Médicos argentinos graduados en Cuba hoy en Misiones ELAM Pindó Poty Sebastian Tiozzo Amanda Mora German Lallana Anastasia Regalado Mbya El Soberbio San Vicente San Pedro Montecarlo Griselda Acuña
En el siguiente link del diario "Territorio Digital" podremos leer la nota del suplemento dominical que nos remitiera la compañera Lely desde Misiones, sobre la actividad de cuatro médicos egresados de la ELAM
INFORME DE DOMINGO. DESDE HACE TRES MESES ASISTEN LAS NECESIDADES SANITARIAS EN DIFERENTES LOCALIDADES DE MISIONES
El consultorio va a la aldea
Cuatro médicos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina, en Cuba, llevan adelante un proyecto de atención primaria de la salud que abarca catorce comunidades mbya
Domingo 12 de octubre de 2014 | 21:00
Los médicos de la selva. | Sebastián Tiozzo (foto), Amanda Mora, Germán Lallana y Anastasia Regalado izan la bandera de la medicina comunitaria y desde hace tres meses asisten a catorce comunidades mbya de la tierra colorada. Todos tienen el sello de la formación académica de Cuba, dado que fueron becados por ese país. | Foto: Facundo Correa
EL SOBERBIO (ENVIADOS ESPECIALES). Descalza y con su gurí semidesnudo colgando de un brazo llegó al consultorio. Silvia tiene 20 años y espera su tercer hijo. No tuvo necesidad de sacar turno o presentar orden médica. Pasó nomás y se sentó en un pupitre. Mientras la doctora le tomaba la presión, un grupo de niños corría de un lado a otro con tucanes y yaguaretés tallados a mano, entonando proverbios en guaraní.
Todo era perfectamente perceptible en un mismo espacio. La sala no tiene paredes, ventilador o aire acondicionado. Ni siquiera puertas. No es necesario golpear o pedir permiso. El consultorio se adapta a la aldea y en esta ocasión desembarcó en la comunidad Pindó Poty que dista unos 30 kilómetros de El Soberbio.
El reloj marcaba las 13.20 cuando Sebastián y Amanda llegaron a la comunidad, no sin antes comunicar la intención de su visita al cacique Alejandro Benítez. Cuando obtuvieron la aprobación del líder, se dirigieron con la camioneta hasta el aula satélite que funciona en inmediaciones a la aldea, y frente al Nivel Inicial instalaron todo el equipo: camillas, balanzas, medicamentos.
Una brisa de alivio recorrió el rostro de las mujeres al verlos llegar, dado que las últimas lluvias hicieron que fuese imposible transitar por la picada.
Los mbya ya los conocen. Son los médicos de la selva. Sebastián Tiozzo (29), Amanda Mora (26) junto a Germán Lallana (30) y Anastasia Regalado (27) izan la bandera de la medicina comunitaria y desde hace tres meses asisten a los guaraníes de la tierra colorada. Su trabajo se enmarca en un proyecto de atención primaria de la salud que cuenta con el respaldo y financiamiento del Ministerio de Salud Pública de la Provincia.
Pindó Poty no es la única comunidad que se beneficia con la vocación de servicio de este cuarteto. Catorce pueblos originarios distribuidos entre El Soberbio, San Vicente, San Pedro y Montecarlo cuentan con la asistencia de estos médicos comunitarios. A excepción de Sebastián, que es nacido en Eldorado, los demás vienen de diferentes provincias argentinas, en tanto comparten la formación académica: todos egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam) en La Habana, Cuba.
Las aldeas que integran el esquema de trabajo están ubicadas sobre la ruta 15 o sectores aledaños. La selección responde a dos criterios: por un lado que estén alejadas de las zonas urbanas; y por otro, la conservación de sus patrones culturales ancestrales. "Queríamos un proyecto con orientación comunitaria, y ser nosotros las herramientas", definió Sebastián a El Territorio, que acompañó al equipo en su odisea.
Si bien esta brigada sanitaria se encuentra en su etapa inicial, basada en el censo y análisis de la población, ya deja al descubierto algunas cuestiones.
