ONU, otra vez Cuba derrotó por abrumadora mayoría a EE UU
AÚN AISLADO, EL IMPERIO NO AFLOJA EL INJUSTO BLOQUEO
En la ONU, otra vez Cuba derrotó por abrumadora mayoría a EE UU
La Asamblea General de la ONU votó otra vez contra el bloqueo estadounidense a Cuba. El resultado fue abrumador. Sin embargo, el bloqueo continúa. Es hora de analizar cómo obligar a la Casa Blanca a cumplir esas resoluciones de Naciones Unidas.
EMILIO MARÍN
¿Puede un estado de la ONU desconocer veintitrés resoluciones votadas en su contra por la Asamblea General? Es extremadamente difícil encontrar una desobediencia tan alevosa al órgano donde se expresan 193 países y otros estados con estatus de observador.
Pero suponiendo que haya un caso así, la pregunta siguiente sería: ¿y ese miembro de la ONU que incumple con sus obligaciones, podría continuar en la entidad sin sufrir una sanción política y financiera, no digamos una invasión militar como las tantas dispuestas en las últimas décadas por el Consejo de Seguridad?
Ambos interrogantes tienen una respuesta afirmativa. Hay un país que no acepta veintitrés votaciones adversas en la ONU. Y no ha sufrido hasta ahora ninguna sanción por tal incumplimiento, fuera del desgaste político y diplomático con la mayor parte del planeta. El reo en cuestión es Estados Unidos, que “tiene coronita” o impunidad para violar las resoluciones de la Asamblea General y no padecer sanciones por esa ilegal manera de conducirse en el mundo.
Esta situación de privilegio fue puesta por el tapete gracias al esfuerzo persistente de Cuba, de llevar a la Asamblea General una moción contra el bloqueo que ese mal vecino le aplica en forma total desde febrero de 1962. En 1992 La Habana consiguió la primera votación favorable y año a año los guarismos fueron cada vez más amplios a su favor y en contra del bloqueo norteamericano.
Últimamente el resultado de las votaciones es el mismo de este 28 de octubre: 188 países sufragaron a favor de Cuba, 2 en contra (el bloqueador y su aliado íntimo, Israel, que recibe la retribución con dólares, armas y blindaje político para su genocidio en Gaza). ¿Hay abstenciones? Sí, tres ignotas islas que dependen del presupuesto norteamericano: Palau, Micronesia y Marshall. Es posible que éstas, si tuvieran un centímetro de autonomía financiera, también votaran en contra de su controlante.
Que sobre 193 países miembros, 188 voten afirmativamente por la Patria de José Martí, es un hecho políticamente extraordinario. Quiere decir que el imperio más armado de la historia ha perdido la partida contra una isla defendida “sólo” por un ejército popular y milicianos. En 1962, cuando la Mayor de las Antillas era expulsada de la OEA a causa de su revolución socialista, anduvo un tiempo en cierta soledad. Hoy el que está irremediablemente aislado es el imperio y su socio sionista. El mundo les vota en contra sin temor a represalias, como si se hubiera contagiado de la dignidad del bloqueado.
La democracia
Los bloqueadores hablan de “democracia”. Pues bien, la democracia se practicó en la 69° Asamblea General de la ONU inaugurada en setiembre pasado. En relación al bloqueo hubo una lista amplia de oradores de diversos países de diferente sistemas sociales. También hicieron uso de la palabra el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla y, por otro lado, el representante de la administración Obama, Ronald Godard.
Los oradores se solidarizaron con la isla y reclamaron el fin del bloqueo. Muchos de esos representantes lo hacían compenetrados de ideales comunes con la víctima, como los de la Alianza Bolivariana de los pueblos de Nuestra América (ALBA). Muchos más, posiblemente la mayoría, simplemente por sentirse afectados en su comercio e inversiones por las leyes extraterritoriales que les impone EE UU, y que lesionan leyes y comercio internacional.
Por eso en la Asamblea General tuvo más recepción Rodríguez Parrilla, quien denunció que se ha intensificado el bloqueo “en su aplicación extraterritorial en todas las regiones, especialmente mediante la imposición de enormes e insólitas multas por 11 mil millones de dólares contra 38 bancos, como el francés BNP Paribas, que realizan transacciones con Cuba”. El canciller precisó que “los daños económicos acumulados, enormes para una economía pequeña, alcanzan 1 billón 112 mil 534 millones de dólares, calculados al valor del oro. Los daños humanos del bloqueo crecen. Son ya el 77% de los cubanos los que nacieron bajo estas circunstancias. El sufrimiento de nuestras familias no puede contabilizarse”.
