jueves, 29 de agosto de 2013

Ejército blanco invadió Brasil son batas médicas y llegan a salvar vidas desde Cuba la internacionalista Chaubloqueo Museo Che Guevara





OPINIONES A RADIO HABANA SOBRE MÉDICOS CUBANOS EN BRASIL
José Mario Zavaleta Mendoza
http://conosuruguay.files.wordpress.com/2013/01/medicos_cubanos_pakistan-pagespeed-ce-ml53hx08xf.jpgAgradezco a Radio Habana Cuba se me permita opinar con relación a la llegada a Brasil del primer contingente de médicos cubanos, y a las reacciones de algunos sectores del gremio médico de ese país.
Antes que todo debo decir que les hablo desde un país muy pequeño pero densamente poblado, y al que la historia lo distingue por haberle instaurado el dominio de las oligarquías que han sojuzgado a su pueblo, imponiéndole regímenes autoritarios principalmente de tipo militar a través de gobiernos nada democráticos, y que ante la acentuación de la injusticia social y la opresión política hubo de alzarse en armas llevándole a un conflicto que luego de 12 años concluyó con la firma de los acuerdos de paz de 1992.
Una de las características del modelo económico y social injusto impuesto a los salvadoreños tiene que ver con un sistema de salud ineficiente y de pobre cobertura, donde los médicos generalmente han preferido las áreas urbanas para su trabajo, que se combina en la mayoría con acciones en el servicio público y privado. Por ello conozco en carne propia esa realidad que igualmente sufren todos los pueblos de nuestra América, en mayor o menor grado; y con excepción de Cuba, que luego del triunfo de la Revolución ha desarrollado su propio modelo que precisamente satisface en su máximo grado las aspiraciones y necesidades de su pueblo, al que le es garantizada la salud de manera gratuita, universal e inclusiva.
Con un alto desarrollo científico, además, que lo respalda en la producción de medicamentos, vacunas, insumos y equipos, y sobre todo con la formación del recurso humano calificado indispensable para garantizar su funcionamiento, a tal grado de desarrollo que desde hace muchos años ha sido capaz de extender sus servicios solidarios a muchos países, constituyéndose seguramente en el único país en el mundo con la capacidad de hacerlo de manera masiva como ya lo ha hecho en varios casos, provocando por supuesto el respeto, admiración y gratitud de pueblos y gobiernos que han resultado beneficiados con su acciones, en la mayoría de los casos producto de la calamidad por cataclismos o fenómenos naturales que les han afectado.
Pero también ha ocurrido con gobiernos que por la necesidad de ampliar los servicios sanitarios de sus pueblos, y no contar con el suficiente personal sanitario, han recurrido a Cuba a través de mecanismos de cooperación innovadores para adquirir los servicios de personal altamente capacitado y dispuesto a desarrollar su labor solidaria aún en las más adversas condiciones, logrando satisfacer las necesidades de sus pobladores.
Este mecanismo también produce la simpatía y agradecimientos de miles de miles de beneficiarios, pero también la animadversión de sectores políticos de derecha locales, a quienes se suman algunos grupos entre los gremios médicos de dichos países, que al igual que los políticos detestan todo lo que pueda representar Cuba, siendo parte activa de las inveteradas campañas de desprestigio, difamación y de ataques contra Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución. Y en la actualidad muchos de ellos son herederos de quienes se unieron a la contrarrevolución y son admiradores de los gobiernos de Estados Unidos que ha implementado el bloqueo, la hostilidad y la guerra a todos los niveles contra Cuba.
Por ello no ha extrañado la actitud mezquina de algunos médicos, porque no son todos, que en los diferentes países han mostrado su odio contra Cuba, hasta el grado de propiciar que algunas gremiales afrenten a sus gobiernos por aceptar la ayuda de Cuba en el campo de la salud, y mucho más si han osado con llegar a acuerdos de cooperación en ese campo. Por supuesto su comportamiento es inmediatamente motivo de rechazo por la mayoría de los pueblos, que ven en ellos un comportamiento hipócrita e interesado, pues todo mundo sabe que no serían capaces de superar las expectativas y acciones de los médicos cubanos.
Estos sectores en Brasil, como lo serían en Honduras, El Salvador, México, Venezuela, Chile, Uruguay, etcétera, ven en los contingentes de batas blancas cubanas como una competencia insuperable, sobre todo en calidad humana, abnegación y sentido pleno de la solidaridad, que no pide nada a cambio. Aquellos en cambio son interesados, buscan siempre la ganancia por sobre todo, y no aceptan ninguna regla que no provenga de la FDA de los Estados Unidos, y no creen en el desarrollo científico técnico que hubiera podido alcanzar un pequeño país, pobre, bloqueado ferozmente por el imperio más poderosa que hubiera existido, y que lo impulsa no para el usufructo económico, sino para el bien de los suyos y de cualquier otra persona en el planeta que lo necesitara.
Aquellos no entienden lo que los cubanos profesan y ponen en práctica a partir de las enseñanzas de su héroe nacional, José Martí, al enunciar que “Patria es Humanidad”, y su concepto de las personas enfermas es la de consumidores o clientes, no la de pacientes. Saben perfectamente que los médicos cubanos representan un peligro a sus intereses, porque los pueblos, al conocerlos, los prefieren a ellos; y consideran que sus ganancias se verían mermadas al haber más gente recibiendo los servicios de las brigadas médicas cubanas, y por lo tanto menos clientes para su beneficio.
Por lo tanto, esos médicos brasileños no toleran que un gobierno responsable vele por los intereses de las mayorías desposeídas, y son capaces de buscar cualquier manera de impedir que la solidaridad se ponga en práctica, aunque muchas vidas no se salven y miles de sus conciudadanos no puedan tener acceso a servicios médicos de calidad – quizás por primera vez en su vida – pero eso no les importa. De eso estoy convencido, porque la mezquindad y el egoísmo también están globalizados en personas de esa calaña, y cuando ven sus intereses en peligro muestran su verdadera esencia y poca calidad humana.
Pero también estoy convencido que a pesar de tantas campañas de desprestigio y difamación contra Cuba, los pueblos conservan ese sexto sentido del que alguna vez habló Fidel, ya que aún sin conocer a Cuba y la realidad de su Revolución, confían en ella, que también para ellos representa el faro de la decencia, la dignidad y la hermandad entre los hombres y mujeres de la tierra.
¡Que vivan los médicos cubanos en el mundo, que viva Cuba!
Muchas gracias por su atención.
El Salvador, 28 de agosto de 2013