El recurso humano es un problema evidente, dado que hay lugares que hace seis meses no reciben la visita de un médico. En lo que respecta al diagnóstico de las comunidades mbya, no se registran problemas de alimentación ni predomina en ellos las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial.En Colonia La Flor
Antes de arribar a Pindó Poty, los médicos pasaron por Jejy y Jejy Mirí, con 500 metros de distancia entre una y otra. En el segundo pueblo, la consigna era dejar leche para los niños y embarazadas. El itinerario de ese día, miércoles soleado y caluroso, incluyó además una parada en la escuela bilingüe donde se encontraba Rudy.
Rudy Sacha es agente sanitario mbya y trabaja a la par de los doctores. Pero su vínculo supera lo estrictamente profesional. "Nos cuida como si fuésemos sus hijos, él nos acompaña a todas las aldeas, nos posibilitó llegar, hablar con los caciques", comentó Anastasia.
Lo que todavía no se dijo es el punto de partida del operativo de salud. Los doctores están instalados en Colonia La Flor, a unos cinco kilómetros de Pindó Poty. La sala de primeros auxilios "Nuestra Señora de la Misericordia" es su casa y, a la vez, su lugar de trabajo. Cuenta con dos consultorios, en uno realizan las consultas de los colonos y en el otro, tienen una montaña de ropa, zapatos, mochila y libros, muchos libros. Resulta que, no conforme a todo el trabajo que cargan sobre sus espaldas, ellos siguen estudiando. Una vez al mes vez viajan a Posadas para cursar el postgrado en Medicina General Integral.
La bandera de Cuba y la imagen del Che Guevara se imponen en la salita. "En Cuba te forman con un compromiso social", dice Germán. Una frase tan simple explica absolutamente todo. Es que además de llevar adelante el proyecto de atención primaria de la salud a las aldeas mbya, atienden a la gente de la colonia que los ve como ángeles de la guarda. "Está estipulado que una vez por semana haya un médico en los Caps del interior, pero cuando nosotros llegamos hacía un mes y medio que no llegaba ningún médico. Entonces empezamos a atender, hacemos las consultas, vacunación, atendemos accidentados", contó Sebastián.
Sebastián, Germán, Amanda y Anastasia hacen lo que saben. Escuchan las preocupaciones de cada cacique (en la Reserva Yabotí hay cuatro aldeas que no tienen médica hace seis meses). Escuchan las necesidades de las madres. Escuchan el llanto desaforado de los niños que se resisten al estetoscopio.
Y si el arroyo desbordó y no hay cómo regresar a la colonia, no tienen inconvenientes en dormir en la aldea, compartir con los paisanos. Ya les sucedió un par de veces; entienden que están expuestos a eso. Así como están expuestos al escuadrón de mosquitos impertinentes que acecha cuando cae el sol.
La ideología atraviesa de punta a punta su vocación. Nada es más importante que el compromiso con el otro.
El caso de Julián AcuñaLa aldea Pindó Poty estuvo en el ojo de la tormenta en el 2005 cuando Julián Acuña, un niño de 3 años, fue trasladado e internado por orden judicial en Buenos Aires. Los médicos prescriben una cirugía cardíaca y sus padres se niegan a realizarla. El líder espiritual de la comunidad sueña con una piedra en el corazón del niño y pide su regreso a la aldea, para curarlo con la medicina ancestral.
Los medios de comunicación, médicos, funcionarios y caciques hablan por el niño, que espera una decisión encerrado en una habitación del hospital junto a su familia, lejos de la selva.
Finalmente, Julián fue operado del corazón en el Hospital Gutiérrez. En junio de 2006, Julián murió dado que los tumores que le extrajeron habían vuelto a aparecer y desde entonces no se los pudo combatir con antibióticos. A pocas horas del triste episodio se sumó la muerte de su hermanito Agustín, de dos meses y que debía ser operado por una hernia.
Cronología de un operativo9:30hs
Llegada a Colonia La Flor, ubicada a unos 20 kilómetros de la ruta provincial 2 y a 35 kilómetros distante del centro de El Soberbio9:30hs a 11:00hs
Los vecinos de la colonia saben que los médicos todavía están en la sala de primeros auxilios y se alistan para ser atendidos.11:33hsTodos los preparativos para salir hasta la primera aldea: Jejy. Medicamentos, leche, camillas, balanza, estetoscopio11:45hs
Llegada a Jejy12:30hs
Llegada a Jejy Mirí, ubicada a unos 500 metros de Jejy. Esta comunidad no cuenta con energía eléctrica y es una de las que más conserva el estilo de vida de los pueblos originarios. Aquí el cuarteto de médicos se divide: Germán y Anastasia se quedan en Jejy Mirí para distribuir la leche; Sebastián y Amanda se dirigen a Pindó Poty.13:20hs
Llegada a Pindó Poty.
