lunes, 27 de octubre de 2014

Hombres que dijeron NO al Pentagono y Huong Phuc la escuela vietnamita destruida con sus niños dentro Rolando Hanglin Chaubloqueo Museo Che Guevara


CANTATA   PARA    LA ESCUELA DE  HUONG PHUC  

                                               A  To  Hnu, Che Lan Vien y Cu Huy Can, Poetas del Pueblo de Viet Nam.

Ese aire ciego de cisternas profundas, olvidadas,
Ese relente de sal triste enterrada,
Y esa densa oquedad en la colina
De sonrisas quemadas
                                      ¿Es Huong Phuc?

Es Huong Phuc, provincia de Ha Tinh
Al norte  de  Viet Nam
Lo que está señalado, fue una escuela.
Yo quisiera contar bien, contar fielmente
La historia de la escuela  Huong Phuc.
-    Capitán James Sanawic  ¿Quisiera Ud.                                    
ayudarme a relatar fielmente la historia de la escuela   Huong Phuc?

El Capitan James Sanawic no responde.

<![if !supportLists]>-         <![endif]>Piloto Cole Black, ¿Quisiera usted ayudarme a narrar esta historia de Huong Phuc?

El piloto Cole Black inclina la cabeza y no responde.

<![if !supportLists]>-         <![endif]>Piloto Thomas Mitchel Mc Nish, ¿Tal vez ud. pudiera ayudarme a contar 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>–  quiero contarla bien –   la  historia  de  la  escuela de Huong Phuc?

El  piloto Thomas  Mitchel  Mc Nish  vuelve   la cara, mirando a otro lado y calla.

-  Teniente James Hutton,   piloto Edward Anthony  Davis,  capitan  Bruce
 Seber, comandante James  Bond  Stockdal,  teniente Wendell Risner,  piloto de
la Armada Richard Taymond,  reservista  naval  David  Renmann, capitán 
Murphy  Neal  Jones,  mayor  Gedeón Willard,  ¿Quisiera  uno  de  uds.  Ayudarme
a contar  bien   la  historia  de  esta  escuela?.

Nadie  responde,  todos  inclinan  la cabeza, miran  hacia  otro  lado,  cierran 
los  ojos,  callan.

<![if !supportLists]>-         <![endif]>¿Es  que  acaso  no  pueden  ayudarme? ¿Acaso  no  reúnen  todas  las 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>condiciones para  hacerlo?.

Pueden  hacerlo.   Todos  las  reunen.

<![if !supportLists]>-         <![endif]>¿ Es  que  tal  vez  hay  historias  que  no pueden  contarse  aunque  se 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>haya  podido ser  su  protagonista?   ¿O  historias   tan terribles,  que 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>no  pueden  ser  puestas  en los  libros ?

Interrogo,  demando,  busco,  inquiero, pregunto.  Son  muchos,  decenas 
y  decenas, centenares  tal  vez,  los  silenciosos  prisioneros de  Hanoi.
                                                      Todos callan.

Pero  uno  como  ustedes,  tal  vez  uno  de ustedes,  el   9   de  Febrero 
estuvo   allí.
                                                       Todos callan.

<![if !supportLists]>-         <![endif]>Pero  uno  como  ustedes,  tal  vez  uno  de ustedes  fue  quién  buscó  la 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>casa  de  la escuela,  quien  la  buscó  entre  todas  las casas  de   Huong
<![if !supportLists]>-         <![endif]>Phoc,   porque  traían  sus bombas  señaladas,  marcadas,   destinadas:
<![if !supportLists]>-         <![endif]>“Bombas  U.S.A.  para  la   escuela ”.

Era  uno  de  ustedes,  tal  vez  uno  como ustedes.
                                                         Todos callan

Era  uno  como  ustedes,  tal  vez  uno  de ustedes,  el  que  llevó  a  la 
muerte  de  la  mano,  cuando  la  pequeña   Thi Noa,  de  pie  junto  al
pupitre,  decía  su  lección,  de  la  mano  de  ustedes,  la  muerte,  cuando 
entró  en  la  escuela  de   Huong  Phuc.
Teniente,   Capitán,   Mayor,   Piloto,  Reservista  naval,   Comandante, 
mano  con mano,  ustedes  con  la  muerte.   Thi Noa   no pudo  terminar 
su  lección,  teniente,  no  pudo terminarla  capitán,  no  pudo  comandante,
porque  la  muerte  había  entrado  en  la  escuela  de   Huong   Phuc.

Fue  el  9  de  Febrero,  cuando  uno  como ustedes,  tal  vez  uno  de 
ustedes..........
 Los  nazis  no  pudieron  lograr  tanto,  teniente, capitán,    mayor,  
 piloto,   reservista  naval:

ASESINADOS  :   34    NIÑOS
Y    24    MAS   HERIDOS,    MUTILADOS, MORIBUNDOS.
   
 Los   nazis   no  pudieron   lograr   tanto.

Ahora  todos  responden,  todos  en  coro hablan,  recobran  de  repente 
la  palabra:

<![if !supportLists]>-         <![endif]>Cumplíamos  órdenes,  somos  militares.
<![if !supportLists]>-         <![endif]>¿ Dónde  escuchamos  antes  esas  palabras? ¿ Quién  usó  ese 
<![if !supportLists]>-         <![endif]>argumento  como máscara ?  ¿ Quién  ante  sí  lo  puso  como escudo
<![if !supportLists]>-         <![endif]>protector ?

Fue en Nuremberg.  Fue en 1945.  Fueron los nazis, ya sin arrogancia, ya
sin uniformes con negros correajes,  ya sin cruces gamadas en el brazo,
ya  sin  alegar su origen ario, ante el Tribunal para los Crímenes de Guerra.

