De: Programa Educación y Memoria
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Enviado el: jueves, 26 de septiembre de 2013 02:35 p.m.
Para: destinatarios-no-revelados:
Asunto: Homenaje al Maestro Alfredo Bravo
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Homenaje a Alfredo
Bravo
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Boletín Nº151
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El Programa Educación y Memoria desea homenajear, en el
mes del Maestro y a diez años de su fallecimiento, a la figura de Alfredo
Bravo, docente, escritor y político comprometido con su tiempo, que nunca
abandonó sus ideales y siguió luchando hasta el fin de sus días por una
sociedad democrática, justa e igualitaria. De una personalidad
incorruptible, su defensa por la vigencia plena de los Derechos Humanos es
un ejemplo a seguir.
Nació el 30 de abril de 1925 en Concepción del
Uruguay, Entre Ríos. A los 18 años, se recibió de maestro y se instaló
en un pueblo del Chaco santafesino para comenzar a ejercer su profesión
como maestro rural.
En Buenos Aires inició su militancia gremial, participó en la
redacción del Estatuto del Docente y fue uno de los protagonistas
de la unificación del gremio de maestros en la CTERA (Confederación de
Trabajadores de la Educación de la República Argentina). En 1974 fue su
secretario general y, un año más tarde, fue impulsor de la fundación de la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), llegando a ser elegido
copresidente.
El 8 de septiembre de 1977, durante la última dictadura
cívico-militar, Bravo fue secuestrado por un grupo de
tareas mientras daba clases en una escuela nocturna.
Permaneció desaparecido hasta el 20 de septiembre de
1979, que recuperó su libertad. Una vez liberado, continuó con su
compromiso y militancia en defensa de los Derechos Humanos en
la APDH.
Durante el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín fue designado
Subsecretario de Actividad Profesional Docente del Ministerio de Educación
y tres años más tarde, cuando se promulgó la ley de Obediencia Debida, por
la que alrededor de ochocientos oficiales de las Fuerzas Armadas quedaron
en libertad, renunció al cargo.
Electo diputado nacional por la Unidad Socialista en 1991, batalló contra
las transformaciones neoliberales. Su mandato legislativo fue renovado
en 1995 y 1999. En el 2001 fue consagrado por el voto popular como senador
por la ciudad de Buenos Aires.
Luego de participar activamente en la reunificación del Partido Socialista,
en el 2002 fue aclamado en un congreso partidario como candidato a
presidente para las elecciones del año siguiente.
Hincha y socio de River Plate, fue miembro de la Asamblea de
Representantes entre 1993-1997 y candidato a Presidente en 1997 por
la Agrupación Tradicional River Plate. En el 2001 integró su última
fórmula junto a Carlos Lancioni.
En las primeras horas del 26 de mayo de 2003, Alfredo
falleció de un ataque al corazón. Sus restos fueron velados en el Salón de
los Pasos Perdidos ante familiares y muestras de afecto y respeto por la
trayectoria impecable de un gran hombre.
En la despedida el discurso más emotivo fue el de Laura Bonaparte, de
Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora: “Querido compañero socialista, compañero maestro de la
educación laica y gratuita, compañero articulador de diferencias (...) Te
elegimos y te nombramos senador nacional, compañero defensor de los
derechos de la mujer, compañero luchador contra cansancios, vientos y
mareas, compañero doblegador de torturas y torturadores, compañero de
ideales llevados a la práctica.”
Quiénes lo conocieron de cerca lo definían como un hombre apasionado,
comprometido con sus ideales, de una conducta insobornable y defensor
acérrimo de los Derechos Humanos. Él prefería una definición más simple y
profunda: “Soy maestro,
maestro de grado”.
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