Palabra
de Mujer en Alma Máter
foto - Adys Cupull de rojo con su marido Froilán González durante la marcha de las antorchas en homenaje al apóstol cubano José Martí y Pérez un 27 de Enero de 2014 en La Habana, CUBA.
Por
Froilán González
La Habana
estuvo de fiesta este mes de febrero celebrando la Feria Internacional del
Libro. En compañía de Luisa Campos, directora del Museo de la Campaña de
Alfabelización acudimos a la librería ´"Alma Mater" de la Universidad de
La Habana para presentar la obra y video "Berta, una vida de
militancia",de la colega argentina Rosana Cesaroni sobre la
participación en 1961 de varios de sus compatriotas en la campaña de
alfabetización en Cuba.
La
librería "Alma Mater" es un centro cultural donde ofrecen al
público una programación variada y atractiva
de conferencias, documentales históricos,
científicos, y presentaciones de ponencias en equipo, como la realizada
por los alumnos de la escuela primaria Emilio Fernández Roig. de
Centro Habana, titulada "Julio Antonio Mella en mi barrio."
Un
lugar de encuentro para los amantes del gran amigo: el libro. Allí
nos sorprendió el saludo del historiador y profesor Elio Pena,
quien felicitó a Adys por su testimonio sobre la
sobresaliente ecuatoriana Nela Martínez, reeditado en la
obra, Palabra de Mujer, del destacado periodista, poeta y
escritor Luis Hernández Serrano, publicado por Editorial de la Mujer.
Esa tarde Adys recibió el libro como obsequio. La entrevista realizada por
ella, en la década de los años setenta trae a la luchadora
ecuatoriana al presente, a la lucha actual de su pueblo.
Al
regresar a la casa comenzamos a leer, es una colección de importantes
entrevistas y reportajes realizados por Luis Hernández Serrano donde
aparecen Vilma Espín, Fanny Edelman, la tataranieta del
escritor francés Víctor Hugo, las cantantes Margarita Díaz, Ester Borja e
Ivet Cepeda, la escultora Thelvia Marín, la periodista Marta Rojas y
las profesoras Rosario Novoa y Juana Lidia Orille.
La
entrevista sobre Nela Martínez, la realizó. el 4 de diciembre de
2002, fue publicada en el periódico Juventud Rebelde. Se la
ofrecemos, porque esta ecuatoriana es antecesora de las mujeres
que apoyan la Revolución Ciudadana que vive el Ecuador y
de las que luchas en Nuestra Mayúscula América.
NELA CON
FIDEL
Este domingo Juventud Rebelde
publicó en su portada una foto de Fidel con la ecuatoriana Marianela («Nela»)
Martínez. La luchadora ocultó y custodió una bandera cubana durante más de
quince años en un sitio insospechado de su propia casa.
«La excepcional ecuatoriana cuya foto publicó Juventud
Rebelde el domingo en primera plana, recibiendo emocionada el saludo de Fidel
en Ecuador, Nela Martínez, es la representación justa de la dignidad de ese
pueblo hermano», explicó la escritora e investigadora Adys Cupull.
«Mi compañero Froilán González y yo nos emocionamos al
ver esa significativa fotografía, porque conocemos la historia de esta generosa
amiga de Cuba: como talentosa escritora, continuó una novela que su esposo no
pudo concluir por la muerte; tomó en una ocasión al frente de los indígenas
ecuatorianos el Palacio de Gobierno de Quito; fue Ministra; estuvo en la cárcel
por sus ideas políticas; dedicó al Che sentidas páginas después de su asesinato
y ocultó y custodió durante más de quince años una bandera cubana de enorme
simbolismo», precisa la historiadora.
Comenta Adys que tanto ella como Froilán conocieron a
esta luchadora revolucionaria en 1975 ó 1976, en una visita a Quito, cuando aún
no existían relaciones diplomáticas entre nuestros dos países.
«Los amigos cubanos Boris Castillo y Haydée Moreno —evoca
Adys— nos recibieron entonces en la capital ecuatoriana y nos presentaron a
muchas personas, entre ellas a Marianela, que es el verdadero nombre de Nela».
El encuentro con ella —explicó nuestra entrevistada— fue
de una gran emotividad. Estábamos Froilán y yo, juntos, como hemos hecho
nuestras investigaciones generalmente. La ciudad de Quito es bella y apreciamos
su arquitectura, los volcanes Pichincha. Chimborazo y Cotopaxi, su
impresionante cielo azul, lo fabuloso de sus montañas y lo acogedor del barrio
La Gasca, donde Froilán y yo contamos con buenos amigos y percibimos la nobleza
de su pueblo.
«Enseguida ella, con su inquietud característica, nos
preguntó qué nos parecía Ecuador. Le hablamos precisamente de sus bellezas naturales
y Nela, con un gesto desilusionado, expresó: «Sin duda tienen que venir por más
tiempo, para que puedan ver que debajo del cielo azul, de esos altos cerros
nevados, de esos candentes volcanes, se esconde la explotación despiadada del
indio, del trabajador, del pueblo ecuatoriano».
Esta reflexión de la poetisa y escritora les impresionó
grandemente y comprendieron en ese momento que estaban en presencia de una
mujer de extraordinaria sensibilidad.
«Así comenzó entre nosotros una profunda amistad y
simpatía que no ha conocido distancia, tiempo, ni olvido. En diferentes
ocasiones ella nos ha enviado una postal, una carta, un recuerdo, un tucán o
alguna artesanía, con una frase de carió y de afecto para el pueblo cubano»,
apunta Adys Cupull.