Por su lado, míster Godard dijo que la política de EE UU hacia Cuba consiste en “defender el derecho del pueblo cubano a decidir libremente su destino”. Aunque toda asistencia de EE UU a Cuba está prohibida por las leyes del bloqueo, entre ellas la conocida como Helms-Burton, el representante yanqui presentó como “ayuda de su país” a las remesas de cubanos residentes en Estados Unidos.
La embajadora de Nicaragua ante la ONU fue lapidaria con Godard. María Rubiales dijo: “hemos escuchado una vez más al mismo delegado de EE UU argumentar las mismas inconsistencias y falacias de cada año para justificar su política criminal de bloqueo… Una vez más, intentan confundir a esta Asamblea General con sus argumentos trillados que no convencen a nadie, un reflejo de sus políticas empecinadas y obsoletas, de su egoísmo, de su arrogancia imperial y excepcionalismo”.
Los representantes del ALBA, Caricom, Movimiento Países No Alineados, Grupo de los 77 más China, etc, tenían la misma opinión que la diplomática sandinista. Y así, luego del debate (antes de Godard habían hablado 23 representantes) se pasó a la votación con el resultado mencionado: una goleada apabullante de Cuba. ¿Querían democracia? Ahí tuvieron democracia aunque seguramente Washington no la valorará como tal ni la aceptará. El imperio es antidemocrático y mal perdedor...
El voto y el veto
El nivel de agresiones contra Cuba por parte del gobierno norteamericano es elevadísimo. Y nadie puede prever que vaya a cambiar en este asunto crucial del bloqueo. Para ilustrar ese posición retrógrada se pueden citar encuestas realizadas en EE UU, incluso en el estado de La Florida, que arrojan una mayoría no abrumadora pero clara a favor de revisar esa política fracasada y tender a una normalización de las relaciones bilaterales.
Un editorial de The New York Times, titulado “Los cambios electorales respecto a Cuba” y fechado el 25 de octubre pasado, concluía de esta manera: “no deben seguir anclando la política exterior estadounidense en un curso errado que ha generado tensión en las relaciones de Washington con sus vecinos, ha inhibido el comercio con la isla y le ha proporcionado al gobierno cubano una excusa para justificar sus fallas”.
Esa última referencia al bloqueo como “excusa” para los gobernantes cubanos es una deformación norteamericana de la realidad. El bloqueo debe levantarse porque es una política criminal que califica como acto de guerra, atenta contra los derechos de la población cubana y viola la legislación internacional. Como muy bien los desafió hace años Fidel Castro: si es una excusa, levanten el bloqueo y supuestamente entonces los que estaremos en dificultades seremos nosotros. Nunca lo levantaron...
El problema político y diplomático es el siguiente: 23 votaciones en contra del imperio y ninguna sanción. ¿Qué se podrá hacer, teniendo en cuenta que las votaciones de la Asamblea General no son de cumplimiento obligatorio, algo reservado para las decisiones del Consejo de Seguridad? Este ámbito cuenta con 15 miembros, de los que 5 son permanentes y tienen derecho a veto; los otros 10 son rotativos cada dos años. El reglamento dice que el Consejo “puede imponer embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir los mandatos”. Los han sufrido muchos países con notorias injusticias y falsedades (los Balcanes, Irak, Irán, Corea del Norte, etc).
¿Será mucho pedir que un miembro del Consejo de Seguridad, por caso Venezuela, ponga en el temario del Consejo de Seguridad qué hacer con Washington y sus numerosas violaciones a las resoluciones de la Asamblea General? Por ejemplo, podría mocionar imponerle una multa de mil millones de dólares y que ese dinero vaya a financiar la lucha contra el ébola. Ronald Godard vetaría esa resolución pero el costo político sería sideral para Obama.
Hablando de esa epidemia con centro en países africanos, el ALBA realizó en La Habana una Cumbre Extraordinaria de presidentes hace dos semanas, a pedido de Nicolás Maduro. Y ayer y hoy una reunión de numerosos especialistas, con asistencia de directivos de la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud.
El representante de la OPS/OMS para América Latina y el Caribe, José Luis Di Fabio, trasmitió el mensaje de la directora de la OPS, Clarisse Ettienne: “la OPS felicita la inmediata respuesta de Cuba al enfrentamiento del virus con el envío de más de 200 profesionales de la salud a África Occidental. Los médicos cubanos no sólo fueron a ayudar a los hermanos africanos, son también nuestra primera línea de defensa para evitar la entrada del virus en la región de América Latina y el Caribe”.
Por eso los votos a favor de Cuba y en contra del bloqueo norteamericano son tan mayoritarios. El problema es que el agresor tiene el veto y hay que analizar cómo quebrarlo para que no pasen otros 23 años de bloqueo y de burla a resoluciones de la ONU.
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informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
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