De: Guillermo Sanabria [mailto:glsarena@infomed.sld.cu]
Enviado el: martes, 03 de junio de 2014 05:12 p.m.
Para: museocheguevara@fibertel.com.ar
Asunto: {posible spam} Amigo asi andan las cosas en el mas alla, pase el mensaje a todos los amigos para que conozcan la verdad.
NUEVO PLAN CONTRA CUBA Y LA IGLESIA CATÓLICA. LA CANONIZACIÓN DEL OBISPO EDUARDO BOZA MASVIDAL.
EL OBSERVATORIO CRISTIANO
En su edición del viernes 10 de enero de 2014 el diario Nuevo Herald de Miami convoca a una Misa de Acción de Gracias a realizarse ese día en la Ermita de la Caridad patrocinada por el Comité Pro Beatificación de monseñor Boza Masvidal de esa ciudad, que integra, entre otros, Lorenzo del Toro, director de la revista católica Ideal.
La causa es promovida desde Venezuela por monseñor Raúl José Bacallao, vicario de la diócesis de los Teques, donde Boza se desempeñó como Obispo durante cuarenta años y cuenta con el apoyo del arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino. Adicionalmente el sacerdote de origen cubano Reynerio Lebroc Martínez-, está encargado de escribir la biografía de Boza. El mismo cura del alzamiento fracasado junto con Alberto Müller Quintana, sobrino del obispo Alfredo Müller San Martín y el cura José Luis Rojo Seijas, aprovechando el trabajo hecho por los Comandos Rurales de Artime en Oriente con la protección del traidor Humberto Sorí Marín, y el apoyo de la Base yanqui.
En Cuba la revista católica Palabra Nueva, de la Arquidiócesis de la Habana, también se hace eco de este proceso. De modo que de esta manera figuras de la jerarquía católica venezolana, representantes de origen cubano de la Iglesia católica de Miami y la prensa oficial de la Iglesia en Cuba, se unen en un mismo propósito.
Sobradas son las razones para que estos representantes de la Iglesia se empeñen en llevar a cabo la beatificación de monseñor Boza Masvidal, entre las que se destacan:
1. A raíz del asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957, mientras el cardenal Manuel Arteaga y Betancourt acudía a Palacio a rendirle pleitesías al dictador Fulgencio Batista y Zaldívar, Boza le dirigía una carta secreta condenando la acción y congratulándolo por el desenlace de los acontecimientos.
2. Durante el año 1958, Boza estableció ciertas relaciones con miembros del Movimiento 26 de Julio en la Habana, participando junto con otras figuras del clero en Cuba en las maniobras dirigidas por la CIA de crear una tercera fuerza política interna e impedir la toma del poder por el movimiento revolucionario.
3. Fue uno de los promotores, junto con los sacerdotes jesuitas Amando Llorente y Fernando Álvarez Arango y en complicidad con oficiales de la CIA de la embajada de Estados Unidos, de la provocación contrarrevolucionaria llevada a cabo en el Parque Central el 5 de febrero de 1960, por miembros de la Agrupación Católica Universitaria, mientras el Primer Ministro soviético Anastas Mikoyán depositaba una ofrenda floral al Apóstol.
4. Fue uno de los artífices del intento de secuestro de un avión de Cubana de Aviación que rendía vuelo Habana Gerona, en el que estaban implicados 47 de los 48 pasajeros, activistas católicos de la Parroquia de la Caridad de Centro Habana, donde Boza se desempeñaba como párroco. En la acción cayó heroicamente uno de los escoltas de solo 21 años, Silvino Sánchez Almaguer, aquel 9 de agosto de 1961 y en el tiroteo que se produjo perdió también la vida el piloto José Eusebio Álvarez del Regato, implicado en el intento del secuestro. Finalmente el avión realizó un aterrizaje forzoso en un campo de caña en las cercanías del Central Fajardo. Esta acción tenia el propósito al arribar a Estados Unidos de desencadenar una campaña publicitaria de cómo un grupo de católicos huían de Cuba ante la supuesta persecución religiosa en la Isla, pocos días después de la invasión mercenaria de Playa Girón.
5. Suscribió varias cartas pastorales dirigidas a apoyar la campaña anticomunista, influir sobre la población católica para enfrentarlos a la revolución y contribuir a crear una quinta columna interna, debilitando las filas de la revolución, crear un clímax de inseguridad y en el plano internacional contribuir al aislamiento y descrédito del gobierno revolucionario.
