jueves, 10 de julio de 2014

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El abordaje de las discapacidades en la TV

Luego de la gran cantidad de reclamos recibidos por el modo en que se trata la discapacidad en ”Showmatch”, este Observatorio señala que es destacable que el programa muestre una predisposición para la inclusión de personas con discapacidad, no obstante a veces esa inclusión se convierte en barreras actitudinales que repiten estereotipos y pre conceptos instalados socialmente.

El Observatorio a través de distintos informes reveló que “El análisis de los medios nos permite ver como habitual que se presente a las personas con discapacidad como heroínas. Al considerarlas como personas ‘especiales’ se parte de un enfoque caritativo y victimizador que acentúa la idea de gueto. Ejemplo de esto es el tratamiento que en algunas ocasiones hace Showmatch de la discapacidad. Se trata de un enfoque presentado desde el modelo de beneficencia, donde hay una buena intención de querer ‘hacer ver’, de ‘mostrar’, de ‘hacer sentir bien’ a la persona con discapacidad, creyendo que esta actitud compensa y/o contrarresta prácticas discriminatorias cotidianas que son el resultado de significaciones y pautas culturales muy arraigadas. Este tipo de mirada compasiva contribuye a dar continuidad, e incluso fortalece, a los prejuicios y estereotipos que están en la base de la discriminación. Sobre-estimar a las personas con discapacidad, transformándolas en superheroínas, es tan discriminatorio como subestimarlas (“pobrecitas”), porque ambos enfoques les quitan los derechos a la individualidad que siempre trasciende la discapacidad.” (1) Ese es el caso del tratamiento que en distintos momentos se realiza con Noelia Pompa en este ciclo. El constante elogio sobre su esfuerzo y ejemplo relacionado a su baja estatura, desenfoca el objetivo del certamen, donde se debe observar la calidad del baile. Esta mirada basada en el modelo médico-rehabilitador, demuestra una visión parcial de la persona, donde se hace hincapié sobre la diferencia respecto al modelo estándar de persona que está instalado en la sociedad. Recordemos que este paradigma médico es el que se quiere desterrar como actitud social desde los grupos de personas con discapacidad hace ya muchos años, y desde el 2008 en nuestro país, con la Ley N°. 26.378 (Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Desde este modo de ver la realidad, la discapacidad es asumida como un incidente aislado y sin conexión con una problemática social más vasta y compleja.

Ahora bien, es necesario hacer referencia a que el domingo 22 de junio, en el programa “Almorzando con Mirtha Legrand” se hizo referencia a una coreografía que Pompa realizó con “El Peque”, otro participante de Showmatch de baja talla. Respecto de ese baile, Legrand confesó que a ella le gustaba cuando Noelia bailaba con gente alta, “normal”. Pocas veces en la televisión se explicitó tan claramente una discriminación al decirle a una persona que no es “normal”. El discurso de la conductora de este programa expresa opiniones que se basan en ideas éticas y estéticas acerca de cómo una persona debería ser.

Volviendo al programa Showmatch, en rigor informamos que la mayor parte de los reclamos que han llegado al Observatorio fueron en torno a la caricaturización que se hace sobre el gobernador Daniel Scioli y su discapacidad. En este caso cabe señalar que “Los chistes y las burlas son una forma de discriminación habitual cuando su ‘efecto’ o ‘gracia’ descansa en la identificación de las características de un grupo o colectivo social. La risa puede herir la dignidad de los grupos a pesar de que su formulación como broma se perciba como algo poco grave y “aceptable” por el contexto en el que se enuncia. Al basarse en principios aparentemente “naturales”, la risa y la comicidad refuerzan la diferencia y reproducen las relaciones de desigualdad. En este caso, se legitima la burla hacia el colectivo de las personas con discapacidad.” Como se consideró en informes anteriores, a veces la preocupación por el rating pasa por provocar la risa sin importar el mensaje que se está transmitiendo. En los momentos donde el chiste se sustenta en el brazo/prótesis del personaje, las risas y comentarios detrás de cámara aumentan y sin duda con ellos el rating. Este tipo de humor, solo acentúa estereotipos sociales respecto a las personas con discapacidad. Reírse de lo diferente respecto al estándar, es marcar y resaltar lo no perfecto. La burla enfocada en la deficiencia de una persona, socava un acto discriminatorio. Las prácticas discriminatorias conllevan una forma social de percibir la propia identidad como superior en una realidad donde lo diferente se percibe como deficitario y/o potencialmente peligroso respecto del patrón social de “normalidad” establecido.

En efecto, el Gobernador Daniel Scioli declaró: “Me reí mucho con lo del brazo. Yo le agradezco a la gente que se inquietó por eso, pero ya lo tengo asumido y lo vivo sin ningún complejo, con mucho orgullo. Perdí el brazo en medio de una pasión como es el deporte pero me pude rehabilitar y salir adelante” (2). No obstante, desde otro punto de vista, se podría reflexionar sobre qué pasa con el “colectivo de personas con discapacidad” en su totalidad, a partir de las burlas dirigidas a su deficiencia. Porque muchas personas de este colectivo aún no asumieron su discapacidad y cotidianamente sufren discriminación y burlas de parte de la sociedad o no han tenido los medios para una correcta rehabilitación y una prótesis costosa por lo que tales mensajes televisivos influyen en ellos/as de manera muy negativa.

En este sentido informamos que este Observatorio está llevando a cabo un monitoreo sobre cómo la TV aborda la discapacidad en sus distintos programas, lo cual nos permitirá contar con un diagnóstico cuantitativo y cualitativo sobre las prácticas comunicaciones respecto a este tema en los distintos géneros televisivos.

Teniendo en cuenta lo mencionado, este Observatorio recomienda algunas pautas para evitar discursos estigmatizantes y discriminatorios:

- No asociar de forma directa enfermedad y discapacidad.

- Decir “persona con discapacidad” o “persona discapacitada” en lugar de discapacitadas/os. No decir “sordas/os”, “mogólocas/os”, sino personas con discapacidad auditiva, con retraso mental, etc.

- No utilizar la discapacidad como burla o insulto (“mogólico”, “down”, etc.)

- Presentar a las personas con discapacidad mediante un trato que no las sobreestime transformándolas en superheroínas, ni las subestime situándolas como “pobrecitas”.

- Se sugiere omitir el término “autista” para referirse a la persona que pareciera no decodificar lo que sucede en la realidad social o que pareciera aislarse.

- Evitar sensacionalismo, no apelar a golpes bajos, ni crear melodramas a partir de un caso.

- Omitir discursos y/o imágenes del cuerpo representado como un espacio de imperfecciones

- Promover caracterizaciones y/o representaciones de personajes que muestren diversidad en las figuras físicas.

 Notas

(1)  Informe sobre el tratamiento de una persona con discapacidad en un segmento humorístico del programa TVR. Observatorio de la discriminación en radio y tv. Julio 2012.

(2) Radio la Red 02 de mayo de 2014.

 




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