VIAJE-DESCUBRIMIENTO N° 13
Recuperada
mi frágil carabela (no formaba parte de las tres calaveras (no hay error en la ortografía de la última palabra, fue –y lo es todavía- muerte y despojo lo que le trajo a los pueblos originarios, el
arribo accidental de los genocidas colonialistas). Aclarado el punto, seguimos
nuestro viaje-descubrimiento N° 13, con rumbo fijo –norte y meta- hacia OTRO MUNDO POSIBLE, que jamás será
ilusión fugaz, sino hermoso sueño por el que lucharon próceres y guerrilleros
de épocas y espacios distintos de nuestra geografía del sur y de todo este
mundo golpeado por la bestia (666) hegemónica.
Y
vuelvo a la Cuenca exuberante del Plata, que es centro de atracción de energías
vitales, puesto que es de interés continental, que se concentran y transmiten a
grandes y cortas distancias. Por esta vía llego a otra Patria hermana nuestra: URUGUAY, e inmediatamente busco a sus
pobladores originarios, quienes en forma sucinta y clara nos informaron que sus
ancestros fueron las etnias amerindias que poblaron esta su tierra, desde la
llegada de los primeros humanos, hasta el arribo de los colonialistas europeos,
en 1516.
Al
respecto, puntualizaron: “Al llegar los invasores al Río de la Plata, los
grupos étnicos que aquí habitaban, eran principalmente de la macro etnia CHARRÚA, que muchos han querido borrar
su existencia e historia”. Desde esa sentida revelación, nos impusimos otra
formidable misión: RESCATAR Y
VISIBILIZAR A ESTOS HERMANOS ORIGINARIOS.
A continuación, un trabajo de un hermano Charrúa, el cual es
un honor compartir y difundir, para conocer más de sus nuestros ancestros, y
empezar a matar las mentiras e injusticias de la lamentable historia oficial del
Uruguay.
“Cuando
hablamos de la instalación de este pueblo en nuestro territorio tenemos que
hablar de los albores del tiempo. De una época en que la humanidad era joven y
estaba dando sus primeros pasos. Una época en donde la historia se mezcla con
el mito. Los charrúas son de origen pámpido. Ellos son de la misma familia que
los mapuches, los tehuelches, los tobas, los gaycuruses y otros pueblos que
habitaron y habitan las praderas del Cono Sur”.
“Esté
pueblo cruzó el Paraná hace 3500 años aproximadamente. Desde el momento que
ingresaron a la Banda Oriental del Paraná no volvieron a salir de ella. Digo la
Banda Oriental del Paraná y no del Uruguay porque para ellos el Uruguay no era
un obstáculo geográfico sino un río que los unía. Además los charrúas habitaron
en todo lo que es la Mesopotamia Argentina (Entre Ríos y Corrientes)”.
“Para
ellos está era la Tierra Prometida. Después de quien sabe cuánto tiempo de
vagar por la Patagonia y la Pampa llegaron a estas tierras fértiles, cálidas,
con ríos como venas repletas de animales y vegetación. Todo lo que podían
necesitar se los proporcionaba la naturaleza. Pero cundo llegaron a la Tierra
Prometida está no estaba vacía. Allí habitaban los denominados “Constructores
de Cerritos”. Esté era un pueblo más antiguo y tremendamente avanzado. No eran
nómades sino que vivían en Aldea, cultivaban todo tipo de hortalizas, granos y
cereales”.
“Algunos
afirman que los Palmares de Rocha son plantaciones de ellos. Esté pueblo
también cultivaba la yerba mata y las calabazas del mate. Podemos afirmar que
ellos fueron los primeros en tomar mate. Y cuando vivían en zonas alejadas de
agua dulce creaban un sistema hídrico para que no les falte el agua. Ellos
hacían tajamares en los alrededores de su aldea. Esto se ve principalmente en
sus asentamientos del Norte como en Caraguatá, Tacuarembó”.
PACHAMAMA
“Como
sabemos la tierra del norte es bastante seca y muchos agricultores y ganaderos
necesitan que el Estado les esté proporcionando agua para mantener su
producción. Esté problema los Constructores de Cerritos lo solucionaron miles
de años atrás. Y la vedette de esté pueblo son sus famosas cámaras mortuorias
comúnmente conocidas como “Cerritos de Indios”. Algunos sostienen que estos son
los primeros vestigios de civilización en el Uruguay”.