6. Su descendencia del insigne patriota de nuestra gesta independentista, el General Bernabé Boza Sánchez, su condición de párroco de la emblemática parroquia de La Caridad y el nivel de relaciones con los colegios católicos de La Habana, unido al hecho de carecer la Iglesia en Cuba de una figura que desempeñara un papel protagónico, por tener el Cardenal Manuel Arteaga y Betancourt una edad avanzada, la figura de Boza era la más apropiada para los planes del enemigo de convertirlo en la cabeza o líder ideológico de la contrarrevolución, para lo cual fue primero nombrado Obispo y posteriormente Rector de la Universidad Católica Santo Tomas de Villanueva, donde fue a tratar de apagar el escándalo de su anterior rector el norteamericano agustino P. John Kelly que se negó a apoyar la huelga estudiantil y denunció al Buró de Investigaciones a un grupo de sus estudiantes. Boza continuó ese proceder y expulsó poco después a un grupo de estudiantes de esa Universidad.
7. Alcanzada esta posición se recrudecen sus actividades abiertamente contrarrevolucionarias, intervenciones en diversos escenarios, cartas pastorales, actividades masivas en diferentes templos y colegios católicos, presiones a los estudiantes revolucionarios de Villanueva, hasta que poco después de derrotada la invasión mercenaria de Playa Girón tienen lugar los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 1961 en la Parroquia de la Caridad en donde perdió la vida el joven trabajador Arnoldo Socorro y son heridos los ciudadanos Regino Valdés González, Juan A. Fernández Soler y Andrés Figueroa Casanova.
8. Fue de tal magnitud la provocación que el Gobierno Revolucionario esa misma noche toma la decisión de expulsar del país a Boza Masvidal junto a un grupo de sacerdotes mayoritariamente españoles, falangistas, franquistas y miembros del Opus Dei comprometidos en actividades en contra de la revolución.
9. Radicado en el exterior, en la diócesis de Los Teques, Venezuela, en permanente contacto con la emigración católica contrarrevolucionaria en Estados Unidos y utilizando la Revista Ideal que se edita en Miami, figuró por años como líder espiritual de los sectores más recalcitrantes y enemigos de la revolución.
Transcurridos más de veinticinco años de su expulsión en 1961, y en la segunda mitad de la década del ochenta, Monseñor Eduardo Boza Masvidal, de edad ya avanzada, solicitó por medio de la Conferencia de Obispos de Cuba, permiso a las autoridades cubanas para visitar el país. La revolución en un gesto de generosidad sin precedente, consciente que las posiciones que él había defendido habían sido derrotadas hacía mucho tiempo y en una muestra de confianza hacia la Conferencia Episcopal Cubana, no solo autorizó su visita, sino que permitió cumplimentar su interés por entrevistarse con presos contrarrevolucionarios que cumplen sanción, lo que realizó con plena libertad en la prisión del Combinado del Este.
Como si ello fuera poco, se le organizó una visita al Aula Magna de la Universidad de La Habana, donde reposan en una urna los restos del insigne sacerdote Félix Varela y Morales, entregándosele por las autoridades universitarias un dossier contentivo de una copia de su expediente como alumno de dicho centro, que visiblemente recibió, al no esperarlo, emocionado. Finalmente fue recibido en la sede del Comité Central del Partido por el compañero José Felipe Carneado Rodríguez, Jefe del Departamento de Atención a los Asuntos Religiosos, a quien agradeció se hiciera posible su visita.
Como era de esperar, la visita de Boza Masvidal a su tierra natal, fue motivo de confusión y revuelo en los sectores contrarrevolucionarios y de la mafia de Miami, que su ceguera política y odio visceral hacia la revolución, jamás llegarían a entender.
Por todo ello, la beatificación y posterior canonización de este personaje significa un duro golpe y una provocación de los enemigos de siempre a la actual política que se desarrolla entre la alta dirección de la Iglesia y el Gobierno de la Revolución. Una estrategia para impedir que los planes que lleva a cabo el Papa Francisco cristalicen. Pretenden con ello enfrentar de nuevo a la Iglesia Católica con Cuba y la Venezuela de Chávez, aliándose incondicionalmente con el Imperialismo norteamericano.
