34.- Batista estaba íntimamente vinculado a
los elementos de gansterismo tales como Meyer Lansky o Luigi Trafficante
Jr. Sus primeros contactos con la mafia se remontaban a 1933 cuando se
autoproclamó coronel y se le acercaron Charles “Lucky” Luciano y Santo
Trafficante senior. El mundo del juego, sumamente lucrativo, estaba controlado
por Lansky, número dos de la mafia estadounidense, ‘uno de los principales
gánsteres de Estados Unidos”, quien “había creado para el dictador Batista
la organización actual de los juegos de La Habana”, según el diario francés
Le Monde.
35.- Estados Unidos y los partidarios del antiguo régimen presentan todavía
la Cuba batistiana como “la vitrina de América Latina” de la época. La
realidad es sensiblemente diferente. Las estadísticas del Banco Nacional de
Cuba están disponibles para este periodo y es posible comparar la situación
económica bajo el gobierno democrático del presidente Carlos Prío Socarrás
y bajo el régimen militar de Batista. Así, entre 1951 y 1952, el PIB cubano
aumentó un 2,52%. De 1952 a 1953, bajo Batista, el PIB cayó un 11,41%, con
un alza de sólo un 0,9 de 1953 a 1954, y de un 3,5 de 1954 a 1955. Sólo en
1956, el PIB volvió a alcanzar su nivel de 1952 con 2.460,2 millones de
pesos. Así, resulta imposible hablar de crecimiento económico entre 1952 y
1956. Durante dos tercios del reinado de Batista no hubo crecimiento. La
mejoría sólo ocurrió a partir de 1957 cuando el PIB alcanzó la cifra de
2.803,3 millones de pesos y en 1958 volvió a bajar a 2.678,9 millones de
pesos.
36.- Además, las reservas monetarias cayeron de 448 millones de pesos en
1952 a 373 millones en 1958, los cuales fueron robados durante la huida de
Batista y sus cómplices 1 de enero de 1959. La deuda de la nación pasó de
300 millones de dólares en marzo de 1952 a 1.300 millones en enero de 1959
y el déficit presupuestario alcanzó 800 millones de dólares.
37.- La política azucarera de Batista fue un fracaso. Mientras que este
sector generaba ingresos a la altura de 623 millones de pesos en 1952, bajó
a 383,5 millones en 1953, 412,8 millones en 1954, 402,1 millones en 1955,
426,1 millones en 1956 y 520,7 millones en 1958. Sólo el año 1957 generó
más ingresos que 1952 con 630,8 millones de pesos.
38.- Los obreros y empleados agrícolas pagaron el precio. Mientras que su
remuneración se elevaba a 224,9 millones de pesos en 1952, cayó a 127,7
millones en 1953, 128,2 millones en 1954, 118,9 millones en 1955, 127
millones en 1956, 175,3 millones en 1957 y 156,9 millones en 1958. Durante
el régimen de Batista nunca tuvieron el ingreso de 1952. Lo mismo ocurrió
con los obreros y empleados no agrícolas. Mientras que su ingreso global
era de 186,6 millones de pesos en 1952, bajó a 126,2 millones en 1953,
123,5 millones en 1954, 112,7 millones en 1955, 114,6 millones en 1956,
145,7 millones en 1957 y 141,8 millones en 1958. Bajo Batista los obreros y
empleados no agrícolas nunca alcanzaron su nivel de ingreso de 1952.
39.- No obstante, el régimen de Batista se benefició de la ayuda económica
estadounidense como nunca antes. Las inversiones estadounidenses en Cuba
pasaron de 657 millones de dólares en 1950 bajo Carlos Prío Socarrás a más
de 1.000 millones de dólares en 1958.
40.- El profesor estadounidense Louis A. Pérez Jr. señala que “en realidad, el ingreso per
cápita en Cuba en 1958 era más o menos similar al de 1947”.
41.- Según un estudio que realizó el Consejo Nacional de Economía de
Estados Unidos entre mayo de 1956 y junio de 1957 publicado en un informe
titulado Investment in Cuba. Basic Information for the United States Busing
Department of Commerce, el número de desempleados era de 650.000 la mitad
del año, es decir cerca del 35% de la población activa. Entre esas 650.000
personas, 450.000 eran desempleados permanentes. Entre los 1,4 millones de
trabajadores, cerca del 62% recibía un salario inferior a 75 pesos
mensuales. Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, “en el campo, el número de
desocupados aumentaba tras la zafra azucarera y podía superar el 20% de la
mano de obra, es decir entre 400.000 y 500.000 personas”. Los
ingresos anuales del jornalero no superaban los 300 dólares.
42.- Cerca del 60% de los campesinos vivía en barracones con techo de guano
y piso de tierra desprovistos de sanitarios o de agua corriente. Cerca del
90% no tenían electricidad. Cerca del 85% de esos barracones tenían una o
dos piezas para toda la familia. Sólo el 11% de los campesinos consumía
leche, el 4% carne y el 2% huevos. El 43% eran analfabetos y el 44% nunca
había ido a la escuela. El New York Times señala que “la gran mayoría de ellos en las
zonas rulares –guajiros o campesinos– vivían en la miseria, a nivel de la
subsistencia”.
43.- Según el economista inglés Dudley Seers, la situación en 1958 era “intolerable". “Lo que era intolerable, era una
tasa de desempleo tres veces más elevada que en Estados Unidos. Por otra
parte, en el campo, las condiciones sociales eran malísimas. Cerca de un
tercio de la nación vivía en la suciedad, comiendo arroz, frijoles,
plátanos y verdura (casi nunca carne, pescado, huevos o leche), viviendo en
barracones, normalmente sin electricidad ni letrinas, víctima de
enfermedades parasitarias y no se beneficiaba de un servicio de salud. Se
le negaba la instrucción (sus hijos iban a la escuela un año como máximo).
