Por: Claudia Díaz Pérez, estudiante de Periodismo
¿Quién no recuerda su mirada tras las rejas, aquel
rostro de espanto en la noche del rescate o su voz infantil
pidiéndole a un avión que lo regresara a Cuba?
La historia de Elián
González Brotons, el niño de 6 años que perdió a su madre en una
travesía hacia Estados Unidos y fue retenido por familiares
lejanos que se negaron a regresarlo a su padre en Cuba, ocupó en
récord de tiempo los titulares de todos los noticieros. Hoy, después
de 14 años muchos se preguntan por ese joven, que este 6 de
diciembre cumple dos décadas de vida. Ese muchacho que aún mantiene
la mirada tierna, ahora con la chispa de la felicidad accedió con
disposición a esta entrevista.
En un ambiente natural y cotidiano, exactamente en un
banco de la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos,
donde estudia Ingeniería Industrial, se desarrolló este diálogo que
me develó a una persona sensible que varía el tono de su voz cuando
habla de la correspondencia entre cariño y exigencia de su padre, del
amor desinteresado de la madre que lo acogió, de Fidel, sus
escoltas y los amigos. En ocasiones interrumpimos la conversación
para que saludara a compañeros y profesores o para reírnos de
cualquiera de sus tantas ocurrencias, hasta quiso compartir su
merienda y es que Elián desprende sencillez, sentido del humor,
humildad.
CD- ¿Cómo ha influido en tu vida el hecho de ser una
figura pública?
EG- Soy un tanto tímido, por tanto, a la hora de
pararme en un lugar y saber que todo el mundo me está mirando y que
soy, tal vez, el centro de atención, que muchos escogen como una
guía, como un símbolo, es bastante difícil, porque entonces me cohíbo
más. No es algo a lo que me acostumbré fácilmente. A mí me gustaría
más pasar desapercibido. No me gusta ser, en donde esté, el centro de
interés. Creo que pasar desapercibido es la forma de vivir más
placenteramente, como cualquier muchacho normal, sin que nadie esté
al pendiente de cualquier gesto, palabra o acción.
CD- ¿Qué es Fidel Castro para Elián González?
EG- Fidel Castro para mí es un padre. No profeso
ninguna religión, pero de hacerlo, mi dios sería Fidel Castro. En un
momento de mi vida, muy pequeño se me hizo una entrevista acerca de
lo que significaba Fidel Casto para mí y lo que dije fue que era un
gran barco que sabía llevar a su tripulación por un buen camino y eso
es lo que sigo creyendo. Fidel Castro lo es todo para Cuba, lo es
todo para el mundo porque sin ser, incluso, un Premio Nobel de la Paz
nadie ha intermediado más por la paz mundial que Fidel Castro, por
eso creo que más que un padre para mí debe ser un padre para el mundo
entero. Tiene grandes opositores que lo ven como un monstruo, por el
simple hecho que Fidel ha traído una nueva alternativa que ha frenado
sus intereses de expansión, de conquista, de desarrollo, que ha
puesto ante los ojos de la opinión pública mundial que se puede
construir una sociedad diferente donde el bienestar del ser humano
sea lo principal. Fidel no ha hecho más que traerle un alivio al
mundo.
CD- ¿Qué crees de la decisión tomada por tu padre?
EG- Es una decisión de la cual él nunca se ha arrepentido
y yo nunca le he reprochado que la haya tomado. Creo que fue lo más
sabio, fue una decisión siguiendo sus ideales, fue, también, en
respuesta a la confianza que depositó Fidel y la Revolución y todo el
pueblo de Cuba en nosotros. Demostró que los cubanos somos personas
de ideales dignos, nobles, honrados, con un gran concepto de familia
que no nos dejamos comprar con dinero. Se le ofreció mucho dinero,
incluso cheques en blanco, a los cuales él se le rehusó por el simple
hecho que lo que deseaba era estar junto a su familia. El imperio no
puede tergiversar los ideales, ni la causa, diciendo que mi papá
regresó porque quedaba parte de la familia, ya que la dirección de la
Revolución le dijo que si lo que deseaba era quedarse en Estados
Unidos se le sacaba pasaporte a todo el mundo. Yo tenía una cotorrita
y en esa oportunidad a mi papá se le dijo que si su decisión era no
regresar hasta a la cotorra se le hacía pasaporte. Esto demuestra que
la idea de la Revolución no era tenernos en Cuba bajo obligación, en
contra de nuestra voluntad. Tal vez las personas piensen que mi papá
se hizo revolucionario en ese momento. Desde muy joven perteneció a
las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas y se desempeñaba como
Secretario de su Comité de Base. Él para ese momento ya era militante
del Partido, es decir no era una persona desvinculada de las tareas
del país, como algunos creen. Si él lo que quería era bienestar para
su hijo, después de lo que yo había vivido, tomó la mejor decisión
porque donde mejor podía estar un niño, en cualquier parte del mundo,
era en Cuba. Iba a tener la mejor educación, los mejores tratos, el
cariño más sincero.
CD- ¿Qué cambiarías de tu historia?
EG- Tal vez si mi madre no hubiese muerto hubiera sido
un camino más fácil para transcurrir por mí. Pero después de todo yo
veo que fue lo que me tocó y así hay que vivirlo. Esto es un fuerte
pretexto que tenemos para demandar al gobierno de los Estados Unidos
que ha cobrado muchas vidas, entre ellas la de mi madre, con la Ley
de Ajuste Cubano.