Nela Martínez fue una de las dirigentes de la revolución
del 28 de mayo de 1944, a la que llamaron en el Ecuador «La Gloriosa». Ella en
esa circunstancia, a la cabeza de las masas indígenas, tomó audazmente el
Palacio de Gobierno en Quito y llegó a ser Ministra de la Presidencia en aquel
convulso período.
«Realmente esa revolución fracasó y la lucha fue sofocada
y reprimida violentamente. A ella la persiguieron y sufrió dura prisión.
Después de alcanzar su libertad, logró viajar a París y fue una de las creadoras
del Movimiento por la Paz. Luego pasó por Cuba y desde esa época sus desvelos
revolucionarios estuvieron siempre ligados a lo más justo del mundo».
Reflexiona también Adys que Nela estuvo casada con el
escritor y luchador comunista Joaquín Gallegos Lara, quien estaba escribiendo
la novela Los Guandos cuando falleció, en 1947, a los 36 años. El manuscrito
estuvo perdido mucho tiempo y casi cuatro décadas después cayó en manos de
Nela, quien como se sabía escritora, no pudo resistir la urgencia de terminarlo
y publicarlo más tarde. Es una de las pocas novelas terminadas por un autor
distinto al que la inició y habla sobre el sufrimiento secular de los indígenas
latinoamericanos.
Los
Guandos, Editorial El Conejo, Ecuador, 1982, posee más de 300
páginas, 83 de ellas escritas por Gallegos Lara, el esposo de Nela y trunca por
su fallecimiento. El resto fue obra de Marianela.
«Guando» llaman los ecuatorianos al
transporte de grandes cargas en andas sobre los hombros. Los indígenas han sido
los únicos guanderos del país.
La novela de Gallegos, concluida por Nela, desafía al
lector a penetrar en un mundo fraguado por la lucha indígena milenaria, donde
el «indigenismo» literario aparece dimensionado por un texto que, en su
globalidad deja de ser el prototipo de aquel de los años treinta y se ubica
desafiante en las corrientes literarias de la lengua castellana.
«La propia Marianela —argumenta la historiadora— nos
dedicó así un ejemplar de esta importante obra a Froilán y a mí. Escribió: “La
Habana, octubre 5 de 1982. Para Adys y Froilán, hermanos en eso del amor a lo
verdadero. Este libro de dos en el tiempo y la lucha, y adentro el mundo indio,
cantera de la Revolución de nuestra América, como lo quería Martí. Con toda mi
amistad y afecto, Nela Martínez”».
En el encuentro de ellos con la escritora ecuatoriana
—recuerda Adys— conocieron que fue muy amiga del presidente ecuatoriano Carlos
Julio Arosemena hijo, quien resultó presionado tremendamente por la Embajada de
Estados Unidos y por el propio Gobierno norteamericano, para romper las
relaciones con Cuba.
«Con lágrimas en los ojos, él habló con Nela y le confesó
que se veía obligado a interrumpir la vinculación diplomática con la Isla o
sobrevendría un golpe de Estado. Rápidamente Nela acudió a la embajada cubana,
movilizó a numerosas personas, “fundamentalmente a mujeres”, allí tomó la
bandera cubana y dijo que algún día volvería a izarse en ese lugar».
La propia Marianela lo explicó a Adys y a Froilán en
Ecuador, de esta forma: «La solidaridad de los ecuatorianos con la isla fue
patentizada de manera muy especial por las mujeres, que permanecieron en su
sede diplomática en Quito hasta los últimos momentos de estancia de su personal.
Después cantamos los himnos de Ecuador y Cuba y yo pedí la bandera cubana para
guardarla y defenderla».
Y cuenta Adys que Nela agregó: «De 1963 a 1966, Ecuador
sufrió una cruel represión, época en que debí mantener tan oculta la enseña
cubana, que mis propios hijos no sabían dónde la protegía. Los militares
registraron mi hogar y cruzaron muy cerca del sitio en que la ocultaba, pero
nunca dieron con ella: estaba oculta en el doble fondo de una silla en la sala
de mi casa».
«Cuando asesinaron al Che —rememora Adys— Nela fue la
principal oradora de un acto nacional ecuatoriano en homenaje al legendario
Comandante. Lo expresado por ella aparece en uno de los libros escritos por
Froilán y por mí. Ese día doloroso, entre otras cuestiones, dijo: “Vi su rostro
difundido bajo grandes caracteres gozosos de la prensa internacional y lloré.
¿Quién no se conmovió con la noticia? Hasta los propios cómplices del crimen
buscaron maneras de limpiarse las manos. La máscara de Poncio Pilatos vuelve a
ocultar los rostros de los verdugos a través de los tiempos. Tendido en una
piedra de lavar, su cadáver no era un cadáver. Los ojos abiertos nos miraban.
En su rictus no se advertía el sello de la muerte. Desafiante su gesto en el
último instante, aquella sonrisa vencedora de su otro triunfo iluminaba el día.
Su rostro de combatiente del mañana quedó impreso en los Andes”».
Por último, Adys Cupull, comentó: «Nos emocionó
profundamente a Froilán y a mí la foto del periódico donde aparece Nela con Fidel.
Nos conmovió verla en un momento trascendental para América y para la
humanidad, con sus 88 años, viva, fuerte, animosa, bonita todavía, junto al
artífice de la Revolución que ella tanto ha admirado».
(Juventud
Rebelde, 4 de diciembre de 2002).