“Recordemos
que mientras los Constructores de Cerritos habían hecho todo esto Europa estaba
sumida en el nomadismo. El contacto entre charrúas y constructores fue
pacifico. Fue un intercambio equilibrado entre uno y otro pueblo. Los charrúas
y esté pueblo convivieron 1000 años en este territorio y por alguna razón que
se desconoce desaparecen”.
“Análisis
hechos al esqueleto de Vaymaca Pirú y a los restos encontrados en los Cerritos
han demostrado que comparten el mismo ADN. O sea los charrúas y Constructores
se mestizaron muchísimo. A raíz de esto podemos decir que los charrúas son los
herederos de esté pueblo ya desaparecido”.
“Los
siglos pasaron y fueron llegando otros pueblos al territorio. Los charrúas
probablemente incorporaron de los Constructores el sedentarismo, la agricultura
insipiente y la yerba. Muchos pueblos salieron del mismo lugar que los charrúas
y a la vez estos ejercieron su influencia sobre esos pueblos. Por eso es que se
habla de una Macro Etnia Charrúa. Dentro de ésta se encontraban los charrúas
propiamente dichos, los chanas-timbú, los guenoa-minuan, los bohanes y los arachanes”.
“El
primer pueblo no emparentado con los charrúas que llegó a estas tierras fueron
los yaros. Por muchos siglos se vivió en armonía con la naturaleza y si bien
había pequeñas guerras entre distintas tribus pronto se reconciliaban y vivían
en una relativa paz”.
“En
el 1300 después de Cristo, aproximadamente, llega un pueblo de origen amazónico
que influenciara mucho a los charrúas. Llegan los guaraníes. Al principio los
charrúas los combatieron porque los veían como invasores. Pero supieron intercambiar
y vivir en el mismo espacio. Ambos pueblos se influenciaban mutuamente. Los
charrúas incorporaron la cerámica guaraní que era mejor que la suya y los
guaraníes incorporaron la baleadora y
las puntas de flechas de piedras de los charrúas. Cuando recién los guaraníes
empiezan a adentrarse en territorio oriental llega otro pueblo totalmente
distinto”.
“En
1516 llega a las aguas del Paraná Guazú (nombre que le daban los indígenas al
Plata) Juan Díaz de Solís en nombre de los Reyes Católicos de España. Hay una
leyenda que dice que cuando los berás (ñandúes en charrúa) vieron a las
carabelas de Solís salieron en manada avisando tribu por tribu a los indígenas
para que el invasor no los agarre de sorpresa. Y así fueron muriendo de
cansancio los berás y por tratar de proteger y avisar a los indígenas y sus
almas se fueron al cielo y crearon la Cruz del Sur. Y cusndo el invasor
desembarco los indígenas estaban preparados para el enfrentamiento con él. Por
ésta razón es que los charrúas creían que las Cruz del Sur o Atit Berá (pata de
ñandú), como le llamaban ellos, era su constelación protectora. También es una explicación
de por qué desde el primer momento que pisó un europeo esté suelo se les izo
frente. Con respecto a la muerte de Solís hay mil versiones y no está claro si
fueron los charrúas o los guaraníes quienes lo mataron. Tampoco se sabe a
ciencia cierta si se lo comieron, lo mataron o lo mantuvieron con vida. Hasta
este momento los pueblos originarios se mantuvieron vivos e inocentes”.
Hasta
aquí la palabra esclarecedora de este hermano nuestro Charrúa. Pero la tarea
que nos hemos impuesto aún no termina,
en cuanto a rescatar y visibilizar a este noble pueblo originario.
LA
MATANZA DE SALSIPUEDES: Cuenta la historiografía oficial que el 11 de abril de
1831, en Puntas del Queguay, se dio esta matanza. Se dice que, a orillas del
arroyo Salsipuedes, entre Tacuarembó y Río Negro, tenía su cuartel general el
presidente Fructuoso Rivera, quien convocó a los principales caciques charrúas,
llamados Polidoro, Rondeau, Brown, Juan Pedro y Venado, junto con todas sus
tribus, a una reunión diciéndoles que el Ejército los necesitaba para cuidar
las fronteras del Estado. Monolito
que recuerda esa matanza
En ese momento trágico muchos fueron
asesinados, otros, prisioneros, mientras que algunos, desconfiando de sus
intenciones, no concurrieron al encuentro propuesto y se los tuvo por
exterminados a partir de un episodio muy triste en la historia uruguaya: el
envío a París, con el fin de ser estudiados, de los últimos charrúas, pequeño
grupo formado por una mujer y tres hombres, identificados como Senaqué,
Tacuavé, Vaimaca Perú y Guyunusa.