Los médicos comienzan a armar el consultorio al aire libre, frente a la salita del Nivel Inicial del aula satélite de la Escuela 836.15:20hs
Los médicos terminan su tarea y se alistan para regresar al centro de salud de Colonia La Flor.Por Griselda Acuña
sociedad@elterritorio.com.ar
Todo era perfectamente perceptible en un mismo espacio. La sala no tiene paredes, ventilador o aire acondicionado. Ni siquiera puertas. No es necesario golpear o pedir permiso. El consultorio se adapta a la aldea y en esta ocasión desembarcó en la comunidad Pindó Poty que dista unos 30 kilómetros de El Soberbio.
El reloj marcaba las 13.20 cuando Sebastián y Amanda llegaron a la comunidad, no sin antes comunicar la intención de su visita al cacique Alejandro Benítez. Cuando obtuvieron la aprobación del líder, se dirigieron con la camioneta hasta el aula satélite que funciona en inmediaciones a la aldea, y frente al Nivel Inicial instalaron todo el equipo: camillas, balanzas, medicamentos.
Una brisa de alivio recorrió el rostro de las mujeres al verlos llegar, dado que las últimas lluvias hicieron que fuese imposible transitar por la picada.
Los mbya ya los conocen. Son los médicos de la selva. Sebastián Tiozzo (29), Amanda Mora (26) junto a Germán Lallana (30) y Anastasia Regalado (27) izan la bandera de la medicina comunitaria y desde hace tres meses asisten a los guaraníes de la tierra colorada. Su trabajo se enmarca en un proyecto de atención primaria de la salud que cuenta con el respaldo y financiamiento del Ministerio de Salud Pública de la Provincia.
Pindó Poty no es la única comunidad que se beneficia con la vocación de servicio de este cuarteto. Catorce pueblos originarios distribuidos entre El Soberbio, San Vicente, San Pedro y Montecarlo cuentan con la asistencia de estos médicos comunitarios. A excepción de Sebastián, que es nacido en Eldorado, los demás vienen de diferentes provincias argentinas, en tanto comparten la formación académica: todos egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam) en La Habana, Cuba.
Las aldeas que integran el esquema de trabajo están ubicadas sobre la ruta 15 o sectores aledaños. La selección responde a dos criterios: por un lado que estén alejadas de las zonas urbanas; y por otro, la conservación de sus patrones culturales ancestrales. "Queríamos un proyecto con orientación comunitaria, y ser nosotros las herramientas", definió Sebastián a El Territorio, que acompañó al equipo en su odisea.
Si bien esta brigada sanitaria se encuentra en su etapa inicial, basada en el censo y análisis de la población, ya deja al descubierto algunas cuestiones.
El recurso humano es un problema evidente, dado que hay lugares que hace seis meses no reciben la visita de un médico. En lo que respecta al diagnóstico de las comunidades mbya, no se registran problemas de alimentación ni predomina en ellos las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial.En Colonia La Flor
Antes de arribar a Pindó Poty, los médicos pasaron por Jejy y Jejy Mirí, con 500 metros de distancia entre una y otra. En el segundo pueblo, la consigna era dejar leche para los niños y embarazadas. El itinerario de ese día, miércoles soleado y caluroso, incluyó además una parada en la escuela bilingüe donde se encontraba Rudy.
Rudy Sacha es agente sanitario mbya y trabaja a la par de los doctores. Pero su vínculo supera lo estrictamente profesional. "Nos cuida como si fuésemos sus hijos, él nos acompaña a todas las aldeas, nos posibilitó llegar, hablar con los caciques", comentó Anastasia.