La situación de los precarios, instalados en barracas provisionales en las
tierras colectivas, era particularmente difícil […]. Una importante
proporción de la población urbana también era muy miserable”.
44.- El Presidente John F. Kennedy se expresó también al respecto: “Pienso que no hay un país en el
mundo, incluso los países bajo dominio colonial, donde la colonización
económica, la humillación y la explotación fueron peores que las que hubo
en Cuba, debido a la política de mi país, durante el régimen de Batista.
Nos negamos a ayudar a Cuba en su necesidad desesperada de progreso
económico. En 1953, la familia cubana mediana tenía un ingreso de 6 dólares
semanales […]. Este nivel abismal empeoró a medida que la población crecía.
Pero en vez de extenderle una mano amistosa al pueblo desesperado de Cuba,
casi toda nuestra ayuda tomaba la forma de asistencia militar –asistencia
que sencillamente reforzó la dictadura de Batista [generando] el
sentimiento creciente de que Estados Unidos era indiferente a las
aspiraciones cubanas a una vida decente”.
45.- Arthur M. Schlesinger, Jr., asesor personal del Presidente Kennedey,
recordó una estancia en la capital cubana y testimonió: “Me encantaba La Habana y me
horrorizó la manera en que esta adorable ciudad se había transformado
desgraciadamente en un gran casino y prostíbulo para los hombres de
negocios norteamericanos […]. Mis compatriotas caminaban por las calles, se
iban con muchachas cubanas de catorce años y tiraban monedas sólo por el
placer de ver a los hombres revolcarse en el alcantarillado y recogerlas.
Uno se preguntaba cómo los cubanos – viendo esta realidad – podían
considerar a Estados Unidos de otro modo que con odio”.
46.- Contrariamente a las prácticas el ejército gubernamental, los
revolucionarios otorgaban una gran importancia al respeto de la vida de los
prisioneros. Al respecto, Fidel Castro cuenta: “En nuestra guerra de liberación nacional, no hubo
un solo caso de prisionero torturado, ni siquiera cuando hubiéramos podido
encontrar como pretexto la necesidad de conseguir una información militar
para salvar a nuestra propia tropa o para ganar una batalla. No hubo un
solo caso. Hubo centenares de prisioneros, luego miles, antes del fin de la
guerra; se podrían buscar los nombres de todos y no hubo un solo caso entre
estos cientos, estos miles de prisioneros que sufriera una humillación, o
siquiera un insulto. Casi siempre poníamos en libertad a estos prisioneros.
Eso nos ayudó a ganar la guerra, porque nos dio un gran prestigio, una gran
autoridad frente a los soldados del enemigo. Confiaban en nosotros. Al
inicio, nadie se rendía; al final se rendían en masa”. El New
York Times también aludió al buen tratamiento reservado a los soldados
presos: “Es el tipo de
conducta que ha ayudado al Señor Castro a tener una importancia tan extraordinaria
en el corazón y el espíritu de los cubanos”.
47.- El embajador Smith resumió las razones del apoyo de Estados Unidos a
Batista: “El gobierno
de Batista es dictatorial y pensamos que no tiene el apoyo de la mayoría
del pueblo de Cuba. Pero el gobierno de Cuba ha sido un gobierno amistoso
hacia Estados Unidos y ha seguido una política económica generalmente sana
que ha beneficiado a los inversionistas estadounidenses. Ha sido un
partidario leal de las políticas de Estados Unidos en los foros internacionales”.
48.- El periodista estadounidense Jules Dubois, uno de los mejores
especialistas de la realidad cubana de la época con Herbert L. Matthews,
describió al régimen de Batista: “Batista
regresó al poder el 10 de marzo de 1952 y empezó entonces la etapa más
sangrienta de la historia cubana desde la guerra de independencia, casi un
siglo antes. Las represalias de las fuerzas represivas de Batista costaron
la vida a numerosos presos políticos. Por cada bomba que estallaba, sacaban
a dos presos de la cárcel y los ejecutaban de modo sumario. Una noche en
Marianao, un barrio de La Habana, se repartieron los cuerpos de 98 presos
políticos por las calles, acribillados de balas”.
49.- El Presidente Kennedy también denunció la brutalidad del régimen: “Hace dos años, en septiembre de
1958, un grupo de rebeldes barbudos bajó de las montañas de la Sierra
Maestra de Cuba y empezó su larga marcha hacia La Habana, una marcha que
derrocó finalmente a la dictadura brutal, sangrienta y despótica de Fulgencio
Batista […]. Nuestro fracaso más desastroso fue la decisión de darle
estatura y apoyo a una de las más sangrientas y represivas dictaduras en la
larga historia de la represión latinoamericana. Fulgencio Batista asesinó a
20.000 cubanos en 7 años –una proporción más grande de la población cubana
que la proporción de norteamericanos que murieron en las dos guerras
mundiales– y transformó la democrática Cuba en un Estado policíaco total,
destruyendo cada libertad individual”.
50.- A pesar de las declaraciones oficiales de neutralidad en el conflicto
cubano, Estados Unidos brindó su apoyo político, económico y militar a
Batista y se opuso a Fidel Castro. A pesar de ello, sus 20.000 soldados y
una superioridad material, Batista no pudo vencer a una guerrilla que se
componía de 300 hombres armados durante la ofensiva final del verano de
1958. La contraofensiva estratégica que lanzó Fidel Castro ocasionó la
huida de Batista a República Dominica y el triunfo de la Revolución el 1 de
enero de 1959.
Salim Lamrani, Dr.,
Profesor universitario, investigador, escritor, especialista en relaciones
Cuba-EE.UU.
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