Cabe
aclarar que Senaqué, el curandero del grupo, había enfermado durante el viaje y
falleció poco después. Guyunusa, la mujer de Tacuabé, dio a luz una niña en la
capital francesa y falleció al poco tiempo. Tacuabé, luego de un intento de
fuga, logró finalmente escapar con su hija. Vaimaca-Pirú quedó solo. Poco antes
de morir, fue adornado con lanza y boleadoras para ofrecer un espectáculo más
atractivo a los hombres, mujeres y niños que concurrían para verlo. El literato
Hugo A. Licandro, sobre su muerte, escribió el cuento “Vaimaca Pirú o la muerte
por melancolía”.
El monumento a los últimos charrúas,
ubicado en el Prado de la ciudad de Montevideo, se inauguró en 1938. Declarado
Monumento Histórico Nacional-Ubicado en el Prado en homenaje a la raza charrúa
representada por el cacique Vaimaca, Tacuabé, Senaqué y Guyunusa.
Dato histórico da cuenta que el cacique
indio Vaimaca Perú enfrentó junto al prócer uruguayo José Artigas en el siglo
XIX a españoles, portugueses, franceses e ingleses; fue llevado vivo a Francia,
con otros tres indígenas de su tribu charrúa y, tras ser exhibido en público
como "mamífero del sur", murió a los pocos meses.
El etnocidio de Salsipuedes fue
perpetrado por el primer gobierno uruguayo de una forma pensada y calculada
hasta el último detalle. Por ejemplo el “pequeño detalle” - que tuvieron con
los sobrevivientes que fueron trasladados forzosamente - de arrancar los hijos
de las madres y separar a los hermanos entre sí, hizo que la lengua charrúa muera
y así casi mataron su cultura y su identidad.
A la salida de la dictadura militar de
Uruguay, que duró once largos años de represión y desapariciones (1973 a 1984),
es que empezaron a surgir desde las bases, manifestaciones a favor de un
revisionismo tanto de la historia reciente como desde las raíces mismas de su
historia. Es así que partir de 1989, comenzaron a surgir las organizaciones
indígenas en ese país.
El
Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), fue fundado el 25 de junio del 2005 y
actualmente está integrado por diversas organizaciones y comunidades indígenas
de diferentes puntos del país. Funciona bajo los valores ancestrales de la horizontalidad
y el consenso, trabajando por la reivindicación de los derechos del Pueblo
Charrúa, siendo la única organización indígena de carácter nacional en Uruguay.
Desde hace ya más de veinte años, los
charrúas llevan a cabo un proceso de reconstitución como Pueblo - Nación,
conjuntamente con los hermanos charrúas de Argentina. Trabajan incansablemente para derribar la aberrante versión que señala la
extinción indígena en países hermanos, para así poder salir de la
invisibilización estructural a la que fueron y
aún están sometidos. Esta es la gran tarea que emprendimos: RESCATAR DEL
OLVIDO Y VISIBILIZAR A HERMANOS ORIGINARIOS CHARRÚAS, INTEGRANTES DE UN GRUPO
HUMANO QUE ESTÁ VIVO, ACTUAL Y DINÁMICO,
QUE CONSTRUYE SU PROPIO DESTINO: OTRO MUNDO POSIBLE, COMO EL QUE IREMOS
CONSTRUYENDO, PASO A PASO, EN NUESTROS VIAJES-DESCUBRIMIENTOS.
Sepé, el charruita más pequeño de la tribu
Esta Lucha es de los Originarios
y de todo aquel que se considere un
Defensor de los Derechos Humanos.
Enlace: http://0z.fr/P64LW
Fraternal
saludo y adelante, siempre adelante, desde el Corinto Bolivariano –Panamá- de
Franklin Ledezma Candanedo (Soñador-Constructor-Periodista y Escritor).
Panamá,
25 de septiembre de 2013.