Lo que todavía no se dijo es el punto de partida del operativo de salud. Los doctores están instalados en Colonia La Flor, a unos cinco kilómetros de Pindó Poty. La sala de primeros auxilios "Nuestra Señora de la Misericordia" es su casa y, a la vez, su lugar de trabajo. Cuenta con dos consultorios, en uno realizan las consultas de los colonos y en el otro, tienen una montaña de ropa, zapatos, mochila y libros, muchos libros. Resulta que, no conforme a todo el trabajo que cargan sobre sus espaldas, ellos siguen estudiando. Una vez al mes vez viajan a Posadas para cursar el postgrado en Medicina General Integral.
La bandera de Cuba y la imagen del Che Guevara se imponen en la salita. "En Cuba te forman con un compromiso social", dice Germán. Una frase tan simple explica absolutamente todo. Es que además de llevar adelante el proyecto de atención primaria de la salud a las aldeas mbya, atienden a la gente de la colonia que los ve como ángeles de la guarda. "Está estipulado que una vez por semana haya un médico en los Caps del interior, pero cuando nosotros llegamos hacía un mes y medio que no llegaba ningún médico. Entonces empezamos a atender, hacemos las consultas, vacunación, atendemos accidentados", contó Sebastián.
Sebastián, Germán, Amanda y Anastasia hacen lo que saben. Escuchan las preocupaciones de cada cacique (en la Reserva Yabotí hay cuatro aldeas que no tienen médica hace seis meses). Escuchan las necesidades de las madres. Escuchan el llanto desaforado de los niños que se resisten al estetoscopio.
Y si el arroyo desbordó y no hay cómo regresar a la colonia, no tienen inconvenientes en dormir en la aldea, compartir con los paisanos. Ya les sucedió un par de veces; entienden que están expuestos a eso. Así como están expuestos al escuadrón de mosquitos impertinentes que acecha cuando cae el sol.
La ideología atraviesa de punta a punta su vocación. Nada es más importante que el compromiso con el otro.
El caso de Julián AcuñaLa aldea Pindó Poty estuvo en el ojo de la tormenta en el 2005 cuando Julián Acuña, un niño de 3 años, fue trasladado e internado por orden judicial en Buenos Aires. Los médicos prescriben una cirugía cardíaca y sus padres se niegan a realizarla. El líder espiritual de la comunidad sueña con una piedra en el corazón del niño y pide su regreso a la aldea, para curarlo con la medicina ancestral.
Los medios de comunicación, médicos, funcionarios y caciques hablan por el niño, que espera una decisión encerrado en una habitación del hospital junto a su familia, lejos de la selva.
Finalmente, Julián fue operado del corazón en el Hospital Gutiérrez. En junio de 2006, Julián murió dado que los tumores que le extrajeron habían vuelto a aparecer y desde entonces no se los pudo combatir con antibióticos. A pocas horas del triste episodio se sumó la muerte de su hermanito Agustín, de dos meses y que debía ser operado por una hernia.
Cronología de un operativo9:30hs
Llegada a Colonia La Flor, ubicada a unos 20 kilómetros de la ruta provincial 2 y a 35 kilómetros distante del centro de El Soberbio9:30hs a 11:00hs
Los vecinos de la colonia saben que los médicos todavía están en la sala de primeros auxilios y se alistan para ser atendidos.11:33hsTodos los preparativos para salir hasta la primera aldea: Jejy. Medicamentos, leche, camillas, balanza, estetoscopio11:45hs
Llegada a Jejy12:30hs
Llegada a Jejy Mirí, ubicada a unos 500 metros de Jejy. Esta comunidad no cuenta con energía eléctrica y es una de las que más conserva el estilo de vida de los pueblos originarios. Aquí el cuarteto de médicos se divide: Germán y Anastasia se quedan en Jejy Mirí para distribuir la leche; Sebastián y Amanda se dirigen a Pindó Poty.13:20hs
Llegada a Pindó Poty.
Los médicos comienzan a armar el consultorio al aire libre, frente a la salita del Nivel Inicial del aula satélite de la Escuela 836.15:20hs
Los médicos terminan su tarea y se alistan para regresar al centro de salud de Colonia La Flor.Por Griselda Acuña
sociedad@elterritorio.com.ar
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Si fueramos capaces de unirnos, que hermoso y que cercano sería el futuro – Comandante Ernesto "Che" Guevara
el grupo argentino
CHAUBLOQUEO de solidaridad enviar durante seis años tres mil kilogramos
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“ERNESTO CHE GUEVARA”.
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