CD- ¿Cómo ha sido tu vida en Cuba y cómo hubiera sido
en Estados Unidos?
EG- En Cuba mi vida ha sido como la de cualquier joven
cubano, siempre con la responsabilidad que lleva el mérito de mi
familia, que es por lo que se me ha destacado. Siempre con algunas
limitaciones por la protección ante el temor de cualquier represaria
del imperio. Gracias a estar en Cuba pude estar con mis padres, mis
hermanos, mis abuelos. Pude regresar a mi barrio, a jugar con mis
amigos de siempre y no con esos nuevos amigos que no deseaba. He
podido sentir el amor de mi ciudad, de toda Cuba. Sé que el pueblo
norteamericano me apoyó en ese momento, pero no es igual ese amor. En
cada lugar que estoy siempre hay un niño, una anciana que llega a
donde estoy y me quiere conocer, no por el hecho de ser una
personalidad sino porque sufrió toda la historia con mi familia. En
Cuba gozo de libertades que no podría tener en Estados Unidos,
incluso ese anonimato que poseo a veces, ya que por el paso de los
años algunos no me conocen, me permite caminar tranquilamente por las
calles de Cuba, sin que esté esa persecución de la prensa, de la
gente. Si me hubiera quedado en Estados Unidos estuviera privado de
ello. En Estados Unidos sería una figura mediática, tal vez me
empujarían al mundo de la política, de la cultura. Quizás sería un
cantante, esa sería la manera de seguir sacándome dinero. No tendría
la tranquilidad que disfruto aquí.La prensa estuviera al tanto de
todo lo que hago, como acostumbran ellos a tratar a los famosos. Hay
personas que luchan por ser famosos, ese no es mi caso, prefiero
pasar desapercibido.
CD- ¿Qué personas han influenciado tu formación?
EG- Para mi formación sobre todo han estado presentes
mi mamá y mi papá. Es mi madrastra pero desde chiquito la llamé mamá porque
me crió como su hijo, incluso me ha dado prioridades que no le ha
dado a sus hijos y ha significado siempre mi apoyo.Mi padre lo ha
sido todo. Ha sabido felicitarme y darme el presente que merezco,
darme el aplauso que me he ganado. Pero también ha sido muy exigente.
Un 90 o un 99 en una prueba no eran suficientes para él, tenía que
ser un 100, tenía que brillar, no porque tenía que ser mejor que
nadie sino porque tenía que enorgullecer al pueblo y a él. Siempre me
dijo que tenía que estar agradecido con Fidel. Él también ha sido
imprescindible en mi formación. Siempre fue a mis cumpleaños. Yo
esperaba con mucho anhelo ese momento. Era la ocasión ideal para
verlo. Yo soy una persona de pocas palabras, me quedaba callado
cuando lo tenía delante, pero era suficiente con verlo y darle ese
abrazo. Siempre recuerdo sus palabras de que yo ya era alguien, que
ya se me conocía en el mundo entero, ahora lo que yo tenía era que
ser bueno en algo, eso fue lo que él me pidió. A él no le importó el
camino que yo tomara. Si iba a ser desde un ingeniero industrial, que
es lo que estudio, o un ingeniero civil, o iba a tomar la vida
militar. La intención era que tenía que ser bueno en lo que hiciera.
Fidel puso a mi disposición los mejores medios de enseñanza, profesores
de arte que me ayudaran a decidirme por un camino. Por eso fue
también que mi papá me ha exigido tanto y por eso mi esfuerzo por
complacerlo. Siempre en el momento oportuno Fidel me llamó, cuando se
enteraba que salía bien en la escuela o de algún logro o distinción,
me daba buenos consejos, me felicitaba, me dio ánimo desde que se
enteró que me gustaba el mar, la natación. Yo gozo el privilegio de
que en un momento dijo que se consideraba mi amigo. Muchas personas
son amigas de Fidel y él lo ha demostrado, pero yo tengo el mérito
que en acto público me llamara su amigo
Participé toda mi vida, desde pequeño en el proyecto
Por los caminos de la historia que me ayudó a encaminarme, a formar
mi carácter como joven revolucionario, a crecerme ante las adversidades,
fue un proyecto que me ayudó a superar el miedo escénico. Cuando era
más pequeño no quería darle frente a la prensa y con el proyecto
comprendí que la prensa era parte de mi vida. En ese proyecto tuve
muy buenos profesores, como es la profesora Sarita. Otras personas
que le agradezco mi formación son mis escoltas, que desde que tenía
seis años me cuidaron , fueron personas que, más que un cuerpo de
protección que me defendía, fueron mis amigos. En ocasiones que no
tenía nadie a quien recurrir o tenía un problema que no era para
contarle a un padre sino a un amigo, me acerqué a ellos. El apego se
convirtió en confianza. En ese proyecto conocí a los que hoy
conforman mi círculo de amigos, al principio estábamos dispersos,
pero hoy se ven los frutos cuando todos han tomado distintos caminos,
los años han pasado y nos seguimos reuniendo. Son amigos que me han
ayudado a superar muchos obstáculos. No puedo olvidar mi paso por la
escuela militar Camilo Cienfuegos de Matanzas (los Camilitos). La
fuerza en el carácter, el genio, el temple de mi personalidad se lo
debo a los profesores de ese centro, que me vieron transformarme de
adolescente a joven, fue un período en el que cambié mucho.
Tomado del blog: Quinquenio de Luz
jovencuba | diciembre 3, 2013 en 2:01 am | Etiquetas: cuba,
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