de las campañas de imagen más agresivas que la Iglesia ha
elaborado en los últimos años, y que nada trascendente cambiará en la forma de
hacer política, economía y religión desde los muros del Vaticano hasta la
última capilla del mundo. Lo lamentable es la sensación de que el dinero
invertido en esa campaña puede estar dando resultado.
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Ricardo Casabella
Ricardo Casabella