Boza significa la defensa de la vieja iglesia franquista y defensora de la dependencia y explotación de Estados Unidos a través de los gobiernos corruptos que existían en Cuba. De la Iglesia de la discriminación racial que contaba solo con un cura negro –Armando Arencibia y uno mestizo, Pastor González-, de los colegios privados que no contaban con un solo alumno negro o mulato, de la Iglesia que renegó del Seminario “San Carlos y San Ambrosio” y creó el del “Buen Pastor”, de la Iglesia que persiguió al P. Varela cuyas cenizas descansan en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y no en la Catedral; de la iglesia del obispo de Cienfuegos Eduardo Martínez Dalmau que apoyó la represión y el crimen de los marinos y pueblo que se sublevaron en Cienfuegos; de la que no publicó una sola pastoral contra el gobierno de Batista, de la que apoyó a las bandas en las montañas con la presencia del cura Francisco López Blázquez, a la invasión mercenaria de Girón que dirigida por Manuel Artime Buesa, miembro de la Agrupación Católica Universitaria (ACU) contaban con tres curas falangistas: Segundo Las Heras, escolapio, Tomás Macho, jesuita e Ismael de Lugo, capuchino y que traían de emblemas cruces como los cruzados, de dirigentes contrarrevolucionarios como el miembro de la Juventud Católica Reynold González que dirigió planes de atentado contra Fidel y que quemó varias de nuestras tiendas como El Encanto donde murió Fe del Valle.
Si Boza es beatificado, hay que seguir borrando de la historia de la Iglesia cubana a la mayoría de los fieles católicos que apoyaron la Revolución.
A sacerdotes como Ignacio Biaín, Guillermo Sardiñas, José Sarasola, Moisés Arrechea y Germán Lence entre otros que junto a los laicos agrupados en Con la Cruz y con la Patria defendieron el verdadero cristianismo y a su Patria.
Habrá que seguir olvidando al Nuncio César Zacchi así como al Papa Juan XXIII que siempre se opuso a los deseos del gobierno norteamericano de excomulgar a Fidel y a los Revolucionarios.
También sería una agresión a sacerdotes víctimas de la represión en América Latina a través de la llamada Operación Cóndor. Un ataque directo a Mons. Arnulfo Romero, a quien Boza rechazaba. A los sacerdotes jesuitas asesinados en El Salvador así como a las monjas violadas y asesinadas.
Este siniestro plan, ideado en Venezuela y Miami, es un ataque a Cuba y a Venezuela.
Los que se enmascaran como religiosos para justificar su traición a Cuba y a la Iglesia, saben que las medidas que la Revolución tomó contra la Iglesia fue por su agresión a la causa de Cuba. Nunca nuestros dirigentes pensaron en tomar medidas que solo se originaron en defensa de nuestro pueblo. No podía ser de otra forma porque siempre se pensó y se piensa respetar todo tipo de creencias religiosas. Los que utilizaron a la Iglesia para defender los intereses de los ricos y del imperialismo, son los culpables de todo lo que ocurrió. Debían incluso pedir perdón a los familiares de los jóvenes que engañaron oponiéndolos a los intereses de la Patria de Martí, Maceo y Agramonte.
Boza sería seguramente el patrono de los mercenarios de Girón entre los que se destacaban grandemente Ramón Calviño Insua, torturador y violador contumaz entre otros, así como patrono de los mercenarios de las distintas redes de la CIA, los jefes de la Contrarrevolución y el terrorismo.
En las misas que se darían a favor de su beatificación se santificarían el bloqueo contra su pueblo, la Operación Peter Pan, la introducción de enfermedades y plagas y otros crímenes que serían bendecidos.
Los verdaderos católicos exigen que los que llevan a cabo estos planes, pidan perdón a Dios y al Pueblo Cubano. Saben bien, que gracias a la Revolución, en Cuba se depuró a una Iglesia que viajó a Miami con sus lacras y vicios. Saben muy bien que si Cristo hubiere aparecido en Cuba, ellos lo hubieran crucificado de nuevo, porque de cristianos no les quedaba nada.
Agradezcan a la Revolución, dirigida por Fidel, que en Cuba, a pesar de sufrir ataques despiadados, ni una sola Iglesia fue quemada o saqueada, ningún sacerdote fue fusilado ni maltratado, ni una religiosa fue detenida o violada. ¿Pasó acaso lo mismo en otras Revoluciones como la Española donde el Franco que Boza defendió asesinó a numerosos sacerdotes y religiosas; o en las Revoluciones de México, Francia o en Rusia?
Deben además agradecerle a la Revolución cubana que en Cuba es el único lugar en el mundo donde no se han hecho acusaciones al clero por pedofilia o juicios sobre estos crímenes contra los niños. ¿Pasó lo mismo en la Operación Peter Pan? Claro que no, en Miami si pasan estas cosas pero en Cuba NO!
Un buen consejo. Félix Varela sí es un santo. El milagro que esperan es que Cuba ha podido obtener su verdadera independencia y la ha conservado a pesar de estar a 90 millas escasas de Estados Unidos.
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