Pero no, capitán, no comandante, no piloto naval:

No dudamos que la orden, fuera dada:  El Tribunal de Nuremberg no
exterminó al nazismo.  Su espíritu de tinieblas se desplazó a Washington,
encontró un nuevo cuerpo en el Pentágono.  La orden fué, pero ¿Quién la
cumplió?

<![if !supportLists]>-         <![endif]>Somos militares.  Recibimos órdenes.

¡ NO !

Ya ustedes no son hombres.  Los grandes asesinos del aire y de la tierra
de Viet Nam,
Con sus propias manos se arrancaron la condición humana.

Pero eran hombres todavía
Cuando las órdenes fueron impartidas
Y en el nombre del hombre, en su defensa,
Les decimos: “A un hombre solo puede obligársele a morír”.
Solamente a morir
Ustedes, en Saigón, solo pudieron
Obligar a Van Troi
A nada más pudieron
Y nadie, nadie puede,
Nadie, obligar a un hombre a remontarse
Al cielo de Huong Phuc
Al cielo de Huong Phuc con una carga
De bombas señaladas, marcadas, destinadas
A convertir en polvo, en sangre, en llamas
La casa de la escuela en el momento en que Thi Hoa, de pié junto al pupitre
La sonrisa en los labios, decía su lección.
Nadie, teniente, nadie, capitán, puede obligar a un hombre ser el asesino
de 34 niños
Y esto, incontables veces
Lo han hecho ustedes en Viet Nam
No, Mayor Willard,
No, Teniente Hutton,
No Capitán Seeber,
No, Comandante Bona Stockdal
No, Piloto Mitchell Mc Nish
No, todos ustedes, los centenares
De miembros de U.S. AIR FORCES, prisioneros en Hanoi
NO.

Hay órdenes que nadie está obligado a cumplir
Hay órdenes que un hombre verdadero nunca podrá cumplir.
¿ Es  que  usted,  mayor  Willard,  o   usted , teniente  Hutton,  o  usted, 
capitán  Seeber,  o usted  piloto  Richard  Taymond  las  cumpliría siempre ?
¿ Siempre  mayor,  teniente,  capitán, comandante,  piloto,  reservista  naval ?
¿ Siempre ?
¿ Aún  si  esta  orden  fuera  la de  arrojar  las bombas  sobre  la  casa  de  la 
escuela,  allá  en el  pueblecito  de  Nevada,  de  Tenessee  ó Wisconsin,  de 
Carolina  o  de  New York, donde  estuvieran  sus  pequeños  hijos estudiando 
gramática  ó  historia ?

¿ En  el  momento  en  que  su  hija  Nelly,  -  o Mary,  o  Betty,  o  Sarah, 
o  Nancy,  o  Jane – de  pie  junto  al  pupitre,  sonriendo,  decía  su lección ?

¿ Cumplirían   esa   orden ?

                                     De  nuevo,  todos  callan.

Hay  órdenes  a  las  que  un  hombre  verdadero siempre  dice  que  no.

      Dennis   Mora   dijo  que  no.

      David   Samas   dijo  que  no.

       James   Johns   dijo  que   no.

El  pentágono  quiso  enviarlos  a    Viet  Nam, quiso  que  ellos  hicieran  lo 
que   ustedes hicieron,  quiso  ponerles  en  el  pecho,  la medalla  de  34 niños 
asesinados.

Pero   David  Samas,   James  Johns   y   Dennis Mora,   dijeron   que   no.

Dijeron:   “Preferimos   ir   a   la   cárcel,   a   que   ustedes   nos   conviertan  
en   asesinos”.

Los   tres   eran   militares   del   ejército   de  los   Estados   Unidos.

Los  tres  sabían  que  a  un  hombre,  no  se  le puede  obligar  más  que  a  morir.

Los  tres  dijeron  que  no  al  pentágono.

Muchos  como  ellos,  han  dicho  que  no  al pentágono,  porque  hay  órdenes 
que  nadie está  obligado  a  cumplir,  órdenes  que  en defensa  del  hombre, 
un  hombre  verdadero  no  cumplirá  jamás.

                                                               FELIX    PITA    RODRIGUEZ



 informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (cod. AAC 1405) Argentina
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito
Telef.  4 903 3285   Irene Rosa Perpiñal  -  Eladio González (Toto)  
email museocheguevara@fibertel.com.ar               
Blog accidentes  -  http://nomuertesevitables.blogspot.com  protege a hijos y nietos
Si no desea recibir más informacion por favor reenvíenos el mensaje recibido
con la palabra desuscribir, eliminar, en Asunto:  Muchas gracias. Paz y bien.

el grupo argentino CHAUBLOQUEO de solidaridad enviar durante seis años tres mil kilogramos
MENSUALES promedio de solidaridad para la revolución cubana y fundó el primer museo
suramericano “ERNESTO CHE GUEVARA”.
Leé el libro en http://estudiolivingston.com.ar/libros/cubaexiste.php  y emocionate. 
Luego te esperamos en el museo calle Rojas 129, esq. Yerbal de CABA-llito 

lunes a viernes 10 a 19 hs.  tel.  4 903 3285


¿ QUÉ TIENEN EN COMUN ?

Ambito Financiero, diario Clarín, La Nación, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar,  Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad,  Feinman, Lage, Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Pepe Eliaschev, Petinato,   Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Gerardo Sofovich, Julio Bárbaro, Chiche Duhalde,  Jorge Giacobbe, Felipe Solá,  Beatriz Sarlo,  Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli,  Salvia, Mariano Grondona, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul y algunos otros.   Aunque “siniestro” es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios  y personajes políticos hay algunos de derecha (diestra).  Eso sí, todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a la Revolución cubana.