HOMENAJE A OSCAR ARNULFO ROMERO EN LA HABANA
Por Pedro Martínez Pírez
La confirmación del apotegma martiano de que la muerte no es verdad
cuando se ha cumplido bien la obra de la vida, se hará realidad en horas de la
tarde de este lunes cuando en la Casa de las Américas de La Habana se rinda un
merecido homenaje al arzobispo Oscar Arnulfo Romero, quien fue vilmente
asesinado hace 34 años en San Salvador.
La evocación a Monseñor Romero cuenta con el auspicio de varias
Embajadas latinoamericanas acreditadas en Cuba, y se realiza en la fecha en la
que hace cuatro años la Asamblea General de la ONU proclamó el 24 de marzo como
“Día Internacional por el Derecho a la Verdad en relación con graves
violaciones de la dignidad de las Víctimas”, en justo homenaje al arzobispo
salvadoreño.
Para participar en este acto viajó especialmente a La Habana el
sacerdote católico salvadoreño Rutilio Sánchez, continuador en el Pulgarcito de
América de la obra y el pensamiento de Monseñor Romero, quien fue asesinado el
24 de marzo de 1980 cuando celebraba una misa en la Capilla del hospitalito Divina
Providencia en San Salvador.
En esa ceremonia religiosa Monseñor Romero insistía en su mensaje en el
sentido de que la misión de la Iglesia es identificarse con los pobres.
En agosto del pasado año el Cardenal cubano Jaime Ortega, quien viajó a
El Salvador como enviado del Papa Francisco, pidió en una eucaristía por el
centenario de la arquidiócesis de la capital salvadoreña, la canonización de
Oscar Arnulfo Romero, proceso que, con el respaldo del Vaticano, está en pleno
desarrollo en la actualidad.
Aquí en La Habana, según pude confirmar en medios diplomáticos, está
prevista la colocación de un busto de Monseñor Romero, de quien nunca
olvidaremos sus proféticas palabras: “Si me matan, resucitaré en el pueblo
salvadoreño”. Y así ha sido, como lo demuestran los resultados de las recientes
elecciones en El Pulgarcito de América.